MIS 3 MUJERES V
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por freeman88.
Luego del espectacular orgasmo, mi mente se encontraba en un espiral de lujuria y pasión, apartado del chorro de agua veía como madre e hija se bañaban y jugaban con toda normalidad, admiraba el cuerpazo de Diana, buenas tetas, redondas y firmes, con los pezones marrón claro durísimos.
Bajaba la mirada hasta llegar a su vagina totalmente depilada y aprovechaba para ver ese perfecto culo, redondo y carnoso, adornado por unas caderas moldeadas por el gym y la maternidad.
A su costado Lucy su hija de 8 añitos con el pelo mojado y la mirada coqueta, me encantaba sus ojos profundos e inocentes, su pecho plano pero ya con la pequeña silueta de lo que espero sean unas tetas como las de su madre o su tía.
Y claro lo que parece ser el mejor rasgo genético de la familia de mi esposa: Un culo que para su edad no tenia nada que envidiar a niñas de mayor edad.
redondo y firme me imaginaba las mil perversiones que me podría dar.
El baño acabo de lo mas normal, Diana seco a su hija, la enrollo en la toalla y la envió a su cuarto.
Cuando Lucy salió de mi habitación mi cuñada se acerco a mi y me beso, no era un beso en busca de sexo, sino mas bien tierno.
Me miro a los ojos y me dijo:
-Ricardo, esto esta mal.
Como haremos con Claudia, que dirá cuando se entere lo que hemos hecho y que encima metimos a Lucy.
–
Era una buena pregunta, el velo del sexo no me había dejado ni pensar en las consecuencias de nuestras acciones, supongo que todo encontraría su camino para bien o para mal, así que me anime a tranquilizarla.
-No te preocupes Diana, todo se arreglara, yo hablare con Claudia, recuerda que ella era mi cómplice cuando tomábamos tu ropa interior.
Déjame a mi manejarlo-
Ella me miro aliviada, se seco y se fue a su habitación.
Mientras yo me vestía pensaba en como decírselo a mi esposa, el tema se había salido de las manos, ya no solo era fantasear con mi esposa sobre su hermana, ni masturbarme con sus tangas.
Tenia que decirle que había tenido sexo con Diana, su hermana, su querida y amada hermana y que además habíamos metido a su hija.
Decidí decírselo, solo que no inmediatamente, mi esposa y yo siempre habíamos tenido absoluta confianza, nada había sido tabú o secreto en nuestra relación y supuse que esto no debería ser la excepción, a pesar que todo podría acabar extremadamente mal.
La noche llego mi esposa ya había llegado y cenábamos de lo mas normal, parecíamos una familia completamente normal, mi cuñada aparentaba de la forma mas cínica lo que había pasado, solo la delataba una que otra mirada coqueta que me lanzaba cuando mi mujer estaba de espaldas o distraída.
Lucy no dijo nada sobre lo que paso, supongo que su mama le dijo que era mejor guardar el secreto entre los tres y no debía decirle nada a su tía Claudia.
La cena termino y todos nos retiramos, esta demás decir que esa noche me cogí a mi mujer de la forma mas brutal que pude.
– Dios mío Ricardo, que paso hoy, casi me destrozas- Me decía mi mujer jadeante y sudada, mientras yo respiraba agitado luego de vaciar mi semen dentro suyo.
-Nada mi amor, fue un día largo y te extrañe mucho- le dije tratando de minimizar mi salvajismo.
La mañana llego, un día nuevo empezó y las cosas seguían de lo mas normal, mi esposa se fue a trabajar y yo también.
Todo transcurría de lo mas normal, así pasaron algunos días, supongo que no paso nada entre mi cuñada y yo no por falta de ganas sino por falta de oportunidad.
Hasta que llego un día donde mi esposa me mando un mensaje donde luego del trabajo se iba a ir a una cena y luego a una reunión de algún colega de trabajo.
Obviamente que lo primero que pensé es tener la casa libre para cogerme a mi cuñada y aprovechar para ver hasta donde podía con Lucy.
Rápidamente le dije que no había problema y que divirtiera.
Maneje rápido a casa, las ganas hacían que mi verga se levante de a pocos y la ansiedad me consumía.
Legue a mi casa y encontré a mi cuñada y sobrina juntas en la sala como cualquier otro día.
Diana leía un libro mientras que Lucy se entretenía con la televisión.
Me senté al lado de Diana y le dije:
-Claudia no va a venir hasta entrada la madrugada, tuvo una reunión y se va demorar bastante.
–
-Eso nos deja bastante tiempo- me respondió Diana, mientras dejaba el libro de lado y se acercaba hacia mi.
-Así es cuñada, te tengo ganas desde el día de la ducha, cada vez que estoy Claudia pienso en ti, me estas volviendo loco-
-mmmm yo también estoy así, cada noche me he masturbado pensado en ti y en lo que podemos hacer-
Nos besamos, primero suavemente y tratando de no hacer ruido ya que solo a unos metros estaba Lucy encima de la alfombra viendo sus dibujos animados.
Mis manos empezaron a recorrer el cuerpo de mi cuñada por encima de su vestido azul , ella también empezó a besarme con mayor pasión y pasar sus manos por mi cuerpo haciendo énfasis en mi entrepierna, no cabía duda que ella estaba con igual o mas ganas que yo.
Entre idas y metidas de mano, logre que Diana se ponga encima mío, y mientras nos besábamos ya con mucha mas pasión, metí mi mano por debajo de su vestido poniendo mi mano en su culo y reconociendo nada mas que un hilo pequeñísimo que se perdía dentro sus nalgas.
En un acto de lujuria ella misma baja las tiras de su vestido y bajándolo hasta la altura de su ombligo, un brasier negro de encaje me hipnotiza por unos segundos pero luego ella misma se lo saca de un solo movimiento, dejándome a disposición sus lindas y excitantes tetas.
Sin mayor demora mi boca ataca sus pezones ya duros por la excitación.
Veo de vez cuando que Diana voltea la cabeza para ver a su hija, parece que le excita el hecho de estar a metros de ella, me doy cuenta de eso y aprovechando la oportunidad con un poco de habilidad hago a un lado su hilo con mi mano y meto sin dudar un dedo dentro su vagina, sus fluidos facilitaron la violación a su intimidad así que aprovecho para meter un segundo dedo lo que causo un sonoro gemido en ella que fue lo suficientemente fuerte para que Lucy volteara la cabeza y nos mirara.
Diana también gira su cabeza consiente que no había forma de que su hija no se diera cuenta.
Y tal como pensamos Lucy tenia fija su mirada en nosotros, nos quedamos quietos un momento sin saber que diría o haría, pero simplemente sonrió y volteo la mirada otra vez hacia la televisión, como dándonos una sencilla aprobación.
Mi cuñada y yo volvimos a besarnos esta vez con mas pasión sin importar los sonidos o gemidos, mis dedos la masturbaban lentamente y mi boca succionaba cada vez mas fuerte sus pezones, era increíble el nivel de excitación que teníamos.
En un rápido movimiento Diana se aparto de mi parándose y mirándome fijamente a los ojos deja caer de una vez todo su vestido, quedando solamente con su pequeño hilo negro.
-Te gusta?- Me dijo mientras daba una vuelta en su propio eje, como mostrando todo su arsenal.
Yo solo atine a asentar con la cabeza, no podía pronunciar ninguna palabra.
-Quítate la ropa- me dijo con voz autoritaria.
El tono me saco un poco de contexto pues siempre pensé que ella le gustaba ser la dominada.
Igual y sin levantarme del asiento, me quite la camisa casi arrancándomela y el pantalón con el bóxer de un solo tiro.
Me quede sentado desnudo y con mi verga apuntando al techo.
Mi cuñada se mordió el labio inferior como lo había hecho días atrás en la lavandería y dándome la espalda empezó a quitarse el hilo lentamente, veía como los hilos de fluido vaginal aparecían en su pequeña prenda, ella sabia de mi fetiche y tal como su hermana lo iba a explotar.
Termino de quitarlo y tomándolo en su mano avanzo hacia mi, se volvió a sentar sobre pero sin dejar que mi pene entre dentro suyo y cogiendo su hilo lo paso primero por su boca lamiendo sus propios fluidos, – mmmm que rico ya entiendo porque te gusta-, me dijo con total lujuria, luego lo paso a mi nariz ordenándome olerlo, acto que no hizo mas que excitarme aun mas.
-Abre la boca- me dijo.
Yo obedecí y haciendo una bolita metió su hilo en mi boca.
Con la mirada fija en mis ojos levanto un poco las caderas y tomando mi pene con su mano lo guio a la entrada su ya muy mojada vagina.
Esta vez no habría masturbación o sexo oral, esta vez Diana quería sentirme dentro suyo y nada lo impediría.
Empezó a rozar la cabeza e mi verga por el largo de su vagina, empapándolo de fluidos y produciendo un magnifico placer en mi, hubiera querido que se mantenga así por mas tiempo pero las ganas pudieron mas y poniendo mi verga en la entrada empezó a bajar lentamente clavándose mi falo hasta la base.
-Aahhhhhhh- soltó mi cuñada mientras sus ojos veían hacia el techo, como agradeciendo a tanto placer.
Diana empezó un lento movimiento de sube y baja, sacaba mi verga de su intimidad hasta casi la cabeza y luego bajaba firmemente hasta la base, yo la tenia bien sujeta de las nalgas y entonces ella saco su hilo de mi boca y guio mi cara hacia su pecho, mi boca se hundió entre sus tetas, de vez en cuando me intercambiaba sus pezones por su boca en un beso llego de pasión y lujuria.
El sexo era increíble sentía la vagina de mi cuñada chorrear fluidos sobre mis huevos, era cierto que el morbo y la situación la hacían excitarse mas y mas.
Diana empezó a acelerar sus movimientos de cadera, parecía que su orgasmo se acercaba, yo guie la mirada hacia Lucy que ya había olvidado la televisión y se concentraba en nosotros, su mirada clavada fijamente en el culo de su mama tragándose mi erecta verga.
Pensé en arriesgarme y la llame.
– Lucy ven princesa- le dije entre jadeos.
Ella obediente como es, se paro en el acto y camino hacia nosotros.
Su mama ya se había percatado de mi intensión y solo me miraba mordiéndose el labio inferior, como cada vez que el morbo la invade.
Mi sobrina se acerca rápidamente y se para al costado nosotros, le digo:
-sácate el vestidito princesa-
– esta bien tío- escucho con su dulce voz
Acto seguido mi linda sobrina coge con sus manitos el final de su vestido floreado y lo levanta hasta pasarlo por su cabeza y tirándolo hacia un lado.
Diana y yo observábamos el cuerpo ya no tan infantil de Lucy y cada vez las bajadas de cadera era mas fuertes y profundas.
– Quítate las el calzoncito- Le dijo Diana a su hija, sorprendiéndome por la iniciativa.
Lucy se bajo su prenda intima hasta los tobillos rápidamente quedando totalmente desnuda y cuando iba a tirar su calzón a donde estaba su vestido su mama la detuvo.
– No linda, agarra tu calzoncito y ponlo en la nariz de tu tío- Yo no podía creer lo que escuchaba y al parecer la orden confundió a Lucy también, no todos los días tu mama te pide que excites a tu tío con tu ropa interior
– Anda mi amor, súbete al sofá y haz lo que te digo-.
Le dijo Diana a su hija con voz mas autoritaria.
Todo sin para de cabalgar mi pene.
Lucy rápidamente y de un salto sube al mueble y se para al costado de nosotros y tímidamente pone su calzón a la altura de mi nariz.
-Así no !!- le dice Diana
– Así debe ser- y la coge de la muñeca y guía su pequeña mano hacia mi cara hasta restregar la prenda contra mi cara.
– Te gusta no pervertido?- Me dice mi cuñada, mientras se clava mi pedazo de carne dentro de su intimidad.
– Me encanta, Diana, me vuelven loco las dos- le dije
-Eres un enfermo- y no puedo controlarme, me responde.
Diana hace que aparte el calzón de mi cara, y le indica a su hija que me bese.
-Dale un beso a tu tío Lucy-
Ella rápidamente me da un pico en la boca.
– Ya te he dicho que así no- la vuelve a corregir
Diana aparta la cabeza de su hija y me estampa un húmedo beso largo y profundo con las lenguas rozando y finalizando con una pequeña mordida de mi labio, se separa y le dice a Lucy.
-Así mi amor, así se besa a un hombre-
Entonces Lucy tomando como ejemplo a su madre me estampa un beso con la boca abierta, la cual yo profano con mi lengua, es extraño besar así a una niña, su boca pequeña y su lengua aun mas pequeña contrasta con la boca lujuriosa de su madre, pero el morbo es mas y siento un escalofrió recorrer todo mi cuerpo, aprovecho en poner mi mano en la espalda de Lucy y empezar a bajar a su culito, lo palpo, lo toco y trato de meter un dedo dentro de sus nalgas, Lucy no objeta y se dedica a besarme aun mas fuerte, como queriendo competir con su madre.
Aprovecho en pasar mi dedo medio e intercambiar entre la entrada de su pequeña vagina y su perfecto ano rosa.
Los gemidos de Diana al ver la escena son mas fuertes, ya no disimula nada, mas bien empieza la subida para el orgasmo, yo aprovecho toda la situación y dejo de besar a Lucy le ordeno que se ponga atrás de su madre y ella obedece con una sonrisa.
Hábilmente tomo la mano de mi sobrina y la llevo al culo de su madre, mi mano libre se encarga de abrir la nalga derecha de Diana y con la otra guio mi dedo acompañando el dos dedos Lucy.
Nuestras falanges se introducen dentro del ano de Diana, el mío obviamente mas profundo, pero el morbo de tener dos dedos de su hija hacen que mi cuñada empiece a chorrear fluidos que no solo bañan mi pene y escroto sino también el sofá.
– Aaaaaaaah, Dios mío, cabrón !!!- empieza a gritar Diana, suelta insultos y gemidos por toda la sala.
– Me vengo, mierda, Me vengo.
!!!!- Empieza a decir mientras su cuerpo sudoroso comienza a temblar, el orgasmo esta pasando y parece que es el mejor de su vida.
Trato de aumentar el placer y con los dedos que tengo trato que Lucy penetre mas el ano de su madre, ella solo ve con una sonrisa maliciosa el placer que genera, parece que la lujuria es innata en el rama femenina de mi esposa.
Diana grita fuerte mientras las olas de placer recorren su cuerpo.
Yo solo me dedico a ver su cara desencajada y mientras ella empieza a bajar las revoluciones yo pienso mi próxima jugada.
Saco la mi mano y la de Lucy del culo de Diana y con un movimiento casi despectivo, la arrojo al costado del mueble.
Ella cae rendida aun afectada por el tremendo orgasmo que tuvo.
Bajo la mirada y veo el espectacular charco de fluido y sudor que mancha mi sofá.
Veo a Lucy parada al costado, desnuda sin saber que hacer, pero al parecer dispuesta a todo.
Separo mis piernas y le digo a mi sobrina.
– Arrodíllate acá linda- Señalando adelante de mi verga.
Lucy no duda y obedientemente se arrodilla en la posición, su cara queda perfectamente alineada con mi verga.
-Abre la boca y métetelo- le digo, ella duda y mira a su madre.
-Haz lo que te dice tu tío, el es nuestro hombre ahora y no podemos decirle que no nunca-
Confiada por el permiso de su madre Lucy empieza a tragarse mi pene hasta donde puede, la niña tiene iniciativa y trata de una meterlo lo mas profundo que puede, aunque eso es solo unos centímetros mas abajo de la cabeza de mi verga.
Yo poseído de nuevo por mis demonios cojo su precioso y largo pelo castaño y lo sujeto como una rienda de caballo, la obligo a sacar mi pene de su boca jalando hacia arriba y a meterlo de nuevo cada vez mas profundamente jalando hacia abajo.
El placer es mediano, la niña aun no domina el sexo oral, pero el morbo es impresionante.
Seguimos en eso varios minutos, mientras intercambio miradas con Diana que me anima a su hija a tragarse lo mas que pueda.
– Vamos bebe, mételo lo mas que puedas, así le haces sentir rico a tu tío-
Lucy obedece y trata de meterlo hasta tocar su garganta, las arcadas vienen y van pero ella resiste y vuelve a intentarlo.
– Es una buena mamona- digo en voz alta
-Es como la madre- dice Diana, respondiéndome con voz de lujuria.
Quería terminar, mis huevos estaban llenos de leche por la situación y quería explotar mas la relación madre hija, así que jalando del cabello a mi sobrina la aparto de mi pene, cojo un cojín del sofá y camino hacia la alfombra donde me recuesto boca arriba poniendo el cojín debajo de mi cabeza.
Le indico a Lucy que venga que se siente en mi cara, ella vuelve a mirar a su madre buscando aprobación y recibe un gesto con la cabeza ordenándole que vaya.
Lucy viene sonriendo y pone sus pies a la altura de mis hombros y empieza a bajar.
Yo la detengo, no la quiero así.
Le indico que se de media vuelta viendo hacia mi pene, la tomo de las nalgas y empiezo a acercarla hacia mi cara.
Ella queda de cuclillas y mi lengua y nariz tienen un acceso perfecto a su vagina y ano.
Mi lengua recorre toda su intimidad desde el inicio de su vagina hasta su ano, tengo suficiente posición para meter mi lengua dentro de su virginal hueco e intercambiarlo por su aun mas cerrado anito rosado.
Estoy en la gloria pero quiero mas.
– Diana móntame- Le ordeno sacando el culo de su hija de mi boca para poder hablar.
Diana casi tambaleando se acerca a mi y también de cuclillas toma mi pene dirigiéndolo a su vagina.
Cuando sentí la entrada de su concha, la interrumpí.
– Nadie te dijo que por adelante, métetelo por el culo- le ordene con voz firme.
– Pero.
– escuche de ella
– Pero nada métetelo ahora mismo perra-
Diana entendió que no tenia ni voz ni voto en ese momento, sentí como paso la cabeza de mi pene varias veces por su vagina tratando de lubricarlo y luego lo guio hacia su agujero trasero.
Sentí como mi verga entraba lentamente en su culo, bastante apretado.
Los gemidos de Lucy por mi sexo oral se confundían con los gemidos de dolor de su madre, yo trataba de meter cada vez mas profundo mi lengua dentro del culo de mi sobrina, mientras su madre luchaba por meterse mi verga en su respectivo agujero.
Luego de varios segundos de lucha siento como mi pene vence la resistencia del ano de Diana y empieza a invadir su culo, el cálido y apretado interior de mi cuñada me da la bienvenida, siento esa sensación de placer que solo se manifiesta en e sexo anal.
El recto de mi cuñada estrangula mi verga fuertemente y yo por mi lado invado con lujuria el ano de mi pequeña sobrina, el morbo es enorme, veo de reojo como Diana cabalga analmente mi verga y como lleva su mano hasta su clítoris para masturbarse, no se si para sentir mas placer o para mitigar el dolor que debe estar sintiendo, no me importa, solo importo yo y mi placer.
Hago un cambio y meto mi lengua a la rosada conchita de Lucy mientras perforo su ano con mi dedo medio, me sorprende hasta donde entra sin que la niña se queje.
Escucho pequeños gemidos de Lucy casi imperceptibles ya que los de su madre eran mucho mas sonoros.
El sube y baja de Diana me lleva al borde del orgasmo, ya no puedo aguantar mas y anuncio mi venida.
– Me vengo Diana, quédate donde estas, quiero llenarte el culo de semen- Le ordeno a mi cuñada.
Ella al saber eso empieza a moverse con mas fuerza, forzando mi corrida.
Meto cara dentro de las nalgas de mi sobrina y estallo en un orgasmo espectacular, chorros y chorros de semen llenan el culo de mi cuñada, ella lo siente y gime aun mas fuerte, Lucy por su parte siente la invasión de mi lengua en su vagina y también suelta gemidos.
Los espasmos empiezan a bajar y Diana incomoda se levanta, dejando mi pene lleno de semen.
Le ordeno a Lucy que me lo chupe y suelto sus nalguitas, ella obediente se arrastra por mi cuerpo hasta mi verga y empieza a meterse a la boca mi pedazo de carne que solo hacia segundos estaba enterrado en el culo de su madre.
Todo es divino y creo que no puede mejorar mas, o al menos eso pensaba.
Continuara
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