Mi tía la monja 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi tía Margarita es monja, cuando la gente la ve por la calle, la saludan, es una persona que inspira ternura, pero de la puerta para adentro, es una mujer fogosa, le gusta coger por todos lados y yo soy su amante de muchos años, fue con la que me estrené cuando tenía 15 años, y ella estrenó la cola conmigo, ya que yo fui el primero y único que la coge por ahí.
Ahora que vivo solo, me fascina verla venir a mi casa caminando lentamente, con paso cansado, pero a sus 60 años actuales, se mantiene muy bien, no esta como cuando la empecé a coger, tenía 50 años.
Me encanta verla desnuda, con sus enormes tetas colgando, sus enormes nalgas, su concha siempre bien peluda, y la parte de arriba de la sotana que usa, la que cubre la cabeza puesta.
"Hola pervertido", siempre me saluda cuando llega a visitarme, y nos besamos en la boca, "eres un abusador de ancianas", me dice, sentándose en una de las sillas de casa, con gesto cansado y me atrae hacia ella de un brazo y me baja el pantalón, metiendo mi pija en su boca y la empieza a chupar.
Cuando esta bien dura se la saca de la boca y se empieza a remangar su abito, se saca sus enormes calzones y se agacha para que le meta la pija en la concha o en el culo, depende las ganas que tenga y entre risas y bromas, cogemos despacio, ya que eso solo es el principio, "a ver depravado, deja que tu vieja tía se desnude", me dice, sacando mi pija de donde la tenga metida, y se desnuda.
Cuando esta totalmente desnuda, se va caminando a mi dormitorio y se acuesta boca arriba, abriendo sus piernas y ofreciéndome su peluda concha para que se la chupe.
Para mi es un verdadero placer ver como disfruta mientras le chupo la concha, o se da la vuelta y abre sus enormes nalgas para que le chupe el ojete, "tía, que grande tienes el ano", le digo para molestarla, ya que se lo vengo cogiendo desde que tenía 15 años, "y por culpa de quien?, quien es el depravado que le coge la cola a esta pobre y desvalida monja", me dice riendo, y mueve su culo contra mi cara.
"Como están tus padres?", me pregunta mientras le voy metiendo la pija en la cola, "bien, hace unos días hablé con ellos por teléfono", le digo, metiendo y sacando mi pija de su ojete, escuchando como gime de placer, "tía, sabes que me calientas mas cuando te dejas el abito puesto?", le digo mientras la sigo cogiendo, "es que muchas veces he llegado al convento y estaba manchado de leche, por eso prefiero desnudarme", me dice, abriendo una de sus nalgas y moviendo el cuerpo para acomodar mejor mi pija dentro de su cola.
"Facundo, me puedo quedar esta noche contigo?", me pregunta, "si, claro tía, sabes que me encanta dormir contigo", le digo, sacando mi pija de su cola y viendo el tamaño de su ojete, abierto, redondo.
La hago poner boca arriba y le levanto las piernas y se la vuelvo a meter y le sigo cogiendo la cola entre suspiros de placer.
"Te acuerdas la primera vez?", me dijo mi tía, gimiendo mientras yo hago que mi pija salga y entre de su ojete, "si que me acuerdo, que me la acariciaste muy despacio y la segunda noche me la chupaste hasta que me hiciste acabar en tu boca", le respondí, metiendo y moviendo mi pija dentro de su cola en círculos, para los costados, ella dejaba de hablar y gemía, "y también me acuerdo como me rompiste la cola, como me dolió cuando me la metiste la primera vez, casi toda de una sola vez", recordaba mi tía, pasando sus pies por mi cara, "sácala y acuéstate a mi lado", me dijo la tía.
Yo le saqué la pija de la cola, que cuando salió, a ella se le escapo un pedo y me acosté a su lado, nos abrazamos "como me dejas de abierto el ojete que se me escapan hasta los pedos", me dijo, metiendo uno de sus enormes pezones en mi boca y mientras yo se lo chupaba, ella me acariciaba la cabeza, "en estos diez años que tenemos relaciones cuanta leche te he tragado?, pienso que pueden haber sido algunos litros", me dijo riendo, "no lo se tía, pero puede ser, es que me encanta como me chupas la pija y acabarme en tu boca", le dije, acariciando sus enormes tetas, "que piensas de mi, que siendo monja tengo relaciones sexuales y nada menos que con mi sobrino carnal?", me decía, sin dejar de acariciar mi cabeza, "nada tía, solo que gracias a vos, probé el placer del sexo y de estar en los brazos de una tremenda mujer como vos", le dije, bajando mi mano y acariciando los pelos de su concha.
Cuando la tía Margarita sintió mis dedos en los pelos de su concha, entre abre sus piernas para que haga mas profunda mis caricias.
"Ahora tienes 25 años, y no se como puede gustarte estar en la cama con una vieja como yo, de 60 años", me seguía diciendo, "pero tía, que te pasa, haz venido infinidad de veces a casa, hemos cogido por todos lados y en todos los rincones de la casa y nunca estuviste así, tienes algún problemas tía?", le dije, metiendo uno de mis dedos en su concha, "no se, nada, no me hagas caso y sigue cogiendo mi cola, son cosas de vieja", me dijo mi tía como dando por terminada la conversación, "no tía, quiero que me digas que te pasa", le dije sacando el dedo que tenía en su concha y mirando su cara antes de besárla y entrelazar nuestras lenguas, "es que realmente temo que un día me digas que no me quieres coger más, que dejé de excitarte", me dijo besando ella mi boca ahora, "no digas tonterías", le dije, acomodándome entre sus piernas y le meto toda la pija de una sola vez en su concha, haciendo que gima fuerte de placer, "así podría estar un hombre que no desee a la mujer que se esta cogiendo?", le dije, apoyándome en los brazos y sacando y metiendo mi pija de su concha con mucha fuerza, haciendo que mi tía Margarita grite de placer, le levanté las piernas y le volvía a meter la pija en la cola tan fuerte como se la había metido en la concha, haciendo que ahora vuelva a gritar mas fuerte, "crees que no te deseo?", le decía, agarrando las plantas de sus pies y sacaba toda la pija de su cola y se la volvía a meter fuerte, haciendo que mi tía Margarita se tire pedorretas, "hay Facundo, perdóname, perdona a esta vieja tonta y sigue destrozando mi ojete con tu pija que me vuelve loca de placer", me dijo, gimiendo y moviendo su cabeza para los costados, con un gesto de placer en la cara.
Me quedé de rodillas entre sus piernas con mi pija metida en su cola, y le empecé a manosear sus tetas, apretaba sus pezones, "hay esta monjita divina que dejo a su sobrino romperle el ojete, que placer me das", le digo, apretando sus enormes tetas, "te quiero morder toda, no quiero dejar de cogerte nunca tía", le decía apretando los dientes, "hazme lo que quieras Facundo, muérdeme, cógeme por donde quieras, esta monja es tuya, es tu mujer, es tu puta si quieres", me decía como con rabia, abriendo sus nalgas, pidiéndome a gritos que le meta toda la pija bien al fondo de su cola.
Los gritos que deba mi tía eran fuertes, estaba gozando mucho, se le notaba en la cara, en sus gestos, era tanta la intensidad con la que estábamos cogiendo con mi tía, que nos acabamos los dos juntos, yo apoyaba sus pies en mi cara mientras sentía como me salían los chorros de leche dentro de su cola, y ella parecía que iba a llorar de como se estaba acabando, me empujo con sus pies y me hizo caer de espaldas en la cama y veo como se abalanza sobre mi pija y se la mete en la boca y la siguió chupando, sus tetas me rozaban las piernas, mi pija seguía dura en su boca, se sube sobre mi, y acomoda mi pija en su concha y se sienta hasta que se la metió toda, "sigue cogiendo a esta monja puta, a la puta de tu tía", me dijo moviendo su cuerpo, sus tetas colgaban sobre mi cara, ella estaba con los ojos cerrados, disfrutando, gozando como jamás la había visto disfrutar, su boca estaba abierta y su saliva caía sobre mi cara, "cógeme, cógeme", me decía y veo como lleva una de sus manos hacia su cola, y siento a trabes de la piel como se metía los dedos en la cola, su cuerpo estaba doblado para un costado, su cara desencajada de placer, se movía sobre mi, y sentía como no solo mi pija se movía dentro de su concha, sino sus dedos moviéndose dentro de su cola, siento algo caliente y líquido que me mojaba, se estaba meando de placer, se meaba sobre mi, y eso me ponía mas caliente, le apretaba las tetas con mucha fuerza, levanté mi cabeza y le mordía los pezones, mientras ella gritando no dejaba de mearme encima y yo sin poder aguantar mas, me empecé a acabar dentro de su concha, fue tremendo como cogimos, quedamos exhaustos los dos, lentamente se fue sacando los dedos de la cola, se dejó caer sobre mi, "hay Facu, como te hice la cama, que desastre", me dijo, besando mi boca, pero que me importaba, lo que habíamos gozado era tan increíble, que no me importaba tener toda la cama meada por mi tía, y no solo la cama estaba meada, yo también tenía la pelvis, la cintura toda meada.
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