Mi tía Carmen
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Pablo, ahora tengo 25 años, pero cuando tenía 14 me encantaba ir a la casa de tía Carmen.
Ella vive en el campo con los abuelos, es la clásica gordibuena que siempre esta feliz haciendo sus tareas rurales.
Es soltera, en ese entonces ella tendría unos 45 años mas o menos, pero a pesar de su edad y su robusto cuerpo, parece una niña, está siempre de broma, jugando, es la clásica mujer feliz.
Cuando iba de vacaciones a casa de los abuelos, la pasaba genial con la tía, cuando terminaba de darle de comer a las gallinas, soltar las vacas y arreglar donde guardaban el forraje para los animales, nos íbamos a pescar al arroyo.
Mis abuelos y mi tía viven en una parada de tren que queda pasando un pueblo que se llama Montes, en el departamento de Canelones, en Uruguay, como yo le decía, en medio de la nada y ella se reía a carcajadas, moviendo su barriga y sus enormes tetas.
Nos íbamos caminando al arroyo a pescar mojarras, que eso a mi me volvía loco, yo la veía caminar, con su enorme pollera, sus botas de goma y su camisa que nadie sabe de que color es, ya que por el tiempo de uso perdió el color.
Cuando llegábamos, ella se sentaba en el pasto y yo me ponía a pescar.
Una tarde que hacía un calor insoportable, me dice la tía si me quería bañar en el arroyo, ya que no es muy profundo, "pero tía, no traje mi bañador, como nos vamos a bañar?", le dije, como siempre ella se empezó a reír a carcajadas, "y desnudos, como quieres bañarte?, no te vas a asustar de ver a tu tía desnuda me imagino", dijo riendo a carcajadas, y se empezó a sacar las botas, la pollera, la camisa, el sujetador y un enorme calzón que llevaba puesto, quedando completamente desnuda frente a mi y se metió al agua, "ven Pablo, desnúdate y entra en el agua que esta riquísima", me grito, saltando y chapoteando en el agua.
Yo veía como sus enormes tetas su iban para todos lados, ya que el agua a ella le daba por la cintura.
Yo con mucha vergüenza me desnude y me metí al agua, la tía Carmen me tiraba agua, me empujaba, "sube en mis hombros y te tiro así te sanbullís", me dijo metiendo todo su cuerpo debajo del agua y haciendo que me suba en sus hombros y me tiro todo despatarrado al agua.
Sus carcajadas era atronadoras, yo estaba fascinado viendo sus tetas, sus pezones estaban duros, sale del agua y pude ver su concha bien peluda, y se quiere subir a un árbol, y veía como sus enormes nalgas se le abrían cuando levantaba la pierna, "ven, ayúdame", me gritó, yo salí del agua y ella me dice que le haga fuerza de la cola para poder subir al árbol.
Yo apoye mis dos manos en sus nalgas e hice fuerza, pero por su peso, perdió el equilibrio y se cayo sobre mi, quedando con sus tetas en mi cara, "hay casi lo aplasto a mi sobrino", me dijo, sentándose sobre mi, y noté como su concha había quedado pegada a mi pija que se me empezó a poner dura, "y esto?", dijo la tía levantando su cuerpo y viendo mi pija dura contra su concha.
"Pero muchacho, como te pones así", me dijo la tía Carmen viendo como tenía dura mi pija.
Yo pensé que se iba a enojar conmigo, "es un desperdicio no aprovechar esto", dijo la tía y acomodó con su mano mi pija en su concha y se le sentó encima.
Yo abrí mis ojos como si se fueran a salir de las órbitas, me estaba cogiendo a la tía Carmen.
Ella estaba sobre mi, con mi pija dentro de su concha y movía sus caderas en círculos, para adelante y para atrás, "juega con mis tetas mientras me coges", me dijo la tía, agarrando mis manos y se las puso sobre las tetas, "hay Pablito, no sabes cuanto hace que no me coge nadie", decía la tía cerrando sus ojos y gimiendo de placer sin dejar de mover sus caderas, "ufffff, que delicia de pija, que rico me coges", me dijo, agarrando mis manos y sus tetas, apretando fuerte y gimiendo, "me quieres coger por la cola Pablito?", me dijo con la voz ronca.
Yo le dije que si, ya que era la primera vez que estaba cogiendo.
La tía Carmen se baja de encima mío y se tira sobre el pasto boca arriba y levanta bien sus piernas, abriendo sus nalgas dejando que le vea un enorme ojete, negro, bastante peludo, me hace acostar sobre ella y con su mano acomoda mi pija contra su ojete y me dice que empuje, gimiendo mi tía cuando empecé a empujar y mi pija le empezó a entrar en la cola.
Ella gemía y se abría las nalgas, "así, así, mete toda tu pija en mi cola", me decía con los ojos cerrados y se mordía el labio inferior.
Dejó de abrir sus nalgas y se empezó a meter los dedos en la concha entre gritos de placer y fuertes gemidos, hasta que dejo de gemir y ya eran gritos los que daba, "me estoy acabando, me estoy acabando", gritaba, moviendo su enorme cuerpo para los costados, yo estaba tan nervioso que no me podía acabar mientras la tía no dejaba de gritar de placer.
"Y vos Pablito, no te acabaste?", me dijo la tía viendo que seguía con la pija dura, "no tía, no pude", le dije avergonzado, "eso tiene fácil remedio", me dijo la tía, haciendo que me ponga en pie y ella así como estaba arrodillada, me empezó a chupar la pija hasta que me hizo acabar en su boca.
"Vamos a lavarnos y nos vamos que se va a hacer tarde, mañana venimos de nuevo y me volves a coger", dijo la tía después de haber tragado la leche y nos metimos en el arroyo de nuevo.
Así pase las dos semanas de vacaciones que tuve, cogiendo todos los días con la tía Carmen.
Todos los años volvía y la tía me esperaba para coger, ahora yo tengo 25 años y la tía Carmen tiene 56 y sigo yendo de vez en cuando y me sigo cogiendo a mi tía Carmen, la gordibuena de la familia.
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