Mi Tía Isabella
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Leonanky.
Mi tía Isabella.
Historia que incia en el escurridizo deseo de pasión, penetrando las venas de nuestros pensamientos, con el fin de que nuestros cuerpos culmien el clímax de la prohibición.
Todo comienza un día en verano. Ya era vacación, mis padres y yo habíamos planeado nuestros días desde hace 2 semanas, ante de las vacaciones.
Está vez mis padres se les presentó un inconveniente y decidieron dejarme en la casa de mi tía Isabella. Por lo general no me gusta estar allá porqué no hay Internet, hay televisión por cable. Eso y la playa que está a 30 minutos de la casa es lo que hay para distraerme. Yo molesto y algo resignado digo que está bien, que iré.
Aproximadamente, a las tres de la tarde mis padres llegan a la casa de mi tía. Mi tía y mi prima Emily nos reciben. Ellos hablan con ella planteandole la situación de ellos y la mía . Mi tía encantada de cuidarme, acepta.
Al retirarse mis padres yo entro a unos de los cuartos. Acomodo mis cosas y me pongo una ropa menos apretada. Me coloco un short playero y una franela verde. Y me pongo a ver televisión.
Al rato, mi tía entra.
—Oye Denise, porqué no sales un rato a trotar o caminar. Y así aprocechas que voy también. ¿Qué dices?
—No sé… No tengo ganas. Además todos los años que voy me aburro.
—Vamos chico pasa un tiempo con tu tía que hace un rato que no te ve.
—Vale. Déjame ponerme los zapatos.
—Iré a arreglarme.
Una vez listo, voy a la sala a esperarla. En eso ella sale y… ¡Dios Mío!, no puedo ver lo que mis ojos divisan. Mi tía se pone una blusa sumante apretada haciendo que se le salgan dos o tres cuartos de teta, más la licra roja. La cuál marca perfectamente su cintura y su gran culo haciendo que resalte un más, y que cada detalle haga de ello un paisaje artístico.
Me quedo perplejo.
—¿Listo?
—Eh… Ss…Si, si.
—¿Qué pasa?
—¿Vas a salir así?
—¿Así cómo?, estoy normal.
En mi mente digo: "normalmente buenísima"
Por lo general mi tía es una coqueta por excelencia. A pesar de sus 35 años, ella se conserva como una flor, a pesar de que mandó a grandarse las tetas y el culo.
—Ven vamos. Así respiras aire fresco. —Menciona ella.
—¿Y Emily no viene?
—No. Ella va a salir a casa de una amiga.
—Vale.
Al salir, voy caminando lento de manera que mi tía vaya adelante. Cosa que hago para ver su magnífico culo.
Ella tiene el cuerpo tonificado, debido a que hace ejercicio y va al gimnasio. A parte, las modificaciones que se hizo encajan perfecto.
Ella es alta. Mide 1, 78 metros. Cabello negro, pero un negro precioso el cuál sí hacer mucho le brilla incluso en la oscuridad. Rostro delgado, ojos castaños oscuros, nariz semi perfilada, labios carnosos, tetas Grande, cintura bien marcada, uno culo bien grande y redondo, piernas bien torneadas.
Estando por el paseo con mi tía. Noto que las indiscretas miradas nos queman, sobre todo a mi tía. Obviamente no soy el único que sabe que está buena.
Ambos decidimos trotar, ya al cabo de 10 minutos quedo exhausto, así que le digo a mi tía que vaya adelante que luego la alcanzo. Puedo como su culo se mueve, de un lado a otro como un movimiento de oleaje.
Al llegar al punto, mi tía me espera y ve lo cansado que estoy.
—Ven toma agua, vámonos a casa.
En camino. Sólo me dedico a tener la mirada abajo, ya que no podía resistirme al ver las tetas sudadas de mi tía. Para mi era algo tan sexy que me embelezaba.
Llegando a casa, nos bajamos y yo me voy disparado a bañarme. Luego me pongo cómodo. En eso viene mi tía, vistiendo una guardacamisa, ella no lleva sujetador lo cual me deja ver sus pezones, y una licra roja. ¡Dios! ¿¡Será que ésta mujer me quiere matar!?
—¿Como te sientes Cariño?
—Un cansado, tía. Nada fuera de lo normal.
—Vaya. Pero si no tienes resistencia.
—Bueno, no soy deportista.
—Pero debes ser todo un campeón con las chicas.
—Eh… De hecho no tengo novia.
—No te creo. Un chico tan atractivo como tu debe tener una fila esperando a que les hagas caso.
—No tía. No tengo novia.
—Mal hecho de parte de ellas. Si yo estuviera la edad de esas chicas, mataría por un chicho como tú.
—Naa! Como crees.
—Sólo mírate. Eres lindo, atractivo y no tienes que hacer nada para llamar la atención.
—¿Te parezco atractivo?
—Bueno… Si, eres mi sobrino bello.
—Me refiero, que si no fueras mi tía. ¿Yo te gustaría?
—Pero que cosas dices Denise.
—Sólo te pregunto. No tiene nada de malo la pregunta.
—No, por supuesto que no, sólo que me preguntas eso, y me incómoda un poco.
—¿Y tu crees que no estaba incómodo por las miradas que nos tenían?
—¿Que hay con ello?
—Que Estás buena, demasiado buena. Eres preciosa, y despierta deseos en cualquier hombre.
Mi tía se sonroja al máximo, se ríe un poco y luego toma aire para responder.
—Vaya. ¿Eso es lo que piensas?
—Bueno, si. Sólo mírate, tienes un cuerpo provocativo.
—¿Te es provocativo?
—Eeeeeh…
—Tranquilo, sólo dime lo que piensas de mí.
Inhalo profundamente y respondo.
—Bueno… Eres una mujer sumamente atractiva incluso para mí.
—¿Y Que es lo que te gusta de mí?
—No sé cómo responder, me da vergüenza.
—Deja la pena, soy tu tía, ten confianza en mí. Yo te dije que me eres muy lindo. No hay inconveniente en que me digas lo que piensas.
—De ti me gustan los labios, tus preciosas tetas y tu divino culo con el cual yo haría de todo. Contigo me daría un banquete.
Mi tía parpadea ante tal comentario. Se levanta y se va de la habitación.
Estoy nervioso. No sé cómo se ha tomado lo que dije. No sé sí cuando vengas mis padres les dirá lo que a ella le dije.
A la mañana siguiente, voy a desayunar. Mi tía está seria pero no molesta. Me está preparando el desayuno. A los 10 minutos, mi desayuno está listo.
—Aquí tienes.
—Gracias.
No soy capaz de mirarla a los ojos, tengo vergüenza por expresarle mis pensamientos. Término mi desayuno, lavo mi plato y me voy a la habitación.
Estando acostado en mí habitación, decido dormir un rato, de momento me quedo mirando el techo, pensando en lo que hoy ha pasado y en lo que le dije a mi tía, me quedo pensando hasta que me quedo dormido.
Me despierto a las 6 de la tarde, me levanto y decido ir a recorrer un poco la cuidad. A pesar de ser menor de edad me gusta salir, y ver la cuidad cuando cae la noche.
Así que tomo las llaves de la casa, voy hasta la habitación de mi tía.
—Tía, voy a salir. Tengo las llaves.
—Esta bien.
Voy al paseo, a caminar un rato mientras contemplo la playa que está allí. Camino un rato y pienso en lo que dije. Incluso me tomé el tiempo para pensar en una disculpa para mi tía.
De regreso voy recordando todo lo que le voy a decir. La forma en que me voy a disculpar.
Estando en la casa abro con la puerta. Una vez adentro, siento un abrumador silencio. Voy a la habitación de mí tía no hay nadie, igualmente cuando voy a la habitación de mi prima, nadie está.
Cuando giro para irme a mi habitación, oigo unos leves gemidos provenientes del baño de la casa.
Me acerco cuidadosamente, y escucho más claro los gemidos. Evidentemente es mi tía. ¿Se está masturbando?, no puedo creerlo. Me acerco un poco más y veo que la puerta está cerrada. Trato de abrirla con extremo cuidado. Y veo como mi tía está acostada en la tina masturbandose con un consolador. Lo bueno es que no me ve porque está a espalda de mí. Lo malo es que sólo veo su espalda y su cabeza nada más.
Escucho cómo gime una y otra vez. En eso decido masturbarme, pero cuando lo voy a hacer tocan la puerta. Yo rápidamente me guardo la cuestión, y salgo corriendo a mi habitación.
Oigo una voz, es mi prima llamando a mi tía. Me acuesto en mi cama, pensando en lo que había visto. Decido terminar de masturbarme. Cuando estoy apunto de llegar, entra mi tía, yo me tapo la erección con la almohada.
—Hola mi amor. ¿Cuando llegaste?
—Llegue ahorita.
—¿Con Emily?
—No. Creo que después de que ella llegó, porque cuando entre a la casa Emily estaba.
—Mmm… Comprendo. ¿Oye, puedo hacerte una pregunta?
—Por supuesto.
—¿Qué hacías espiandome en el baño?
—¿¡Yo!?
—Yo te vi.
—No, no. Como crees.
—No lo niegues, incluso te vi masturbandote cuando yo hacía lo mismo.
Me deja entre la espada y la pared.
—Tía, en verdad lo siento. No quise interrumpir y ni andar de chismoso.
—Tranquilo. Eso me pasa por confiarme en dejar la puerta abierta.
—Bueno…
—Y cuéntame. ¿Desde cuando te masturbas?
—Tía, me da pena hablar de esas cosas contigo.
—Confía en mí. Sabes que no soy una persona chismosa.
—Si. Bueno… Yo, me masturbo desde los 13 años.
—Vaya. ¿Quisieras enseñarme como lo haces?
—No estoy seguro. Siento vergüenza.
—Dale. Deja la pena conmigo. Yo te conozco desde muy pequeño y se todo de ti.
—Bueno…
Quito la almohada de mi paquete, al salir y quedar expuesta antes los ojos de mi tía, ella se sorprende al ver el tamaño de mi miembro. El cuál mide 15 centrimetros. Ella lo ve pero rápidamente disimula su asombro. Yo empiezo a masturbarme. Hago el movimiento típico y mi tía observa. Luego agarra mi mano.
—Para. Quiero hacerte a ti.
—Vale.
Mi tía agarra se pone el la mano.
—Es grande tu amigo.
—Si.
Empieza a masturbarme, y yo cierro los ojos para recibír el placer que me está dando mi tía. Ella lo hace lento y sujestivamente. De una manera que me hace desear más, que hace que esté super excitado. Luego ella se lo lleva a la boca y yo no hago más que hadear del placer, de vez en cuando alzo la vista para verla. Ella me mira y sonríe mientras hace lo suyo. Mi tía aplica el mismo método con su boca (lento y sujestivo).
Pasamos un rato así, hasta que estallo en locura y agarro a mi tía por la cabeza y empiezo hacer movimientos de coito. Ella se inpresiona, luego agarra mi ritmo con y se deja llevar por mí.
Al poco rato me vengo en su boca. Mi tía succiona, traiga mi semen y limpia todo mi instrumento.
—Tenía años sin saber lo que era sexo oral. —Dice ella.
—¿Porqué?
—Todo estos años he estado soltera. No confío en los hombres excepto por ti.
Ella se acerca de manera que nos observamos el uno al otro. Se acerca más y establece en mis labios un tierno beso. Un beso tan diferente, tan suave, tan extasiado de amor que me pierdo en el valle de sus besos.
Nos abrazamos por un rato y nos quedamos así. Luego nos separamos, y ella pícaramente me dice "esperame aquí.Te traeré algo"
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