Mi sobrina Agustina de 8 añitos (4)
Si ya vienen leyendo los relatos anteriores, sabran que el padre de Agustína la hizo sentir muy mal, pero yo estoy dispuesto a darle consolación….
Si ya vienen leyendo los relatos anteriores, sabran que el padre de Agustína la hizo sentir muy mal, pero yo estoy dispuesto a darle consolación…
Llegó el jueves, pero ya con mi madre en la casa, quien al trabajar como limpieza en casas, solo trabaja los días lunes, miércoles y viernes. Así que mi mañana empezaba temprano con ella despertándome, desayunando, haciendo que la ayude a limpiar, y demás cosas. No me quejaba pero en mi cabeza máquinaban mil planes para aprovechar la ausencia de padre amoroso que Agustina sufría y a mí me favorecía.
En medio de tanta planeación, mi madre me pide que valla a despertar a Agustina, discimule mi sonrisa y fui a su cuarto en el segundo piso. Entre y la adrenalina ya me hacía temblar las manos. Al verla acostada, durmiendo solo en bombachita por el calor y una remerita gris con una banda de rock de mi hermana, que le quedaba holgada. Estaba boca abajo con una pierna derecha estirada y la otra flexionada, me acerque y note como tenía un dedo en la boca. antes de siquiera hacer ruido, subí su remera, hasta dejársela por encima de la cintura, y ahí estaba, su hermosa cola con una bombachita blanca de flores amarillas desgastadas, era vieja asi que le quedaba bien apretada, resaltando lo firme que estaba su colita y carnosa que era. Separe un poco más sus piernas para poder ver mejor su conchita de nena. La bombacha apretaba también sus labios, tomando la forma de una frutilla que mis instintos pedían que lamiera. Después de estar unos segundos observando semejante espectaculo, empecé a acariciar sus nalgas con la yema de mis dedos, no quería que despertara, subiendo y bajando para que mi roce le generace algún tipo de placer, yo era virgen y no sabía muy bien que hacer más que dejarme llevar. La lujuria que despertaba esta nena de 8 años era indomable. Metí mis dedos por debajo de la bombachita y se la levanté hasta arriba, dejandosela como si fuera una tanga, con sus bellas nalgas a la vista. Estaba a punto de sacarle un foto pero si quería que esto durace, debía tomar las cosas con calma y dejar la cantidad mínima de pruebas.
Un grito de mi madre desde la planta baja preguntando si ya se había despertado la niña, hizo que volviera mi cordura, procedí a acomodarle la bombachita y despertarla. Ella al verme sonrió y estiró todo su cuerpito, puse mi mano en su pancita y le dije buenos días princesa, ella estiró sus brazos, me tomo por el cuello y me dió un piquito, tan niña inocente y yo con tantas ganas de meter mi lengua hasta su garganta…
Bajamos , desayuno, el día transcurrió con normalidad, hasta nos metimos a la pileta pero con la mirada de mi madre mientras tomaba mate. No podía hacer mucho. Pero al menos ya había manoseado a mi niña. Y cada vez que podía y pasaba cerca mío le daba una pequeña nalgada, ella lo tomaba natural, como si le acariciara el cabello.
Finalmente llegó la noche, todos nos fuimos a dormir. No me importo no despedirme de mi nena, porque sabía que mañana viernes íbamos a volver a estar solos….
Y sabía que la iba a ir a despertar chupándole la conchita
Pasaré a la siguiente para terminar mi paja 🙂
Delicioso como siepre!