Mi tío me inició 11
Los amigos de mi tío Pedro .
El martes ya no me llevo mi tío Pedro a qué me follara nadie, de hecho estuve muy tranquilo en casa de la abuela. Ya el miércoles me dijo que iríamos a nadar al Ojo de Agua que había cerca. Yo me puse contento aunque no habría nadie con quien jugar, el solo hecho de nadar un rato y sumergirme en esa agua helada pero sabrososisina me llenaba de mucha emoción.
yo llevaba puesto un pequeño traje de baño color rosita muy ajustado que se me marcaban mucho mis nalgas y una camiseta con imágenes del capitán América, ya que era mi héroe favorito.
Me subí a la camioneta de Pedro y este manejó como unos 5 minutos. El Ojo de Agua era muy bonito, no era muy profundo y estaba rodeado de muchos árboles. Mi abuelo había colocado en pequeño columpio en una de sus orillas, entonces podías mecerte y mojar los pies muy rico. También había unas pequeñas cabañitas que servían como vertido Para las mujeres y también había un pequeño asador, donde lo familia había pasado incontables momentos. En cuanto lleguemos al sitio, me he de la camioneta y corrí a tirarme al agua, jejeje no podía esperar más y le grite a mi tío para que también se metiera a bañar, aunque yo quería aprovechar para que volviera a sentirlo cerca de mi, de hecho pensaba que me había llevado ahí para comerse mi culito. Lo vi desnudarse, completamente desnudó y se metió al Ojo de Agua, yo maravillado pensando que hoy era el día. Yo trataba de acercarme mientras nadábamos pero él se alejaba de mi. Yo no entendía nada pero no me preocupe así que seguí nadando. El solo hecho de estar ahí para lo era suficiente. Después de un rato vi que llegó el hijo del cuidador de la casa de la abuela (se llamaba Alfredo) Era un chico de 20 años, siempre andaba vestido como de vaquero, era un tipo Guapo en su estilo, algunas veces me agarro las nalgas mientras jugábamos pero no pasó nada más. Yo no le di importancia y seguí nadando.
Alfredo y Pedro platicaron un momento, vi que Pedro se puso su ropa y se subió a la camioneta. No se fue solo me metió a la camioneta y me grito que se dormiría un rato. Alfredo por su parte se quitó la ropa y quedó solo en bóxer y se metió también al Ojo de Agua.
Ambos nadamos un rato y él cada ve se acercaba a mi jugando. Y cada que lo hacía me agarraba las nalgas, me imaginé lo que estaría queriendo hacerme y en mi mente pensé que si mi tío Pedro nos veía igual y se le antojaba y me volvería a follar. Así que de a poco comencé yo también a jugar a agarrarle el bulto a Alfredo. Ambos reíamos y nadábamos.
Vi que Alfredo se sacó el bóxer y le vi a través del agua la vergota que tenía, inmediatamente sentí mucho calor a pesar de estar metido en el agua. Él se dio cuenta y me dijo: quieres que te la meta, al fin que tu tío se quedó dormido en la camioneta. Yo le dije que si y nos hicimos a una orilla del Ojo de Agua. A diferencia de los otros que habían estado conmigo, Alfredo se apresuró a querer meterme la verga, me cargó un poco en peso y me puso sobre el columpio, con la panza sobre el columpio, quedando mi culito un poco al aire, no era una posición que me sentiera cómodo (ya que mi pancita estaba lastimándose con el asiento del columpio) pero no dije nada. Sentí inmediatamente las manos de Alfredo abriendo mis nalgas y la punta de su verga intentando meterse a cómo diera lugar en mi ano. No lo podía meter, y entendí que le estaba costando trabajo hacerlo, así que lo ayude, abriéndome yo las nalgas para que él apuntara y metiera su verga. Y no demoró mucho en metérmela, dio dos empujones y me la metió toda, sentía rico por que el agua y su movimiento hacían un vaivén delicioso que me hacía sentir muy rico. La enorme verga de Alfredo sentía como se hundía en mis adentros pero sus movimientos eran torpes y no tardo mucho en gemir fuerte y sacar su verga de mi. Voltee a verlo y le dije: metemelo otra vez anda y él me contestó que no. Que ya se había venido. Le pedí que me dedeara y la idea le gustó. Yo seguía en la misma posición de cuando él metió su verga, así que el solo se acercó y metió uno y después dos y después tres de sus dedos y eso me hacía sentir muy rico. Como podía yo volteaba en dirección a donde estaba mi tío para ver si ya venía él a darme verga pero seguía “dormido” así que me resigne a que sería toda la verga que comería ese día.
Alfredo me dedeo un par de minutos y después me dijo que se iría. Yo seguí nadando un tanto mas y después me vestí y fui a la camioneta con mi tío Pedro. Él me miró y me dijo: ya era hora de que nos regresáramos a casa. Llegando te das un baño y mañana temprano vamos a acompañar al veterinario a una diligencia y pasado mañana vamos con el padrecito a que le reces un rato.
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