MIS 3 MUJERES VIII
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por freeman88.
Luego de ese extraordinario encuentro entre los 4, mi casa se convirtió en un templo dedicado al placer, los secretos desaparecieron, las reglas se habían borrado, los tabúes fueron destruidos, la vergüenza quedo en el pasado.
Lo único que importaba era el placer, el placer sexual que podíamos darnos entre los 4, la relación con Claudia mi esposa era de lo mejor, sonrisas, miradas coquetas, charlas por teléfono calientes, todo nuestro mundo giraba en torno al sexo entre nosotros, su hermana y nuestra sobrina.
La única regla era que tenía que esperar una semana hasta el cumpleaños 9 de Lucy para desvirgarla, pero Diana su madre, me había ofrecido en compensación una semana de placer extremo y vaya que estaba cumpliendo con lo prometido.
El pedido tenía sentido, quería que la primera vez de su hija fuera en una fecha especial, con alguien especial, bien es dicho que madre solo hay una, pues aun cuando todo limite fuera borrado ella aún se preocupaba por darle una linda iniciación el sexo
.
El primer día, el día de la revelación a Claudia de que Lucy era participe de nuestros juegos todo termino en una increíble sesión de sexo en el comedor, me dio la impresión de que Claudia gustaba bastante en dominar y que Lucy sentía mayor placer al ser sometida, cosa que con el tiempo llegaría a comprobar.
La tarde siguió como cualquier tarde solo que las mujeres iban solo con ropa interior y a pedido mío ropa interior sexy, Diana vestía un baby doll negro transparente que cubría sus lindas tetas con un suave encaje y debajo un hilo también negro que se perdía dentro de sus ya profanadas nalgas, Claudia por su parte solo vestía una tanga roja bastante pequeña y absolutamente nada más, le encantaba estar con las tetas al aire, Lucy por su lado tenía una linda bombachita rosa con bordes blancos que se metían en su cada vez más apetecible culito.
Ya en la noche la lujuria volvió a asaltar mi casa, yo podía estar cogiendo con mi cuñada sin ningún reparo en la sala mientras en la cocina Claudia preparaba la cena, luego mi propia esposa obligaba a Lucy a lamerle la concha en la ducha con la excusa de un largo baño, el sexo era norma y el placer era ley, yo sabía que tenía que aprovechar esta semana asi que me excuse en el trabajo y Claudia también, teníamos que dedicarnos a esta loca perversión.
El día siguiente mis mujeres tenían preparada muchas sorpresas, me desperté bastante recuperado de la sesión de la última noche y note que no había nadie en el departamento.
No le di importancia y me prepare mi desayuno yo mismo, el día era cálido y yo estaba bastante tranquilo leyendo el periódico cuando escuche el sonido de las llaves en la puerta.
Como una avalancha llegaron mis tres mujeres radiantes y con bolsas de compras, me saludaron todas con un beso en la boca, hasta la pequeña Lucy, me contaron sus aventuras en el mall y que habían comprado muchas sorpresas para esa semana.
– Mira amor- me dijo Claudia – Hemos estado de compras con Diana y hemos pensado en ti y en lo que te gusta.
Acto seguido las dos hermanas me dan la espaldas y levantan cada una sus vestidos, dejando ver sus culos solo enmarcados con lindas piezas de lencería fina, Diana con un hilo de encaje blanco y Claudia con una tanguita preciosa azul que se metía dentro de su vagina.
– Ufffff chicas espero que eso no sea todo- les dije mientras sentía que mi verga empezaba a despertar.
– No, eso no es todo- dijo mi cuñada.
Entonces llamo a Lucy la volteo y de un solo tirón le saco el vestido verde y largo que tenia por encima de la cabeza, lo que vi me dejo boquiabierto.
Lucy no tenía nada en su pecho, sus lindos pezoncitos rosados resaltaban, desafiantes y abajo, tenía una linda tanguita rosa de encajes, pequeñísima, aun para una niña,
-Desfilale a tu tío amor- le dijo su madre
Y ella obediente como es, empezó una clase de pasarela improvisada en la sala, el conjunto era sexy y tierno a la vez, tapaba su vaginita y por detrás se metía dentro de sus nalguitas coronando por un hermoso triangulo de encaje.
-No fue fácil conseguir esto, pero entre varias sex shop y una costurera que conozco, pudimos hacer maravillas- dijo Claudia.
– Todo para que seas feliz- termino de decir Lucy
Estaba impactado, por ver a mi sobrina, cuñada y esposa con lencería sexy y también conmovido por el esfuerzo que había puesto para satisfacerme.
Quería recompensarlas, tenia que recompensarlas, jale a Lucy hacia donde estaba sentado y le plante un beso profundo y húmedo, la niña aprendía rápido, pues sentí como su pequeña lengua me devolvía el beso, mi pene reacción de inmediato, me separe de ella, me pare y fui con mi esposa la bese fuertemente mientras mi mano acariciaba su culo, luego fui por mi cuñada repitiendo el gesto, beso y manoseada de culo, ella me respondió cogiendo mi verga por encima del pantalón, mi pene reacción a las caricias de Diana, no podía dejar que Claudia se sintiera de lado así que me separe de mi cuñada y volví con ella, pero ella me respondió.
– No, no, no señor alguien tiene que encargarse de esta casa, voy a la cocina a preparar la comida ustedes pueden hacer lo que quieran, solo guárdenme algo para más tarde-
Decía mientras cogía fuertemente mis huevos.
– No se diga más, hablo la señora- respondió Diana mientras me abrazaba por la espalda y me besaba el cuello.
– Te dejo en muy buenas manos, avísenme si necesitan ayuda.
– dijo entre risas Claudia mientras se iba a la cocina.
Diana me besaba y con bastante pericia saco mi pene del pantalón de pijama, empezó con un movimiento masturbatorio fuerte y constante, separo su boca de la mía y dijo:
– Lucy, ven ayúdame con tu tío-
La pequeña dio un salto y solo tuvo que inclinarse un poco pues su tamaño ayudaba bastante, de un solo bocado engullo mas de la mitad de mi verga, un riquísimo escalofrío recorrió mi cuerpo, Lucy tenia excelentes maestras cada vez que sacaba mi pene de su boquita lo dejaba con bastante saliva que era aprovechado por su madre para masturbarme de la forma mas exquisita, el trio se llevaba a la perfección, la niña me lo chupaba y la madre me pajeaba.
– Vamos al cuarto quiero estar cómoda- me dijo Diana
Yo solamente obedecí, levante a Lucy de los brazos e hice que se abrazara a mi como un oso, mis manos se plantaron directo en sus nalgas, con lascivos motivos obviamente.
Caminamos los 3 hasta el dormitorio, pasando por la cocina, Diana le dijo a su hermana.
– Avísanos cuando este la comida, nosotros vamos a jugar un ratito- le dijo entre risas.
– Jajajaja, ya les dije, déjenme algo de mi marido.
– respondió Claudia también entre risas.
El ambiente era de lo mejor no existía celos o limite alguno.
Llegamos al dormitorio, nos desnudamos los tres, cuando Lucy quiso quitarse la bombachita, la pare.
– No mi amor, sabes a tu tio le encanta la ropa que usan, déjatela puesta.
–
La niña no hizo más sonreirá cómplice y aceptar, Diana por su lado si estaba completamente desnuda con su hilo en la mano, bastante mojado por cierto, me dijo:
– Yo no me olvido de lo que te gusta, pervertido-
Poniéndome acto seguido su hilo en la nariz, específicamente en la parte que cubría su vagina, lo note por la humedad y por el exquisito aroma de mujer que despedía.
Yo simplemente lo tome y empecé a olerlo, el placer de mi fetiche era espectacular, sentí como Lucy volvía a meterse mi pene en la boca lo chupaba hasta donde podía, era increíble las ganas que le ponía, luego sentí otra boca, Diana su madre se había arrodillado y turnaba mi verga con su hija, el espectáculo era para no creer.
Antes con solo pensar que mi cuñada y su pequeña me estuvieran chupando la verga a la vez hubiera sacudido todo mis cimientos y aun asi estaba pasando.
Yo estaba absorto, emborrachado con el olor del hilo de Diana y saciado con la tremenda felación que me brindaban.
De reojo veía como Lucy lo metía casi hasta la mitad, teniendo arcadas y sacándolo bastante lleno de saliva para inmediatamente cambiar por la boca experta de su madre que fácilmente se metía mi verga entera, la putita sabia lo que me gustaba, se lo metía hasta la base y me miraba, que show.
Siguieron así por varios minutos, yo quería mas pero también quería acción, las tome a las dos por el cabello y las levante hasta prácticamente arrastrarlas hasta la cama, Lucy gimió cuando sintió el tirón, cada vez me quedaban menos dudas le gustaba ser sometida.
Tome el mando de la situación, jale a la pequeña hasta ponerla en el borde de la cama, abrí sus frágiles piernas, me arrodille y metí mi cabeza en su intimidad, empecé a lamer como loco su vagina por encima de su tanguita rosa, el placer que le daba y el que me daba era increíble, sus tiernos gemidos sonaban por todo el cuarto mientras su pequeño cuerpo se retorcía de placer, me encantaba escucharla, pero quería más:
– Calla a tu putita- le dije a Diana
Ella rápidamente, se levanta de la cama toma su hilo que estaba en el suelo, toma la parte gruesa y la pasa varias veces por su concha mojando aún más la prenda, sube a la cama y le ordena a Lucy.
– Abre la boca putita-
Esta vez Lucy no obedece, – abre la boca putita – le ordena con mas firmeza su madre, la niña la mira con ojos temerosos y abre un poco su boca,
– Abre bien- le dice Diana, mientras sujeta sus mejillas, la niña abre todo lo que puede su pequeña boca y su madre le da una última pasada por su concha al hilo que tenía en la mano, para luego meterlo a la boca de su hija, ella se resiste pero Diana es mas fuerte y logra meter casi toda la prenda.
Yo me vuelvo loco y arranco de un tirón la bombachita de Lucy y la saco por sus pies.
Le ordeno a Diana que sostenga las piernas de su hija, ella obedece y la posición me deja a merced no solo la húmeda y virginal conchita de la pequeña sino también su estrecho y rosado ano.
Vuelvo a la carga con mas y mas lamidas esta vez soy mas violento, intercambio los orificios de la niña metiendo lo mas que puedo mi lengua en su ano, ella solo se arquea de placer y sus gemidos son ahogados por el hilo que tiene en la boca, que placer.
Quiero profanar a la niña pero tengo un acuerdo y quiero cumplirlo, me levanto y le ordeno a Lucy que se coloque a la mitad de la cama y a su madre que se ponga en cuatro en el borde, las dos obedecen.
Ahora tengo a mi disposición el culo hermoso de mi cuñada, pero ya se lo rompí ayer y quiero darle tregua, asi que inclino por su vagina.
– Diana métele los dedos al culo a tu hija- le ordeno mientras apunto mi verga a la entrada de su húmeda vagina, veo como Diana humedece su dedo medio y duda alguna empieza a penetrar el ano rosado de su propia hija, el morbo me embriaga y le hundo mi pene de un solo golpe, ella grita de placer, retiro mi pene de su intimidad y vuelvo a entrar en ella con violencia, empiezo un bombeo fuertísimo, yo mismo me sorprendo de la potencia con la que estoy cogiendo a Diana, no hay mejor afrodisiaco que una escena morbosa y que mas morbo que ver a madre e hija a tu disposición.
Para mi sorpresa veo como el dedo medio de Diana se mete en su totalidad al culo de Lucy, la niña grita de placer pero el hilo calla todo gemido, cosa distinta de su madre que gime como desquiciada.
-Ahhh, ahhh, diooos no pares Ricardo, sigueeeee-
-Te gusta que coja? no perra-
-Siii, me encanta, me encanta tu verga, dame mas , no la saques, no la saques nunca-
-Asiiii es nunca te voy a dejar de coger y pronto esta verga estará dentro de la putita de tu hija- le decía casi amenazándola.
– Esoooo, quiero, quiero que la tomes que la cojas por todos sus huecos, ella y yo vamos a ser tuyas, tus putitas-
El dialogo cachondo no hacia mas que excitarme mas y hacer aun mas violentas mis embestidas, estaba apunto de llegar, quería guardar lo mejor para el final.
Sintiendo mi orgasmo cerca, saco mi pene del interior de Diana y me acerco a Lucy, tomo el hilo que tenia en la boca y lo saco con fuerza, ella toma una profunda bocanada de aire, no me sorprende que estaba casi asfixiada, empiezo a pajearme viendo como Diana mete otro dedo mas en el culo de su hija, el orgasmo es inminente, asi que ordeno a Diana que junte sus tetas, ella obedece rápidamente, deja de masturbar analmente a su hija y junta sus grandes ubres ,listas para recibir mi descarga.
Yo me pajeo con mas fuerza y empiezo a convulsionar de placer, chorros de semen chocan contra las tetas de mi cuñada, cayendo en el canalillo que se forma y llegando hasta los pezones.
El placer me invade de pies a cabeza, aun asi quiero terminar con morbo.
-Lucy mi amor, chúpale las tetas a tu mami-
Ella accede sin decir ni una palabra se acomoda como un un bebe en el regazo de su madre y empieza a chupar un pezón cubierto de mi semen, la imagen es increíble, Diana me mira con pasión, mordiéndose el labio.
– Eres tan enfermo que me encantas-
– Así es y haremos mas cosas- le respondo, mientras contemplo como la niña cambia de pezón por otro con mas semen mío.
Los días siguientes pasan de la misma manera, las incestuosas relaciones entre mi esposa, cuñada, sobrina y yo se vuelven pan de cada día, no es sorpresa salir del dormitorio en la mañana y ver a Diana comiéndole la concha a su hermana en la sala o que Claudia haga las labores de la casa mientras Lucy me da una tremenda mamada en mi dormitorio.
Y no solo se limitaba a nuestra casa, ya casi terminando la semana, salimos todos a hacer las compras al centro comercial, era un viernes por la mañana, la mayoría de personas estaban ya en sus trabajos, salimos los cuatro de lo más normal, como una familia común y corriente, llegamos al estacionamiento privado del centro comercial, estaba casi vacío, las hermanas iban a bajar, yo reclame que no se demoraran que quería regresar rápido a casa para aprovecharme de ellas, Claudia coqueta como ella sola me dijo:
– Lucy que pasa si te quedas con tu tío para que no se aburra
– Claro tia- dijo la niña con los ojos abiertos y con cierta lujuria en su mirada
– Entonces les voy a dejar algo para que se entretengan-
Acto seguido mi esposa llevo sus manos debajo de vestido negro suelto y bajo su tanguita también de color negro, pequeña con encajes en la parte de adelante y solo un triangulito en la parte de atrás.
– Toma mi amor, lo tengo desde ayer, cuando mi hermana me comió la vagina y el culito- me dijo con voz coqueta, mientras Diana se reía cómplice.
– Que cochina eres- le dijo su hermana – con esa tanga te viniste como dos veces mientras te comía la vagina.
–
– Así es- confirmó Claudia- Disfrútala
Me la dio, instintivamente, me la lleve a la nariz, un olor fuerte a concha me invadió, no había duda que era la vagina de mi amada esposa, pero recargada con extra flujos en la parte que rosaba su vagina.
Las hermanas se fueron del auto, dejándome solo con Lucy, mire a los costados, no había mas que dos autos aparte del mío y no había nadie en ellos, aun asi mi corazón latía fuerte, hacer algo sexual en público es de por si arriesgado, y mas si es con una niña, pero al contrario de mis dudas Lucy se abalanzo hacia el asiento del copiloto y me estampo un beso, yo le respondí el beso, sus pequeños labios bajaron a mi cuello, la niña había aprendido muy rápido como calentar a un hombre, mi verga empezó a reaccionar yo estaba empezando a excitarme y no quería perder tiempo, rápidamente libere mi pene del jean que lo aprisionaba, mi sobrina no perdió ni un segundo y se abalanzo sobre el.
A pesar de la incómoda posición logro meterse mi verga en la boca y empezar una mamada de campeonato, sentía su boquita desde mi cabeza hasta la mitad de mi herramienta, como chupaba la pendejita, por mi parte me lleve la tanga de mi esposa a la nariz, disfrutada la felación y me estimulaba con el olor de la prenda de Claudia y claro todo con la mirada atenta para ver si alguien entraba al estacionamiento, aunque gracias al tamaño de Lucy parecía que no había nadie conmigo en el auto.
La mamada era de lo mejor pero quería más, tire el asiento para atrás para más comodidad y le di la tanga de su tia a Lucy.
– Envuelve mi pene con esto mi amor- le dije
– Si tio lo que quieras-
Inmediatamente lo hizo y empezó una paja con la tanga, mientras su boca bajaba hasta mis huevos, sentir su lengüita lamer mis testículos era de por mas morboso, el orgasmo se avecinaba.
– Que rico mi amor, sigue asi- le decía casi jadeando-
Lucy tenia una mirada de absoluta lujuria, sus ojos claros abiertos de par en par me excitaban tanto o más que la tanga que envolvía mi pene, estaba a punto de estallar, quite su mano de mi miembro y empecé a pajearme rápidamente, sostuve mi verga desde la base y empecé a golpear fuertemente las mejillas de mi sobrilla.
Plaf , plaf, sonaba con cada bofetada que le daba con mi durísima herramienta, las gotas de líquido seminal brotaban, estaba a punto de venirme y el gatillo vino de mi sobrinita.
– Ya no puedo esperar mas para que me la metas como se la metes a mi mama y a mi tía- me dijo con una sonrisa malévola en su carita.
La voz inocente de Lucy fue lo último, chorros de leche empezaron a saltar directamente a sus rostro, golpeando en si cara y mejillas, ella instintivamente abrió la boca para recibir el líquido seminal en su boca, las olas de placer empezaron a disminuir, y pude ver con claridad como la carita de mi sobrina estaba bañada en leche.
A ella parecía no importarle, saco la tanga de su tía de mi pene y con la parte gruesa empezó a limpiar mi herramienta, que morboso que la niña sea tan complaciente, cuando dejo inmaculada mi verga vi que llevo la prenda a su cara para limpiarse ella, pero la detuve le dije :
-No mi amor, quiero que cuando venga tu mama y tia te vean, asi-
Ella acepto como siempre y se sentó a mi lado, a los pocos minutos llegaron las hermanas entrando con bolsas-
– Lucy pero que te ha hecho tu tio- exclamo Claudia.
Diana empezó a reírse, al ver la cara de su niña llena de leche-
– Ven hija mía- le dijo Diana.
Lucy se paso al asiento de atrás y su madre le estampo un beso, y empezó a limpiarle la cara con su lengua y dedos, no desperdiciaba ni una sola gota de leche, la escena me pareció increíble.
– Y mi tanga- reclamo Claudia.
– Aca esta mi amor- le respondí, entregándole su ropa interior llena de semen.
– Diossss, tu si no te mides para nada-
Claudia volvió la prenda a su posición natural y se la volvió a poner.
– Mmmmm que rico sentirla así de sucia- cada día mi esposa me sorprendía.
Arranque el carro, aun más caliente de cuando llegue.
-Mañana es cumpleaños de Lucy- menciono Diana, – estas listo para darle su regalo?-
Yo solo sonreí mirándola por el retrovisor.
– Tenemos que hacerlo súper especial, va a ser lo mejor de nuestras vidas- sentencio Claudia.
CONTINUARA
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