Mi tía la monja
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, me llamo Facundo, tengo 25 años, vivo solo en una urbanización a las afueras de Madrid.
Nosotros somos argentinos, mis padres y una hermana de mi madre que es monja, que le dieron el traslado a España.
Mi tía Margarita venía a casa siempre que podía a visitarnos, es o era en ese entonces una mujer de casi 50 años y yo tenía 15.
De echo de vez en cuando mi tía viene a visitarme a mi casa y nos echamos nuestros buenos polvos, aunque ella ahora tiene 60 años.
Como decía, mi tía siempre que venía se cambiaba, se quitaba la sotana pero siempre se quedaba con la cosa esa que llevaba en la cabeza, me dijo el nombre de eso muchas veces, pero la verdad que siempre me olvido.
Mi tía no es la clásica monja que solo habla de religión, ella hace bromas, le gusta la música, es muy risueña, nos llevamos todos muy bien.
Una tarde llaman a mi madre del trabajo de mi padre, que había sufrido un accidente y estaba ingresado, enseguida nos fuimos al hospital, a mi padre lo estaban operando, mi madre llama por teléfono a su hermana al convento, le contó lo que estaba pasando y mi tía se vino enseguida al hospital con nosotros.
Mamá dijo que iba a quedar a la noche a cuidar a mi padre, así que mi tía y yo nos fuimos a casa, mi tía en el apuro, no se trajo ropa para cambiarse, así que rebuscó entre la ropa de mi madre y se puso una pijama, que le quedaba bastante apretada, ya que mi tía es mas gordita que mi madre, yo cuando la vi así me empecé a reír, a lo que mi tía hizo un gesto como si me fuera a pegar, pero ella reía también.
yo me fui a mi dormitorio y mi tía al cuarto de mis padres.
A la madrugada, yo estaba durmiendo y me pareció, entre sueños que alguien había entrado en mi habitación, todo estaba oscuro, me pareció entre sueños ver una silueta, era verano y hacía calor, yo dormía destapado, y estaba boca arriba, siempre entre sueños, siento como que me estaban acariciando la pija y se me iba poniendo dura, hasta que dejo de tocarla y se fue.
Yo no estaba seguro si estaba dormido y era un sueño o mi tía me había tocado la pija.
Al otro día nos levantamos, yo no dije nada de lo que había sentido o soñado, ya que no estaba seguro.
Yo me fui al instituto y mi tía a relevar a mi madre para que duerma en casa.
A la noche volvió mi tía y se volvió a poner el mismo pijama, cenamos y nos fuimos a dormir.
Yo intentaba no dormirme para ver si lo de la noche anterior había sido un sueño o no.
Estaba entre dormido y siento que alguien entra en mi habitación, y siento como me vuelven a acariciar la pija, muy suave, enseguida prendo la luz y la veo a mi tía, parada en el costado de mi cama, con cara de sorprendida, sacando su mano de dentro del pantalón del pijama, no sabía que decirme, solo me miraba, yo saque mi pija y le dije que la toque si quería, "si, pero apaga la luz", me dijo.
Cuando apague la luz sentí su mano agarrar mi pija y subir y bajar el prepucio, di un fuerte gemido cuando siento como mi tía la monja se mete mi pija en su boca, no veía nada, pero sentía como me la chupaba.
Estuvo un buen rato chupando, hasta que le digo que me iba a acabar, y siento como lejos de sacarla de su boca, la chupaba mas fuerte, hasta que me empiezo a acabar en la boca de mi tía, sentía su lengua lamer toda mi pija, como la sacó de su boca y la lamió toda y sin decir nada se fue de mi habitación.
Yo casi no dormí nada esa noche.
Cuando me levanté ella ya había preparado el desayuno, ninguno de los dos dijo nada de lo que habíamos echo a la noche.
Yo me volví a ir al instituto y ella a relevar a mi madre.
A la noche, cuando regresó, lo mismo de siempre, hablamos de cualquier cosa, vimos un poco de tele y cada uno a su habitación.
Yo me acosté desnudo, esperando que vuelva, y así fue, "hola tía", le digo cuando la escucho entrar, "no digas nada", me dijo, acariciando mi pija como lo hacía siempre, pero esta vez en vez de chuparla, siento que se sube sobre mi, y como acomoda mi pija contra su concha y se va sentando lentamente entre gemidos mientras mi pija le entraba toda en la concha.
Sin decir ni una sola palabra, ella se empezó a mover sobre mi, para los costados, sentía como subía y bajaba de mi pija, yo le busqué las tetas a tientas, y ella agarrando una de mis manos la metió debajo de la camiseta del pijama y me dejaba que se las acaricie mientras ella no dejaba de levantarse y sentarse en mi pija.
Solo se escuchaban los gemidos de mi tía, yo notaba su concha muy mojada y caliente, era mi primera vez con una mujer, y me estaba estrenando con mi tía la monja.
Sus movimientos se hacían mas rápidos y fuertes, "me acabo, acábate tú también dentro mio", escucho que me dice y empieza a gemir, apoyando sus manos sobre mi pecho, y movía suavemente su cintura, hasta que yo también me acabé dentro de ella.
Como siempre, sin decir palabra se fue de mi habitación, pero vi como en vez de ponerse el pantalón del pijama, se lo metió entre sus piernas.
Yo me levanté y fui detrás de ella, que cuando entraba en el baño, le vi sus enormes nalgas, no dejé que cierre la puerta y mientras se sentaba en el inodoro, le pregunté porque hacía eso, si no era mas fácil hacerlo sin escondernos, "hijo, yo soy una monja, lo que hago es pecado, un pecado muy grave, pero no puedo reprimir las ganas de tener sexo contigo", me dijo, bajando la cabeza, "pero tía, tú me enseñas, ya que me he estrenado contigo", le dije, levantando su cabeza y viendo que le caían lágrimas de sus ojos, "gracias hijo, gracias por entenderme y no decir nada a nadie", me dijo, estirando su cabeza y me da un beso en la pija.
"Facu, quieres que durmamos juntos?", me dijo, volviendo a besar mi pija, "si tía, podemos dormir juntos", le dije, dejando que me siga besando la pija y que la meta en su boca y me la chupe, "quiero pedirte algo hijo", me dijo, levantándose del inodoro, dejando que le vea su peluda concha, se sacó la camiseta, quedando totalmente desnuda, sus enormes tetas le colgaban, unos enormes pezones, "que me quieres pedir tía?", le dije, sin dejar de ver su cuerpo desnudo, acariciar sus enormes tetas, "me da un poco de vergüenza, pero ya no hay nada que ocultar entre nosotros, quiero sentir como me la metes en la cola, quiero que me cojas por atrás", me dijo mi tía dejando que le siga acariciando sus tetas y ella bajando su mano me acariciaba la pija, "si tía, pero me tienes que enseñar, tú eres la primer mujer con la que he cogido", le dije, viendo como le brillaban los ojos, "vamos a aprender los dos, ya que jamás lo he echo por la cola", me dijo mi tía besando mis labios.
Mi tía Margarita me dijo que la espere en la cama de mis padres, que ella iba a buscar algo para lubricar su ano y así los dos desnudos salimos del baño, ella fue a la cocina y yo a la habitación de mis padres.
Al ratito entra con la botella de aceite en la mano, sonriendo, "esto nos va a servir", me dijo, dejando la botella sobre la mesa de noche de mi madre y me empezó a chupar la pija dejando que yo la acaricie toda, y cuando llego a sus nalgas estaban todas impregnadas en aceite.
Cuando mi pija estaba bien dura, mi tía se pone en cuatro patas en el borde la cama y me dice que me ponga detrás de ella, se abrió sus nalgas, "me vez bien el ano Facu?", me dijo, "por ahí quiero que me la metas", me terminó de decir.
Yo intentaba pero no podía, se me escurría para los costados, hasta que mi tía se acostó boca abajo sin dejar de abrir sus nalgas y yo me acosté sobre ella y en una de esas la emboco y escucho el gemido de dolor de mi tía cuando le metí casi toda la pija en su cola, "despacio que me duele", me dijo, mordiendo la almohada, yo seguí haciendo fuerza y siento como entre gemidos de mi tía se la metí toda.
"Espera un momento, no te muevas que me duele la cola", me dijo, sin dejar de abrir sus nalgas.
Yo me quedé quieto esperando que me diga que tenía que hacer, hasta que me dice que me mueva despacio, que no sea bruto, "coge mi cola despacio hasta que se abra mas", me dijo, apretando los dientes.
Yo me empecé a mover con mucha torpeza, no quería que mi tía sufra, "así Facu, vez como poco a poco se me va abriendo mas el ano", me decía mi tía aplastando su cara contra la almohada, "espera, saca tu pija que me duele mucho", me dice mi tía.
Yo le saque la pija de la cola y ella suspiró aliviada, "me gusta, pero me duele mucho", me dijo, volviendo a ponerse boca abajo y se volvió a abrir sus nalgas, ahora su ano no estaba como antes, estaba abierto y salido para afuera, "vuelve a meterla, pero esta vez despacio", me dijo, aplastando su cara contra la almohada.
Yo me volvía subir sobre ella y como pude se la volvía a meter en la cola, ahora escuchando no gemidos de dolor,era los mismos gemidos que daba cuando la estaba cogiendo por la concha, "ahora si, me la haz metido casi sin dolor, muy bien Facu, aprendes rápido", me dijo, riendo y moviendo su cola conmigo encima y mi pija dentro.
"Empieza a moverte, pero despacio", me dijo, sin dejar de abrir sus nalgas.
Yo me empecé a mover para los costados, empecé a levantar y bajar mi cuerpo, haciendo que mi pija salga y entre en su cola, a lo que ella daba fuertes gemidos de placer, "haaa, ahora si me gusta, que bien se siente, seguíme haciendo la colita, cógele bien cogida la cola a tu tía", me decía disfrutando de como le estaba cogiendo la cola, ella se movía junto conmigo, "te estoy cogiendo bien tía?", le dije, haciendo que mi pija salga y entre de su ojete, "siiiii Facu, me estas cogiendo muy bien", me dijo, gimiendo y moviendo su cintura, "Facu, que bien me estas cogiendo, que bien te coges a tu tía la monja, podemos seguir cogiendo siempre mientras no digas nada a nadie", no dejaba de decirme ni de mover su cola, gimiendo y disfrutando, "Facu, hijo, llena mi cola de leche, dale toda la lechita a la tía que te quiere tanto", me gritaba y se movía como si estuviera convulsionando, escuchaba como daba patadas sobre la cama y no dejaba de gemir y pedirme que le llene la cola de leche, hasta que siento un placer enorme y me empiezo a acabar dentro de la cola mi tía Margarita, los gemidos y los gritos de placer que dábamos eran tremendos, en ese momento seguro que a ella no le importaba si alguien la escuchaba gritar de placer, con sus nalgas bien abiertas, tiraba su cola mas para atrás, mas hacia mi, hasta que quedamos los dos quietos, yo me acosté sobre su espalda, seguía con mi pija dentro de su cola, se la fui sacando, y me acosté a su lado, respirábamos como si hubiéramos corrido un montón.
Fue la primer de muchas noches que mi tía Margarita y yo dormimos juntos.
Ahora que vivo solo, viene de vez en cuando a visitarme y seguimos cogiendo, dormimos juntos si viene un fin de semana, y a pesar de que ahora tiene 60 años, le gusta coger como cuando tenía 50 y me enseñaba como cogerla.
"Bueno, Facu, ya me voy al convento bien cogida y llena de leche de mi sobrino favorito", me dice y nos damos un beso en la boca y se va, hasta una o dos semanas que vuelve a seguir cogiendo.
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