Mi sobrinita de 10 años, se convierte en mi amante
A sus diez añitos ya Gisella está en los albores de la pubertad, su cuerpecito se ha desarrollado mucho con lo que sus pechitos hasta hace un tiempito apenas se notaban hoy ya son como pequeñas peras, y sus nalgas se han rellenado. Se han convertido en un hermoso y deseado culito..
Gisella de 10 años se ha convertido en mi amante, se imaginan que yo a los 16 años vivo como nieto primerizo, todo el día alzado. Encima tengo una novia de 14 años que no deja un día sin visitarme para tener sexo. Muy putita ella.
Y esto fue el motivo por el cual Gisella termina teniendo sexo conmigo. Es que Illiana, mi novia, se ofendió y discutimos por que me vio hablando acaramelado con una de sus amigas y se puso celosa, entonces esa tarde no tuvimos su acostumbrada sesión de sexo. Es más, se fue dando un portazo, y Gisella que estaba en casa presenció todo.
Yo me puse de mal humor, y mi sobrina apareció a mi lado para consolarme. Me abrazó y me apoyó sus tetitas en mi hombro. Eso despertó mi curiosidad, la aparté un poco para observarla bien, ya se estaba convirtiendo en una hermosa mujercita, y despertó mi lívido. Obviamente que estábamos solos en casa, mi madre había salido para ir a la tienda y regresaría más tarde. Gisella me preguntó por qué habíamos peleado con mi novia, le conté que había mirado y hablado con otra chica y se había puesto celosa. Y mi sobrina me confesó que si ella fuera mi novia, también se pondría celosa.
Aprovechando esa situación y comentario le pregunté si ella quería ser mi novia, ahora que no estaba Illiana. A lo que mi sobrina respondió que sí. Yo comencé a excitarme, con lo que mi verga comenzó a crecer dentro de mi short, y Gisella que no es ninguna tonta se dio cuenta. Le pregunte si me daba un beso, se acercó y me dio un piquito bien en la boca, la tomé por el cuello y le di un beso de lengua bien profundo, ella colaboró, la tomé de la cintura y la senté sobre mi falda, bueno directamente sobre mi verga erecta. Se dejó hacer, y cuando sintió la dureza de mi miembro en contacto con su vagina se puso seria. La abracé y la atraje hacia mí, sintiendo la dureza de sus pezones contra mi pecho. Con ambas manos tomé sus nalgas y comencé a moverla adelante y atrás sobre mi pija, a lo que ella simplemente recostó su cabecita contra mi cuello y me dejó hacer. Mientras la cabalgata continuaba, con uno de mis dedos fui corriendo su bombacha por debajo de su faldita hasta encontrar el agujerito de su ano. Al que invadí suavemente. Gisella gimió pero no se molestó, siguió con el ritmo de cabalgata, a través de la tela del short pude sentir la humedad de su púber vagina. Obvio que mi sobrina sentía el tamaño de mi verga, son 18x5cms, los que no es fácil de disimular. Ya lanzado a fondo por la excitación, simplemente le pedí que fuéramos a mi habitación. No se rehusó, caminó delante mío ya conociendo el camino. Entramos y cerré con llave por si acaso mi madre llegaba. Le dije que se sacara toda la ropita y yo hice lo mismo, quedando ambos totalmente desnudos. Al ver el tamaño de mi pija, Gisella se asustó un poco. Ella es una preciosura, hermosa por donde se la mire, su pubis lampiño todavía, su vaginita de labios rellenitos, su culo apoteótico, eso hizo que mi verga creciera más todavía. La tomé de la cintura y me aproximé a ella, previo había puesto el tele en un canal de música para que tapara los ruidos. Comenzamos a bailar, mi pija parada hacia arriba apuntaba a la base de sus tetitas, mis manos invadían su culo, Gisella me tenía agarrado del cuello, y yo notaba como trataba de izarse para tener más contacto de su vagina con mi pene. Ambos estábamos excitados por lo que no quise perder más tiempo, simplemente la recosté al borde de la cama, me arrodillé en el suelo frente a ella, le abrí las piernitas y acometí con mi lengua su virgen conchita, pronto comenzó a gemir y a retorcerse, mientras le lamía su clítoris, metía mi dedo mayor en su culito. Que para mi sorpresa, dilataba muy bien, ya le entraba todo el dedo y la nena ni se quejaba. Eso iba bárbaro. También comencé a chuparle el culito y a meterle la lengua todo lo que podía, Gisella seguía gimiendo y tironeando de mis pelos. Llegó un momento que yo no aguanté más, simplemente me puse entre sus piernitas, las levanté hasta mis hombros lo que me dejó su vagina super lubricada bien a la altura de mi pija, y tomando la misma desde el tronco le pincele bien su vagina y su clítoris, finalmente le acomodé la cabeza de mi pija entre sus gorditos labios vaginales y empujé, suavemente, inicié la penetración y Gisella solo se mordía los labios y gemía, mi pene fue invadiendo su cuevita hasta llegar a su virginidad, la que tomé de un solo empujón y me interné hasta el fondo de su caliente conchita. Pegó un gritito y comenzó a gimotear, me quedé quieto hasta que se calmó, luego suavemente comencé con el mete y saca, pronto era ella la que salía al encuentro de la verga, y así le llegó su primer orgasmo, y al sentir el calor de sus fluidos, le llené la conchita de semen con potentes chorros. Mi pija seguía dura por la excitación, así es que la seguí penetrando por un ratito más hasta que logró acabar por segunda vez, esta vez ya sonreía, saqué mi miembro de su vagina y aprovechando los flujos que habían corrido por su canal anal, le apoyé el glande en su esfínter, mi sobrina no se imaginaba lo que se le venía, simplemente aceptaba lo que yo le estaba haciendo, simplemente empujé y metí la cabeza de mi verga en su ano. Gritó fuerte y pedía que se la sacara que le dolía mucho, a lo que accedí, no quería lastimarla. Ya habría oportunidad de adueñarme como corresponde de ese culito delicioso, con la verga dura nuevamente la penetré por la vagina y la cogí largo y tendido hasta que ambos volvimos a lograr un orgasmo. Ahora está por venir a estudiar conmigo, ya que le ayudo con matemáticas. Ya preparé el lubricante para adueñarme de ese culo. Espero acepte. Luego les contaré como me fue.
Que rico