Mi tio abuelo y el consuelo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Había muerto su esposa después de 40 años de casados y al estar peleado con los hijos papá lo trajo a pasar su "luto" en casa después de todo era su tío; tenía buen pasar como comerciante de la zona donde vivía y en una oportunidad descubrió como los hijos se "cobraban" demás los trabajos del negocio incitados por sus nueras y el sueño del testamentos según él y su finada esposa.
Muy comerciante para el perdón este casi sesentón necesitaba según papá y mamá estar tranquilo un tiempo y ante el recuerdo de mi abuelo lo convencieron para que se venga unos días a casa.
Vivimos en una localidad tranquila y chica con un pasar restringido pero en paz y fue así como lo acomodamos en una pieza del fondo.
De mi diré que soy púber; de las morochas "morrudas" con físico de 20 que si bien me hace mas grande muchas veces ligué piropos algo ordinarios para una edad tan temprana confundiendo a más de un pretendiente por presencia sintiéndose y hacer sentirme ridícula cuando pretendían conocerme con fines de noviazgos dada la edad veinteañera de muchos de ellos.
El primer día lo descubrí observando mi cuerpo pero pensé que ese veterano, pelado, algo panzón y de soltar saliva al hablar solo lo hacía por curiosidad.
Mis progenitores trabajan ambos y siempre quedo sola a la tarde un buen trecho de ese tiempo lo que me hace independiente aprendiendo muchas cosas para ayudar en la casa.
Mi tio abuelo me pedía mandados a los cuales al terminar recibía una propina que me negaba a recibir y ante la amenaza de no pedirme mas encomiendas decidí aceptar con el consentimiento de mis padres.
A veces le daba un beso agradeciendo sus propinas y varias sentados al televisor me acompañó en mis gustos de programas cuando también me ayudaba en las tareas del secundario.
En una oportunidad ví una película que me emocionó en parte y el me abrazó consolandome.
me gusto estar en sus brazos, sentía protección, calidez y no era de mi padre; me estremecí sin entender que me pasaba y el lo notó.
Un día después de un mandado al correo traje un paquete donde yo desconocía el contenido y entre feliz por su propina y mi curiosidad por saber el contenido al recibir la propina sin querer le di pico.
El no se dió por enterado y yo quedé colorada, fue mi primer aunque accidental beso en la boca a un hombre; cuando me vio avergonzada sonrió diciendo que de saber que le daría ese premio me hubiera hecho traer un camión de paquetes.
Eran regalos varios para mi y mis padres.
Aseguro que aunque el auténtico duelo empezaría a los 3 meses mas o menos se había sentido muy bien.
Esa noche me dormí pensando en el beso y me masturbé con el; al otro días me notó preocupada y me preguntó que me pasaba.
Le interrogué diciendo si ya se iba, eso querés? repreguntó.
No dije con culpa solo que ayer hablaste como si ya te fueras.
Me abrazó diciendo.
" Dios que hermosa y dulce mujer sos; quien te merezca que te valore, sos tan dulce.
" Volví a estremecerme y me recosté en su pecho abrazándolo yo también dándole las gracias.
Se hizo un silencio y nos miramos; se lanzó sobre mi boca y entre asustada, curiosa, ardiente y segura trate de responder con mi lengua a la suya.
Hizo un amago a separarse y lo abracé mas fuerte atrapando su lengua como pude, pensé en los rezos, en papá en mamá en la culpa pero sus manos y su boca se adueñaron de mí tirándome sobre el sofá.
Me quitó la blusa y al sacar el corpiño mis tetas mas que incipientes se perdieron en su boca para después saborear tranquilo los pezones y disfrutar de su dureza.
Me bajo los jeans para sacar la bombacha y empezó a practicar una chupada de concha me hizo gemir y retorcer empapandolo de flujos y por primera vez tenía un orgasmo gracias a otra persona.
y fue en su boca ardiente que lamia con maestría mis labios vaginales .
Me negué a chuparle la pija pero al ponerla en mi cara su olor me quedó para siempre, subió y de una entró.
sentí el desgarro de mi himen y la tibieza de mi sangre manchando su verga que era de un relativo buen tamaño, cerré los ojos y lo escuche jadear al tiempo que me empapó la cara de saliva dejándome el olor a baba por toda ella.
Nos trenzamos las lenguas y sentí mis flujos en su garganta y gimoteamos hasta que eyaculó en mi vientre, respirando agitado y susurrando :"hembrón hembrón, gracias Dios".
Quedamos abrazados bajando la respiración, cuando se normalizó me llevo desnudos ante un espejo grande de la sala; nos miramos en el mismo, me acariciaba la cola mientras decía "mirá ese viejo.
que hermosa mujer hizo, tan fresca durita dulce superastes todas las secretarias que tuve" Yo miraba el hilo de sangre en mis muslos y su felicidad y me sentí tan plena que le pedí me hiciera lo que se le antojara; que me enseñara y usara como quisiera.
No tuve culpa y me gustó entregarme a el.
que no dejaba de tocarme la cola y pasarme su índice por los labios.
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