Mi tía, mi objeto del deseo y del amor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Para nosotros los sobrinos, estaba la tía Jimena y las demás.
Ella sacó todo lo que las demás tías querían tener.
Tenía una estatura de 1.
70, piernas largas, delgadas abajo y gruesas arriba, unas bubis, no descomunales, pero de bella forma, al igual su trasero, no se necesita ser enorme o ancho para ser atractivo y sexy.
Rostro por mucho muy bonito.
Asi era mi tía Jimena, prima hermana de mi mamá.
Ella me lleva 13 años de diferencia.
De chico, tal vez de 7 años, me gustaba quedarme en la casa de sus papás y me quedaba dormido abrazado de una de sus piernas.
Y cuando era adolescente, muchas pajas que me hice fueron pensando en ella.
Tenía una colección de fotos en mi compu, desde que ella era adolescente hasta que.
se casó.
Fue como si me pegaran una puñalada en el corazón cuando la tía Jimena a sus 22 años se casó, con uno de sus novios, este tenía mucho dinero y se la llevó a vivir a la capital.
Ella llegaba dos o tres veces al año a visitarnos y siempre lucía bella, ahora con ropa más moderna y sexy.
Era una modelo.
Cuando tuvo su primer hijo, bajó sus visitas a una o dos veces, y luego cuando tuvo su segundo hijo, ya solo para las fiestas navideñas la podíamos ver.
Yo comencé la universidad y ahora era menos probable verla, solo con sus fotos en facebook u otra red.
Terminé la carrera y comencé las prácticas supervisadas y de la universidad me enviaron a una empresa que operaba en la capital.
Alli se me ocurrió visitar a la tía Jimena, mi mamá me envío un teléfono de ella, móvil, que no respondió.
Entonces le pedí que me enviara la dirección.
Fue hasta como tres meses de estar en la capital cuando un fin de semana libre, tomé la iniciativa de buscarla, me costó un poco, pero finalmente di con la casa.
Me abrió una sirvienta y me dijo que iba a ver si ella no estaba ocupada.
Me indicó que entrara.
Al inicio una gran bulla por parte de los dos porque teníamos unos tres años sin vernos, nos abrazamos y alli estaba la tía Jimena, ya de 36 años, ya no tenía su vestimenta de antes, ahora era de una señora con blusa y pantalón de vestir, aunque había ganado unas libras de más, aún su figura era estupenda, el lindo trasero que tenía, estaba disimulado por un pantalón algo flojo, que no le lucía.
Recordé que ella había sido mi amor platónica desde niño.
Me pasó adelante, me dijo que estaba sola que su esposo no estaba y que sus hijos estaban en un colegio de internos y que solo los veía los fines de semana cada quince días.
Charlamos mucho, a pesar que era un chiquillo cuando ella era una adolescente, me recordaba mucho, sobre todo cuando me dormía abrazado a sus piernas.
-Y ahora eres un chico muy lindo y atractivo, debes tener muchas pretendientes- me dijo la tía.
-No, que va, fijate que me he dedicado mas a estudiar que a las novias- le contesté.
Yo mido casi el 1.
80 mt, hago mucho gym, asi que soy algo musculoso sin exagerar.
-Donde estas viviendo aqui en la capital?- me preguntó mi tía Jimena, le expliqué que casi estaba del otro lado de la ciudad.
Asi que charlamos mucho, algo que no esperaba de la tía.
Compartimos números de móvil y me dio también el de la casa.
Me despedí y me fui.
Algo pasó, no sé aún.
Pero ella me empezó a llamar casi a diario y compartíamos mensajes del whatsapp seguido.
Luego un día me dijo si tenía planes el fin de semana, le dije que no.
Me confesó que iba a estar sola pues su marido iba a visitar a sus hijos en el fin de semana que permanecían en el colegio, (no sé porque ella no iba, me pregunté).
Llegué a la casa de la tía de nuevo.
Ahora ella abrió la puerta, estaba más guapa, con una vestido moderno y que le llegaba a la rodilla, con un escote un poco más atrevido.
Pero todo una señora.
Sacó una botella de vino, yo no estaba acostumbrado a esa bebida, pero por no despreciarla, bebí con ella el vino.
Pero noté que ella no era lo feliz que todo mundo creía, incluso yo.
Acabamos una botella entre ella y yo.
No sentamos en la sala y ella sacó una segunda botella.
Luego comenzamos a recordar los viejos tiempos.
Noté en la conversación que ella tenía por los suelos su autoestima.
Lo cual traté de subir con un poco de psicología, aunque no soy un experto en eso.
Le dije que era la tía más bella que yo tenía y que aún siendo una mujer madura conservaba la esencia de su belleza, y asi le dije muchas cosas más.
Entonces ella empezó a llorar desconsoladamente.
No cesaba, entonces la abracé y la puse en mi hombro.
Ella tardó unos cinco minutos en calmarse.
Luego me dijo que era una mujer infeliz en su matrimonio.
Que desde hace unos cinco años apenas tenía vida marital con su esposo.
Y que por eso el se iba solo a visitar a sus hijos.
No iban en familia.
La escuché.
La consolé.
Se calmó y seguimos charlando.
Me agradeció mis palabras.
Ya era tarde para mi, apenas tenía unos minutos para tomar el último bus de la noche.
Pero de ella salió decirme, .
por que no te quedas la noche en casa?- le pregunté si no era inconveniente con su esposo, me dijo que no había ningún problema.
Seguimos charlando hasta la media noche.
Entre diferentes temas.
En eso me enseño la habitación y el baño y toallas.
No llevaba ropa de dormir, asi que me quité la camisa y los pantalones y me quedé en boxer, las noches eran más cálidas que frías.
Estaba por dormirme cuando ella tocó a mi puerta, le abrí y me dijo que no podía dormir y que si podía estar un rato más conmigo.
Le dije que si.
Sin embargo, ella iba con su traje de noche, un camisón de dormir, color negro, finisimo, se podía notar que no llevaba sostén y apenas le llegaba a los muslos, la verdad es que me quitó el aire, me excitó verla asi, toda una hembra bellisima.
No pude ocultar con los minutos una erección en mi boxer, y es que no tenía sexo desde hace tres meses, desde que llegué pues no había visto a mi novia.
Asi que tuve que cubrir mi pene parado bajo las sabanas.
Creo que se dio cuenta.
Solo se sonrió.
Luego se acomodó a mi lado y me dijo que le contara más sobre mi y la universidad.
De pronto me preguntó: -no extrañas mis piernas para dormir?- y se sonrió de forma picara.
No cabe duda que el vino ingerido hizo que yo me desinhibiera pues vine me bajé hasta una de sus piernas y la abracé, su pie desnudo me quedó en mi pecho, era un pie pequeño y de linda forma con sus uñas pintadas de rosa.
Ella pegó la carcajada.
Tuve la piel a escasos centimetros de mi boca y le di dos besos a la piel de su pantorrilla, ella dejó de reir, luego di otros besos y ella no dijo nada, solo movió su delicado pie y me puso sus dedos en mis labios, entendí el mensaje y comencé a chupar los dedos de su pie, ella me los cambiaba y me ponía otros dedos en mi boca, yo me comía su pie y sus deditos, nunca había hecho eso pero me pareció una delicia, asi que me fui hacia su otra pierna e hice lo mismo, ella siguió el juego y su voz iba cambiando, la sentía excitada.
Comencé a besar ahora arriba de su pantorrilla, besé sus rodillas y mi tía Jimena puso su pie exactamente sobre mi verga erecta solo cubierta por mi boxer.
Sentí que era una caricia muy erotica.
Mis besos subieron por sus muslos, ella me tomó de los cabellos e intentó detenerme, pero yo ya estaba demasiado caliente, abrí sus piernas y besé su entrepierna muchas veces, le agregué pasarle la lengua y chupar su piela, entonces ella emitió una serie de gemidos, que solo me decía "sigue adelante".
Le di una lluvia de besos encima de su panty, también negro pero sumamente transparente, pude ver un poco de vellos púbicos recortados y pude visualizar sus laios vaginales.
Le pasaba la lengua encima de su panty y lo llené de saliva a los pocos minutos.
Ella tenía cerrado los ojos todo el tiempo y gemía mucho.
Luego hice a un lado su panty y pude ver claramente la belleza de su sexo, sus labios vaginales estaba un poco brillosos, podía ser mi saliva o su preeyaculación.
Comencé lamerle su rajita delicada, le abrí los labios vaginales con mis dedos y pude estampar mi lengua en su clitoris y en la entrada de su vagina.
Ella me arañaba la espalda y me jalaba los cabellos mientras yo la hacía llegar a un orgasmo muy rápidamente.
Pude sentir sus jugos agridulces en mi lengua.
Le retiré los pantys de su cuerpo, luego fui subiendo besando su vientre, su ombligo al cual le metí la lengua en su orificio, luego seguí hacia sus bubis, le quité su camisón, ella quedó como dios la trajo al mundo, desnuda para mi.
Mamé sus lindas tetas, le chupé sus pezones hasta ponerlos hinchados y colorados.
Me fui acomodando entre sus piernas, yo quería poseerla.
Fui colocando mi pene en la entrada de su rajita y mientras la fui penetrando, mi boca buscó su boca y nos quedamos prendidos una de la otra, mientras mi pene hacia el recorrido victorioso dentro de su vagina y se iba deslizando profundamente.
Por fin mi verga se detuvo, la tenia bien ensartada.
Entonces me fui moviendo lentamente dentro de ella.
Mi tía se comía mi boca con su lengua.
Era delicioso cogerla mientras ella se devoraba mi lengua.
De pronto ella comenzó a dar un recital de gemidos que denotaban que estaba por alcanzar su climax, ella gritó y llegó a su segunda venida, yo no dejaba de empalarla, metiendo y sacando mi carne de su vagina.
Luego ella me abrazó con su cuerpo, brazos y piernas me rodearon y me apretaban pidiendo más sexo y más profundidad en mis bombeos.
La tía estaba muy mojada, lo sentí muy bien con mi pene dentro de su rajita, estaba llena de sus jugos, que hacía un peculiar ruido cuando se la hundía bien adentro.
Segui dándole más y más duro, pensé en cambiarla de posición pero creo que ella estaba muy cómoda como estaba, abrazada a mi con brazos y piernas en los costados.
Sentí que no podía más y comencé a bombearle lo final, más rápido aún.
Unos segundos antes, escuché que estaba llegando de nuevo, y mientras mi verga inundaba su vagina con chorros de leche caliente, ella daba gritos y gemidos de placer, degustando su nuevo climax.
Quedé agotado de sacar tantísima leche.
Me quedé todavía besándole las mejillas, su quijada, los hombros y su cuello.
Hasta que se tranquilizó.
-Gracias, lo necesitaba- me dijo ella cuando empezamos a separar nuestros sexos.
Cuando me acosté a su lado le contesté, tomándome mi tiempo -yo he estado enamorado de ti toda mi vida, asi que no tienes que agradecer-, hubo un silencio entre los dos, que terminó hasta que ella se puso su ropa y dándome un beso en la mejilla se despidió.
Todo estaba consumado.
En la mañana, ella se levanta temprano, me fue a despertar avisándome del desayuno.
Me di una ducha.
Ella no tenía servidumbre el fin de semana (domingo), asi que ella había cocinado.
Aún estaba en su camisón, de día era más bella aún.
Yo solo me puse una camiseta y mi boxer también, solo de verla ya tenía una erección, el desayunador estaba en la cocina, una esa cortita para cuatro personas.
Entonces hice como si se me cayó un cubierto y me fui a horcajadas hacia ella debajo de la mesa, le besé las rodillas, luego los muslos y le saqué su panty, ella abrió las piernas y le comencé a hacer sexo oral, le fui lamiendo todo su sexo, labios vaginales incluidos, ella me decía -para por favor, no, no!!- pero nunca hizo nada por detenerme, es más abrió más sus piernas y pude llegar bien a todas sus partes íntimas.
Ella hizo al rato hizo a un lado la silla donde estaba sentada y pude salir debajo de la mesa, me puse de pie frente a ella que seguía senada y sentí su mano acariciar mi erección sobre mi boxer, luego metió su pequeña mano y sacó mi pene, la acarició y le dejó ir un par de piropos -que linda la tienes cariño-, entonces comenzó a mamarla, sus delicados labios apretaban mi erección y podía sentir su lengua en mi glande.
Luego me dijo -ven-, fuimos de la mano a un cómodo sofá que estaba al empezar la sala.
Me acostó de lado y luego ella lo hizo, pero en forma invertida, comenzamos a darnos sexo oral al mismo tiempo, en el sofá y de lado, yo metí mi cabeza entre sus piernas y me comí tanto su rajita como el ojito de su culo, y ella se comió mi pene y mis cojones.
Ambos logramos llegar al otro a una corrida, ella se pasó mi pene por toda la cara y sus senos cuando me corrí y yo nuevamente sentí sus jugos agridulces en mi boca.
Cuando me despedí, ella me preguntó si lo que habíamos hecho estaba mal, le dije que no pensaba asi, solo se que -nunca más vas a estar sola- y la besé antes de irme.
Esperé el fin de semana para verla.
Solo nos juntamos una vez pues sus hijos estaban en casa.
Le hice el amor en su automóvil, ella encima de mi cabalgándome y yo follandola y comiéndome sus lindas tetas, nos vinimos dos veces sin sacarla.
El siguiente fin de semana, pasé con ella desde el sábado en la tarde y todo el domingo.
Hicimos el amor muchas veces y dormimos juntos toda la noche.
La ensarté por su ojito del culo, pues siempre me ha gustado, se hacerlo delicadamente; mi tía me dijo que nadie se lo había hecho como yo, que era la primera vez que no sentía dolor y si mucha excitación, que hasta se había corrido.
Llevamos como diez meses de relación.
Y ya quiero vivir con ella.
Toda la familia se va a oponer por supuesto.
Pero quiero que se divorcie y formalizar.
Y si ella acepta, quiero hacerle un hijo pronto.
No se si estoy loco?
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