MIS 3 MUJERES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por freeman88.
El día había llegado, la semana había pasado como un rayo, lleno de sexo, orgias, incesto, la mejor semana de mi vida, lo único que no había podido hacer era penetrar a Lucy, su madre me había pedido esperar y yo había aceptado a cambio una sustancial recompensa sexual.
Pero el día había llegado, el sol brillaba fuerte ese día de verano, me levante de mi cama y como de costumbre mis tres mujeres ya estaban desayunando en el comedor, todas estaban hermosas, Claudia mi esposa tenia puesto una pijama corta de satén blanco que le cubría un apenas su rico culo, los pezones parados se mostraban desafiantes en esa fina tela, mi cuñada Diana, tenía puesto un babydoll negro el cual tenía puesto cuando la penetre la noche anterior en la sala, no tenía hilo o tanga, sabe dios donde habrá terminado la íntima prenda, y Lucy, la cumpleañera estaba preciosa, un vestido suave y blanco la cubría hasta la mitad de los muslos, sus ojos caramelos se veian preciosos con la luz del sol y su melena castaña clara la hacia ver mas angelical de lo q yo sabia que era, como detalle le había puesto una pequeña tiara en honor a su día.
– Feliz Cumpleaños mi amor!!!!! – le dije fuertemente, mientras abría los brazos.
– Gracias tio, – me dijo con su linda voz mientras corria hacia mi para fundirnos en un abrazo, el olor de niña mezclado con el de su shampoo me hipnotizo por unos momentos.
Nos dimos un beso profundo, nuestras lenguas se enroscaron y mis manos con voluntad propia se fueron directo a sus nalguitas.
– Oigan ¡!!! No pueden aguantar hasta la noche- nos dijo Claudia reclamándonos,
– Asi es, contrólense, esta noche vamos a disfrutar los 4- completo su hermana Diana.
Todos reímos y nos dispusimos a tomar el desayuno como una familia común y corriente.
El día paso de lo más normal, Diana Lucy y yo salimos a hacer compras y regalos para la nena, mientras que Claudia se quedaba en casa preparando la cena y el ambiente, era mas que obvio que mi corazón se aceleraba y mas con las preciosuras que tenia al lado.
Para la gente de la calle éramos una perfecta familia, nadie sabia que en realidad Diana era mi cuñada y que Lucy mi sobrina y menos que me las cogía a las dos o al menos me las cogeré a las dos mas tarde.
La visita al centro comercial estuvo cargado de besos y toqueteos por ambas partes, frases subidas de tono y manoseos en los rincones ocultos, todo hacia ambiente para la noche y seria aun mejor de lo soñaba.
La tarde cayo y en casa cenábamos de lo mas normal, risas bromas, vino y torta de cumpleaños, el clásico cantico y los abrazos seguidos por regalos, todo es felicidad para la familia, entonces mi cuñada golpea suavemente una copa con una cuchara haciendo que todos guardemos silencio.
– Bueno, como saben hoy es el cumpleaños número 9 de Lucy, estoy orgullosa de los que mi hija es les agradezco a ti Ricardo y a ti Diana, por recibirme en su casa y sobre todo por entrar a este nuevo mundo que tanto nos gusta.
No se que seria de nosotras sin ustedes.
–
Todos nos dimos un abrazo, las palabras de Diana eran sinceras y llegaban al corazón.
– Pero hoy es el dia especial de Lucy, habíamos prometido algo y se cumplirá, asi que Ricardo, espera aca y cuando te llamemos anda al dormitorio principal.
–
Con una sonrisa grande en el rostro asentí y mis tres preciosas damas se retiraron de la sala.
Mientras esperaba, sentado escuchando un blues y bebiendo una copa de vino, pesaba en cuanto había cambiado mi vida en estas semanas, había pasado de tener una vida sexual decente con mi esposa, a potenciar mi fetiche de ropa interior con ella y luego ha hacer cómplice a mi cuñada y por ultimo a mi sobrina, todo esto con la venia y aprobación de Claudia, nose si eso se repetiría mucho por el mundo pero me sentía el ser mas afortunado de la faz de la tierra.
Entonces la voz de Diana me saco de mis pensamientos.
-Ricardo ven por favor-
No tenia que repetirlo, bebi mi copa hasta el fondo y enrumbe hacia mi dormitorio.
Caminando el corazón se aceleraba, que cosas haría con mis mujeres, como se sentiría Lucy, la adrenalina se disparaba en mi cuerpo.
Llegue hasta la puerta y la abri suavemente, las luces estaban bajas pero lo suficiente para ver sin problemas, un olor a vainilla y canela en el ambiente y música suave e instrumental de fondo, habían pensado en todo.
A la primera que vi fue a mi esposa, tenia un conjunto que llamo mi atención, un brasier de encajes negro transparentes, que permitía ver con facilidad sus pezones marrones claros y en la parte de abajo un hilo también negro de encajes, pequeñísimo que cubria su pubis totalmente depilada y se perdia dentro de sus carnosas y excitantes nalgas.
El conjunto se me hacía familiar pero no recordaba que lo hubiera comprado, pero mis pensamientos fueron congelados por la imagen de mi cuñada.
Diana tenia baby doll rosa, de encajes, muy suave que llegaba hasta la mitad de sus nalgas, y una tanga del mismo color que remataba en un coqueto lazo en el triángulo del culo, ese era el baby doll de mi esposa, ahora lo entendía todo las hermanas habían cambiado de ropa interior para mi satisfacción, que deleite, que excitación.
Bese a mi esposa en la boca y ella me respondió con igual pasión, mi cuñada se acerco a nosotros y me estampo otro beso profundo, luego ellas se besaron, el morbo del incesto entre hermanas hubiera sido suficiente para hacerme eyacular en algún tiempo pasado pero ese dia estaba enfocado en una cosa.
– Lucy sal mi amor- le ordeno su mama.
La puerta del baño principal se abrió y de ella, salio mi sobrina con una visión que me dio un escalofrió de excitación.
Lucy estaba correctamente peinada con una raya al costado y un cerquillo que se mantenía en su sitio por un pequeño lazo, sus ojos caramelo y su piel blanca estaban ligeramente maquillados, haciéndola parecer un par de años mayor.
Sus preciosos labios estaban pintados con un rojo profundo y fuerte, mis ojos se enamoraron de ella al instante.
Tenia puesto un pequeño babydoll blanco de encajes que se sostenía solo por dos finas tiras en sus hombros, sus pezones se translucían por la delgada tela que solo cubría hasta sus caderas y luego un aun mas pequeño hilo blanco de encajes que se acomodaba perfectamente a su figura, tapando coquetamente su virginal entrada y desapareciendo en su pequeño y duro culito.
Sus piernas largas para su edad estaban cubiertas por dos medias altas también blancas y de encajes que se sostenían hasta medio muslo.
La visión era perfecta, no lo hubiera podido hacer mejor, su madre y tia se esmeraron en ponerla a tono y no iba desaprovechar la oportunidad.
– Gracias, muchas gracias- les dije a las dos adultas.
– No tienes porque, solo se amable con ella- me respondió Diana, seguido con una sonrisa y signo de aprobación de mi mujer.
Me acerque donde la nena, la tome de la mano y la lleve hasta mi cama, Claudia y Diana se hicieron a un lado tomando asiento en un sofá pequeño que tenia en mi habitación.
Lucy sabia lo que hacia, se subió a la cama y me estampo un beso largo y húmedo, mi pene ya estaba reaccionando a todos los estímulos de esa noche.
-Te amo tio y quiero que me hagas todo lo que le haces a mi mama y tia- me dijo con voz infanti pero coqueta.
– Por supuesto, mi amor, desde hoy en adelante seras mia, para todo lo que quiera.
–
– Para todo lo que quieras tio.
– respondió
Sus pequeñas manos hábilmente empezaron a desabotonar mi camisa, logrando quitármela, luego desabrocho mi pantalón y yo ayude a quitármelo, quedando solo en bóxer, ella se bajo de la cama y sin quitar la mirada de mi bulto, bajo mi ultima prenda quedando mi verga libre y erecta en su máxima expresión.
Ahora mirándome fijamente a los ojos Lucy empezó a besar la cabeza de mi miembro, y bajando sus pequeños besos por todo el largo hasta llegar a la base y volver al principio, cada beso era una corriente de electricidad para mi, entonces abrió un poco su boquita y empezó a meterse mi dura herramienta en la boca, primero la cabeza y salía luego volvia a meterlo mas profundo, repitiendo el movimiento unas tres veces hasta que mi pene tocaba la campanilla dentro de ella.
Cada mamada que me daba era lluvia de saliva en mi pene, cada mamada era oleada de placer para mi y un espectáculo para las chicas.
Decidi ser mas proactivo, tome fuerte la cabeza de Lucy y la empuje hacia mi, haciendo que cada mamada sea mas profunda que las anteriores, sentía como empezaba a atorarse y el conocido movimiento y sonido de las arcadas – gaaaahhhhh, gaaaaaaah- se escuchaba de la niña, mis ojos buscaron a Diana y ella solo asintió con su cabeza en señal de aprobación, con eso empecé a penetrar a Lucy por la boca, yo tenia el control y ella recibia cada embate hasta el fondo, dificultándose el respirar pero nunca quejándose.
Yo la pentraba como una maquina, hasta que supe que si segui iba a venirme muy rápido, asi que decidi, dejarla, una ultima mamada hasta el fondo de su garganta y hasta casi meterse tres cuartos de mi pene en la boca, que niña, saque mi pedazo y un rio de saliva recorrió mi falo hasta mi escroto mojando toda mi hombría.
Con los ojos llorosos por el abuso oral que la sometí Lucy se levanto y me beso su boca llena de saliva me excito horrores, después de eso, la eche suavemente en la cama quedando sus pies casi al borde de la misma, con suma delicadeza me arrodille y separe sus infantiles piernas, dejándome el camino libre para su tesoro.
Mis manos acariciaron sus terso muslos y acerque mi nariz hasta su vagina, el olor era inconfundible, la niña estaba mojada, empapada diría yo, el aroma de sus genitales no hizo mas que sacar la bestia que tenia y haciendo el hilo a un lado empeze a lamer su intimidad, empezaba con el clítoris y bajaba lentamente hasta la entrada vaginal, entraba y salía con mi lengua procurando causarle el mayor de los placeres y lo estaba logrando pues veía como su cuerpo se doblaba de placer, tomando sus muslos levante aun mas las piernas, para que mi lengua tenga acceso directo a su ano, ahora empezaba a lamerla desde su orificio trasero hasta su diminuto clítoris.
Las oleadas de placer oral que le daba hicieron que Lucy llegara rápidamente al orgasmo, gimiendo fuerte, ahhhh ahhhhhhh, tiooo, tiooooooooo- estallo en placer.
Yo no hice mas que recolectar todo fluido que con mi boca, estaba extasiado.
Me reincorpore viendo a la niña aun doblándose por las oleadas de placer y vi como Diana y Claudia se me acercaron.
-Bueno mi amor, es hora, déjame ayudarte.
– dijo Diana, arrodillándose y chupando mi verga entera, vi su intensión, chupaba hasta la base de mi pene tratando de mojar lo mas posible mi pene mientras que mi esposa lamia la entrada de la vagina de Lucy, era sorprendente como aun en un momento de total perversión ellas se preocupaban de la pequeña.
Cuando todo estuvo listo, me acerque a Lucy, Claudia puso una almohada debajo del culo de Lucy separo sus piernas lo mas que pudo mientras Diana le dio un beso a su hija en los labios.
– Todo saldrá bien, veraz lo rico que es y luego jugaremos todos juntos.
– terminando su frase con otro beso en la boca.
Tenía que hacerlo, le quite el hilo a Lucy, lo olí como de costumbre, olía a saliva y fluidos de vagina, me encanto, se lo di a Diana y ella también lo olio, me dio otro movimiento afirmativo y me junte a la cama, puse mi dura y mojada verga en la entrada de su vagina, empecé a subir y bajar por afuera haciendo que la niña se excitara mas de la cuenta, repetí varias veces el proceso haciendo énfasis en su clítoris y luego encaje la cabeza en su orificio vaginal.
Mirándola a sus preciosos ojos caramelo empecé a empujar, me sorprendió la facilidad con la que la cabeza entro, me di cuenta que las lamidas anteriores hicieron el efecto adecuado dilatando su concha, la cabeza entro fácilmente y segui con mi lenta embestida hasta toparme con su himen, la mire a los ojos y le dije – te amo Lucy, ahora seras mi mujer- y empuje sintiendo como mi pene rompia su ultimo recuerdo de virginidad.
Lucy se doblo en una mezcla de placer y dolor, pero su mama y tia estaban allí para consolarla, por mi parte me detuve un momento para que su concha se acomode al grosor de mi falo.
Cuando vi que el dolor disminuida retrocedi hasta dejar solo la cabeza adentro y la embestí mas al fondo, esta vez ella se retorcio pero de placer, sus ojos se abrieron y me miraba fijamente como invadia centímetro a centímetro su cuerpo.
Repeti el movimiento y empece un bombeo lento y cada vez mas profundo hasta que en una de esas embestidas toque el fondo de su vagina, mi verga había penetrado totalmente a Lucy hasta su matriz.
– Ves mi niña ahora si eres toda una mujer.
– le dije y ella sonrió cómplice del placer que producíamos.
Empecé a cogerla como se debía fuerte y duro, la vagina de mi sobrina era increíblemente apretada, algo que nunca había disfrutado, cada metida era una oleada de placer para mi, subi el ritmo de la penetración hasta estar a la par de una adulta, ella gemia de placer, su madre mirada incrédula como penetraba fuerte a su niña, Claudia se mordia el labio inferior, todo era placer, las hermanas se miraron y empezaron a besarse encima de la niña, luego la besaron a ella, su boca cuello, liberaron sus pezoncitos del babydoll y atacaron como fieras y yo solo bombeaba a la niña, que sensación.
Mi orgasmo era inminente el morbo y la concha recién estrenada de mi sobrina me hicieron venirme rápido, pero quería regalarle un orgasmo, le ordene a Claudia que masturbe a su sobrina mientras yo seguía metiéndosela y ella obedeció.
Tocando suavemente el pequeño clítoris de Lucy mientras yo penetraba una y otra vez, la nena estaba la máximo veía como levantaba el culito en señal de placer, su segundo orgasmo estaba próximo y el mío también, yo no podía mas la penetraba fuerte y cada entrada llegaba el fondo, ella gritaba, yo gemía, el sudor caia por mi cuerpo, Claudia acelero sus movimientos masturbatorios y Diana succionaba los pezones de su hija, nadie pudo mas, Lucy estallo en un descomunal orgasmo, haciendo que sus ojos se pongan en blanco, y el sudor se confunda con su saliva, y yo también llegue a mi limite, – toma putita, toma tu primer baño de leche- y empecé a eyacular dentro de la niña, mis huevos se vacearon por completo, llenando la concha de mi sobrina por completo, los espasmos me sacaron de la realidad y los dos casi convulsionamos de placer, saque mi pene latiendo de su interior una mezcla de semen con un poco de sangre me confirmo que me había llevado la inocencia de Lucy, ahora si las tres era y serian mis mujeres……
CONTINUARA
Que rico relato, me puso la verga dura como un fierro, es mi favorito