Mi sobrina Avril y sus tres amigas vienen a la piscina de casa. Es el comienzo de esta historia de sexo juvenil-Parte III
Juanita estuvo a punto de ser penetrada por mi falo al tomarle las medidas, Susana perdió la apuesta y tuvo sexo conmigo, quedó pendiente el que me prestara su culito. Avril no pudo aguantar más y esa misma noche perdió su virginidad de ambos orificios. Todo a pedir de boca para el Tío. .
El detalle de las acciones de ese sábado es real y preciso. La noche terminó con mi sobrina Avril empernada regalándome la virginidad de sus orificios. Y ella satisfecha me confirmó que no seguiría saliendo con su novio, ya que el Tío tiene lo suficiente para conformarla cuando ella lo quiera. Eso me dejó más que tranquilo y orgulloso. No siempre es tan malo tener una buena pija. Y si encime tienes una sobrina como Avril y sus amigas, ni hablar.
Avril se quedó a dormir en casa. Obvio que durmió conmigo en la cama matrimonial, y luego de haber tenido tamaña sesión de sexo, quedé bastante agotado. Me dormí rápidamente. También mi sobrina. De pronto me despierto con una rara sensación de opresión y calentura, me despabilo y qué descubro: La causante de esto que me pasa es mi sobrina Avril, está metida entre mis piernas, me soba la pija y le da unos tremendos chupones que han echo que mi rabo se ponga duro. Y no contenta con eso ahora está ubicándose sobre mis piernas, y con su mano ubica la punta de mi pija entre sus labios vaginales, la muy putita se está queriendo coger sola. Y sin más ayuda que mi palo duro, la pendeja se va sentando y enterrando la verga hasta que termina ensartada en su totalidad, Ya la verga no le entra más, y todavía queda un pedazo fuera. Pero ella está concentrada y comienza a moverse lentamente, no se da cuenta que yo estoy despierto, me coge con suavidad, disfrutando cada centímetro de mi poronga. De a poquito va agarrando ritmo, luego ya la envuelve el frenesí, es que seguro está por llegar al clímax, y allí está, pronto gime, acelera sus movimientos de cadera y acaba con un fuerte suspiro. Mi verga está dura y gorda, pero a ella parece no importarle los 23,4x5cms de la misma. Ya habiendo acabado se baja de encima mío, y se acuesta con la cara al lado de mi barra de carne, se la mete a la boca y comienza a mamarla con ganas, tanto que al final logra hacerme venir en su boca. Se traga todo lo que sale de mi tripa. Entonces satisfecha se vuelve a acostar. La observo disimuladamente y está sonriendo, entonces me dice, Tío, no te hagas el tonto, bien que te gustó. Y largó la carcajada. Igual yo. La abracé y nos volvimos a dormir.
Nos despertamos como a las 10 de mañana, domingo sin mucho que hacer. Ya el sol calienta el día, pinta que habrá buena temperatura para gozar de la pileta. Desayunamos y Avril me pregunta si puede invitar a las chicas por la tarde a la pileta. Obvio que no, yo disfruto de la compañía de tremendas hembritas de las cuales sé perfectamente que seré el poseedor de todos sus agujeros. Lo único que le pedí a mi sobrina es que no se ponga celosa, ya que siempre será mi preferida. Por que seguro sus amigas vendrán a por lo que les faltó ayer. O sea más verga. Estuvo de acuerdo y me dijo que ella no interferirá en el día. Pero por la noche debo estar listo para ella. Guauuu, parece que desperté en mi sobrina a una ninfómana. Delante mío llamó a quien en cinco minutos pasó de ser su novio a ex, cortó la relación y le pidió que no la vuelva a llamar. Más a mi favor.
A las 14:00hs llegaron dos de las tres chicas, Juanita y Beba. Y un ratito después sonó el portero y al abrir era Susana, quién llegó con una gran sonrisa, y al pasar moviendo su culito me dice que debemos terminar hoy lo que ayer comenzó. Bueno, ya tenía algo de sexo programado. Lo bueno es que siempre tengo en casa profilácticos suficientes, lubricante y también tengo una caja de 25 pastillas de Viagra 100. Sabiendo lo que se me venía gané tiempo y me zampé una celeste de 100. También llevé al quincho el gel lubricante, los profilácticos, toallitas higiénicas, toallas suficientes al baño y dejé todo preparado para lo que seguro sería una tarde saturada de sexo.
Yo tenía claro que no debía dejarme llevar por la excitación, no tenía muy claro a cuantas niñas debía cogerme esa tarde, pero al menos dos, seguro. Y si quería cumplir con todas, debía controlarme.
Apenas se juntaron las cuatro niñas en la piscina comenzó una inquietante charla, con algunas pequeñas discusiones en el medio. Yo prestaba atención a las cámaras de seguridad que eran mis ojos y oídos de lo que las mujercitas charlaban. Así me enteré que todas se desnudarían por completo, aprovechando a tomar el sol y que no le quede la marca de la bikini, pero también eso serviría para que ninguna se sienta inhibida. Bien, todos desnudos, Genial. La otra regla del día era que las que el día anterior habían tenido sexo, quedarían para el último. Así es que Juanita y Beba serían las primeras en disfrutar de mi verga en la tarde de hoy.
Las cuatro señoritas se desnudaron y qué preciosidad, tener cuatro mujeres de no más de 18 años a mi disposición y las cuales con seguridad no se negarían a tener sexo, ya que lo tenían todo organizado.
Cuando todas estuvieron desnudas al sol, yo preparé una jarra de limonada a la que le agregué un poco de vodka para hacer más interesante la tarde, y de paso el alcohol las deja más receptivas. Obviamente que yo estaba con mi short, no quería que ellas supieran que las había escuchado mientras delineaban sus planes.
Les llevé las bebidas, y las niñas sonreían como tontas, pero la verdad era un concierto de tetas, hermosas, frescas, juveniles. Ver eso ya hizo que mi pija comenzara a ponerse dura. Encima con la celestita dentro, mi tripa pronto se hizo notar. Para mi satisfacción, todas las niñas estaban recostadas en las reposeras con las piernas abiertas lo que me daba una perfecta imagen de las vaginas de cada una. Ellas parecían no sentir verguenza, como que yo formaba parte del paisaje. Les dejé las bebidas en la mesita ratona y me volví hacia el quincho donde tenía mi laptop, me puse a jugar al ajedrez para bajar así un poco la excitación. La tarde sería dura. Y no había que adelantarse. Todo a su tiempo.
Luego de un rato ya sentía que las chicas se reían más a menudo, todo era fiesta y carcajadas, o sea que el alcohol estaba haciendo su efecto. Me acerqué solícito a ellas y les ofrecí más bebidas. Volví a preparar otra jarra y se las llevé con más hielo y volví al quincho. Pero me dio calor por lo que caminé hacia la pileta y me zambullí, las chicas al verme en el agua, inmediatamente se vinieron al agua conmigo, y comenzaron a jugar a las luchitas, pero las muy putas en realidad se complotaron para entre las cuatro bajarme y sacarme el short, por lo que quedé desnudo con la verga a medio parar. Susana se me acercó y manoteó mi pedazo, Avril le dijo que ella debía esperar y que Juanita y Beba debían hacerse cargo del pedazo de carne del Tío. Y si alguna de ellas no quería, entonces Susana podía ocupar ese lugar. Para mi sorpresa, Juanita se me aproxima, me toma de la pija y me hace dejar la pileta con destino el quincho. Esta niña a sus 17 años, tiene un hermoso cuerpo, es menuda pero tiene todo lo que hace falta, y le sobra juventud. Mientras me lleva tomado de la verga va sonriendo.
Llegamos al quincho y al entrar se nota la temperatura fresca que mantiene el aire acondicionado. Inmediatamente sus pezones se ponen duritos, y ni hablar de mi pija , que ya está larga, gorda y dura. Más que ayer gracias a la pildorita. Juanita la observa con atención, luego sin mediar palabra me hace recostarme en el futón, me abre las piernas y se arrodilla en medio de ellas, toma mi falo en sus manos, y comienza a masturbarme y a mamarme la verga, apenas le entra la cabezota en la boca, es que está realmente gruesa por tanta irrigación sanguínea. Juanita no se amilana. Le pregunto si es virgen y si toma pastillas para cuidarse, me cuenta que no es virgen, que a los 14 años su padre la violó y que luego de eso su madre la llevó al ginecólogo quien le recetó las píldoras anticonceptivas por si volvía a pasar lo de su padre. Pero esa fue la única vez que tuvo sexo. Es cierto que le ha mamado la verga a un par de amigovios, pero nada más. Y que ahora está decidida a disfrutar del sexo como si fuera la primera vez, sabiendo que yo la trataré con dulzura y no la lastimaré. Bueno es un decir, la nena tiene que tragarse por la concha y por el culito mis 23.4x5cms de carne en barra. Será un arduo trabajo. pero la niña sigue mamando con ganas. Luego pasado un rato se me aproxima, se pone de espaldas a mí y se sube a mis piernas, se corre hacia atrás y me ofrece su conchita y su culito para que se los mame, mientras ella completa un «69». Su conchita es como toda ella, menudita, pero está bien lubricada. Su ano está muy cerrado, será tarea difícil meter mi pedazo por ahí sin un muy buen trabajo previo. Mientras Juanita sigue entusiasmada mamando mi verga, yo le chupo la concha, la llevo al máximo nivel de excitación, y tomando el gel, le unto su ano para así comenzar a dilatar su arito trasero. Primero un dedo, luego dos, ella está ensimismada en mamar la verga, al meter el tercer dedo se queja un poquito pero lo acepta. Pronto su culo es un agujero negro dispuesto a recibir mi verga. La corro encima de mí y la posiciono sobre mi tripa, le pido que con su mano ubique la punta de mi pija en la entrada de su cuevita, lo hace sin chista, la mueve adelante y atrás hasta que noto que está encajada entre sus labios vaginales, la tomo por la cadera y comienzo a hacerla sentar, mi tripa va entrando, ella se queja un poco, voy despacito, centímetro a centímetro mi barra de carne penetra las profundidades calientes y jugosas de Juanita, quien sufre en silencio el embate de tamaña verga. Finalmente la punta de mi pija choca contra su útero, ya no entra más. Todavía queda un pedazo de tripa afuera, pero creo que no es posible que entre. La tomo de las caderas y la muevo sobre mí. Ella toma ritmo rápido, luego ya es ella la que elige como moverse, pero en ningún momento intenta sacarse la verga, la tiene incrustada hasta el fondo. Siento pulsar su vagina, está muy jugosa, caliente y de pronto le sobreviene un tremendo orgasmo. Queda como agotada y desmadejada con la pija adentro. Tengo que aprovechar ese momento de tremenda calentura de la niña, le saco la verga, le pongo mucho gel en su ano, unto la cabeza de mi tripa con más gel, y le pido abra sus nalgas, lo hace medio dubitativa, con miedo, le digo que no se preocupe, y le pido que ella marque cuanto quiere que la verga le entre, comienza a sentarse dirigida hacia mi rabo por mí, la punta de la pija pronto toma contacto con su esfínter, se abre paso por el aro de su ano, y comienza a desaparecer en su aterciopelado y muy estrecho túnel trasero, cuesta bastante, pero al final se rinde su esfínter y permite que la cabezota lo traspase, luego lo siguen unos 10 cms de tripa, allí Juanita se queja, es que la penetración está llegando a la parte más gruesa de mi pija, se la saco un poco y unto más gel en el tronco, vuelvo a penetrarla y esta vez le entra toda, mis testículos pegan en sus nalgas, ella sufre pero no dice nada. Comienzo a hacerla cabalgar, es genial ver a esta niña tan joven cogerse a sí misma, le pone empeño, cada vez más ligero y no lo esperaba pero de pronto me dice Tato estoy por acabar, y con un largo gemido logra otro orgasmo. Mi tripa está totalmente abotonada, no avanza ni retrocede, parece que una mano la tuviera retenida, es que la niña se abotonó. Entre el placer de tener tamaña verga en el culo, lograr un orgasmo y el dolor posterior al comenzar a pasar el clímax, no se anima a moverse. Debemos esperar un rato bastante importante hasta que mi pija se achicó, y su culo la soltó. Al sacársela noto algunos rastros de sangre en el tronco, sin querer la he lastimado internamente. Ella está muy adolorida. La acompaño al baño, la ayudo a ducharse y le pongo bastante agua fría en su canal trasero, eso la alivia bastante. La ayudo a secarse, para esto no emite ni una palabra. Busco en el botiquín del baño una crema que tengo para estas ocasiones, le unto metiendo los dedos dentro de su ano y así logra adormecer sus terminales nerviosas y se alivia su dolor. La abrazo, le doy un beso y se va caminando medio de costado hacia donde están sus amigas, que la reciben con besos y un gran abrazo. Enseguida comienza a contarles lo sucedido. Y así escucho que les dice que le dolió mucho cuando le hice el culo, pero que tuvo un gran orgasmo, más intenso que cuando la coji por la concha. Y que volverá a intentarlo, claro que no será hoy. Y todas rieron, la única que estaba algo pensativa era Beba, quién tenía el segundo turno de atención.
Siga en parte IV
Excelente muy excitante con morbo y lujuria.