Mi sobrina pasó de ser una niña a ser una hermosa y cachonda puberta
Mi sobrina Cata, cumplió hace unos días sus doce años. Se ha desarrollado mucho y parece una ninfa de 15 o 16. Y actúa como si tuviera esa edad. .
Cata, preciosura de mujercita. Sus pechos se están rellenando y tienen buen tamaño, sus nalgas se han redondeado en los últimos meses y generan atracción cuando camina, ya que sus nalgas oscilan de un lado al otro. Y el otro día que llegó a casa en calzas, pude apreciar sus gordos labios vaginales. Pero lo que más me ha complicado la vida es que la muy perra sabiéndose hermosa, no pierde oportunidad de coquetearme, se la pasa tocándome, me abraza desde atrás y me apoya sus tetas en la espalda, o me apoya su pubis y se franelea, el otro día haciéndose la nena, nos pusimos a bailar y la muy descarada me apoyó su conchita directamente sobre mi verga. Obvio que se me puso dura la tripa y Cata lo advirtió, y mirándome a los ojos, me sonríe y me pregunta si ando con la linterna en el bolsillo. En alusión a mi tripa. Sentí algo de verguenza, gracias a Dios se acabó el tema musical. Pero la niña quedó algo intrigada. Y luego la sorprendí observando mi bulto un par de veces.
Cata es hija de mi hermana mayor. Yo tengo 22 años, soy normalito, un flaco alto, muy deportista, y lo que advirtió mi sobrina es que mi verga es contundente. Son 20×6,5cms. Gruesa y cabezona. Debido a mis atributos, fue mi hermana quien me desvirgó a mis 14 años. Todavía seguimos teniendo sexo seguido. Cata es hija de soltera de mi hermana.
Pasada esa tarde, yo no le di más importancia a la actitud de mi sobrina, hasta antes de ayer, que suena mi celu, atiendo y era Cata. Me pregunta si estoy solo encasa. Respondo que sí. Me comenta que en 10 minutos está en casa, que quiere hablar conmigo, ya que necesita ayuda con un tema. Por supuesto que le dije que venga, que la esperaría. Me metí a bañarme y me quedé en short deportivo. Sonó el portero, al abrir me encontré con Cata que venía vestida con una remerita que le dejaba la panza al aire libre, una calza de lycra que le marcaba muy bien su conchita y me permitió observar lo hermoso de su cuerpecito de ninfa. La hice pasar y se dirigió al living. Cuando caminaba delante mío, ver ese culo en movimiento ya inició en mí un tirón entre los testículos, que inmediatamente se transformó en una incipiente erección. Mi sobrina se sienta en el sillón y la infaltable mirada a mi entrepierna la delató. Cuando vió que yo tenía la pija parada abrió bien los ojos y quedó con la boca un poco abierta. Se le subieron los colores a sus cachetes. Sus pezones se pusieron duros haciendo punta en su remera. Eso me calentó más todavía. Y Cata hizo algo impensado. Se paró frente a mí, me abraza y apoya su concha sobre mi pija, no contenta con eso busca mi boca y me mete la lengua en un beso húmedo interminable, mientras se refriega como serpiente contra mi rabo. No pude contenerme y me apodero de sus pechos, y descubro que no trae sujetador. Sus tetas son firmes, duritas y llenas. Bajo una mano y aprieto sus nalgas, la niña responde apretándose más contra mí. Yo ya perdido el control, simplemente la tomo por los hombros y la hago arrodillarse frente a mí, ella obedece sumisa, me bajo el short y libero mi pija, lo que hace que mi sobrina abra más los ojos ante el tamaño del miembro. Hago que lo tome con ambas manos, luego tomándola de la cabeza acerco sus labios al glande y simplemente le pido que me la chupe. Sin dudarlo, abre bien grande la boca y se mete un tercio de la verga en la boca y comienza a mamarme la verga. No lo hace muy bien, le doy indicaciones de como hacerlo para que no me lastime con los dientes. Aprende rápido y es muy aplicada. Mientras sigo masajeando sus tetas. Me mama la pija por unos 10 minutos, suspendo su mamada, le pido que se desnude, lo hace sin dudar, me asombra lo entregada que está. Cuando queda desnuda, guauuu, qué preciosura. Su monte de venus apenas está cubierto de una fina pelusa, sus labios vaginales están brillosos por la excitación. La acomodo en el sillón y me ubico con sus piernas sobre mis hombros y procedo a darle una tremenda mamada de concha que la hace retorcerse, gemir, suspirar hasta que no aguanta más y me acaba en la boca. Entonces ya me dediqué a lamerle la conchita y su ano. Que tiene buen aspecto, rosadito pero de buen tamaño. Lo penetro con la lengua y mi sobrina se retuerce, mientras la masturbo con mis dedos. Pruebo a meter y entra un dedo completo en su esfínter, lo masajeo un ratito y pruebo con dos dedos, también entran sin dificultad, interrumpo todo y voy a mi pieza donde busco el gel lubricante, al volver mi sobrina sigue en la misma posición, piernas abiertas ofreciéndome una hermosa vista de su pequeña vagina. La pongo de rodillas en el sillón, lo que me presenta una pose espectacular de su tremendo culo, vuelvo a chuparle la concha y el orto, ella vuelve a excitarse y a gemir, cuando ya está súper caliente, pongo algo de gel sobre la punta de mi pija, tomo mi badajo por el tronco y abriendo con una mano sus pliegues vaginales inserto la punta de la chota en su virginal cueva. Cuesta un poco por el grosor y por que es virgen, pero ayudado por el gel, la cabeza se mete dentro y topa con su himen. No se lo respeté ni por un segundo, de un buen pechón se lo perforé, y me enterré casi por completo en la conchita de mi sobrina. Pegó un tremendo grito y comenzó a llorar pidiendo que se la saque, a lo que simplemente le respondí, esto lo viniste a busca, ya lo tenés. Y seguí penetrándola hasta que prácticamente toda la verga estaba dentro de ella. Pronto se calmó y comenzó a disfrutar del intruso en su vagina. Yo la cogía con movimientos largos, se la sacaba casi toda y se la metía otra vez hasta el fondo, pronto estuvo al borde de otro orgasmo, por lo que aceleré los movimientos y allí cerquita volvió a acabar, sentía como su vagina latía como un volcán, caliente, jugosa. Puse gel en su ano y en mis dedos y le perforé el culito con dos dedos bien adentro mientras la cogía con la verga a fondo, seguía Cata gimiendo, de pronto comenzó a pedir más, estaba muy excitada, metí un tercer dedo en su ano, Ella solo decía, si, si y revoleaba la cabeza de lado a lado. Sin preámbulo saqué mi tripa de su concha, se la presenté a su ano, y apenas presioné un poco entró la cabeza. Mi sobrina se petrificó y gritó. Sacala, sacala, me duele mucho, es muy gruesa. Yo haciendo oídos sordos a sus reclamos simplemente se la fui enterrando hasta que los pelos de mi pubis toparon con sus nalgas. Cata lloraba, rogaba, pedía por favor que se la saque. Solamente le pedí que se quedara quietecita un ratito hasta que su túnel aterciopelado se acostumbre al tamaño de la pija. Pasado unos minutos ya dejó de llorar, y suavemente inició ella un vaivén de ida y vuelta, que se convirtió en un violento trajinar, donde algunas veces llegaba a casarse toda la verga y se la volvía a meter toda. Y no aguanté mucho más y le llené el culo de semen. Al sentirme acabando la muy perra logró otro orgasmo y quedó desparramada en el sillón con mi verga totalmente enterrada entre sus nalgas. Pasado unos momentos nos separamos, nos dirigimos al baño tomados de la mano, y al entrar mi sobrina me dice, Tío, nos duchamos juntos? Yo estaba en la gloria y ella satisfecha. Creo que mañana viene otra vez a que la ayude.
Wooowww, qué morboso, excitante y rico!