MI VIDA CON SILVIA I (PRIMERA NOCHE)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Elcamadeleon.
Silvia y Pedro habían terminado de bañarse y entraron a la habitación donde sobre la cama estaba la ropa de ambos, Pedro secó perfectamente el cuerpo de su pequeña hija e hiso lo propio con su cuerpo, una vez secos Silvia se vistió con un pequeño calzoncito y un vestido que le llegaba más debajo de las rodillas mientras que Pedro se vistió con una camisetilla y un pantaloncillo sin nada debajo.
Silvia quien aún pensaba en lo que habían hecho en la bañera le pregunta a su padre.
Silvia: Papi de verdad te gustó lo que hicimos en la bañera.
Pedro: Si mi vida me gustó mucho y me hiciste muy feliz.
Silvia: De verdad papi que bien jiji siempre quiero que seas muy feliz, enséñame más cosas quiero hacerte más feliz papi.
Esto último hizo que Pedro quien desde pequeño era un pervertido tuviera una idea para enseñarle más cosas a su hijita.
Pedro: Esta bien mi vida súbete a la cama para enseñarte más cosas, sin pensarlo dos veces Silvia se subió a la cama prácticamente de un brinco y se recostó en la cabecera de la cama a la espera de las enseñanzas de su padre mientras que Pedro se dirigió a su armario y abrió uno de los cajones del cual sacó una cajita y la puso sobre la misita de noche que estaba junto a la cama, Silvia miraba con atención la cajita que le causaba gran curiosidad provocando que se acercara a ésta para descubrir su contenido.
Pedro abrió la caja y Silvia parecía algo decepcionada al encontrar solamente CDs, su padre lo notó y le dijo.
Pedro: Tranquila que aquí viene lo bueno.
Dicho esto se dirigió hacia la televisión que se encontraba a los pies de la cama, lo encendió e introdujo uno de los CDs en el aparato de video y una vez comenzada la película se recostó junto a su hija y le dijo.
Pedro: Espero que te guste y aprendas muchas cosas.
Silvia quien aún seguía sin entender se quedó mirando hacia la pantalla y en poco tiempo todo tubo sentido para ella ya que las primeras imágenes que vio eran de mujeres chupándoles la verga a unos tipos morenos y musculosos, luego vio como a esas mujeres les metían las vergas por sus rajas e incluso por sus culos haciendo que su atención se centrara únicamente en la pantalla.
Pasados varios minutos y escenas que dejaron impresionada a Silvia, esta sintió una caricia en su muslo haciendo que perdiera concentración y al mirar a su padre se percató que este ya estaba desnudo y se estaba haciendo una paja mientras la acariciaba, lejos de incomodarse Silvia le mostró una sonrisa a su padre y le preguntó.
Silvia: Papi yo también me puedo quitar la ropa.
Pedro: Si mi vida puedes quitarte la ropa pero quiero que lo hagas bailando.
Dicho esto Pedro se levantó y cambio el video que se estaba reproduciendo por otro en el cual aparecían chicas desnudándose mientras bailaban a lo que Silvia observó atentamente y comenzó a bailar imitando a las chicas del video, aunque sus movimientos era un poco torpes provocaban que la verga de Pedro se ponga dura solamente de imaginar el potencial que su peque niña podría llegar a tener.
Silvia hacia movimientos descoordinado pero sin dejar de ver a su padre y con una sonrisa en su rostro comenzó a quitarse lo poco que traía de ropa, empezando por su vestido el cual levantó suavemente mostrándole a su padre ese calzoncito que traía puesto sin dejar de moverse hasta que se lo quitó totalmente, seguido de eso la pequeña comenzó a acariciarse los pechos como lo hacían las chicas del video, esto le causó gracia a su padre ya que su pequeña hija tenía el pecho totalmente plano, pero también lo excitaba la imagen que estaba viendo pues lo hacía pensar como sería si su hija tuviera los pechos desarrollados.
Pasado un momento de baile Silvia comenzó a bajarse su calzoncito y le lanzaba sonrisas a su padre quien ya estaba con su verga totalmente dura y haciéndose una paja suave.
Silvia se terminó de quitar su calzoncito y siguió bailando por un momento más acariciando su cuerpo tal como veía en el video pasaba sus manitas por su pecho, por sus caderas, por sus pequeñas nalguitas y por su rajita que aún no tenía un solo pelo, movía su mano despacio para que su padre pudiera apreciar el espectáculo que le estaba dando hasta que éste le hizo una señal para que se subiera a la cama.
Sin perder tiempo Silvia se subió a la cama junto a su padre y le preguntó.
Silvia: Ahora que vamos a hacer papi jijij.
Pedro: Mi vida ahora es mi turno, yo te voy a chupar tu rajita para que sientas muy rico.
Silvia: De verdad papi y cómo vas a hacer eso.
Pedro: Tu acuéstate y abre las piernas como rana que yo hago lo demás.
Silvia se acostó y abrió sus piernas y las dobló quedando como una ranita, esta acción le permitió a su padre acomodarse entre ellas quedando su rostro justo en frente de su rajita y tomándose su tiempo la empezó a observar y acaricias suavemente con sus dedos mientras que Silvia no perdía detalle de las acciones de su padre, acciones que comenzaban a causar efecto en ella.
Silvia: Papi me haces cosquillitas.
Pedro: Quieres que pare mi vida.
Silvia: No papi sigue haciéndome que también se siente bonito.
Tras decir esto pedro le sonrió a su hija y bajó su cabeza empezando a darle besos sobre su rajita, mientras acariciaba sus piernitas con sus enormes manos haciendo que Silvia tenga sensaciones que hasta ese momento para ella eran desconocidas pero que pronto se convertirían en la adicción más grande que una niña como Silvia podría llegar a tener.
Pedro quien había aprendido bien a cómo usar su lengua para producir placer estaba volviendo loca a su pequeña hija quien arqueaba su cuerpo al sentir como su padre pasaba su lengua por entre los pliegues de su rajita moviéndose de arriba abajo y en círculos, por momento se detenía y hacia círculos en el aun diminuto clítoris de Silvia haciendo que a esta le comiencen a salir sus primero jugos desde el interior de su rajita, en otros momentos ponía su lengua en el centro de su rajita y presionaba metiendo la de ésta, acción que producía en Silvia algo de temor mesclado con un placer tan grande que no le permitía cerrar las piernas y en lugar de ello las separaba aún más para que su padre le devore totalmente su diminuta rajita.
Pasaron varios minutos en esta acción que para Silvia parecían una eternidad y en los que su padre había realizado movimientos con su lengua los cuales habían llevado a la pequeña al borde de la locura, haciendo que este comience a expresar frases con su tierna voz.
Silvia: AAAAAHH AAAAHHH paapi se siente riico AAAAHH me gusta mucho hazme más papi AAAAHH.
Pedro separándose un momento de la rajita de su hija tras cada frase le dice.
Pedro: Que es lo que quieres que te haga mi vida.
Silvia: Que me chupes mi rajita papi AAAAAHHH
Pedro: Te gusta que papi te chupe tu rajita.
Silvia: Siiiiii paapii me gusta mucho, sigue chupándomela papi siiiguee.
La pequeña rajita de Silvia era un mar de jugos que su padre devoraba con mucho placer pasando su lengua por todo el sexo de su pequeña hija, quien de momento dejaba escapar pequeños gritos y ligeras contorciones al sentir como su padre ahora movía su lengua no solamente por su rajita sino que también bajaba hasta su pequeño culito.
La lengua de Pedro parecía tener vida propia al moverse rápidamente alrededor del agujero posterior de Silvia, introducía la punta por el agujero que parecía estar sellado pero cedía ante aquel intruso húmedo y resbaloso.
Sin dar aviso de sus movimientos Pedro devolvía su lengua a la rajita de su hija propiciándole otra oleada de placer y haciendo que esta sienta que algo saldrá de su interior muy pronto pero a su corta edad aun no sabía de qué se trataba.
Silvia: Papi AAAAAAHH para papi que me hago pis.
Decía Silvia casi sin poder hablar, y al escuchar esto su padre levantando un poco la cabeza le dijo.
Pedro: Eso no es orina mi vida tu solo déjalo salir y verás que sentirás muy rico.
Silvia al escuchar esto comenzó a gemir más fuerte apretando las sabanas de la cama con sus manitas de niña y retorciéndose del placer al no poder más con todo lo que estaba sintiendo.
Silvia: AAAAAAHHHHH paapi ya no puedo maaaas.
Fue lo último que dijo la pequeña antes de derramar sus jugos que salían en abundancia sobre la cara de su padre, una venida digna de una mujer excitada al máximo, pequeños chorros de fluido salían disparados de la rajita de Silvia dejando sorprendido y extasiado a Pedro quien recibía con gusto el primer orgasmo de su hija quien parecía estar convulsionándose por tan grandes sensaciones en su cuerpo.
Después de unos segundos de placer Silvia quedó tendida sobre la cama sin moverse, parecía haber perdido el conocimiento y su padre al notar esto subió hasta por su cuerpo dándole ligeros besos hasta llegar a sus labios haciendo que su pequeña hija volviera a la realidad.
Aun sin entender que le había pasado Silvia abrazó a su padre y esta pasó sus manos debajo de ella levantándola y dándose vuelta quedando ahora ella acostada sobre el cuerpo de su padre que para ella era enorme.
Sin decir más palabras ambos se quedaron dormidos dándole fin a su primera noche de placer.
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