MIS 3 MUJERES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por freeman88.
CAPITULO I
Mi nombre es Ricardo tengo 30 años y este es el relato de una vida que tengo y que no dejaría por nada.
Mi vida sexual empezó desde joven a los 14 ya habia tenido mi primera relación sexual y antes de eso ya era todo un experto en la masturbación.
Siempre fui muy morboso, y esa creo, es la palabra que definira mi vida sexual.
Tuve varias novias con las que aprendi y disfrute bastante, algunas mayores que yo que me enseñaron a disfrutar y no juzgar a nadie o nada, benditas sean las mujeres mayores sin escrúpulos.
Pero la vida tiende a jutarnos en par y para mi suerte a la edad de 22 conoci a Claudia.
Ella es una mujer un año menor que yo, de 1.
70 de alto, tez morena clara, con unos ojos avellana preciosos, con una mirada y sonrisa siempre coqueta, una melena castallo claro que le llega a media espalda, unas piernas largas y bien formadas, una colita redonda y bien puesta que siempre me volvio loco, y un par de tetas que si bien no son muy grandes llegan a jalar cualquier mirada, coronadas por unos pezones marron claro bastante gruesos y deliciosos.
Mi relación con Claudia siempre fue y es buena, compartimos metas, sueños y la chispa se volvió incendio desde la primera relacion sexual.
Ella ya tenia experiencia, a mi no me importaba nunca fui de los que disfrutasen enseñar a virgenes, preferia a mujeres que tenian nuevos trucos bajo la manga y para mi suerte ella tenia varios.
Durante los años de noviazgo el sexo era nuestro entretenimiento, cogíamos de todas las formas y por todos los orificios nunca me dijo que no o se hizo la puritana.
Al tercer encuentro ya era dueño de su culo y a ella le encantaba tenerme embobado pensando todo el dia en que forma me la cogeria en la noche.
Pues nuestra relación creció y nos casamos a los 28 y 27 respectivamente, compramos un departamento y empezamos a vivir la vida típica de pareja.
Mi rutinaria vida iba bien, trabajo de día, sexo en la noche, todo tranquilo y sin novedades hasta que un dia recibi la noticia de parte de mi mujer que me cambiaria la vida.
Claudia tiene una hermana mayor, su nombre es Diana ella es 4 años mayor que mi mujer, en aquella epoca tenia 31 y era una mujer bastante bonita, unos centimetros menos que mi esposa, del mismo color de piel y cabello con los ojos caramelo y un cuerpo bastate conservado, piernas largas con un buen culo y con el agregado que tenia las tetas mas grande que Claudia, detalle por el cual mas de una vez fui atrapado por mi esposa observando las redondas mamas de mi cuñada, cosa que no pasaba de un – todos los hombres son iguales- dicho en buena onda.
Pues Diana vivia en el extranjero, casada con un americano y madre de una linda niña de 8 añitos de nombre Lucy, a la cual no veia desde hace varios años.
Ella junto a su hija volvían de vacaciones por el verano y logicamente se iban a quedar en mi departamento, cosa que acepte de inmediato, no solo porque llevo una buena relacion con mi cuñada sino porque podria ganarme con algun vistazo de ella o de mi sobrina.
El día llegó y tocaron mi timbre al abrir vi a Diana tan linda y radiante como siempre, parecia que la edad no tenia efecto en ella y cogida a su mano estaba Lucy un linda niña con ojos como los de su madre y una melena larga y castalla clara, asumo herencia de su padre.
Abracé a Diana, saludandola y sintiendo las tetas que me sirvieron de inspiración para varias pajas a su nombre.
-Hola cuñada !!!! Bienvenida
-Ricardo como haz estado, que lindo volverlos a ver, Lucy saluda a tu tio Ricardo y a tu tia Claudia- le dijo mi cuñada.
Con una voz angelical y en perfecto español, mi sobrina nos saludo
-Hola tio Ricardo ¡¡¡¡ Hola tía Claudia-
Seguido por un beso y un abrazo a mi esposa y luego a mi, tengo que admitir que cuando la abracé y sentí su pequeño y frágil cuerpito una corriente eléctrica atravesó mi ser.
Pasamos a la sala a la respectiva conversación y luego de varios minutos de risas y charla, les enseñe sus dormitorios, uno para Diana y otro para la nena.
Los dias pasaron todo iba de maravilla, me sentia bien y bastante afortunado de estar en casa con tres mujeres, al ser verano las ropas eran ligeras y mi mujer y mi cuñada andaban en la casa con vestidos delgados o transparencias que en mas de una ocasión marcaban los pezones de ambas, mientras que la niña también paraba con pequeñas blusas o vestidos que en mas de una ocasión me permitieron ver sus pantaletas infantiles, cosa que no hizo mas que despertar el morbo en mi.
Una mañana como cualquiera Diana y su hija salieron temprano creo que a visitar parientes, me quede en casa con mi esposa y como todas las mañanas ella entro a nuestro baño a ducharse y yo pues me levante para hacer algun aseo domestico, me decidí por lavar la ropa sucia y fui recolectando las canastas de ropa, primero en nuestro cuarto y luego fui para el dormitorio de mi cuñada.
Entre de lo mas normal y saque la canasta con bastante ropa sucia, entonces lo que me llamo la atencion fueron varias tangas e hilos encima, tengo que admitir que tengo un fetichismo desde pequeño con oler y masturbarme con la ropa interior femenina, los olores de la vagina de las mujeres me encanta y mi mujer lo sabe pues ella varias veces me ha corrido la paja a costa de sus pantaletas e hilos.
Senti el morbo y tenia la oportunidad mi mujer estaba en la ducha y demoraria, deje la canasta en el suelo y agarre una tanga de encaje negra, era suave y delicada, rapidamente me la lleve a la nariz aspirando la parte de la tanga que hace contacto con la vagina, un olor fuerte pero no feo me hizo temblar, era el olor de la vagina de mi cuñada, mi pene empezó a reaccionar, cojí otro, esta vez un hilo de color lila solo era un triangulo para la parte de adelante y todo el resto era hilo, me imagine a mi cuñada con eso puesto y de inmediato mi erección se disparo, pensé en lo rica que se veria y como me la cojeria sin ningún miramiento.
Estaba en el cielo, en el cielo de los fetichistas habia perdido la noción del tiempo oliendo pantaletas, tangas e hilos, cuando derrepente una voz firme me saco de mi cielo.
– Ricardo que carajos haces!!!!!!!!- era mi mujer viendo a su marido sentado en la cama con la ropa interior de su hermana en cada mano.
El alma se salio de mi cuerpo, pensé en lo enfermo de la situación y que salida podria tener.
No encontraba ninguna.
-Responde que haces, es la ropa interior de mi hermana que estas haciendo !!!!-
No respondi, no sabia que decir.
-Estas oliendo la ropa de mi hermana !!!!- con un tono aun mas alto.
-Lo siento amor.
– le dije con un tono de culpa.
Se acerco y se puso enfrente mío.
-Que te pasa !!!! No puedo creerlo nunca pense verte asi !!!!!!- cada vez el tono subia, ya casi eran gritos.
-Lo siento Claudia, tu sabes que me gusta hacer esto, no lo resistí- le dije mirando al suelo, pero sin soltar la ropa.
-Si lo se ¡¡¡¡ Pero con mi ropa interior no con la de mi hermana !!!- gritó
-Dios mio !!!! que pasaría si te ella te encuentra, que cosa pensaria de ti, que eres un maldito enfermo-
-Lo siento amor, de verdad perdón, solo lo hice porque me dio morbo, hace tiempo que no sentia este tipo de morbo, perdon enserio-
Hubo un silencio en la habitación, parecio una eternidad, mi pene habia perdido la erección solo esperaba algun golpe o grito que hubiera recibido con tal de calmar a mi mujer.
-Mira Ricardo, siento que el trabajo y la rutina nos quitaran la chispa que teniamos antes, siento haberte gritado, entiendes mi sorpresa cuando te veo oliendo la ropa interior de mi hermana.
– Su tono habia bajado, una esperanza nacio en mi.
-No hay nada que perdonarte Claudia, aca el que esta mal soy yo, disculpa y te prometo que nunca lo volveré a hacer- le dije mirandola a los ojos y tirando la ropa al cesto.
Me pare y la abracé, primero no me devolvió el abrazo, tardo unos segundos y me abrazó, la bese y me disculpe de nuevo.
-Perdon mi amor, soy un enfermo, así me conociste, lo siento-
-Si eres un enfermo, pero tienes razón asi te conocí- me dijo mientras tomaba mi cara.
Nos besamos mas apasionadamente, ella solo tenia la bata de baño y yo con mi pantalon y polo de pijama, los besos fueron poniendose mas intensos, mi mente agradecio al cielo, que mi esposa sea tan libre de prejuicio y tan cachonda, le fui metiendo la mano por debajo de la bata y le agarraba el culo fuertemente mientras ella me sobaba el paquete por encima del pantalón, y luego me dijo al oído:
-Te gusto el olor de mi hermana?-
La pregunta me paralizó, si, me habia encantado pero seria una prueba?, estaria midiendo? o el morbo habia regresado a ella como en los años de soltería.
Hice silencio y mis manos se paralizaron en sus nalgas.
-Respondeme- me dijo con una voz mas sensual.
-.
Si amor, me gusto- me atreví a decirle, pasando saliva.
Ella se separo de mi, en mi mente pense que estaba jodido, que volveria a gritarme y que me pase de estúpido.
Me miro a los ojos y vi la chispa que hacia tiempo no veia en ella, una coqueta sonrisa se formo en su cara y camino a la cesta de ropa cojio la tanga negra que antes tenia en la mano y se acerco a mi, me beso y luego acerco la tanga a mi nariz.
-Huele- ordenó.
Lo hice, tímidamente.
-No, huele bien, quiero que huelas la vagina de mi hermana-
Sus palabras hicieron que mi pene casi perfore mi pantalón, tenia la tanga de mi cuñada en mi nariz y la que la ponia era su propia hermana, mi esposa, pensé en que no podia ponerse mas cachonda la situación, me equivoque.
Claudia dio un paso atrás y dejó caer su bata su desnudez me cautivo tenia los pezones duros y la vagina totalmente depilada, seguro se depilo en la ducha, me ordeno que me quitara la ropa y me sentara en la cama, cosa que hice en cuestion de segundos.
Se acercó a mi y me volvio a besar, un beso humedo y largo, lleno de lujuria, aproveche para tocarla, con una mano le cojia las tetas y jalaba sus duros pezones y la otra se encargo de su vagina, la cual estaba ya bastante mojada, pude arrancarle algunos gemidos y luego ella se arrodillo y envolvió mi pene ya durisimo con la tanga y empezo a masturbarme lentamente, con la otra mano alcanzo el hilo lila y me lo dio.
-Huelelo, quiero que imagines que es mi hermana quien te lo chupa-
Acto seguido se metio mi pene en la boca y tengo que decir que desde novios, Claudia es una experta mamadora, se cuantos penes se ha comido en su vida y agredezco a cada uno de ellos.
Lo chupaba lentamente desde la cabeza hasta la base, tengo que decir que tengo un pene de grosor promedio y de unos 17 cm.
en plena erección, mientras ella me masturbaba con la tanga y me daba varias chupadas yo olia el hilo y tambien lamia la parte ancha donde la vagina habia dejado un rastro blanquesino.
Mi esposa chupaba cada vez mas rapido y profundo sabia que mi eyaculacion estaba cerca asi que se puso de pie y me quito el hilo de la nariz y de inmediato lo llevo a su nariz.
-mmmm ya entiendo porque te gusta-
Acto seguido se lo puso y tengo que decir que le quedaba de maravilla, ella también tenia lenceria muy sexy pero ponerse la ropa interior de su hermana era un acto con tanto morbo que me sentia en el paraíso.
Se colocó en 4 en la cama con el culo en pompa, no tuve ninguna duda de lo que queria, era hora de devolver el favor, me incline y abriendo las nalgas carnosas de Claudia empeze a lamer su ano rozando claro el hilo lila de su hermana Diana, empeze a lamer de abajo para arriba por encima de la prenda, mojando aun mas la vagina y subiendo hasta su ano.
Luego hize a un lado el hilo para meterle la lengua directamente a la concha de mi mujer, probando sus fluidos que ya empezaba a chorrear, alternaba entre la vagina y el ano metiendo mi lengua lo mas profundo que podia dentro de su rosadito y ajustado culito.
Pasaron unos minutos y era hora de penetrarla, me puse de pie coji mi verga que estaba durisima y empeze a penetrarla por la vagina despacio y profundamente, era obvio que no necesitaba mayor lubricacion, a la primera embestida fuerte ella volteo la cara y me dijo.
-Piensa que es Diana, quiero que me cojas como te cojerias a Diana-
Sus palabras activaron algo en mi y empeze a bombearla de una manera salvaje, no era mi mujer era un hueco que tenia q penetrar, pensaba en mi cuñada en su vagina en sus tetas bambolenadose de un lado a otro, mi mujer gemia fuerte, los gritos retumbaban por todo el departamento, no nos importaba.
Le di la cuelta la puse boca arriba y cogí otro hilo esta vez blanco, lo olí, olia fuerte, seguramente era el que habia usado antes de cambiarse e irse a la calle, sin decirle nada a mi mujer se lo meti en la boca, ella se sorprendio pero no hizo nada para detenerme, coji sus piernas y las doble las rodillas casi tocaban sus hombros, la penetre con fuerta rozando la ya mojada ropa interior lila que tenia, la penetraba hasta el fondo mi pene tocaba el inicio de su utero en cada embestida, la cojida era fenomenal, los gritos ahogados por el hilo blanco era aun mas motivacion para mi, las gotas de sudor caian sobre ella sus tetas se movian de arriba a abajo, veia los ojos llenos de placer de mi mujer, senti el orgasmo de mi mujer aproximarse, su vagina se contrajo ajustando mi pene y llevandome aun mas placer.
-ahhhh ahhhh ahhhhhhhhh- se escuchaba ahogados por la prenda en su boca, su concha empezo a chorrear fluidos mojando el hilo de su hermana y la sabana de su cama, yo seguia penetrandola solo imagiando que era Diana la que me cojia con tanta fuerza, ella temblando se saca el hilo de la boca y me dice:
-Llename !!!!, Llename la concha como si se la llenaras a Diana !!!!!!!-
– Dame tu leche, damela !!!!!-
No aguante mas, mi pene empezo a escupir semen dentro de ella, el orgasmo me hizo tambalearme, fueron 5 o 6 chorros de espeso semen dentro de mi mujer, pero de verdad eran pensados para mi cuñada, cai sobre la cama, sudado y con temblores por el placer.
Los dos nos miramos sorprendidos pero complices, era nuestro mejor polvo en años y se lo debiamos a Diana.
– Esto tiene para mas amor, me dijo Claudia- mientras se levantaba y se sacaba el hilo mojado, y con el mismo se limpiaba el semen que caia desde su coño.
Luego lo olio de nuevo, lo lamio y me dijo:
-Es lo mas rico que he probado, vamos a hacer mi cochinadas mientras este ella aqui, hasta quien sabe derrepente ella se anima-.
Yo solamente sonrei y me de nuevo me senti el hombre mas afortunado del mundo.
Como me dijo mi esposa.
esto solo era el principio.
CONTINUARA
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