Mi tío y yo vistos por un vecino en la azotea
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscaf.
Ese día estuvimos platicando y comiendo toda la tarde, los adultos entre ellos platicaban de los próximos eventos y mis primos y yo platicábamos de lo que nos sucedía en la escuela y alguno que otro chiste que nos venía a la mente. Ese día, como la mayoría de los días que iba a casa de mi tía, siempre me daban ganas de ver a mi tío, pero no sabía que días estaría en su casa, así que siempre que estaba o que llegaba, era algo que me ponía más caliente, de tan sólo pensar que iba a tener un encuentro sexual con él. La tarde pasó sin saber de él y yo un poco ganoso y preocupado de que me iría a casa sin tener un poco de sexo. A las 19:40 horas, aproximadamente, llegó mi tío y yo, me puse nervioso y feliz, ya que sabía que de alguna forma íbamos a tener sexo; saludó a todos y se dirigió a su cuarto para quitarse la camisa y poder cenar. Los minutos pasaban y yo no dejaba de pensar en como le haría para que pudiera tener un encuentro con él sin que se dieran cuenta, puesto que en la casa habíamos más de 15 personas y esto obviamente era riesgoso, pero con las ganas que tenía y seguramente mi tío también, teníamos que pensar en algo. Así pasaron 50 minutos y decidí salir un poco al patio y después vi que mi tío se dirigía a la calle, nos acercamos para ver como le haríamos y me dijo que subiera a la azotea y que ahí me veía, que me asegurara de que nadie me viera subir, cosa que fue un poco difícil, ya que la puerta da hacia el patio y las escaleras y todo se ve. Una vez arriba, estaba temblando un poco, no supe si de frío o de nervios, de saber que finalmente obtendría una buena verga en mi boca y en mi culo. Finalmente mi tío subió sin que yo lo escuchara y cuando lo vi sólo me hizo señal de que no hiciera tanto ruido, nos acercamos y nos besamos, él tocando mi culo que tanto le gustaba mamar y apretando mis nalgas; decidí tocar su bulto que ya estaba erecto y muy duro, lo sentía por encima de sus jeans, le desabroché el cinturón y le fui bajando la cremallera muy lentamente, conforme iba haciendo esto, los latidos de mi corazón eran cada vez más rápidos y yo temblaba más y más. Le bajé el pantalón y procedí a ponerme de rodillas frente a él, tomé su pene de unos 17 centímetros, más o menos; y muy grueso, para comenzar a lamerle la cabeza del pene, le metí la lengua lentamente y fue algo tan rico, ya que no tiene la circuncisión, y él sólo gemía de placer y me decía que le encantaba y que siguiera así; después fui lamiendo desde la punta de su pene hasta sus testículos con tal lentitud que sus gemidos me encendían más y más, después de unos minutos decidí meter su verga a mi boca, pues tenía muchas ganas de mamar verga, y así comencé, cada mamada hacía que mi tío gimiera de placer, decidió quitar mis manos de su verga y tomarme de la cabeza para follarme la boca, tan rápido que lo hacía gemir más y más y a mi me prendía tanto y mientras el hacía esto, yo le tocaba el culo y le abría sus nalgas para sentir su ano. Decidió levantarme y el se agacho, me desabrochó el cinturon y bajó mis pantalones y boxers de un jalón y tan rápido que cuando menos me di cuenta, comencé a gemir de placer, puesto que los besos negros que da me ponían al mil; y él sólo mamaba mi ano con tal frenesí, como una hiena peleando por un pedazo de carroña; tal era nuestra excitación que no nos dimos cuenta que uno de los vecinos de la otra calle nos observaba desde su ventana y eso no nos importo, mi tío decidió levantarse y se aseguro que él joven viera como me penetraba, comenzó lento y el muchacho no se movía y sólo seguía observando como me follaba mi tío. La mano de mi tío la sentí en mi boca, puesto que comenzaba a gemir muy duro y mi tío se acercó a mi oído y con un tono de voz bajó y algo agitado me dijo que me callara porque nos iban a oír y eso no sería nada bueno, así que me metió su mano a la boca para que no se escucharan tanto mis gemidos. Me cogió tan rico y tan fuerte que después de 10 minutos de estar así se salió de mi ano y sólo sujeto su verga que estaba a punto de explotar, le agarré sus testículos y el sólo volteó hacia arriba la cabeza mientras el semen le salía de la verga a chorros y yo lo tocaba mientras tenía su gran orgasmo. Al terminar me apretó el culo de nuevo y me dijo que le encantaba coger mi rico culito, como siempre. Nos pusimos los pantalones y me tomo de la cintura para jalarme fuertemente hacia él y darme un último beso, antes de que bajáramos; y claro, un último apretón de culo. Recordé que un vecino nos estaba observando y al voltear sólo vi que se quitó de la ventana agarrándose la verga y ya sin camisa, cerrando sus cortinas. Fue bueno saber que no sólo fuimos los únicos que lo disfrutamos. Mi tío silbo para que yo bajara y regresé a la reunión, donde nadie parecía haberse dado cuenta de que estuve ausente por más de 30 minutos. Ese día volví a mi casa feliz y satisfecho. Mi relato es real y no es el único que tengo que sucedió con mi tío, también tengo muchos con su hijo, mi primo. Si les gustó comenten abajo y muy pronto estaré relatando algún otro encuentro que tuve con alguno de ellos.
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