Mi Tía Isabella – Parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Leonanky.
Al regresar, observo que está completamente desnuda.
Yo estoy tumbado en la cama y ella, con todo su extrema coquetería se escurre hasta donde estoy yo.
—Aquí está tu regalo.
Hoy la noche será para los dos. —Lo dice sin quitarme la vista de encima.
—Está bien.
—Quiero follarte con mi boca. Pero antes, ten, toma ésto.
—¿Qué es?
—Sólo tomalo te sentirás bien.
Ella me da una pastillita azul
(viagra), yo la veo por un momento y luego me la tomo.
Empiezo a sentirme agitado, cachondo y con ganas de follar.
Mi tía agarra mi pene y se lo mete a la boca, de manera que lo devora con lujuria. A los pocos minutos me corro en su boca.
Ella se traga toda mi esencia. Yo le ordeno que se de vuelta para poder palpar esa fruta prohibida (posición 69). Ambos estamos dándonos placer, mi boca en su sexo y la de ella en el mío.
Pasamos unos 15 minutos hacía, hasta que decidido follarla.
La acomodo, unto mi pene con saliva y le doy una fuerte embestida. Ella grita pero no dice nada.
Yo empiezo a moverme rápidamente, una y otra vez. El sonido del ambiente se disuelve ante nuestros hadeos, y el ruido que causa nuestra cuerpos al chocar.
Paso unos minutos así hasta que después me acuesto al lado de ella, la coloco de un lado, levanto una pierna y vuelvo a penetrarla. Ella no hace más que gemir de placer.
Al poco tiempo, siento que me vengo.
—Tía me voy a correr.
—¡Uf! ¡Ah! ¡Ah! Corrte adentro de mí cariño.
—Vale, esta bien.
Incremento el ritmo como un demonio y le doy eminentes folladas. Al momento siento que me vengo y descargo todo mi semen dentro de su vagina.
Saco lentamente mi miembro y puedo ver como chorrea por los bordes mi líquido.
Aún no estoy derrotado. Aún tengo ganas de follarme a Isabella.
La agarro y lenta Introduzco mis dedos en su vagina. Luego los saco y están húmedos por mi semen y el líquido lubricante de mi tía. Los llevo a su boca. Ella chupa mis dedos lenta y sujestivamente. Agarro unos de sus pezones y lo empiezo a morder. Ella gime por el dolor, pero luego se agita por el placer que le causa. El otro lo chupo y succiono. Mi tía mantiene los ojos cerrados.
Así paso unos 3 minutos. Devorando sus sabrosas tetas.
Bajo rápidamente a su sexo. Con mi boca busco su clítoris. Luego lo muerdo suavemente y mi tía no hace más que gemir como toda una puta. Introduzco dos de mis dedos y empiezo a penetrarla. Ella grita de placer, pero por lo visto está en su punto.
—Sé que ya te vas a correr.
—No… Para por favor.
No hago caso y sigo metiendo y sacando mis dedos de su cosa. Al rato ella grita mi nombre y suelta un torrencial orgasmo bañando parte de mí cuerpo y parte de la cama.
Cansada me mira con amor, pero yo le sonrio maliciosamente, por lo que le hace entender que no he acabado.
Luego de ese orgasmo, empiezo a devorar su sexo. Penetrandola con mi lengua y estimulando intensamente su clítoris. Ella trata de quitarme de Encima pero me resisto. Luchamos así por un rato, pero ella se rinde debido a que no le queda fuerza por causa del orgasmo.
Ella vuelve a tener un orgasmo, está vez más intenso. Yo me trago todo su orgasmo. Lo pruebo y puedo decír que ésto es mejor que tomar un frío jugo de naranja en pleno verano.
Ella no puede decír palabras concretas, sólo balbucea.
Yo la agarro, le doy vuelta, y la penetro por el culo. Ella empieza a gemir como loca. La penetro fuertemente hasta correrme. Cuando saco mi pene puedo ver como su culo está rojo.
Vuelvo a poner a mi tía en posición Misionero y la penetro. Mientras muerdo sus pezones. Mientras tanto ella intenta soportar la presión.
Paso unos 20 minutis así hasta que siento que me voy a venir otro vez. Pero siento que éste es más fuerte.
—Tía, me vengo.
—Yo también. Corramonos juntos.
Aumento mi ritmo como una máquina de coser. Me siento como un animal. Me siento como todo un Perseo.
Cuando siento que me vengo grito fuertemente "¡¡¡Me vengo!!!", mi tía grita Igualmente. Ambos nos corremos Intensamente. Me quedo un momento unido a ella. Puedo sentir como nuestros líquidos se fusionan. Cuando saco mi pene, baño la cama con nuestros líquidos a causa de que salen de la vagina de mi tía.
Toda la cama está bañada en orgasmo. Ambos estamos muy cansado. Como para cambiar las sábanas.
Cuando me acuesto en la cama y miro fijamente a mi tía.
—Jamás pensé que haría ésto contigo.
—Yo tampoco. Pero como siempre digo: "Nunca se sabe".
—Es verdad. Sabes tía… Te quiero mucho.
—Yo te amo corazón.
Me hace soltar una pequeña risa.
—¿Qué te es gracioso?
—Nada, nada.
—Dime.
—Es que… Nunca pensé que follaría contigo. Eso me causa risa porque es como un chiste, pero a la vez una realidad.
—Es verdad. Pero ahora sabes que soy tuya.
Me da un suave y lento beso en los labios. Yo me pierdo al seguirle el ritmo y me dejo llevar. Luego de un rato. Ambos nos quedamos mirando el techo, y sin darme cuenta me quedo dormido.
Despertando al otro día. Veo que mi tía está durmiendo a mi lado, arropada con las sábanas testigos de nuestro encuentro.
Aun está desnuda igual que yo. Me dedico a mirar su rostro. En verdad que es hermosa, aparto un pequeño mechón y le doy un delicado beso en sus labios. Al momento ella se despierta lentamente.
—Hola tía.
—Buenos días mi amor.
—¿Como dormiste?
—Cómodamente bien. Es la primera vez que duermo tan bien en mi vida.
En eso entra mi tío y nos ve.
—¿¡Pero que Coño!?
Ambos nos espabilamos.
—No amor, no es lo que parece.
—Dice mi tía tratando de calmar la situación.
—¿¡Cómo que no es lo que parece!? ¡Ah! ¡Zorra de mierda!
—¡A mi tía no le digas así! —Trato de defenderla.
—¡¡¡Tú callate, Infeliz!!!
—¡A mi sobrino no le digas así!
—¡Le digo como quiero!. Además, ¡ésto no se va a quedar así!, le diré todo a todos para sepan la clase de porquerías que son.
Mi tía empieza a llorar.
—¡No por favor!, ¡no lo hagas!
—¡Oh si! ¡Si lo haré!
En eso mi tía se levanta para detenerlo, y él le da una fuerte cachetada tirandola al suelo. Trato de ayudarla y él me da un fuerte golpe en la cabeza, haciendome desmayar.
Cuando despierto, siento un fuerte dolor de cabeza. Cuando abro los ojos, están mis padres.
Me levanto y veo que estoy en mi habitación, la casa de mis padres.
—¿Cómo llegué aquí?
—Te fuimos a buscar. Ya sabemos todo.
—¿Cómo así?
—Sabemos todo sobre lo que pasó entre Isabella y tú.
—Eeem… Yo…
—¡Sssh!
—De ahora en adelante estaremos vigilandote.
—Pero yo…
—Silencio. No puedo creer que mi hijo haya hecho semejante barbaridad.
—Pero es que…
—No puedo creer que hayas tenido relaciones con tu propia prima.
—¡Eso no es cierto!
—Claro que si. Violaste a tu prima y tú tía también lo hizo.
—¡Maldita sea! ¡Eso no es cierto!
—No le hables así a tu madre. —Dice mi padre.
—Hemos decidido que no saldrás solo a cualquier lugar. Estaremos contigo a donde vayas o sino dejaremos a alguien para que te vigile.
—¿Que hay de mi tía?
—A ella se la llevaron presa. Tu tío está a cargo de Emily.
—¡Ese cabron fue quien violó a Emily!
—Silencio. Estás castigado.
Mis padres se retiran. Y yo quedo aquí hecho furia. No puedo creer que mi tío haya violado a Emily por venganza de lo que mi tía y yo hicimos. ¡Maldito Enfermo!, ¿¡cómo puede violar a su propia hija!?.
Paso parte del día entristecido y maldiciendo una y otra vez a mi tío. Por lo visto no le contó contó que mi tía y yo tuvimos relaciones. Por ese lado estoy bien, pero por el otro, el muy perro violó a Emily y me culpó de semejante atrocidad.
Así pasaron los días. Todo era igual, todo se volvió un círculo vicioso. Hasta que un día Mi tío llega a la casa aconoañado de Emily. Veo que ella lleva ropa, sutilmente distinta. Y Emily lleva todo el tiempo la cabeza abajo.
Él saluda a mis padres, cuando me saluda me mira con cierta milicia. Yo no le hago caso, le digo a mi madre que voy a la cocina por un vaso con agua.
Mis padres y mi tío establecen una cómoda conversación. Ellos se distraen, yo miro a Emily. La susurro levemente, ella percibe mi susurro. Yo la llamo, me hace seña con la cabeza que no va a ir.
Yo le hago seña, ella trata de irse sin llamar mucho la atención.
Al llegar, la noto muy nerviosa.
—¿Mi tía cómo está?
—Mamá está presa por tu culpa.
—Sabes que no fui yo. —Grito en voz baja.
—Papá me contó todo.
—Ese miserable te engaña.
—No te creo.
—No me creas. Pero, ¿es verdad que el te violó?
—…
—¡Vamos Emily, dime!
—No puedo.
—¿A tu madre cuanto años de cárcel le dieron?
—Diez años.
—…
—A mí también me duele. Pero no podemos hacer nada.
—¡Maldita sea!, dile a la policía lo que tu papá te hizo. ¡Por Dios! —Vuelvo a gritar en voz baja.
—No puedo. Además eres el culpable.
—No soy el culpable. Tu madre halló en mí, lo que a mi tío le faltaba.
—Un buen instrumento.
Su comentario me hace sonrojar un poco.
—No… Claro que no. Debería follarte aquí mismo para qur dejes tu estupidez. Tu madre halló en mí, mucho amor y cariño. Algo que tu papá últimamente en éstos años no le ha dado a tu mamá. ¿Te contó sobre eso?
—Él me dijo que tu y mamá lo engañaron. Que tú y mamá tuvieron sexo.
—Es verdad. Pero eso no implica, que te haya hecho lo que te hizo.
—Bueno…
—No puedo creer que seas tan masoquista.
—No lo soy.
—Claro que si. Sólo mírate. Tienes ropa sutilmente cambiada.
Le levanto la falda.
—Mírate ahora llevas hilo.
—Respetame. Eso no se hace.
—Respetate tú. Ten dignidad Emily, por el amor a Dios.
—Debo volver.
—Oye, espera. Necesito un favor tuyo.
—Apúrate dime.
—¿Puedes darme tu número de teléfono?, así me informas sobre mi tía.
—Papá tiene mis cosas.
—Está bien, esta bien. Una última cosa. Tu y mi tío… ¿Lo han vuelto a hacer?
Emily no responde. Lo que me hace dar cuenta que mi tío, ha tomado por mujer a su propia hija. ¡Maldita Sea! Cómo le puede hacer eso a una niña, y no es cualquier niña, sino su propia hija.
—Vete de aquí. —Le digo sin mirarla.
—Lo siento mucho, primo.
Luego de esa conversación, me queda claro que mi tío ha emprendido una guerra contra mí. Lo malo de esto, es que estoy sólo. Aún así pelearé, no me rendiré.
Mi tía merece un buen hombre. Así sea yo u otro hombre. Mi tío no merece lo que tiene. Es un ¡maldito bastardo!.
Ahora debo trabajar en un buen plan para que todo salga bien, y a hacer caer a la mierda de mi tío. Así recupero mi imagen, recupero el amor de mis padres y de mi amada tía Isabella.
Continuará…
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