Mirando a mi medio hermano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Ziniestro.
Que tal, de nuevo relatando uno de los acontecimientos que marcaron mi infancia o preadolescencia sexual, mi anterior fue Mi cuñado, mi primer hombre.
Todo transcurría normal, seguía en la escuela, jugaba como todos a esa edad. No ocurrió otro encuentro con mi cuñado, no esperaba tampoco que pasara, me gustó, pero él no me buscó más, quizás le agarró culpa porque era el hermanito de su mujer, que era solo un niño, o quizás lo único que hizo fue cumplir su fantasía que tenía conmigo, no lo se, es algo que nunca me pregunté.
Al pasar un año la relación entre nosotros era muy normal, seguía jugando con su hijo aún, me seguía quedando en su casa pero ni me registraba, era como que nunca hubiera pasado nada, para mi suerte o para la de los dos eso fue así y nunca nadie sospechó nada. Como eso había quedado en el pasado y mi inocencia se había ido, era obvio que iba a encontrar, buscando o no, alguien que me gustara y me exitara de solo verlo, nunca me imaginé quién iba a ser este próximo.
Mi familia está compuesta de una forma extraña, tengo dos partes de hermanos, mi hermano 4 años mayor con quien comparto madre y padre, y mis otros 4 hermanos con quien comparto solo a mi padre, este había sido padre a temprana edad (27 años) con la madre de mis otro cuatro hermanos, el mayor, se llamaba Juan Pablo, en ese entonces tenía 30 años, pelo negro ondulado un poco largo, piel bien clara, fibroso, trabajaba en construcción lo que le proporcionaba una espalda enorme y muy buenos brazos y unas piernas no tan desarrolladas pero si bien fuertes.
Habían pasado años que no lo veía hasta en aquél fin de semana que estábamos en una reunión familiar almorzando al aire libre, yo lo miraba en ese instante ya con otros ojos, no pensaba como un niño, sino como alguien mayor que se detiene más mirando a una persona atractiva que a otra que no lo era. Cuando bajó de su auto se dirigió hacia nosotros con mucha alegría y euforia del tiempo que hacía que no nos veía, cuando se dirigió hacia a mí de una forma muy particular.
-Fabii!! Que hermoso que estás, muy grande (alborotaba mi pelo y me besaba en la frente)-Cómo estás?
-Hola Juampi, bien y vos?
-Bien bien…
Mientras saludaba a los demás yo no lo podía dejar de mirar, esa espalda, ese volumen, esas nalgas enormes que se notaba que las tenía bien duras como dos piedras, esas piernas que no habían perdido la firmeza de la última vez que había estado sentado en ellas; me sentía un bobo, nunca me había sentido así, ni siquiera con mi cuñado, que estaba allí presente pero no le prestaba importancia, por suerte nadie notó de cómo se me caía la baba por ese semental de hombre que se había presentado ahí.
Al terminar de almorzar y de poner a todos al día de cómo había trabajado en distintos lugares del país y de las dos novias que tuvo en ese trayecto, nos dispusimos de ir a la piscina que estaba a unos metros de nosotros, donde había otras dos familias dentro ya que el calor era inaguantable (era el mes de diciembre y acá en Argentina es uno de los más calurosos) todos habíamos traído traje de baño, asique no demoramos nada en ir a cambiarnos y meternos. Yo, el más chico, fui el primero en meterme, a lo que me siguieron mi hermano, mi cuñado y mi medio hermano (Juan Pablo). Una vez dentro hicimos los típicos juegos de pelota, echarle agua al de al lado, carreritas, pero a la hora de ir a lo más profundo yo me hacía el cansado, la cosa era que yo no sabía nadar, a lo que el único que se dio cuenta fue mi hermanastro, cuando los otros salieron a secarse al sol, me quedé yo solo con él.
JP- Hey, vos no sabés nadar no?
Yo- No, la verdad no, me da vergüenza decirlo…
JP-No pasa nada chiquitín, vení yo te enseño.
En ese momento me agarra de las axilas, se me erizó toda la piel y me dio un pequeño escalofrío, ese hombre me ponía la piel de gallina con esas manos tan fuertes, pero le seguí las indicaciones, que más que indicaciones parecía una trampa para aprovecharse, creo que en ese momento se dio cuenta de lo mucho que lo miré durante toda la tarde.
JP- Ahora tranquilo a la vez que movés las manos también hacelo con los pies (sólo aflojaba sus manos pero no me soltaba)
Me estaba teniendo con una mano en la entrepierna y con la otra en el pecho, en forma horizontal en el agua. Yo entre en una desesperación porque estábamos en lo más hondo, a lo que pataleaba fuerte y queriéndolo agarrar le rasguñé el pecho y le pegué varios puñetazos en el hombro derecho, en ese momento yo pensé, ya está, la cagué, pero no fue así.
JP –Jjajajaja, pero que miedoso que sos niñito es sólo agua y yo estoy acá, no te va a pasar nada.
Yo- Huy, perdón es que me soltabas y yo pensé que me hundía.
Esas palabras que me dijo me trajeron de nuevo el alma al cuerpo, aún tenía la oportunidad de seguir con él un rato más.
JP- Bueno vamos, te llevo a los más pandito para que no te asustés.
Diciendo esto me cargó a su espalda y me llevaba, a lo que yo me aproveché a tocarle todo con la escusa de que me “resbalaba” esos músculos me estaban encendiendo, era una carne muy dura sobre la que estaba yo montado.
JP- Vamos de nuevo papá, pero no te me asustés porque no pasa nada, está bien?-Mientras me acariciaba una mejilla con su pulgar derecho.
Yo sólo asentí con la cabeza y de nuevo me puso su mano en la entrepierna, pero esta vez presionó más y deslizaba su mano desde mis genitales hacia atrás pasando por la rayita de mi culo hasta llegar a mi ano, donde presionaba con su pulgar, el muy atrevido se estaba aprovechando de mi indefensa al tenerme así tan asustado contra el agua, su otra mano en mi pecho me daba seguridad, asique a la par que yo me movía el avanzaba unos pasos para darme la idea.
JP- Ves que fácil, así vas aprendiendo un poco para mañana que seguro volvemos. Porque ya nos estamos por ir.-Eso que escuché no me gustó para nada-
Yo- Pero yo quiero estar más tiempo con vos, venite a dormir a la casa dale.
JP- Mmm, bueno vamos a ver si puedo, pero seguro que te puedo llevar a dormir a mi departamento, tengo la play ahí.
Yo- Buenísimo, ahora le pregunto al papi.
Me puse muy contento en ese momento, ya que iba a pasar la noche con ese tipo que me estaba volviendo loco, su piel en mi piel me había hipnotizado completamente, esos músculos tan firmes y marcados podían volver loca a cualquier hembra que se le cruzara.
Mis padres me dieron permiso para ir asique estaba todo arreglado, por la mañana él me dejaría en mi casa temprano para él almorzar junto a nosotros. Al llegar me dio de comer y nos pusimos a jugar en la play, tenía varios juegos de futbol, nos divertimos hasta tarde en la noche y se puso fresco, y me senté encima de su pierna izquierda mientras él me rodeaba con su brazo para sostener el joystick, en ocasiones me abrazaba cada vez que le hacía un gol y me hacía cosquillas a lo que yo me reía y disfrutaba, y a veces cuando él me hacía goles me besaba en la cabeza y me daba varias nalgadas en mi pierna derecha, como compadesiendome, pero en realidad el cabrón se estaba aprovechando, yo no estaba tan cerca de su entrepierna como para saber si tenía alguna erección, pero más tarde me hizo saber que sentarme así encima de él no fue buena idea, pero sí lo era para mí.
Ya como a las 4 de la mañana estábamos cansados.
JP- Listo Fabi vamos a dormir, total no me vas a poder ganar.
Yo- Te he ganado todas las demás no mintas jajajja.
Ya en su pieza él solo tenía una cama, matrimonial ya que le gustaba mucho la comodidad de esas camas. Yo- Parece que voy a tener que dormir con vos, como si fueramos novios. –Jajajaja, sos jodón cabroncito eh. Cuando dijo esto se me tiró encima en la cama y me empezó a hacer cosquillas, pero esta vez más idas, como cuando pasaba su mano en mi entrepierna y mi culito, o me lo pellizcaba, eso me encendió de golpe, yo también aproveché y empecé a tocarle ese bulto que se empezaba a notar, pero cuando lo hice él se detuvo de repente.
JP-Veo que te gusta tocar, pero también te gusta mirar, no? Algo me decía que vos no eras un machito rudo como los de tu edad, a vos te gusta otra cosa.
En ese momento de nuevo se me erizó la piel pero más exagerado aún, me puso muy nervioso pero me exitó a la vez, yo me callaba pero él seguía con sus palabras de macho sediento.
JP- A vos te gusta esto, (me presionaba más la mano a su bulto, ya muy duro) esto seguramente es lo que buscás, como los putitos hambientos, que buscan, buscan y encuentran.
Estaba él encima boca abajo mirándome a los ojos haciéndome sobar eso que se veía importante, mientras con la otra mano me levantaba la remerita fina que tenía y me masajeaba la pansita, y me empezó a besar en la boca metiendo su lengua, obvio que no le reproché nada si eso era lo que más quería. Mientras me besaba seguía con esas palabras rudas que me hacía temblar.
JP- Así te quería tener, desde que te descubrí mirándome sabía que te la tenía que plantar toda, sin piedad, y así va a ser, no te va a salvar nada.
Me besaba en la boca, en el cuello , me levantaba más la remera, me chupaba todo el ombligo, me lambía toda la pansa, con una mano me levantó de mis caderas, mientras que la otra la metía dentro de mis calzonsillos tocándome las nalgas, cuando me dijo: A ver como estás putito; me metió la punta de su dedo índice en el ano, yo solo pude hace un MMM fuerte pero rápido, como de dolor.
JP- Eso está riquísimo pendejo, bien estrechito como a mí me gusta, vamos a gozar de lo lindo los dos.
Dicho esto se tomó el trabajo de desnudarme, mientras yo se lo hacía a él también, solo le quedaron unos shortsitos puestos, pude apreciar ese lomo tan bestial, esos pectorales tan grandes, no tenía abdominales pero tampoco tenía mucha pansa, su abdomen estaba duro, yo ya estaba totalmente desnudo y entregado, él, quien mandaba acá, me dejó de ahogar con su lengua, se bajó el short sacando esa verga impresionante, era algo maravilloso para mis ojos que sólo habían visto una sola, pero esta era más grande que la de mi cuñado, más venosa, más caliente aún y más gruesa, me agarró de la cabeza de forma bruta y me la llevó hacia su verga (él estaba sentado) , yo entendía muy bien lo que tenía que hacer asique no hizo falta que me dijera nada, se la agarré y estaba hirviendo, me encantaba esta sensación de mi mano fría con su mástin caliente, me lo metí de una hasta donde más pude, estaba muy rico, un sabor muy agradable, aún ni tenía líquido preseminal, jugueteaba con mi lengua, me la empujaba cada vez más adentro, él me sobaba con una mano la cabeza y con la otra mi ano, lo estaba trabajando para más enseguida, -Que bien chiquitín, dónde habrás aprendido, no creas que no me doy cuenta que no sos virgen ya, pero no te voy a decir nada, seguí dale, aajj, si bebé- Era un bruto tratando de ser dulce, eso me encantaba.
Ya cuando se me cansó la mandíbula de tanto chupar, lo miré a los ojos y lo besé en la boca mientras lo masturbaba, ya tenía dos dedos suyos dentro de mí y no me molestaba, lo estaba haciendo de maravilla, y yo le di bastante tiempo ocupando mi boca en su miembro.
JP-Fabi estás listo ya, indicame cómo te gustaría empezar, si ya se que tenés idea.
Eso me puso rojo, pero la calentura pudo más, me acosté con la cabeza en las almohadas boca arriba, le agarré la nuca y lo traje conmigo besandoló y poniendo sus manos atrás de mi nuca, tal cual como lo hice con mi cuñado, me había encantado esa posición.
JP- Bien, pichón, se ve que te entrenaron bastante bien porque esta una de las que más me gusta, bueno, menos charla y más acción.
Subió mis piernas a los hombros, presentó la cabeza de su mástil en mi entrada y mientras empujaba abría la boca y apretaba los dientes dejando caer saliva sobre si boca y cuello, empezó a entrar, yo estaba con miedo porque era algo muy grande lo que estaba por pasar por ahí, dolió como verga, me separó las paredes bien separadas, se escuchaba como pujaba porque le costaba hacerla entrar… Mmm, ajj, Mmmmm, ya está ya está, ya casi chiquitín aguantá…
Cuando entró casi toda (o hasta donde más pudo), sentía demasiada presión en mi ano, me dolía un carajo, era como mi segunda desfloración, su pene punzaba fuerte, yo lo agarré de los muslos y le di varias palmadas a uno dándole a entender que podía comenzar a bombear, empezó de una forma muy placentera, mientras lo hacía me lambía la saliva que había desparramado en mis labios y cuello, suspiraba fuerte como un macho bruto, un toro, agarró una sábana y nos cubrió hasta la mitad de su espalda, eso hizo entrar un poco más de calor a la situación, estaba cada vez más delisioso, entraba y salía cada vez mas rápido y con fuerza para ya poder tenerla toda adentro.
Yo- Que rico, aajj, sí, umffff, síii….
JP- Que putito más caliente mi hermanito eh, y eso que recién empiezo
Duramos bastante en esa posición, sentía que estaba toda dentro, bajó mis piernas de sus hombros las puso en su cintura, su miembro resbalaba cada vez mejor, caían gotas de sudor en mi pecho, ese hombre estaba trabajando duro y gozando muy lindo también, su cara de placer me exitaba aún más, era muy lindo realmente, por lo menos desde ese ángulo, me penetraba duro, fuerte, rápido, se escuchaba el plas plas bajo la sábana, ya estaba a punto del orgasmo pero me aguanté, por suerte dio una pausa para cambiar, me puso en cuatro, me agarró de las pelos y me dio mucho más duro que antes, obvio que quitó las sábanas porque era ya mucho el calor –Así te quería hijo de puta con toda la verga plantada, te gusta? Eh? Decime pendejo, te gusta?- Yo estaba en las nubes, mi mayor éxtasis- Ay sí, Juampi, que rico, no parés más, AAjj sí-.
Duramos varios minutos más hasta que me la sacó de repente, se sentó con la espalda en el respaldo y me la metió en la boca, pero se arrodilló para penetrarme porque no le era suficiente, me penetraba por la boca profundo hasta más de la garganta, me provocaba arcadas. –Vaciame chiquitín, dale, tomate todo Fabi, toma toda la leche hijo de puta aaaajjjjjj- Me vació su contenido en el fondo de la garganta, me hacía tocer y sacar lágrimas, hasta que me despegué y la empecé a limpiar con la lengua, exquisita.
Me alborotaba el pelo y con su cara de cansado me decía –Bebé me diste la mejor cojida de mi vida, no quiero que esta sea la última, me escuchaste chiquito, mío, quiero que sólo te culee yo, nadie más, sos mío pendejito hermoso-. Yo lo escuchaba y sonreía, había conquistado a un hombre que en verdad me gustaba.
Trajo agua a la cama, la dejamos y nos acostamos en cucharita, en los brazos de Juan Pablo, mi hermoso medio hermano que me dio tanto placer.
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