Mi sobrino cristiano y virgen II (Tomando su virginidad)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Debes introducir tu lengua mi amor –dije mientras me levantaba un poco para que el me viera-.
Él me puso atención y yo continúe explicándole.
Debes hacer movimientos muy sensuales con tu lengua y debes introducirla aquí dentro en este hoyito mi amor -añadí-.
El sin ser perezoso comenzó a introducir su lengua en mi vagina y yo volví a sentarme en su rostro esta vez para cabalgar su lengua.
Prácticamente dejaba salir aquella frustración por la falta de sexo en su boca al punto de violar su lengua con mi vagina.
El solo tomaba mis glúteos y los apretaba con sus manos firmes mientras yo me sujetaba los senos chupándolos uno por uno y moviéndome de adelante hacia atrás con un frenesí impresionante.
Mi sobrino tenía un talento nato para el sexo oral y yo estaba muy feliz por eso.
Comencé a acariciar su cabello mientras montaba su lengua, de pronto, un dedo se aproximó peligrosamente a los límites de mi ano, yo quise detenerlo pero el placer que estaba experimentando me tenía algo mareada.
Dos dedos entraron en mi ano, eran los dedos de su mano izquierda y yo solté un gemido fuerte, intenso y muy erótico.
Hace un par de horas había defecado y sentía que no estaba limpia del todo.
El comenzó a cogerme el ano con sus dedos con una furia indescriptible.
Para mi amor, para por favor -dije-.
El hizo caso omiso a mi petición y siguió con sus embestidas por medio de sus gruesos dedos mientras comía mi vagina como un manjar.
Yo estaba en otro mundo, mi cuerpo temblaba y mi piel se había erizado por completo.
Mis pezones parecían unos botones duros y yo no podía resistir la tentación de apretarlos hasta que llego.
Puta madre –grite mientras me levantaba de su cara y mojaba todo su rostro con mi orgasmo.
Él puso su mano derecha para tratar de cubrir su rostro y yo solo frotaba con fuerza mi clítoris para que saliera todo aquel placer en estado líquido de mi cuerpo lleno de lujuria.
-¿Que fue eso tía?
-Eso mi amor fue una eyaculación, felicidades hiciste venir a una mujer por primera vez cielo.
-¿Enserio te hice venir?
-Y que venida mi amor, ha sido una de las más grandes que he tenido pero aun no termino contigo.
-¿Qué haremos ahora tía?
-Pues tengo algunas cosas en mente mi amor, pero la más importante es que quiero tomar tu virginidad.
-¿Pero… no es algo que se supone que debería hacer con mi novia tía?
-Es algo que debes hacer con alguien que te amé y tu ames mucho mi amor, ¿tú no me quieres? Porque yo si te amo y mucho.
-Pues si tía te amo mucho.
-Bueno pues ahí tienes amor yo puedo tomar tu virginidad y a cambio yo puedo darte algo que no le he dado a nadie.
-¿Y qué es eso tía?
-Si tú me das tu virginidad yo te dejo que me hagas fisting en el ano
-¿Qué es eso tía?
-Bueno es algo que las parejas avanzadas en el sexo hacen, es cuando una mujer se deja penetrar por el puño de alguien que ama.
-Tía pero eso te lastimaría mucho, y yo no quiero hacerte daño.
-No te preocupes mi amor, yo tengo experiencia en el sexo anal, sabré manejarlo además si lo hacemos con un buen lubricante no hay problema.
-Está bien, quiero que tú seas mi primera mujer.
-Así se habla chiquito, ven con tu tía que tanto te ama mi amor, yo te voy a hacer sentir machito.
Lo empuje de nuevo a la cama y comencé a masturbarlo nuevamente, esta vez puse la punta gorda de su pene en mi boca mientras lo hacía.
EL solo cerraba sus ojos y gruñía tratando de no liberar aquel éxtasis que guardaba dentro de sí.
Me tomaba del cabello mientras yo ponía erecto de nuevo su polla gorda con mi lengua.
En unos segundos ya estaba listo y firme.
Lo monte y lo puse al borde de la entrada de mi vagina.
Él puso sus manos en mis caderas y yo me senté en el.
La calidez de su polla era muy agradable.
Era venosa y muy gruesa mucho más que la de mi hijo, al principio batalle un poco para bajar pero mis fluidos lo hicieron más sencillo.
El último tramo de su polla fue el más difícil pero lo logre soltando un gruñido al final.
Felicidades mi amor ya no eres virgen –dije-.
Se siente muy mojado dentro y calientito tía –respondió-.
Eso es porque le gustas mi amor, ahora deja que tía lleve el mando y tú solo recuéstate y disfruta del paseo.
El tomo con fuerza mis caderas y yo comencé a moverme sensualmente adelante y atrás, lentamente sentía cada centímetro de la bestia que tenía dentro de mí.
Él tenía su boca abierta y me miraba fijamente, no decía ni una sola palabra pero su expresión me comunicaba todo, él estaba en el séptimo cielo.
El gemía en voz baja, casi como si quisiera ocultar su placer tal vez avergonzado por ser su primera vez con una mujer y yo le dije –no tienes porque avergonzarte mi amor, estas en un lugar seguro, aquí puedes decir lo que tú quieras.
El me respondió –Estas muy buena tía, siento que ya me voy a venir de nuevo.
Aguanta un poco más mi amor ya estoy cerca del segundo.
Yo comencé a brincar encima de su polla gimiendo como perra en celo.
Él se excitaba más al escuchar mis gemidos y me apretaba el trasero fuertemente.
Yo me perdí un poco en mi placer y comencé a rebotar en el sin importarme lo que sintiera.
Mis pezones estaban durísimos y yo los chupaba mientras el gimió y gruño de nuevo- Ayyy dios mío –grito-.
SU bestial polla inundo mi vagina con un calor muy agradable que recorría cada rincón de ella.
Yo al sentirlo mi orgasmo se aceleró y justo después de él me vine encima de su pene.
Mi sobrino estaba respirando con dificultad y yo me caí encima del agotada por aquel orgasmo.
Lo bese un poco en los labios y el cuello y me acerque a su oreja.
¿Te gusto mi amor? –pregunte-.
Tía quiero hacerlo de nuevo esto es el cielo –respondió-.
-No tan rápido mi amor hay que cumplir todas las promesas y ya que tú me diste tu virginidad yo te voy a dar algo muy rico ven pásame el lubricante que hay en ese cajón del buro.
-¿Es el que está en el cajón de la izquierda verdad?
-Así es mi amor.
-¿Tía, estas segura de esto? , no quiero que te pase nada.
-Nada va a ocurrir, ven hace mucho que he querido intentar esto.
-Voy a ponerme en cuatro y tú vas a untar una gran cantidad de ese lubricante en tu mano mi amor y dedo por dedo aumentando en cantidad vas a ir introduciendo uno por uno hasta que el orificio de mi ano se haga más grande y pueda entrar tu mano.
-Ok así lo hare.
Mi sobrino unto una gran cantidad en su mano de gel a base de agua y comenzó a meter su dedo en mi ano.
EL gel era cálido y muy húmedo, podía sentir como esa sensación de calor entraba en mi ano haciéndolo añorar cada vez más.
Ahora mete dos dedos mi amor –dije-.
El como un buen chico me obedeció y comenzó a penetrarme con sus dedos largos y gruesos.
Lo hacía lentamente y con mucho cariño, tratando de no lastimarme.
Tía, está chorreando popo liquida de tu ano –dijo sorprendido-.
Es por el placer mi amor –mentí-.
La verdad era que probablemente tendría que haber limpiado propiamente mi ano para eso pero no me importo, la verdad el sexo sucio es más excitante.
Tú no te preocupes amor –dije-.
El cada vez fue metiendo más dedos hasta que pudo meter cuatro.
Muy bien, este es la última parte, ahora quiero que despacio los introduzcas todos juntos hasta que tu mano entre por completo dentro de mí.
-Se cuidadoso y si te digo que te detengas no lo hagas si no no entraras-.
El entendió muy bien y procedió a intentarlo.
Poco a poco fue metiendo su mano hasta que llego a tres cuartos de ella, ahí fue cuando yo grite de dolor y le dije -espérate amor-.
El tomo el control de la situación y me introdujo toda su mano- Chingas a tu puta madre cabron –grite de dolor-.
Su mano entro hasta la muñeca en mi ano, el dolor era impresionante y mi ano estaba muy dilatado.
Mis ojos estaban en blanco y mis piernas temblaban sin parar.
Comienza a violar mi ano con tu mano mi amor.
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