Mi tío Roberto
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Alexxxito.
Mi tío Roberto.
Mi nombre es Javier me crió mi madre solamente, vivíamos en casa de la abuela de ella, bisabuela mía. Ahí ya Vivian otros nietos de ella, es decir primos de mi joven madre. Entre chicos y chicas estaba mi tío Roberto, el menor de ellos. Él ya tenía 26 años cuando comenzó mi aventura con él. Yo honestamente repruebo el abuso hacia un menor, aunque no es violación es una seducción, que es el término que me gusta emplear en estos caso. Porque es eso realmente: un adulto seduce con mañas a un inexperto. Sin embargo, volviendo la vista atrás recuerdo esa experiencia con un gran fervor, me hierve la sangre de excitación al recordar el miembro de mi tío Roberto. A continuación los detalles:
Yo con 7 años era un niño con mi cuerpo bien formadito, niño de piel blanca, bonito rostro de grandes ojos enmarcados con largas pestañas y cejas tupidas, anexando unas redondas y prominentes nalguitas herencia de mi madre. No había lugar (sin exagerar) en donde hubieran otros niños que no me tiraran el sablazo, desde besos en la boca, restregadas en mis nalgas hasta chupetones en el cuello (jugar a los vampiros era la coartada). En relatos posteriores contaré esas anécdotas.
Mi madre tenía que trabajar y yo me quedaba a cargo de su abuela (la que la crió), una mujer entrada en años que se la pasaba metida en la cocina; o sea que mi nana era en realidad la televisión. Mis tías ya trabajaban y pues yo me quedaba solo con mi abuelita a merced del golfo, parásito y adicto pero cariñoso…muy cariñoso de mi tío Roberto.
Todo comenzó cuando él se acostaba en el sofá de la sala detrás mío mientras yo estaba pegado al televisor viendo las caricaturas, quien sabe desde cuanto tiempo atrás estuvo planeando el golpe, hasta que un día me llamó la atención un prominente bulto en su pantalón de mezclilla, siempre usaba de esos. No recuerdo como hizo para llamar mi atención, si tal vez se la estaba sobando o fui yo quien di el primer paso para descubrir que era eso.. que en el fondo de mi corazón sabía que no podía ser bueno descubrirlo pero que al mismo tiempo iba a ser MUY bueno descubrirlo… haciendo que mi corazón casi estallara de excitación, de ardor, de curiosidad y efectivamente no me defraudó: mi tío tomó mi mano la llevó hacía esa prominencia hinchada, endurecida y lo gocé, pero quería saber más! Me pidió que fuera a la cocina para ver que hacía la abuela…que entrara a la cocina con algún pretexto y saber si estaba lo suficientemente ocupada para ejecutar su plan, y así lo hice ( fue la primera vez que aprendí las mañas de pretender y mentir por cosas concernientes al sexo).
Regreso a la sala y me ordena: -"Bájame el cierre"…me costó trabajo pues no había suficiente fuerza en mis pequeñas manos para liberar a esa bestia que ya había mojado su pantalón pero triunfé! No utilizaba ropa interior. Él desabotonó y he ahí el cuadro que me marcó para siempre! ¡Qué imagen! Una estupendísima verga! Como todos soñamos una, neta, es la verga de vergas! Y no por su tamaño sino por su belleza!… no podría decir con exactitud sus dimensiones pero calculando con la mía (actualmente 16 cm.) esa joya medía no menos de 20 cm. Prepucio: de ahí me viene el amor a los pellejos. Olor: el olor mas penetrante que te puedas imaginar, de esos que te idiotizan. Pero lo mejor eran esos colores! La verga de mi tío era blanca dibujando prominentes venas azules, rosas y moradas. Yo palidecía, tragaba saliva, estaba en shock, no sabía qué hacer, qué decir, lo que sí sabía era que iba a disfrutar mucho con ese nuevo juguete
-"Agárrala Javi, no tengas miedo"…la tomé con mis dos manos estaba caliente. ¡Dios mío, esto se pone mejor! Pero ahora ¿qué hago?… intuía que tenía que darle amor, cariño. -"Pélala" ..ordena. ¿Cómo?, pensé.. realmente no sabía hacerlo, tomo mis manos y deslizamos juntos hacía abajo,…!Dios, otra sorpresa! Para empezar, el olor ¡Dios bendito! que cosa… nunca había olido algo así de potente entre amoniaco y queso pasado. Me alejé porque casi me salen lagrimas.
Él solo ríe y manifiesta: -"Mira es quesito"…¡Sí! era efectivamente semen añejando intencionalmente de algunas viejas puñetas. Toma algo del quesito, raspando con su dedo debajo de su glande y me dice: -"Pruébalo"… jajaja. Sé lo que piensan, pero así es, antes de mamar verga comí queso, jajaja ¡que morbo! Llevó su dedo a mi boquita y probé con repulsión y curiosidad. No sabía mal, simplemente era un sabor nuevo, además que yo en verdad creía que era un alimento, jaja. -"Ven acércate. Chúpala", demanda. ¡¿Qué?!, ¿que haga qué?, pensé. Accedí.. comencé a lamer. Desde ese instante en que mi lengua gustó esa cosa tan especial… mi vida cambió… no lo dejaría jamás.
-"No nene, como si fuera una paleta", así hice. Abrí mi boquita y chupé esa cabeza morada (no había mencionado el particular color de su cabeza: lila pálido). No me gustó, me daba asco, el olor penetraba, me alejé. -"Noo, sigue", ordena. no quería defraudarlo ni tampoco abandonar esa experiencia que me hacía saltar el corazón a mil por hora. comencé a chupar de la misma manera que todos lo hacemos en nuestra primera vez donde esa inexperiencia que desespera al pervertido le hace empujar por detrás de la cabeza o nuca hacía el fondo provocando ahogamiento. Me dolió, toso, pero al mismo tiempo disfruté el cosquilleo en mi nariz de sus largos y negros pelos del pubis. Me dice: -"Disculpa Javi. Sigue chupando, como un boli (helado en bolsita con forma fálica).
Seguí chupando de acuerdo a sus demandas. Se la dejé limpiecita. Tan solo una clase me bastó para hacerme tan experto en la práctica sexual que mas disfruto. De nuevo hala y me atraganto. Le pedí que ya no hiciera eso.
Un ruido delata la inminente aparición de la abuela abandonando la cocina, rápidamente mete la verga en su pantalón y me aleja con un leve empujón. Comprendí, y de un salto para atrás retomé mis caricaturas. No podía crees esa nueva relación que había surgido entre mi tío y yo. No dejaba de pensar en eso, no me concentraba. Con mi vista hacía el televisor pero en realidad perdida, recreando cada segundo y lo peor… con ganas de más.
En un futuro relato contaré otro encuentro con mi tío Roberto, que incluye algo nuevo para mí: besos de lengua.
Acepto sugerencias de redacción y más.
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