Mi tía Julia sufrió las consecuencias de mi calentura.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo vivo en un pequeño pueblo de 2500 habitantes.
Voy a la escuela de noche ya que de día debo ayudar en la estancia de mi padre que está a unos 4 Kms.
del pueblo.
Tenemos sembradíos de soja y criamos caballos de pura sangre.
Los vendemos y también tenemos algunos para competir en las cuadreras locales.
En definitiva, el hecho es que hay mucho trabajo que hacer a diario, y yo no tengo hermanos varones.
Sí tengo dos hermanas menores que yo.
Josefina de 14 y Esther de 12 años.
Las dos son preciosas, gringas rubias de ojos verdes.
Iguales a mi mamá.
Yo también soy rubio pero de ojos grises, como mi padre.
En cambio el es morocho, de tez mate y ojos grises.
Mi tía, su hermana es igual a él.
Los fines de semana en el campo siempre caen visitas, si no son familiares son amigos, siempre se hacen asados, donde la mayoría de las veces terminan casi todos borrachos.
Estábamos en los primeros días de diciembre, el calor ra insoportable.
Ya a las diez de la mañana rondaban los 34°C.
Nosotros no teníamos pileta en el campo.
Si teníamos un gran tanque australiano que era llenado por un molino, y desde allí se repartía el agua para los bebederos de los animales.
Siempre estaba casi rebalsando de agua.
Era una excelente opción para estos días de calor.
Un chapuzón y a seguir trabajando.
Mi padre es una persona muy estricta, no le gusta que ande perdiendo el tiempo.
Dice que tengo que aprender para poder administrar y mantener a la familia cuando el no esté.
Creo que faltan como 50 años para que eso pase.
Obviamente como a las once de la mañana cayó la parentela, es que mi viejo había matado una ternerita y preparaba un asado con cuero.
Los había invitado a todos.
Vinieron sus padres y mis abuelos por parte de Mamá.
El hermano de mi padre con sus tres hijas, y finalmente en su minicooper azul, mi tía Julia.
Ya al momento de bajarse ella del auto y acercarse a saludar, casi me da un infarto.
Traía un short pequeño de lycra que le marcaba tremendamente la cola de bailarina clásica.
Y se notaban muy bien sus labios vaginales, gorditos, apretaditos.
Seguro vió mi cara de tonto, baboso, ya que se me arrimó y apoyandome sus tetitas en mi pecho desnudo, me da un piquito y me dice con ojos picarones, como anda mi sobrino preferido? Y la muy guacha me pellizcó una tetilla.
Como estaban todos no pude devolverle nada.
Simplemente me reí.
Se hizo la hora del almuerzo y empezaron a tomar vino en bota.
Todos prueban y se ríen mucho y al final, se les sube el vino a la cabeza.
Terminan como dije antes, todos borrachos.
Inclusive mi tía Julia.
A mi no me dejaban tomar, salvo algún traguito a escondidas.
pero en eso mi padre es muy estricto, igual que con el cigarrillo.
Me dijo que si se enteraba que yo fumaba me iba a quemar las pelotas con el mismo cigarrllo que este fumando.
Y creanme que seguro lo hace.
Mi viejo cuando promete, cumple.
Luego de comer, todos a dormir la siesta, yo no tenía ganas y me fui para el lado de los caballos, entré a la caballeriza, allí el aire era más fresco, con el piso mojado se soportaba mejor.
Elegí un rincón donde apilamos las bolsas de cereal para los animales y me tiré a hacer fiaca.
Estaba medio adormilado y atontado por el calor y siento una risita, cuando habro los ojos, era mi prima Juliana, la mayor de las tres.
Con sus 12 años, estaba muy bien puesta la pendejita, buenas tetitas, largas piernas y un culito que no por flaco estaba para despreciar.
Ella tiene la cara llena de pecas en la zona de la nariz.
Es bastante bonita, pero por sobre todo es muy amistosa y locuaz, vive riéndose.
Se arrimó y se echó sobre las bolsas a mi lado, nos pusimos a hablar de pavadas.
Me preguntó si tenía novia, le contesté que no, que no tenía tiempo.
Ella me miró directamente a los ojos y sonriendose, me larga; es cierto que a la tarde el padrillo se va a coger a la yegua blanca? Yo inicialmente no le presté especial atención a su pregunta, en el campo es común el hablar así.
Pero Juliana puso especial énfasis en esta pregunta.
Entonces yo le contesté que sí, que despues de la merienda Yahuén que así se llamaba el padrillo, serviría a "La Gata", así se llamaba la yegua.
Mi prima se puso colorada, era como que no se animaba finalmente a preguntar lo que deseaba, tenía mucha verguenza.
Le pregunté si había visto alguna vez como el cabayo montaba a las yeguas.
Ella revoleando los ojos dijo que no pero que le gustaría observarlos, no debería ser muy diferente a los seres humanos.
Y quedamos de acuerdo en que le avisaría cuando largaran los caballos al corral para que ella lo presencie.
Con el calor de la siesta, la posición y la vista de esas tetitas de mi prima, junto a su conchita que se marcaba en su pantaloncito, se me comenzó a parar la pija.
Y eso si es un problema por que me es difícil esconder una erección.
La naturaleza siempre compensa, yo no soy un pibe de los que se dicen lindos, pero mi mayor atributo está entre mis piernas.
Un badajo nervudo, que cuando está en reposo mide unos 17 x 6cms.
pero cuando está en plena erección, llega a los 25x7cms.
Lo sé por que con mis amigos en la escuela los comparamos con la de los demás y me la midieron, es más Anita, la putita del curso me hizo una media paja para que se parara bien y poder medirlo.
Luego ella misma terminó mamandomela y sacandome la leche.
Todo en un recreo, recuerden que yo concurro de noche al colegio.
También un tiempito después, fué la primer piba con la que tuve sexo en serio.
Todo terminó cuando me pidió que se la meta por el culo y yo inexperto, le puse saliba en su agujerito y se la mandé toda de una sola sentada, pegó tremendo grito, y se le rajó el esfinter, sangraba un montón.
Me asuste mucho.
Ella lloraba, y cuando se fue a su casa, caminaba rengueando.
Yo tenía miedo de que sus padres me denunciaran, Pero no pasó a mayores.
Eso si , nunca más quiso cojer conmigo.
Volviendo a la caballeriza, Juliana se dió cuenta de mi bulto, y se le escapó, primo, se te paró la tripa?
Yo un poco con verguenza, me paré y le mostré la carpa que mi mienbro había armado en mi short.
Lo querés ver le pregunté? No se todavía que fue lo que me llevó a esa situación.
Pero Juliana abriendo grande los ojos, me mira y me dicem Sí mostramela, Nunca vi una pija al natural.
Ni lerdo ni perezoso me bajé el short y mi verga salió al ruedo.
La cabezota inchada parecía una ciruela gigante, morada.
Las venas sobresalían del lomo como lombrices en día de lluvia.
La pendeja con la boca abierta miraba mi pedazo, extendió una mano y la toco.
Yo me arrimé a ella y tomando la verga por el tronco se la aproximo a la boca abierta, se la rozo en los labios, por la mejilla, ella no hace nada, se quedó quietecita.
Se la puse en la boca y le digo, chupala como cuando comés helado.
Ella cerró sus labios alrededor del tronco, con la cabezota dentro de su boca, por instinto movía la lengua alrededor del glande, que buenos movimientos que hacía Juliana con esa boca, casi ya estaba por acabar, ella manoteo el pedazo con ambas manos y mientras se afanaba por chupar me pajeaba de lo lindo.
Finalmente le llené la boca de semen, ella no pudo ni sacarla, Todo el semen fue a su estomago.
Sonriendo me dice, que tal lo hice? Viste que mirando películas porno, algo se aprende.
Y se sonrió frunciendo su narizita pecosa.
Se paró y se me aproximó, me dio un beso en una tetilla y me sentencia, la próxima sos vos el que tiene trabajo, y se fue meneando ese culito flaco pero pretencioso.
Yo a pesar de haber acabado en su boca, todavía tenía la verga semi parada.
Cuando me doy vuelta para subirme el short e irme al tanque australiano a darme un chapuzón que me bajara la calentura, veo una sombra que se mueve, corrrí de golpe y descubro que mi tía Julia nos había estado mirando.
Tenía su shorcito de lycra en las rodillas, sus jugos vaginales habían mojado sus piernas, estaba afiebrada y se tocaba metiéndose los dedos en su conchita.
Y mi lujuria ganó la batalla, me bajé el short y pelando la verga se la puse en la boca a mi tía.
Ella solamente atinó a tomarla del tronco y la engull+ó hasta la mitad.
Ahí chocó contra su campaniñña, pero que bien que chupaba, me la masajeaba con una mano y con la otra me sobaba las bolas.
Prontamente mi pija estuvo presta.
Y sin dejarla pensar, me metí entre sus piernas.
Dirigí mi cañón a su cueva que era un volcán en erupción y la clavé contra los fardos de pasto.
Lanzó un gruñido cuando mi badajo invadió su vagina.
Seguí entrando en esa cueva tan apretada hasta chocar contra sus ovarios.
Le entraba tres cuartas partes de la verga.
Locamente comencé a serrucharla, ella gritaba y gemía, me abrazó con sus piernas por la cintura y me refregaba la cara contra sus tetas.
Yo bombeaba y bombeaba.
Se vino en un intenso orgasmo, yo sentía latir esa vagina, apretaba y largaba.
Mi tía estaba desaforada.
Me sacó de encima de ella, se dió vuelta y poniéndose en cuatro patas, me pide, metémela desde atrás que me entra m ejor.
No me hice rogar y la volví a empernar, así le corría pija, se la sacaba casi toda y se la metía hasta el fondo, parecía un pistón.
Y como yo tenía el dominio en ese momento, le abrí su culito, y escupiendole el agujerito, se lo comencé a franelear, al principio estaba apretadito, pero luego ya le entró el pulgar, yo al igual que la pija tengo unas manos grandes con dedos gruesos.
Me pide, por favor despacito, nunca le presté el culito a nadie.
Soy virgen por ahí.
Eso hizo que mi verga engordara un poco más.
Le metí dos dedos y gruño, despacio pendejo puto.
Me haces doler, pero no aflojaba con el vaiven, de repente se vino en otro orgasmo, yo aproveché el momento y le metí el tercer dedo, se los revolvía en su ojete, que para ser virgen, la verdad tenía muy buena dilatación, y sin tantos miramientos, saqué mi poronga de su conchita , le escupi el culo y le apoyé la cabezota.
Primero quiso medio escapar, pero el peso de mi cuerpo y como la tenía agarrada de las caderas no iría a ningún lado.
La puntee firme y entró la cabeza, Julia pegó un tremendo grito y se derrumbó sobre los fardos, cuando se fue para adelante, me caí sobre ella con todo el peso y la ensarté en su totalidad.
Se le escapó un chillido y como que se desmayó.
Quedó quietita.
Yo ya enterrada en ella comencé a bombearle ese culo.
Mamita, lo que apretaba.
Encima sin lubricación, era un martirio ir y venir en ese canal, pero yo no iba a afojar.
Seguí pistoneando, cada vez más largo, pasados unos minutos ella comenzó a moverse, lentamente iba y venía con ese culo.
Mi verga se enterraba hasta el fondo, mis huevos le pegaban en los labios gruesos de su conchita.
Gemía suavemente, de repente puso sus manos en sus cachetes y se los abría para que mi pedazo le entre más.
No aguanté mas la presión de ese túnel y comencé a llenarlo de semen.
Parecía no tener fin mi acabada, dos o tres chorros y se cortaba cuando me quería mover otros dos o tres más.
No sé cuanto duró, pero parecía infinita.
Julia al sentir mis jugos calientes dentro de su intestino, lanzando un pequeño suspiro acabó chorreando todos los fardos.
Cuando finalmente se la saqué, el agujero del culo parecía el tunel debajo del canal del mancha, grande, redondo y oscuro.
Mi pija salió toda manchada de semen, sangre y materia fecal.
Me limpié enlas bolsas de cereal.
Mi tía, quiso sentarse y se le escpó un gritito, le dolía su ojete.
me mira y me dice, mirá que sos hijo de puta, te dije que nunca me la había metido por el orto.
Me lo hiciste mierda.
Yo sonriendo le digo, viste, al final todo resultó una mierda.
Y nos largamos a reir.
Este fue el comienzo de una época genial, mi tía cada vez que nos cruzamos, se desespera sino la cojo.
Mis primas, se enteraron de lo que habíamos hecho con Juliana y terminaron todas siendo dominadas por mi rabo.
Que lindo verano.
Ya les contaré.
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