Mi tio borracho
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bueno, la historia de la primera vez que tuve relaciones a mis 13 años comienza así:
Mi nombre es Fernando en estos momentos tengo 22 años de edad, soy de Tabasco, México.
Cuando era mas chavito, todos los fines de semana me quedaba en casa de mis abuelos. Toda mi familia vive en este municipio llamado Comalcalco. Somos una familia bastante grande y todos mis tíos son unos alcohólicos por excelencia. Eso si, no se puede negar lo guapos que están.
En aquel tiempo era un muchacho de 1.65, guero, complexión normal, nalgoncito y una verguita de 15 cm, ojos y cabellos negros por cierto. Mi tio Juan Luis es un hombre alto de 1.85 aproximadamente, moreno, de esos machos que gustan vestir de vaqueros, con barba rasposa y todo.
Una noche de fiesta, por tener visitas, me tuve que quedar en una casa desahbitada de un tío que apenas acababa de amueblar yo solo, a eso de la media noche, estaba ya en boxers y camiseta estilo sport cuando mi abuelo tocó tocó la puerta ya que llevaba ahogado de borracho a mi tío Juan Luis para que pudiera dormir y descanzar. Mi abuelo lo dejó caer en el sillón donde yo veía televisión mientras el se acababa unas latas que traía de la fiesta.
A eso de la 1 am mientras cambiaba la TV, pasé uno de esos canales de peliculas donde después de la media noche la temperatura aumenta. Entonces mi tio pidió que no la cambiará y empezamos a verla juntos. Parece que los ánimos de mi tio empezaron a subir y pude notar por encima de su pantalon como la verga se engrosaba y hacía mas larga. En eso se desabrocha el pantalón, aún con la camisa puesta y las botas y cual fue mi impresión al ver que no tenía ropa interior y de ese Topeka salía una rica verga gruesa de unos 18 cm bien venuda y peluda.
-Con todo respeto sobrino, pero una chaqueta, es una chaqueta
-No hay bronca tío, yo también me la jalo.
Mientras se tallaba el palo me dice:
-Ésta putito, hace gozar a las viejas. A ver cabrón sácate la reata.
Mi verga ya estaba paradísima de ver tremendo cabrón caliente, mi verga medía como 15 cm.
-No está nada mal sobrino, te va a crecer y de seguro la tendrás mas grande que yo.
-No creo tío, la verdad que la tuya se ve criminal.
-¿Te haz cogido una vieja sobrino?- dijo en tono serio.
Con un gesto con la cabeza negué y el me dijo -¿Y a un puto sobrino? ¿Ya haz cogido con un putito?
Mi cara fue de sorpresa ya que nunca pensé que mi tio me preguntara eso.
-Ven sobrino, agárramela.
No lo pensé dos veces y empecé a tocarla, acariciaba todo su falo, su cabeza, la meneaba en circulos mientras el lanzaba la cabeza hacia atrás, disfrutando el momento. Entonces como instintivamente me la llevé a la boca y empecé a darle chupaditas a la cabeza que lo hacían volverse loco. Tomó mi cabeza y la empujaba hasta que su verga llegaba a mi garganta y me hacían dar arcadas. Era la primera vez que mamaba una verga y sentir ese delicioso pedazo en mi boca me volvía loco. Cuando sentí los chorros de leche en mi boca, y mi tio haciendo ruidos de hombre, suspirando profundamente. El se levantó y se fue al baño y yo corrí a la cocina a escupir el semen de mi boca. Me sentía muy apenado, pero a la vez super cachondo, tenía ganas de correr al baño a masturbarme. En eso, se me presenta mi tio completamente desnudo. Un cuerpo bastante delgado pero formado por el trabajo rudo, con una pansita chelera deliciosa, una verga cundida de pelos y unas piernas gruesas. Me tomó de la mano y me dirigió al cuarto, yo no sabía que hacer, mi verga estaba retiesa y mis huevos a punto de reventar.
-No tengas miedo sobrino, nadie va a saber nada-
Me acostó en la cama y se tiró sobre mi besandome apasionadamente, sintiendo su hágil lengua en mi garganta, entonces empezo a frotar su pene contra mi, como un perro en celo. Poco a poco perdí el control y me quité el boxer y la sport. Estabamos desnudos y yo tenía ese macho sobre mi, su barba me raspaba y poco a poco bajó dandome besos en los pezones y en el estómago que hacían que me retorciera allí acostado y empezó a mamar mi verga muy lentamente.
Era un experto haciéndolo, era delicioso, pasaba su lengua sobre el glande, chupó mis webos, y al momento que la introducía hasta su garganta, tuve un orgasmo delicioso y placentero; subió y me dió un beso con sabor a semen que me volvió loco, luego me volteó, y empezó a besar mis nalgas, haciendo que la verga se me parara nuevamente, así fue como empezó a tocar lentamente mi ano con su lengua, lo humedecía, lo chupaba me volvía loco, me metió un dedo, luego dos, fue doloroso, pero mi culo se dilataba poco a poco. Me puso en 4 y puso la punta de su picho en mi hueco.
-Ahorita vas a saber lo que sienten las viejas putas sobrino, te va a gustar-
Y ejerció presión, sentía que me partía en dos, yo le decía que parara pero el no hacía caso, mi culo estaba muy apretado aún, entonces sentí como su cabeza entraba y poco a poco esos 18 cm estaban dentro mio, empezó a mover sus caderas en circulo mientras mi ano se acostumbraba; el sentimiento de dolor se había ido y había un placer inmenso en mi cuerpo; pronto empezó con el saca y mete, primero despacio, luego duro, lo oía gemir y me daba nalgadas, mi verga estaba a punto de reventar, el levantaba mi torso y pellizcaba mis pezones deliciosamente y me besaba el cuello y la boca con pasión, luego se tiró sobre mi y empezó a darme una seguidilla estupenda, hasta que sentí como su verga se calentaba y hacia movimientos como de tensión cuando arrojaba los lechazos dentro de mi. Me tiró en la cama y me empezó a masturbar hasta que acabé corriendome en mi abdomen.
Al otro día, tuvimos un mañanero delicioso en la ducha. Y juramos que nadie sabría nada. No lo hemos vuelto a hacer a causa de su matrimonio, pero se que el desea que lo que pasó esa noche se repita y una otra vez.
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