Mi Sobrina
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por icaflor.
Esto ocurrió hace ya, muchos años, yo tenia 25 y mi sobrina 15.
Por razones que no vienen al caso mi sobrina se crió en casa de mamá y yo siempre cuide de ella. Que si el médico, que si la ropa, es decir, dediqué mi tiempo a ella, por lo tanto entre los dos siempre hubo un amor especial.
Cierto día me dice que tiene un dolor muy fuerte en el vientre, en la parte de abajo
-ven tio te muestro
Sin más espera va a su cuarto y se quita su pantalón quedando en bragas.
– Dame tu mano es aquí
Toma mi mano y la dirige a su pubis, para nosotros era algo normal, pues siempre nos vestíamos el uno al lado del otro y si estaba enferma desde pequeña ella me indicaba donde le dolía o tenía alguna anormalidad.
Lo cierto es que no sentí nada anómalo y le dije:
Creo que estas exagerando, No será que está por venirte el período?
– No tío, se me paso hace cuatro días y desde entonces siento algo duro ahí.
-Yo no siento nada, es lo que te digo.
Ella insiste y decide quitarse la tanga, toma mi mano y dice:
-Sientes como un Bulto?, además estoy mojada
Efectivamente había un endurecimiento y estaba mojada. La condenada estaba excitada lo que hizo que retirara mi mano.
-Que hago tío?
-Bueno espera a mañana y si no se te ha pasado veremos que hacer, respondí.
Esta situación se repitió en dos oportunidades a la tercera ella muy sabiamente condujo mi mano y mis movimientos para que la masturbara.
Como es de esperar ella se agitaba y emitía pequeños quejidos hasta lograr el orgasmo. Ni que decir que en un principio me resistí, pero jamás había masturbado a una mujer y ver a mi sobrina en ese estado y mi mano llena de sus jugos me excitó a tal punto que una vez alcanzado su orgasmo yo tome su mano y la lleve a mi miembro para que hiciera lo mismo.
-Yo no se que hacer tío
-No importa yo te enseño.
Lo disfrutamos a tal punto que seguimos este juego por varios meses.
Prudentemente me retiré un poco de ella y durante un año no volvimos a tocarnos pero cierto día, no se si fue el deseo o las circunstancias, se presentó una segunda oportunidad.
Estamos solos en casa y ella da un traspiés golpeándose el cóccix, yo la ayudo a ponerse en pie y ella se queja del dolor atrás y me dice que le coloque un ungüento, voy a buscarlo y al regresar está desnuda boca abajo, Empiezo mi trabajo, no sin antes cubrirla un poco. al terminar me dice:
-Tienes miedo de mi?
-No por que?
-He notado que me rehulles, y hace un momento no me miraste casi.
-Bueno estas enferma y además eres mi sobrina.
-Si, pero también soy mujer, o no lo ves?
Diciendo y quitándose de encima la manta que la cubría.
-Mira estoy chorreando, no te gustaría saber cuan mujer soy?,
-Deja las cosas como están, no es prudente.
-Yo en cambio si quiero saber a que sabes como hombre, soy virgen y lo único que deseo desde hace un año es que tu me hagas mujer. Sueño con tu lengua dentro de mi, con tu pene en mis manos y mi boca llena de tu semen. Vamos no te arrepentirás!.
No se en que momento perdí las fuerzas, de repente me veo acariciando su sexo, bebiendo sus jugos y montado en ella.
No es algo común pero lo cierto es que nunca disfruté tanto del sexo como esa única vez que lo hicimos. No nos hemos vuelto a encontrar en esas circunstancias pero cuando lo recordamos nos excitamos y ansiamos repetirla, pero no debemos hacerlo.
Eso nos lo hemos dicho al remembrar esos días.
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