Mi triste suegra
Mi suegra se encuentra triste y vengo a su casa el dia de hoy a hacerla sentir espectacular!.
Una noche de agosto fuimos a visitar a mi suegra, de echo fue una visita exprés, pues nos quedaba de paso, ya que el centro comercial estaba a unas pocas calles de donde ella vivía, mi hermosa esposa, mi pequeña bebe de 10 meses y yo llegamos hasta la puerta, tocamos y mi suegra al abrir la puerta en realidad se puso mucho muy feliz, ya que no habíamos pasado a visitarla en un par de meses, a ella le encantaba cargar y jugar con mi pequeña bebe, y desde el momento que llegamos no dejo de estar con su pequeña nieta, que ya a esta edad solo quería estar de pie y tratando de caminar, mi suegra tenía ya tiempo que no se sentía bien y se le venían mareos esporádicos, pero eran más las ganas de estar con la pequeña que lo mal que se podía sentir… hasta que de pronto el mareo fue bastante fuerte y cayo de rodillas, mi esposa al ver esto, se molestó mucho y la regaño, mi suegra en verdad se sintió mal por lo sucedido y hasta dejo caer de sus ojos un par de lágrimas… yo al ver esto apresure la visita y al despedirme de ella, la abrace y susurre al oído: “No llore, últimamente es muy cuidadosa con la bebe y a veces no piensa las palabras que dice a las personas, y las hiere, pero usted sabe que la queremos mucho..” mi suegra solo sonrío un poco y volvió a llorar, para mí fue bastante desgarrador verla sentirse tan mal y de verdad me preocupe por ella.
Al día siguiente le llame, para ver como seguía de los mareos, y de la tristeza que había causado su hija, ella solo me contesto que de los mareos ya casi no le daban, y que de lo de su hija seguía triste, yo en verdad me sentí mal por esto y decidí ir a platicar con ella al respecto.
Toque a su puerta ya era un poco tarde, las luces estaban apagadas y de pronto se enciende la luz de la sala, ella abre la puerta y se sorprendió al verme. “Que vientos te trajeron hasta mi puerta…” me dijo en tono gracioso… yo solo le conteste… “Vengo a hacerla sentir bien y querida…” palabras que en verdad se tomó muy a pecho, me invito a pasar y me dijo que estaba tomando una taza de café en la cocina, que me sentara en la sala e iría por su taza y me prepararía un café para mí, así que me senté en la sala y la espere unos 3 o 4 min.
“Que milagro que vienes a visitarme y solo, y con esas promesas que me dijiste…” se sonrío y yo me puse rojo de las mejillas, le conteste: “Vengo a platicar de lo que paso la otra noche con su hija, no quiero que se sienta mal, a veces no mide las consecuencias de sus palabras, y si ella sabía que usted se mareaba y estando jugando con la niña, también lo hizo por usted, no quería que se sintiera enferma por estar jugando con la bebe…” así comenzamos a platicar por un largo rato, y la verdad es que la notaba triste, no solo por el evento del regaño, sino que la notaba preocupada por otras cosas, talvez dinero y así fue, tenía un adeudo con la empresa de luz, pues le estaban cobrando exageradamente un recibo, pero que no podía ir a arreglar el problema, pues su pensión llegaba hasta los primeros días de Septiembre, y aún faltaban 7 u 8 días para eso, así que saque mi billetera y le di el dinero, ella no los quiso tomar de inmediato, se negó, hasta que los puse por la fuerza en su mano y la abrace, le dije: “Déjelos ahí, vaya y arregle su problema, si le hacen la rebaja, me regresa el resto, si no, pague completo el recibo y después veremos cómo me paga de vuelta..” ella me abrazo más fuerte, y me dijo: “De verdad que me has hecho sentir muy querida, solo te hace falta hacerme sentir feliz…” aflojo su abrazo y me dio dos besos en la mejilla, y me dijo mirándome a los ojos: “Te quiero mucho, de verdad mucho, mucho” y yo le respondí: “yo también a usted, pero pensé que ya la había hecho sentir querida y feliz, y al parecer aun salgo debiendo, dígame usted ¿cómo es que puedo hacerla feliz? Ella respondió: “como se hace feliz a cualquier mujer, tú debes saber bien como, pues a mi hija la veo muy feliz siempre…” Yo quede extrañado y volví a preguntar: “No, de verdad dígame, porque no sé cómo hacerla feliz, se bien como hacer feliz a su hija, pero no creo que usted quiera que la haga feliz de la misma manera, ¿cierto?” Ella solo respondió: “inténtalo y veras si me haces feliz o no…”
Me tomo de las manos y me miro a los ojos de una forma bastante conocida para mí, pues mi esposa hace esos mismos ojitos cuando quiere embarcarse en una pelea de besos, abrazos y caricias, y me deje llevar, la abrace temeroso en un principio, y ella correspondía a mi abrazo, comencé a sobar su espalda, despacio, muy suave y notaba como ella se iba excitando, como respiraba más profundo y más agitado, le di un par de besos en su cuello, baje mis manos a la altura de su cintura y la tome con fuerza, sentí y hasta escuche un leve gemido, la mire a los ojos y vi como su cara mostraba satisdación, sus labios estaban húmedo y comenzó a mordérselos, me éxito tanto ver esa imagen de mi suegra, que me abalance a su boca, bese, chupe y mordí desesperadamente al igual que ella lo hacía, la notaba muy excitada, sus movimientos corporales eran de locura, su cuerpo se abalanzaba al mío, sentía en mi pecho sus ricos pechos, duros, y comencé a tocarlos, mientras seguía besándola, sus quejidos y pujidos aumentaban de volumen, sus manos comenzaron a buscar entre mis piernas mi duro pene, el cual ya tenía unos cuantos minutos de estar a tope, acariciaba por arriba del pantalón con una mano y con la otra buscaba a ciegas como sacarla de entre mis pantalones, así que le ayude un poco, desabotone mi pantalón y baje el cierre, ella busco como sacarla de mi bóxer y lo logro, ahí yacía yo tirado en el sillón, con mi suegra besándome arriba de mí, y con mi duro pene en su mano.
“¿Quieres hacerme muy feliz?, ¿quieres sentir el cuerpo de esta vieja? Sé que no tengo 30 años como mi hija, que no tengo los pechos parados y abultados, pero aún están duros como rocas, que mis nalgas ya se fueron, pero te juro que mi cosita aún es muy húmeda y con los años que tengo viuda se ha de sentir como de 20 años, cerradita y lista para que la penetres toda, estoy cansada de masturbarme sola todas las noches, estoy cansada de no sentir unos labios besarme, estoy cansada de no sentir las manos de un hombre por todo mi cuerpo, siempre fui muy caliente y aun soy muy caliente, sé que no te decepcionare, te daré todo lo que tengo, todo lo que soy, hasta la última gota de mi saliva y de mi sudor, con tal de verte igual de feliz como me estás haciendo sentir en este momento…”
En menos de 3 segundos, ella estaba desnuda por completo, subiéndose a mi endurecido pene y montándose con el mayor de los cuidados, yo sentía como iba recorriendo mi verga todo el abismo de su vagina, era verdad se sentía cerradita, húmeda en verdad, resbalaba como si hubiera puesto vaselina, pero era solo su lubricación la que hacía sentir tan maravillosa sensación, vi su cara extasiada mientras llegaba hasta el fondo y comenzaba a entrar y salir muy despacio de ella, se tocaba sus pechos, se jalaba los pezones y sus aureolas se enchinaban y hacían pequeñas, sus pechos se levantaban y los pezones estaban a punto de explotar… una imagen verdaderamente espectacular… “Te gusta despacito o rápido” me pregunto ella, yo le respondí: “De la manera que te haga sentir mejor a ti suegra linda” ella comenzó a cabalgar con un ritmo impresionante, ni mi esposa hace tal movimiento de caderas, a cada movimiento entraba y salía por completo mi duro pene, sentía como abría su pequeña vagina y como topaba dentro de ella, pujaba y gemía hermosamente, lo estaba disfrutando muchísimo, y no tardo más de 3 o 4 min cuando vino un espasmo en todo su cuerpo y sentí como se vaciaba sobre todo mi vientre.. una venida espectacular, mientras ella casi convulsionaba de lo excitada que estaba, vi de reojo como salía el líquido de ella y cuán grande e hinchados estaba sus labios y clítoris, sus ojos estaban en blanco, y sus uñas casi desgarrando la piel de mis hombros, la abrace por unos cuantos segundos, mientras recuperaba el aliento, sobaba su espalda, sus nalgas, sus piernas, besaba sus hombros y su cuello y de pronto me beso, un beso riquísimo, un beso de agradecimiento enorme, me miro a los ojos y me dijo “ahora sí, soy toda tuya, me has hecho mucho muy feliz y quiero hacerte mucho muy feliz a ti, que quieres que haga, te complaceré en todo lo que quieras, quieres que te la mame, quieres que te cabalgue hasta venirte, quieres que me ponga de perrito, lo que tú quieras corazón, ¡soy toda para ti!”
Nos pusimos de pie los dos, le di un beso y le dije al oído: “Me encantaría que me mamaras el pene hasta venirme en tu cara” en menos de 2 segundos ya estaba sentada en el sillón, con mi verga durísima en sus manos a punto de metérsela por completo en su rica boca, volteo a verme a los ojos mientras se la introducía por completo, despacito, hasta el fondo y la saco de igual manera, dando unas ricas succiones a la cabeza cuando era lo único que quedaba de ella en su boca, con la lengua jugueteaba por todo el glande, de pronto hasta quería introducir un poco su lengua en la abertura de mi pene, se sentía rico, y de una se la volvía a tragar toda, comenzó a subir el ritmo, y a masajear todo lo largo de mi erecta verga con su mano al ritmo de su boca, sentía que de un momento a otro me vendría, aguante lo más que pude y sin avisar, comencé a aventar gruesos chorros de espeso esperma dentro de su boca, vi como llenaba de leche toda su boca y el exceso so dejaba salir, sus ojitos se llenaron de lágrimas, pues sintió ahogarse y también de felicidad, pues había hecho venir a su yerno querido y nuevo amante.
Nos quedamos desnudos en el sillón, abrazados, con sentimientos encontrados, de pronto me dijo: “No podemos volver a hacerlo, estuvo mal, si se enteran mis hijos nos matan…” la verdad es que si habíamos llevado el cariño a un nivel mucho muy elevado, pero yo quería seguir disfrutando de sus besos, su cuerpo, su boca, sus caricias y su enorme cariño, le dije que estaba bien, pero que me gustaría que a solas, cuando nadie nos viera pudiéramos darnos algunos besitos pequeños, unos roces cachondos, solo para recordarnos esa hermosa noche que tuvimos, y así fue, pasaron varios meses, y todo era seriedad absoluta, a excepción de cuando nos encontrábamos solos, que por lo general siempre buscábamos como hacerlo, encontrarnos sin nadie a nuestro lado para tocarnos y de pronto uno que otro beso rico.
Un fin de semana mi esposa invito a su mama a nuestra casa, a pasar el fin en familia y con el motivo de ver por netflix la segunda temporada de una serie que les encantaba a ellas dos, sería un largo fin de semana frente a la televisión, y así fue toda la tarde del viernes, pero el sábado prepare un asado, comencé a servir licor, a mi esposa brandy, yo prefería el wisky, pero mi suegra era fanática del tequila, después de 3 o 4 horas viendo televisión, asado carne y bebiendo mi esposa se sintió algo aturdida y aun debía llevar a la cama a nuestra bebe, así que se despidió y quedamos mi suegra hermosa y yo en la sala, serví un par de copas más y comenzamos a tocarnos, seguros de que no regresaría mi esposa a la planta baja comenzamos a chupetearnos un poco, besos al por mayor y ricos agarrones sexuales, pasarían 10 o 15 min y se comenzaba a poner más y más caliente ese momento, le quite la blusa y saque el sujetador, comencé a mamar ese hermoso par de pechos frenéticamente y mi suegra comenzó a excitarse más y más, mis manos bajaron su pantalón y frotaba sin cesar sus labios y clítoris, su abultada vagina comenzó a lubricarse y a mojar sus pantaletas y mi pene ya dejaba rastros de lubricante en mis jeans, así que lo saque y comenzó a frotarlo con sus pechos, le aventó un par de escupitajos y comencé a cogerlos, quería hacerla mía, deseaba venirme dentro de ella y la volteé, la puse de perrito, solo hice a un lado su pantaleta y clave mi endurecido pene hasta el fondo, entraba y salía frenéticamente de él, hasta que comencé a sentir que me estorbaban sus pantaletas y decidí bajárselas, en el movimiento me vi frente a sus nalgas y fue inevitable mamar esa concha tan rica y húmeda, metí y saque mis dedos de ella, lamí y escupí toda esa raja suculenta, me encontré con su pequeño ano y decidí aventurarme y meter mis dedos, al principio se asustó, pero seguí insistiendo hasta que ella sola aflojo y comenzaron a entrar con gran facilidad, ella se abría las nalgas con sus dos manos, para que yo pudiera mamar y dedear a placer, ella pujaba y gemía no muy fuerte, pero se notaba en su piel lo mucho que estaba disfrutando, hasta el punto en que no pudo más y me dijo “Ya clávamela amor, te quiero dentro de mí, hazme tuya otra vez…” Me enderece, apunte mi dura verga en su vagina… comencé a clavársela duro… quería hacerla gritar y casi lo logro, a cada embestida ella gemía más y más, hasta que me recordó que estaba su hija arriba dormida, me mesure un poco, pero no dejaba de ver su rico culo, y de un golpe se la clave por completo, se estremeció, me dijo para, para… pero yo ya estaba muy caliente y no pare… seguí y seguí… al principio trataba de zafarse, pero comenzó a sentir rico unos momentos después, lo sé porque comenzó a llevar el ritmo de la cogida ella, hacia su culo para adelante y para atrás a su gusto, y comenzó a gemir rico nuevamente, comencé a ver como con una de sus manos se masturbaba también y metía sus dedos dentro de su vagina, semejante imagen hizo que me viviera casi de inmediato, llenando su hermoso y apretado culo con toda mi lechita, cuando termine ella se hinco en el piso y comenzó a mamar mi pene, siguió así durante un par de minutos y volví a venirme enormemente en su cara y pechos, lamio todo mi esperma y el que tenía en su cara y pechos lo esparció en toda ella, por segunda vez había hecho de mi suegra hermosa, una puta complaciente, no lo veía así, la veía como una amiga a quien cuidar y quien me cuidara, pero después de 2 años teniendo encuentros sexuales, se bien que mi querido suegro tenía una puta extravagante en su cama y sé muy bien cuanta falta le hacía a mi suegra un amigo que la enculara y cogiera como a ella le gusta y como a mí me gusta, complaciente y exigente, unas veces era mi esclava y otras veces yo era su esclavo, nos usábamos para hacer realidad nuestros más bajos placeres y saben algo, NOS ENCANTA!
La verdad es una especie de satisfacción hermosa tener relaciones con la suegra, y no hay sensación que describa esas cogidas rápidas con ellas cuando nuestras esposas se encuentran cerca
Me gustaría tener una suegra asiii