MI SOBRINA ADRIANITA QUE CHIQUILLA
Cuando regreso vino envuelta en una toalla, que marcaba claramente sus senos. Disimulé mirando un libro, aunque no podía separar los ojos de ella..
He estado obsesionado con mi sobrina Adriana. La he visto crecer, la he visto hacerse mujer, he compartido sus confidencias sobre sus primeros escarceos amorosos… pero no he podido evitar la excitación que me producen sus formas de mujer, sus pechos, sus movimientos… Al comienzo me parecieron inocentes, hasta que un día me di cuenta que sus miradas se habían convertido en algo más que un simple coqueteo… ella se daba cuenta que podía excitar a un hombre… y disfrutaba con ello.
El pasado verano me pidió que la acompañara a la casa de campo de sus padres para revisar los daños ocasionados días atrás por un fuerte vendaval. Viajamos solos, porque un amigo de ella que le iba a colaborar solo podía hacerlo dos días después. Al llegar nos encontramos con que se había afectado el techo de la parte delantera y solo estaba disponible la cocina, un baño y el dormitorio pequeño.
–¡Vaya que desastre!. – Dije contrariado —Bueno… tu dormirás en ésta habitación y yo buscaré algún rincón por ahí…
Pero Adriana señalando el dormitorio dijo…
— Hay dos camas… podemos dormir aquí
–¿No te importa?
— Para nada.
La verdad es que estaba encantado de poder compartir el dormitorio con ella. De pronto podía verla desnuda…
Al llegar la noche comimos algo ligero y nos fuimos a dormir.
La habitación bastante pequeña, con dos camas separadas pero hacía un calor tremendo.
–Voy a ducharme—dijo Adriana—estoy muerta de calor.
Mientras ella estaba en el baño, me puse el pijama… Me sentía nervioso. La tenía tan cerca… e imaginaba, ahora estará desnuda bajo la ducha… Y perciba el inicio de una erección…
Cuando regreso vino envuelta en una toalla, que marcaba claramente sus senos. Disimulé mirando un libro, aunque no podía separar los ojos de ella. Mi vista permanecía discretamente clavada en su figura, mientras mi erección crecía por momentos. Note el fuerte golpeteo de mi corazón
–Vuélvete… voy a ponerme el pijama – dijo, mientras se sentaba en el borde de su cama
–Si claro… – y así lo hice, pero justo enfrente tenía el pequeño espejo de la cómoda.
–No me mires ahora ¿eh? – y sin darse cuenta del espejo soltó la toalla quedando su figura totalmente desnuda, apareciendo sus fabulosos senos muy paraditos y firmes. Después con la pijama me di cuenta cómo se le transparentaban bajo la tela
— Voy a dejar la toalla en el baño…
Pero cuando pasó a mi lado la tome por la cintura y la senté en mis piernas
– Ahora que estamos solos cuéntame algo de tus confidencias… –dije sonriendo, tratando de dar un aspecto sensual a mis palabras
–Siiii? … Y que quieres que te cuente?…—dijo con un acento de coqueteo.
Aunque se revolvió un poco, no hizo un intento serio de apartarse. Puse mi brazo alrededor de cuerpo, mientras cubrió sus pechos cruzando los brazos sobre la pijama. Entonces le hice cosquillas en un costado, y se retorció
–¿Qué haces?… déjame voy al baño… –decía riendo con malicia
Mi erección creció, sobresaliendo bajo el pantalón de mi pijama. Ella se dio cuenta y con sus ojos me hizo señas del abultamiento, y trató de seguir su camino.
— ¿Qué te pasa tío? … Que deseas?…
Mi voz tembló
— No pasa nada… es que me he puesto algo nervioso… – pero no deje de abrazarla.
Adriana mientras tanto me miraba – no sé si con asombro o agrado mi erección y me dijo…
–No te lo puedo creer… ¡te has empalmado tío!
–Eh, pues, este… no sabía que decir hasta que me solté… Sabes… es que cada día estas más atractiva,,,
–¡Te parece!. Acuérdate que eres mi tío… ¡Guauuu estás muy empalmado! … mejor déjame ir… – ella parecía estar sorprendida, pero no tan decidida a retirarse. Era la primera vez que me veía así y debió notar la ansiedad de mis movimientos…
Cruzó los brazos sobre su pecho, tratando de ocultar sus atributos pero yo no podía apartar la mirada de ellos, ya sin preocuparme por mi erección, que crecía como un inmenso poste apuntado hacia ella bajo la tela del pijama, quise acariciar sus senos y disfrutar su sensual cuerpo…
Sin hacer caso a sus intentos de librarse, la mantuve pegada a mi cuerpo tratando de liberar una mano para apartar las de ella de su pecho. Ella se movió con fuerza y cayó sobre la cama.
–Por favor… no sigas…– dijo en voz baja, intentando librarse, mientras encogía su cuerpo.
Me tumbé sobre ella y simulé unas cosquillas, aunque realmente le estaba tocando los senos. Sentí una descarga eléctrica al notar la elasticidad firme de sus pechos, y la protuberancia de sus pezones… Me tumbé junto a ella y me apreté contra su cuerpo.
–Adrianita… eres maravillosa…
La giré sobre su espalda y con manos temblorosas comencé a desabrocharle el pijama.
–¿Qué…qué haces?… ¿Qué estás haciendo? … – decía nerviosa
Uno tras otro, los botones cedieron… Le cogí las manos y alzándolas, las apreté sobre el lecho. Despacio me deslicé sobre ella, apretando mi polla sobre su vientre, mientras mantenía la vista fija en la tela del pijama que marcaba la morbidez de sus pechos…
–No…no… bájate… no sigas… no sigas!!!
Mientras tanto continuaba presionando mi miembro contra ella, abrí su pijama y dejé sus pechos al descubierto. ¡Wauuu, qué maravilla!. Se movían con su respiración. Los pezones rosados, coronando la redondez de sus senos, estaban duros… Corrí mi mano y le toqué un pezón suavemente, moviendo mis dedos en círculos alrededor del mismo.
–No…no…para… no sigas… no… por favor
Sin dejar de acariciarlos, comencé a tocarlos con suavidad, y noté que se ponían más rígidos. Mientras, mantenía la presión de mi polla en su bajo vientre…
–No puedes hacerme esto… No puedes… – decía intentando librarse de mí
–Eres maravillosa… estás buenísima…, ¡qué rica estás! – es lo único que podía decir, mientras me bajaba el pantalón del pijama
–Por favor… no…no…
Mi polla apareció libre y rígida. Mientras ella contemplaba mis movimientos oscilantes que delataban mi ansiedad sexual por poseerla.
— Por favor…no… tápate…tápate… Me estas asustando…¡Oh,!
Seguí acariciándole los pezones con suavidad… sin hacerle daño… notando cómo se excitaba con ello
–Cariño… solo quiero tocarte… no te voy a hacer nada…. solo quiero tocarte…– dije suavemente, comenzando a frotar despacio mi polla sobre su cuerpo…
–No quiero…no quiero… por favor, por favor…
Tenía que tranquilizarla.
–Solo quiero tocarte… solo tocarte… me vuelves loco… — la besé con pasión en el cuello, y luego comencé a chuparle un pezón, notando su rigidez en mis labios.
–Ohhh…no…no lo hagas…. noooo..
Con la experiencia de hombre maduro, deslizaba mi lengua sobre su pezón, acaricié sus pechos y froté mi polla en su sexo que sentí bastante húmedo…
— Ohhh… no…no… — ahora su voz había cambiado, su lucha había cesado y relajaba su cuerpo
Seguí disfrutando de su maravilloso cuerpo desnudo, chupando los pezones, amasándole los pechos….
Sin saber cómo, en la locura de mi pasión cogí mi polla tiesa se la acerqué a su cara.
Adriana la contempló fijamente con la boca entreabierta
–No…No… eso no… no…. Nunca lo he hecho….eso no… — pero no dejo de sujetar mi miembro y despacio, pero con insistencia, comenzó a mover rítmicamente su mano sobre mi polla, con suavidad, hacia adelante y atrás, con ritmo creciente… Me quedé quieto disfrutando mis espasmos de placer. ¡Ayyy, que rico, me estaba masturbando! ¡Mientras yo le acariciaba los pezones!!
–Ohhh… me gusta,,, me gusta…. sigue… sigue…
–¿Así? ¿Te gusta así tío? – dijo con la voz temblorosa
–Si, sigue… sigue..¡Joder!… ¡qué bueno!…¡qué bueno!… sigue …. sigue….
Ella siguió masturbándome con fuertes empujes, pero, a la vez, noté cómo movía las caderas e intentaba aproximar su pelvis hacia mi cuerpo. Luego, ansiosamente empujo mi cuerpo para que mi pene se acercara a su sexo…Y separo las piernas… para acercar suavemente la punta de mi polla contra su clítoris. Fue la sensación más excitante que sentí….
–¿Quieres hacerlo?…¿quieres hacerlo? – no le respondí pero su mirada se clavó en mis ojos con extraña ansiedad…
Me acomodé sobre ella. Me excitaba saber que por fin la iba a follar… la iba a follar…
Adriana, dirigió mi polla hacia su sexo, y lo dejo justo a la entrada de su concha.
–¡Fóllame!… ¡Fóllame ya! Me dijo, con voz sensual y lasciva.
Sentí la humedad de su coño, y fui apretando la punta de mi polla para que entrara en su cuerpo.
–Métemela… métemela ahora…métemela entera…. Métemela toda…. –susurró.
Me froté varias veces sobre ella, y apretando mi pene sobre sus labios, con una presión sostenida me introduje dentro de de su concha notando cómo se abrían sus paredes para recibirme.
–Uaaa…uaaaa….uaaaa…. —gimió retorciéndose de placer, mientras volvía la cabeza hacia atrás dejando la boca entreabierta.
Comencé a moverme, primero despacio, luego más rápido, con más fuerza con un ritmo loco, empitonándola cada vez más a fondo.
–Toma…toma….uaa…uaaa…¿Te gusta?…¿Te gusta así?… – dije mientras mantenía mi ritmo cada vez más fuerte.
Adriana apretó sus muslos alrededor de mi cintura y movió rítmicamente su pelvis contra mí cuerpo.
–Me gusta… me gusta… no puedo parar…no puedo parar…más…más… más…. uaaa… uaaa…. uaaaa….
Ella mantenía un ritmo alocado, ajustándose a mis empaladas, apretando con más fuerza a cada minuto, estrujando mi polla en su interior, casi ordeñándome…
–Oh…ouaa….ouaaa — decía mientras mantenía los ojos cerrados, apretando sus brazos en mi espalda.
Mantuve mi ritmo con fuerza, mientras notaba cómo me aproximaba a correrme. Ella se retorcía con locura, envolviéndome con sus piernas.
–Mas…. uaa……dame más…..uaaaaa….. Así… así….
–Toma…toma… ¡oh!. .. Voy a correrme… voy a correrme…aahh…¡¡aauaaaa!!…. — grité mientras con mi último empuje descargué todo mi semen en su interior, manteniéndome fuertemente apretado dentro de ella.
—Uaaaaaaa aaa……. uaaaaaaa…… —- gimió prolongadamente mientras ella disfrutaba de un ruidoso orgasmo y apretaba su cuerpo contra el mío con fuertes convulsiones.
Al terminar me dijo… Yo sabía que si no paraba a tiempo, no tendría fuerzas para rechazarte. Hace tiempo deseaba tenerte dentro de mí, pero me daba pena que pensaras mal de mí.
Yo también te estaba deseando hace tiempo, tu cuerpo sensual y tus movimientos voluptuosos me generaban tremendas erecciones, aunque notaba que me coqueteabas, pero temía que me rechazaras.
Adriana y yo habíamos iniciado una nueva vida… esa misma noche disfrutamos varios orgasmos y corridas, en la mañana mi cama dejaba ver los estragos de una noche de pasión y así seguimos hasta que llego su amigo cuando debimos tomar distancia.
Siii que rico es cogerse a la sobrina y que siempre resulten bien cachondas
Yo pensando que era muy raro tener ganas de que mí tío me coja 😋😅
Recuerdo leer este mismo relato en otro lado… en fin, de ser real bien por ti!!
Usualmente son las sobrinas las que tienen más confianza en abrirse a este tipo de relaciones, y es de lo más placentero
Las sobrinas adolescentes son bien calientes, les encanta hacerlo con los primos y el tío; no es raro PrincesitaHot15, una sobrina me dejó su tanga en la cama, cuando estuve de visita…