Mi suegra nos vio y le di lo que queria
En casa de mi novia, su madre nos descubrió mientras cojiamos. Luego le mostre lo qie le hago a la hija. .
Eran los primeros dias de verano. Mi novia, Camila (23), delgada con cuerpo hermoso, un culo perfecto y no mucha teta, había terminado sus estudios por ese año y yo (28) recién salía de licencia.
Cami tiene un hermano mas chico, con el cual se lleva pésimo. Sus padres, aunque casados, tampoco se llevan bien así que Cami prefiere venir a mi casa antes que recibirme en la suya. Por suerte esta vez, su padre había decidido pedir días libres en su trabajo para poder llevar al hermano de Cami a un festival de bandas de rock que a ellos les encanta, así que no iba a haber conflictos.
Ya habían pasado un par de días, pero como no habiamos tenido sexo ni una vez, por miedo de Cami a que su mamá sienta algo, ya que además los cuartos estan pegados. Ella, Paola (45) era bastante sexy, lo que se puede llamar milf. Si bien está casada, hace tiempo que no conoce placer, ya que con su esposo ni se tocan. Sobra decir que ver a Paola pasearse por la casa me ponía a mil, así que nl aguantaba mas.
Una noche, luego de que Pao se fuera acostar, Cami y yo fuimos al cuarto a ver alguna peli. Al rato no pude co tenerme así que le dije a Cami: «cojamos por favor, no va a escuchar nada, tengo muchas ganas de hacerte de todo». Ella no lo pensó mucho, estaba a mil también, así que apagamos la peli y empezamos a besarnos.
No se muy bien por que, pero en esa casa acostumbran dejar la puerta entreabierta, sin cerrar del todo, y esta vez, por descuido de Cami, no fue la excepción.
Llevabamos un rato ya, yo le estaba chupando la conchita a Cami y ella, sin darse cuenta, empezó a gemir un poco. Llegó un par de veces y me pidio que me acueste para cojerme. Así lo hice. Al minuto, de casualidad, mire ala puerta del cuarto y vi algo muy excitante. Ahí estaba Pao, intentando no ser vista, mirando como su hija saltba arriba de mi pija. Ella, mi suegrs, tocandose con una mano la concha y con la otra amasando sus tetas.
Asi estuvo uno o dos minutos, hasta que su hija llegó de nuevo, vibrando encima de mí, para luego pararse y arrodillarse para chuparme la verga.
Jamas dejé de mirar a Pao, porque ella estaba viendo a Cami y mi pija, pero hubo un momento en el cual nuestras miradas se cruzaron. Casi de inmediato Pao frenó y se fue a su cuarto.
Cami siguió chupándomela un rato, pero yo estaba distraido, pensando en Pao. Cami frenó y me dijo que estaba cansadísima, que no podía más y que me masturbaba si quería, pero me negué, mi objetivo era claro.
Esperé a que Cami se durmiera y salí de la habitación directo al cuarto de mi suegra. Para mi sorpresa no estaba dormida, tenia un consolador con una medida respetable, que se asemejaba al tamaño de mi pene. Ella se paró en seco, sin saber que decir, así que empecé yo.
—«¿Todavia despierta Pao?»
—«¿Qué hacés acá? Andate antes de que se despierte Cami. Yo no me podía dormir después de verlos así que acá estoy».
No le di importancia a lo que dijo y decidí entrar en el cuarto. Yo ya estaba desnudo, así dormimos con Cami, y no falto ni un segundo para que mi pene se pusiera durísimo. Me acerqué a Pao, mientras ella me miraba la pija y balbuceaba que me fuera, que estaba Cami al lado.
Sin darle chance de nada acerque mi boca a la suya, le pedí que se callara y la besé. Apenas intentó sacarme, pero se rindió al instante. Me acosté con ella, besandola, empecé a tocar su cuerpo. Ella ya tenía su mano en mi pene, masturbandome como Cami nunca lo hizo. Me arrodille en la cama, me puse encima de ella y comence a cojer sus tetas. Sentí que me pidió que la escupiera, así que lo hice.
—«Metémela en la boca, te la quiero chupar».
Puse mis rodillas rodeando su cuello, con su cara perdiendose atras de mi pene y mis bolas. Sentí su lengua, deseosa. La agarré de los pelos para empujar su boca y empecé a cojerla, atragantándola con cada empuje. Pao se estaba masturbando a más no poder, tuvo tres orgasmos como mínimo y paré, le dije que quería esa conchita para mí.
Me puse en posición y empece a bombear con todo hasta el fondo. Se le escapó un grito pero se duo cuenta y se tapó la boca. Estuvimos así un rato, cambiando de posición cada vez que Pao tenía un orgasmo.
—«Haceme la cola pendejo». Me dijo con los ojos blancos de excitación.
No pude negarme, mi verga empezó a latir, nunca habia hecho anal, Cami nunca quiso y siempre fue mi mayor deseo. Di vuelta a Pao, poniendola boca abajo, abrí sus nalgas y empecé a lamer cada centinetro de su ano, penetrando con mi lengua, escupiendo y metiendo un dedo, dos dedos, tres…
—«Estás lista puta». Me levante, volví a abrir sus nalgas, esta vez para meter mi pija bien adentro de la cola de mi suegra, que casi se le escapa otro grito. Intentando no hablar fuerte, casi susurrando me pedía mas, mas fuerte, que la coja, que le rompa el orto. Dos orgasmos mas.
—«Quiero tu lechita pendejo, acostate que te voy a secar».
Se tragó mi pija entera sin problema, la escupía, la lamia mientras me masturbaba. No pasó mucho tiempo hasta que ya no podía más y le avisé que estaba por llegar. No pareció importarle, siguió igual ask que interpete que quería probar mi semen sí o sí.
Agarré su cabeza y la empujé hacia abajo, atragantandola mientras mi leche empezaba a llenar su boca y se deslizaba hacia afuera, bajando por el tronco de mi verga. Se inclinó un poc hacia atrás, pensando que había terminado, pero unos últimos chorros alcanzaron su cara.
Mirándome como su presa, se metió los dedos en su boca y esparció un poco de semen por su cara y tetas, tragando lo restante y relamiéndose.
—«Si Cami nos viera podría aprender como tratar a un macho como vos».
Nos besamos una ultima vez y volví a acostarme con Cami.
Al otro día, por suerte, no fue para nada incómodo, pero la tensión sexual se palpaba. Quizás algún día se cumpla mi fantasía de tenerlas a las dos juntas.
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