Mi sucia familia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos.
Por la situación comprometida de mi relato cambié los nombres de todos los involucrados.
Soy Lester de 29, pero esto me sucedió más o menos entre los 14 y 16 años. En aquel entonces, no sabía que era voyeurismo, y ahora tengo ese vicio o fetiche. Pero ésta es la historia de cómo nació en mi ese vicio.
Mi padre es Vinicio, cuando yo tenía 11 años, el se casó de nuevo con mi actual madrastra, Samantha, pero ella ya tenía también una hija de 15 años llamada Karina, debo decir que mi madrastra era una señora muy bien parecida, alta y con bonito cuerpo, y que decir de Karina mi hermanastra parecida a su mamá, mis primeras pajas me las hice pensando en ella, en el colegio siempre tuvo novios y pretendientes por cientos.
Bueno.. a la historia. En ese momento vivíamos en una casa que fue de mis abuelos paternos, es una casa antigua de madera, donde desde mi habitación podía subirme a lo que aquí le decimos “tapanco”, que es la parte arriba del cielo falso de la casa, donde están las conexiones eléctricas y otras cosas. Para mi fue mi mejor aliado para poder fisgonear a todos. Yo ya con 14 y Karina con casi los 19.
Tanto mi padre como mi madrastra trabajan hasta tarde, en el orden, primero llegó yo a la casa y luego Karina. Unos días antes oí hablar a Karina contándole a su mamá que tenía un nuevo instructor de deportes y que estaba hecho un “mango” de lo bueno que estaba. En ese momento solo estaban ellas dos platicando.
Cierto día, cuando yo estaba en casa, oí ruidos en la sala, al parecer Karina había llegado, pero tenía compañía, vine yo y me subí al tapanco, escuché que Karina llegó a mi habitación para saber si yo estaba allí, luego gritó llamándome y yo no contesté para que creyera que no estaba en casa.
Arriba en el tapanco, me fui ubicando en la sala, pude ver como Karina y el supuesto profesor empezaron a besarse, los besos se oían hasta donde yo estaba, de pronto fue ella quien tomó la iniciativa primero, y apretó los cojones del profesor, quien al soltar la boca de mi hermanastra le dijo: -estamos solos?-, ella respondió –si profe, no está mi hermanito y mis padres regresan tarde-, asi que siguieron dándose de lo bueno. Ya más tranquilo el profe apretó las tetas, que las tenía más que buenas Karina, luego le quitó la blusa dejándola en sostén, y fue ella quien a continuación se lo quitó, el profe estoy seguro se quedó sorprendido de la belleza de esas tetas juveniles, el profesor nuevo, luego supe, era de origen humilde, por lo que estoy seguro que se estaba sacando la lotería cogiéndose ese día a Karina.
El tipo apenas vio las tetas y las comenzó a mamar succionando los pezones exquisitos de ella. Se pasaba de una teta a otra. Karina frotaba la verga del profesor sobre el pantalón y se notaba que ya estaba lista para salir, se formó un bulto enorme en el pants deportivo del profe. Ella se fue poniendo de rodillas en el suelo y el sentado en el sofá. Karina le bajó el cierre del pantalón y luego lo bajó a los muslos y apareció un falo enorme y grueso, mi hermanastra lo empezó a chupar con frenesí, lo lamía, lo mamaba, estaba excitada con tremendo tronco en su boca. El profesor luego era ahora quien gemía tremendamente, tomaba a Karina del cabello y lo jalaba hacia su verga como queriendo que se la tragara toda. La escena era tan fuerte que allá arriba yo tenía una de mis primeras erecciones completas, me salía un líquido transparente por mi pene que mojaba mis pantalones.
Luego de comerse la vergota del profesor, mi irreconocible hermanastra se quitó rápidamente su short y su braga, era la primera vez que le miraba su coñito, tenía un triangulo de vellos púbicos adornando su vulva. Ella llevaba hasta el momento toda la iniciativa, parecía que Karina era la que se estaba cogiendo al profesor. Lo acostó y luego se subió encima y le puso su rajita en los labios. El profesor comenzó a mamar el coño que tenía encima y se aferró de los muslos de ella para que sus lengüetazos fueran más intensos y profundos. Mi hermanastra gemía y cuando estaba ya muy caliente, comenzó a animar al profesor –asi profe!, como me la come!, ayy que rico, asii!!-
La lengua del profesor parecía salirse de su boca y tener vida propia, los chupones que él le daba podía oírlos hasta allá arriba, de repente ella gritó –profe!! Profe!!-, y se contorsionó sobre él. En ese momento yo no comprendía que le sucedía, tiempo más tarde comprendí que era un orgasmo. El profe al oírla gritar y gemir, quitó la boca y le metió dos dedos en su raja y comenzó a pajearla, fue una escena increíble.
Karina luego, se fue acomodando siempre encima del profesor, pero ahora no era sobre su boca, sino sobre su larga verga, él se acomodó sentado en el sofá y ella encima se la metió en su cuquita y comenzó a cabalgarlo, el tipo no podía detener a Karina que parecía una jinete sobre su gran falo. Al rato los gemidos se entrelazaban entre ambos y solo fueron callados cuando comenzaron a besarse con lengua como salvajes.
Yo para ese momento tenía mojado mi pantalón. Desde donde estaba ubicado en el techo, podía ver el enorme falo del profe que entraba y salía de la raja caliente de mi hermanastra, que tenía buena elasticidad para devorarse semejante tamaño de verga. Por si fuera poco el tipo se puso a mamarle las tetas tanto que parecía morderlas y uno de los dedos de él se metieron por atrás en el culo de Karina. Los dos se movían como lombrices sobre el sofá, ella empezó a gritar de nueva cuenta, corriéndose de nuevo, el profesor a los pocos segundos también se quejaba, -puedo terminar adentro?, puedo terminar adentro?- le decía a ella fuera de control a punto de correrse. –Sii profe! Echémela adentro!!- y él comenzó a quejarse como si hubiera levantado algo pesado. Karina aún se movió un rato sobre la verga, el profe se dejó ir hacia atrás en el sofá, solo la tenía tomada de la cintura.
Poco a poco dejaron de moverse, ella descanso un rato sobre el hombro del profe. Luego le dio un piquito en los labios y se desmontó de la verga que lucía a la mitad de su tamaño anterior. Yo tenía el pantalón como si me hubiera hecho pipí.
-Mi hermanastra es una puta!- Me decía yo por dentro. Allí empezó mi vicio de voyeurismo, lo gocé como nunca y quería repetirlo. Como dije, me gustó tanto que comencé a abrir agujeros en el techo sobre cada ambiente de la casa, los tapaba con plastilina del mismo color, para que no hubiera sospecha, eso funcionó bien. Veía a mi hermana y a mi madrastra bañarse frecuentemente, mientras yo me masturbaba, incluso las vi haciendo sus necesidades en el inodoro. Pero lo mejor faltaba aún.
Mi padre estaría ausente por unos días por unos negocios de la empresa donde él laboraba. Mi hermanastra una semana antes, ya había metido a su habitación al profe de deportes y en su cama, esa vez follaron casi con la luz apagada y no fue posible ver nada, solamente los escuché gemir.
Yo notaba esos días algo raro en mi madrastra, la veía nerviosa, al principio pensé que era el viaje de mi padre, pero en uno de mis espionajes, la oi hablar con su hija Karina, ella le decía algo relacionado al profesor de deportes, -él vendrá y tu lo atenderás, vas a ver que es un lindo ejemplar!-, mi madrastra algo nerviosa, -ay no sé, y si alguien se entera, por ejemplo Lester podría vernos!-. Karina agregó –de Lester no te preocupes, yo lo mantendré lejos de la casa!-.
Lejos a mi?, de qué?, eran mis preguntas en ese momento, no entendía. Pero para facilitar el asunto ese día de su plan, le dije a mi madrastra que me iría a dormir a la casa de uno de mis amigos que vivía en la misma calle. Por supuesto que ella aceptó rápidamente. Salí y entré por la parte de atrás en donde la casa tiene un patio pequeño, me subí rápido, en las rendijas pude ver a mi madrastra, pero no a Karina, ella estaba vestida como si fuera a una fiesta, un vestido negro corto que apretaba todas sus carnes y le hacía lucir ese tremendo trasero que tiene. Esperé casi dos horas, ya estaba yo un poco desesperado. En eso oigo que tocan el timbre, me fui gateando hasta donde está el living, era el profesor nuevo, quien salió a abrir fue Samantha mi madrastra. Algo dijeron que no alcancé a oir, pero los ví llegar al living y ella lo sentó en un sofá.
Samantha le ofreció que tomar un poco de soda, cuando ella le daba la espalda, yo veía que el profesor le miraba el culo. Al llevarle la soda, ella se sentó a su lado muy pegada a él. Luego de algunos minutos charlando trivialidades, el profesor no dejaba de verle el bonito par de tetas que tenía mi madrastra y que el vestido ofrecía una buena vista, luego él ya tomó más confianza, le preguntó porque estaba vestida asi. Ella le dijo que se estaba probando un vestido cuando él llegó y aprovechaba para preguntarle si le gustaba como le quedaba, Samantha se puso de pie y casi modeló para el profe. El se la comía con la vista, como dije antes mi madrastra estaba muy buena aún.
-señora ud está preciosa!- le dijo cínicamente el profe ya envalentonado.
-ay profe, ud lo dice solo para agradarme- contestó ella
-créame que no señora, usted es muy linda, su esposo debe de cuidarla todo el tiempo, si no se la roban- dijo él algo cursi.
-Tan lindo que es el profesor, le cuento que mi esposo no está en casa, anda de viaje, y tampoco está mi otro hijo, se fue a dormir con un amigo- dijo Samantha.
Creo que eso encendió al profe, ahora lo vi más interesado y le dijo que se sentara de nuevo junto a él. Samantha lo hizo. –Y Karina tardará más tiempo?- le preguntó muy interesado el profe.
-La verdad es que ella se fue al centro comercial con sus amigas y vendrá tarde y yo no quería estar solita- dijo Samantha con palabras lentas y provocativas; el profe que no era idiota, lo entendió a la perfección y se abalanzó sobre mi madrastra y comenzaron a besarse como animales en celo, él rápido le metía la mano debajo de su vestido y le tocaba su raja sobre su braga, ella le iba zafando los botones de la camisa, la ropa empezó a caer en el suelo, camisa, pantalón, zapatos, luego ella se fue quitando el vestido frente al profe, quedó con una linda lencería negra, comenzaron a besarse de nuevo y el profe quedo sobre Samantha en el sofá, le bajó sin quitarle el sostén y le mamó las tetas que aún tenía muy buenas, una mano de él se metía entre sus bragas y por la forma que la movía podría decir que le metía uno o dos dedos en su raja pajeandoselos duramente, mi madrastra gemía cada vez más.
Como dije, mi madrastra gemía como condenada, yo allá arriba era testigo de la infidelidad de la esposa de mi padre. Al rato cambiaron de posiciones, ella en cuatro y el sentado sobre el sofá, comenzó a darle un probadita al duro falo que tenia ya el profe, lo metía y lo mamaba dentro de su boca sin usar las manos. El profe metía la mano entre sus piernas y dentro de su braga, seguía insertándole los dedos en la raja a Samantha. Todo lo hacían ardorosamente, gimiendo como si fueran novios.
No tardó ella en subirse sobre la verga del profe que seguía sentado en el sofá, yo podía ver claramente las nalgas de mi madrastra subir y bajar sobre el enorme pedazo de carne de él. El ritmo era tremendo, ella aceleraba los sentones de su trasero sobre la verga, mientras el tomaba con las manos sus grandes tetas y las mamaba. Ahora solo se oían los quejidos de placer de ella, luego vi que se detuvo y empezó a gritar mientras daba secos movimientos sobre él. Samantha estaba corriéndose. Yo ya tenía mi veguita en mis manos y comenzaba a darme una rica masturbación allá arriba.
Luego sin perder mucho tiempo, el profe la quitó de encima y le indicó que se pusiera en cuatro con las rodillas sobre el sofá con el culo para afuera. El de pie, tomando su verga con la mano se la introdujo en su raja de nuevo y tomándola por las nalgas se la empezó a coger con fuerza, diciéndole cosas como –que rico coño tienes, pero tu marido no te coge bien como yo!-, -coge putita eso querías, coger conmigo, asi que mueve tu culo!- No sé como mi madrastra aceptaba esas frases humillantes, pero parecía como si eso la excitara más, ya que movía su trasero para estar más ensartada en la verga del profe.
El profe le daba duras embestidas a ella y emitia tantos gemidos y gritos a veces que no puedo precisar si se corrió dentro de la raja de Samantha durante esa posición perruna. Por último la acostó boca arriba en el sofá grande y subiéndose encima de ella y entre sus piernas la penetro por enésima vez, ella lo encerró entre sus piernas y quedaron pegados sus cuerpos el uno con el otro, el movía su cintura con fuerza y cada vez que la clavaba ella gemía o suspiraba profundo. Luego él entro en una seguidilla de movimientos rápidos de su verga entrando y saliendo de su raja, aunque no lo podía ver, era obvio por el movimiento de caderas que le daba. Los gemidos de Samantha aumentaron y comenzó a gritar –Assi papi, assi, assii!!, no pares no pares!!!- de pronto el comenzó a bufar como un toro, los movimientos cambiaron a lentos pero profundos. Ambos comenzaron a detenerse entre gemidos. Gritaron juntos varios segundos. Se quedaron otros segundos quietos, él aún encima de ella, sus cuerpos se relajaron allí tendidos.
El se levantó mientras mi madrastra quedó agotada con las piernas abiertas, un hilito de semen salía por su raja ahora colorada por tanta fricción.
Luego de ese momento en el cual volví a mojarme en los pantalones y no se diga el número de pajas que me hice posteriormente recordando esa escena, el dilema era decirle a mi padre lo que había visto, no quería que mi padre fuera un cornudo y que se burlaran de él asi, mi padre trabajaba mucho. La decisión no me dejó dormir las tres noches siguientes, es más durante ese tiempo, no quería ni tener comunicación con mi madrastra.
Al cuarto día de eso, mi madrastra había salido, yo tomé valor y me encaminé a la habitación de mi padre, finalmente le confesaría la infidelidad de Samantha, cuando estuve a un metro de la puerta oí gemidos provenientes de la habitación, la televisión estaba prendida a alto volumen, pensé que mi madrastra había regresado, pero recordé que no tenía planes de regresar a casa ese día, puse más atención y los gemidos me parecieron conocidos a pesar del ruido de la Tv. Me regresé a mi habitación, me subí al tapanco y arrastrandome me fui hacia la habitación de mi padre. Con la luz de la Tv y de la mesa de noche, pude ver a mi padre en la posición del misionero follando a toda máquina a mi hermanastra Karina, ella estaba aferrada de él con sus piernas y brazos, él le daba pistonazos duros y secos que la hacían gemir estruendosamente.
-Asi papi!! Asi!!, damela, ayy así!!- gritaba Karina debajo del cuerpo de papá.
De pronto se oyeron dos escandalosos gritos de ambos que llegaban al climax juntos. El mismo pecado tenía mi padre que mi madrastra!.
Para terminar, asi me volví voyeur, mi casa era casa de lujuria. Ahora yo ya adulto, me encanta ver sexo en vivo a escondidas y me encantan los lugares de la red que promueven esos videos, me fascina!!.
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