Mi tío Macario y yo
El hermano de mi abuela fue el culpable de que yo sea tan puta….
Soy la puta de mi familia
A mis 39 años no hay hombre en mi familia que no me haya llevado a la cama…
Desde que tengo memoria he estado muy activa en el sexo, tanto que me volví adicta, esta es la historia real de mi iniciación.
Desde los 5 años inicié mi vida sexual, aún lo recuerdo como si fuera ayer, recuerdo como mi tío abuelo Macario me sentó en sus piernas y comenzó a tocarme las piernas y las metió abajo de mi vestido y lentamente fue subiendo hasta llegar a mi pequeña y virgen puchita, metió sus dedos debajo de mi calzoncito y me comenzó a dedear.
Debo aceptar que en ese momento yo no sabía que pasaba, sentí cosquillas y solo me reí.
-Te gusta?- me preguntó
-Me dan muchas cosquillas tío, si me gusta!!- respondí riéndome y abriendo más mis piernitas regordetas.
Siguió dedeándome hasta que…
-Quiero hacer pis tío- dije yo con la respiración agitada y una sensación de que mi corazón se me salía del pecho.
-Vamos al baño entonces mi niña, no te vayas a orinar en los chones- me dijo con un brillo extraño en sus ojos y una sonrisa de medio lado dejando ver sus dientes plateados.
Me llevó de la mano y con cuidado me bajo los calzones y me sentó en el retrete, mientras yo hacía pis, el se tocaba mucho.
-Yo también quiero hacer pis mi niña, mira como se me puso, alguna vez has visto la de tu papá??- me pregunta mientras se sacaba semejante verga que yo veía enorme a esa edad tan tierna.
-Sí he visto el pipí de mi papá cuando se mete a bañar tío, pero a él le cuelga y está aguado y tu lo tienes muy duro y levantado-
– Quieres tocarlo?? Para que veas cómo está de caliente y duro??-
-Sí tío- respondí al tiempo que estiraba mi mano.
Efectivamente, su verga estaba dura como un tubo, caliente y con la cabeza morada, le salía líquido preseminal, tanto que le escurría y le punzaba de tan caliente que estaba.
-Se te esta saliendo la chis tío- Le dije al ver cuánto líquido viscoso le salía de su vergota, que apenas y podía agarrar con mi pequeña manita.
-No es chis mi niña, es mielesita, pruebala, sabe muy rico, pero para que puedas probarla bien tienes que abrir grande tu boquita para poder meterla toda y la puedas saborear- me dijo mientras me acercaba su verga enorme a mi boquita y yo obedientemente la abrí, yo quería probar su mielesita, pero su verga era ran grande para mi boca que apenas y la cabeza entró.
-Esconde tus dientesitos con tus labios y mueve tu lengua para que saborees la mielesita, y si mueves mucho tu lengua a lo mejor te sale de premio una lechita especial que te va a hacer crecer muy bonita-
Yo obedecí, con mi manita le sostenía la verga mientras trataba de meterme lo más que pudiera en mi boca, movía mi lengua para todos lados, arriba y abajo, de un lado para otro, le daba vueltas y lamía la puntita esperando comerme lo más que se pudiera de esa miel y por supuesto esperando ese premio que me dijo que tendría.
De pronto empezó a gruñir, a resoplar y a estremecerse.
-Ahí viene la lechita mi niña, mmmhhh, comienza a chupar como si fuera tu mamila, uuuurrrggggh, bébetela toda para que crezcas grande y hermosa como toda una mujercita, aaaarrrggghhhh, vas a ser mi mujercita de hoy en adelante uuuffff, tomatela toda!!!! Bufffff-
Yo chupaba su verga y tragaba su leche muy obediente, la tomé toda, y cuando terminó, se la guardó como si nada hubiera pasado, me limpió la boca con papel y me secó la puchita orinada, me bajó del retrete y me acomodó la ropa.
-No le digas a nadie que te di lechita para crecer grande y hermosa, porque nomas es para ti y los demás te la van a querer quitar-
-No tío, no le voy a decir a nadie, pero quiero más, me vuelves a dar???-
-Claro mija, luego te doy más, pero otro día, esta lechita es poquita y te la acabaste, hay que esperar para que me salga más, luego vengo por ti para llevarte en la moto y darte más lechita, nomas acuérdate de no decirle a nadie porque sino te la quitan y no te va a tocar-
Nos salimos del baño, me dejó en la sala y se fue.
Después de esa primera vez, vinieron muchas otras veces, hasta que un día cuando tenía yo 7 u 8 años le conté que también mis primitos me daban lechita y dejó de ir por mi para llevarme al baño a hacer chis y a tomar lechita.
Se preguntarán si con él fue mi desvirgada, pero esa historia es para otro relato…
Me gustaría saber más ojalá pronto llegué la siguiente parte 👍
Ya pronto se publicará mi segundo relato, que se llamará «Soy la puta de mi familia» y de ahí se viene la saga…