Mirando a mi hermanito (Parte 6)

Papá anda desesperado….

Capítulo 6

Luego de todo ese placer que papá había vivido con Pedrito en su cumpleaños, la vida siguió como si nada pasara. Los días iban normal con mamá y papá trabajando y nosotros en nuestros respectivos estudios. Yo sentía por las noches que papá follaba con mamá y a veces Pedrito los espiaba. Otras veces veía a mi hermanito tocándole el bulto a papá cuando mamá estaba desprevenida pero no podían hacer mucho porque mamá solo estuvo en turnos de tarde.

Un día viernes, papá me pasa a buscar, llegando con su uniforme militar, y me dice que debemos pasar a buscar a Pedrito. Llegamos al lugar y ahí estaba el guardia en la entrada. Papá iba con el vidrio abajo y lo saluda: “Buenas tardes Don Roberto, Pedrito está terminando su entrenamiento”. Papá lo saluda y le sonríe. Pasamos y estacionamos el auto casi en la entrada. Papá se baja y me dice que lo espere ahí. Yo con dudas me quedé ahí, pero al pasar un minuto, me bajo y entro. Camino por los pasillos y llego a la oficina. La puerta estaba cerrada pero decidí poner mi oreja para tratar de escuchar algo. Siento que papá conversa con el entrenador pero no podía oír bien así que voy a la ventana de afuera para espiar, logro ver a ambos de pie mirando a mi hermanito mientras arreglaba sus cosas y ambos le miraban el culo y en sus pantalones se veía un bulto muy prominente. Papá tenía el pantalón militar que se le marcaba bastante la erección y el entrenador andaba de pantalón deportivo con la marca de su pija erecta hacia la derecha. Veo que papá saca su teléfono y contesta una llamada mientras el entrenador se acerca a Pedrito y le pone toda su pija en el culo y mi hermanito se da vuelta y sonríe. En eso papá corta la llamada y se empiezan a despedir entonces decidí salir y correr al auto. Ya llegando a casa, mamá conversa con papá mientras mis hermanos jugaban y ahí le contaba que mi abuela estaba grave y que iría a cuidarla con los niños. Mamá les pide arreglar sus cosas y papá los ayuda. Mamá me cuenta que se van por un tiempo a cuidarla a mi abuela y que yo me quedaría con papá. Nos despedimos y para cuando llega la noche, yo me acuesto y papá se va a su habitación.  Pasando los días, todo iba sin mucha novedad, aunque papá llamaba todos los días a mamá y escuchaba a Pedrito. El día sábado por la mañana, siento que golpean la puerta y decido bajar y abrir. Quien estaba ahí era Luis, el amigo de mi hermanito, quien andaba con polera y pantalón corto. Luis me pregunta por Pedrito pero yo le digo que no estaba. Él me cuenta que estaba aburrido y quería jugar y me pregunta si puede jugar con la consola que sus padres le habían dejado venir a casa. Yo acepto y lo hago pasar. Se sienta en el sofá y yo le prendo la TV y conecto todo. Le digo que voy a ir a ordenar mi habitación y asiente. Yo miro hacia la habitación de papá y él estaba con la puerta abierta y se veía durmiendo solo en boxer. Subo por las escaleras y me voy a mi habitación. Al rato voy a bajar y no escuchaba nada en la sala, así que bajo despacio y miro hacia la habitación de papá y estaba con la puerta cerrada. Luis no estaba en el sofá. Me acerco a la puerta de la habitación de papá y escucho jadeos de él, luego escucho una tos y era de Luis y ahí comprobé que papá le estaba dando pija por la boca. Voy a mirar a afuera y veo que venía la madre de Luis así que corro a la habitación y grito: “Luis, te vienen a buscar”. Me acerco a la puerta esperando que salga Luis de la habitación y veo que camina hacia la puerta arreglándose el pelo y se despide de mí.

Durante el día con papá almorzamos sin mayor problema hasta que llega la noche y nos acostamos en nuestras respectivas habitaciones. Al día siguiente, siento nuevamente que golpean la puerta, pero yo no abro y escucho que papá abre y era Luis de nuevo. Escucho que algo hablan y Luis se ríe a bajo nivel, espero un rato y bajo a ver que estaban haciendo y miro directamente a la habitación de mis padres y podía ver desde ahí a mi padre de pie, solo en un boxer blanco ajustado y nada más. En la cama se podían ver dos pies pequeños y papá se acerca y saca los zapatos que llevaba, lo tira de las piernas para acercarlo y veo que agarra su cintura y toma su pantalón para sacárselo a Luis. Desde ahí solo lo podía ver hasta la cintura. Papá se acerca y lo da vuelta, toma con sus grandes manos las nalgas de Luis y las aprieta, sintiendo el gemido del niño. Le baja su ropita interior y mete su cabeza en el recto para buscar con su lengua aquel ano virginal. Sentía a Luis gemir suavecito disfrutando de aquello, y papá yo lo veía agachado con su cabeza enterrada en el culito redondo haciendo ruido con su lengua. Papá se levanta y pude ver la carpa que se le armaba en el boxer que no daba más de estirado hacia el lado izquierdo con el tremendo trozo de carne que tiene. Se acuesta en la cama y vi cómo Luis se sentó encima de él sobre ese gran paquete. Papá le agarra la espalda por debajo de la ropa que llevaba Luis y se la saca. Papá empieza a mover la pelvis hacia arriba mientras Luis sobaba sus redonditas pompas en la verga erecta de papá sobre su boxer. Ambos jadeaban de excitación y papá lo empujaba con sus manos en la cadera de Luis para que rozara más fuerte el culito contra la verga presa en la ropa interior de papá. Después de un rato en ese juego lascivo, papá toma a Luis y lo deja acostado y el se pone encima, bajando la ropa interior y toma un frasco, para sacar con sus dedos una crema que la esparce en en ano de Luis de forma circular, escuchando a papá decirle que le iba a gustar y que podía doler. Luis se quedó quieto mientras papá empieza a meter un dedo y Luis da un pequeño grito diciendo: “Me duele Don Roberto”, pero papá no se detiene y sigue girando su dedo para luego seguir con el siguiente. Luis gritó un poco más fuerte, por lo que le estaba doliendo, pero papá no daba tregua. Luis repetía: “Me duele”. Papá estuvo un buen rato así y creo que le acostumbró el culito porque Luis solo gemía pero con más agrado. En eso suena el teléfono de la casa y yo corro a la escalera a esconderme. Papá no se levantó a contestar. Seguía sonando, por lo que me acerco a contestar en la sala y era la mamá de Luis, me pregunta por su hijo y le digo que está jugando en el patio. Ella me pide que lo mande a casa porque van a salir. Yo respondo con un “Ok, yo lo mando para allá” y cuelgo. Me acerco al pasillo y grito: “Luis, tu mamá dice que vayas a casa porque saldrán de paseo ahora”. Me voy a sentar al sofá y al minuto sale Luis ordenado y peinado, me mira y se despide. Pasa un minuto y papá sale de la habitación solo en boxer a beber agua, lo veo acercarse por el pasillo y pude ver que seguía semi erecto y con una marca humera en su boxer por la punta de su verga. Todo ese líquido preseminal que botaba era de lo caliente que estaba. Me saluda y va a la cocina por el agua. Pasa de vuelta, entra al baño y siento que corre la ducha, deja la puerta abierta y yo me acerco a verlo. Papá se estaba duchando, cómo tenía shower door de vidrio, se podía ver algo, pero estaba todo empañado, solo pude notar que papá se estaba masturbando para descargar toda esa leche que tenía más que acumulada. Me quedé mirando y escuchaba cómo jadeaba y de repente da un gemido ronco por el que asumí que lanzó toda esa leche que tenía guardada.

Luis no había ido a casa y yo sentía que papá estaba acumulado en estos días, pero no tenía opción con quién botar su leche, así que lo notaba más caliente porque a veces lo pillaba acostado con su pija erecta y solo se tocaba de repente. Yo tenía mucha curiosidad pero no me atreví a nada. Para el día jueves, siento que mamá llega con mis hermanos a casa y venían solo por la noche, yo ya había llegado del instituto. De un momento a otro, entra papá por la puerta y todos se acercan a saludarlo. Mamá lo besa con pasión, mi hermana le da un abrazo y Pedrito le sigue dándole un abrazo apretado. Cenamos ese día juntos cómo hace mucho tiempo desde que mi abuela enfermó. Yo me paro de la mesa y me voy al sofá, mi hermana se va a su habitación y mamá se dirige a la cocina a ordenar y limpiar. Pedrito viene hacia la sala y se sienta y papá a su lado. Nos ponemos a ver TV y yo me acomodé de tal manera de ver que podía pasar. Pedrito le buscaba con sus manos el bulto a papá y él se dejaba. Pasó un buen rato donde ambos jugaban a tocarse hasta que papá se levanta y nos dice que nos acostemos. Papá se va en dirección a la cocina donde estaba mamá y sentía risas. Al rato mamá sale y nos acompaña para acostarnos rápidamente y baja. Sabía que papá necesitaba descargarse y mamá iba a recibir mucha pija hoy.

A la mañana siguiente, me levanté para prepararme y al bajar veo a mamá despidiéndose de papá con mi hermanita. Aprovecho de preguntar que pasaba y ahí me responde mamá que volvía donde la abuela pero que Pedrito se iba a quedar el fin de semana. Ya imaginé que papá estaba tramando algo. Mamá al salir de casa con mi hermana, yo me voy al baño, a los minutos salgo y subo a mi habitación. Estando en mi cama, escucho movimiento en la habitación de Pedrito, luego risas, gemidos y siento cómo la cama golpeaba contra la pared y crujía. Escuché todos los quejidos, el cacheteo, los gemidos de placer de ambos en la otra habitación. Se sentía tan apasionado todo, papá claramente extrañaba el rico culito de mi hermano.