MIS 3 MUJERES XII
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por freeman88.
Sentados en la mesa del comedor conversaba con mis esposa y cuñada en cuanto iba a afectar la presencia de Sebastián en la casa.
El niño era sobrino de ellas, tenía 10 años y se notaba que estaba bien educado y tenía una ternura inusual en los niños, pero mi preocupación era como cambiaria nuestra placentera forma de vida, así que fui al grano.
– No sé bien que tendrán en mente chicas pero no sé cómo podemos seguir con lo nuestro con Sebas acá- Sentencie con los brazos cruzados como preocupado por el asunto.
– No te preocupes cuñado – me respondió Diana tomando la mano de su hermana– Mira seremos sinceras, desde que descubrimos este mundo contigo y Lucy hemos sido sinceras entre nosotras, desde lo mas sencillo hasta el secreto mas oscuro.
– Así es amor- prosiguió Claudia – Entre nosotras ya no hay o habrá ningún secreto o barrera, siempre lo hablaremos y te lo diremos a ti y a Lucy, esta será la familia perfecta.
Por eso mismo, esta idea……mejor dicho fantasía surgió de las dos, una dia cuando estábamos descansando después de hacer el amor, nos preguntábamos que queríamos cumplir y pues verte con Lucy nos dio bastante curiosidad de como seria estar con un niño….
Yo solo escuchaba inmóvil como mi mujer me confesaba sus más profundas fantasías y no solo de ella sino también de su hermana, ambas tomadas de la mano, como una sola, parece que el sexo incestuoso no solo sirvió para llegar a los límites del placer sino también para hacer que su relación fraternal sea irrompible.
– No se que pienses, Ricardo- interrumpió Diana, pero lo pensamos bien y pues Sebastián es un niño lindo y tranquilo, fácilmente manipulable, pero no haremos nada sin que tu estés de acuerdo.
Yo seguía inmóvil viendo como Sebastian y Lucy jugaban en la sala, eran al fin y al cabo dos niños pensé a lo había pasado con Lucy y lo que mis mujeres querían hacer con el niño.
– La idea es buena, muy buena- dije – pero……lo único que me preocupa es la mmmm discreción de Sebas-
– No te preocupes por eso- respondió de inmediato Diana- Nosotros lo manejamos, no hay hombre, adolecente o niño que se nos resista y que no nos haga caso.
– Claro que no – sentencia, relajándome y riendo entre los tres.
Claudia se paró con una sonrisa en los labio se acerco a mi y me beso, despacio pero profundo, nuestras lenguas se unieron en un beso de adolescentes, húmedo y sexual, tan rico que mi pene re acciono de inmediato.
-Gracias por esto amor, creo que no nos arrepentiremos-
– No hay porque mi vida, todos somos una familia y todos debemos disfrutar por igual.
–
La noche transcurrió de lo mas normal, pedimos comida y nos sentamos como siempre, Sebastian, nos platicó de cómo es su casa y como le va en el colegio, un niño muy tierno y carismático, siempre con una sonrisa en los labios, de verdad me gustaba su compañía y parece que nosotros le caíamos muy bien, pues nos dijo que estaba muy contento que sus tias quisieran que pase unos días con nosotros mientras sus padres estaban de viaje.
A la hora de ir a la cama salió el inconveniente que no había cama libre para Sebas asi que o dormía con Lucy o dormía con Diana, porque no íbamos a hacerle dormir en el sofá.
Hábilmente mi cuñada resolvió el problema:
-Bueno Sebas una noche duermes conmigo y otra con tu prima ok?-
El asintió afirmativamente, seguramente no sabía lo que le esperaría.
Esa noche me fui a dormir a mi cuarto con Claudia, donde obviamente tuvimos una sesión relativamente tranquila de sexo, hablando de las perversiones que le haríamos al pequeño sobrino, todo muy satisfactorio tanto que me quede dormido plácidamente.
A la mañana siguiente desperté igual de tranquilo que otros días, fui a la cocina y Claudia estaba con Lucy lista para salir a la calle, tan apresuradas que prácticamente me gritaron desde la puerta.
-Adiós dormilón, vamos de compras, regresamos en la tarde- me dijo mi esposa, – Diana esta con Sebas, dales una chequeada – Me dijo mientras me daba un beso volado y un guiño de ojo coquetón.
Lucy también se despidió con un besito y cerraron la puerta.
Mi detector de perversión se activó y avance rápidamente a los dormitorios no estaban ni en el de Lucy ni el de Diana, el baño pensé avance hasta el fondo del pasadizo y escuche las risas de Sebas y Diana.
Me acerque con cautela y me quede en el umbral de la puerta observando casi oculto como todo un voyerista.
En la ducha del baño que tantas veces había visto zarpadas escenas entre las mujeres de la casa y yo estaban jugueteando como si nada mi cuñada y mi sobrino, ambos desnudos, Diana siempre tan impresionante con su cabello mojado hacia atrás y su cuerpo bien plantado para haber tenido una hija, las tetas bien puestas con esos pezones marrón clarito que se notaban parados por la situación y obviamente un culo firme y listo para ser atacado coronado por una conchita totalmente depilada.
Por otro lado salpicando el agua y con una linda sonrisa, mi sobrino político Sebastian, pequeño y delgado con el característico cabello castaño propio de la familia jugando con su tía, su cuerpo se notaba aun infantil con el vientre y pecho planos, brazos y piernas también delgadas pero con un culito que me llamo la atención, pequeño y abultadito, y lo que mas jalo mi mirada fue su pequeño pene rosadito, pequeño y flácido no mas de unos 5 o 6 cm con un escroto también pequeño y lógicamente lampiño.
No soy gay o bisexual pero no podría negar que me sentí atraído por el cuerpo del pequeño.
Supongo que para el esto era un juego mas con su querida tia Diana, pero se que para ella era un pervertido momento que sacaría los mas morbosos deseos.
Si alguien pudiera ver esa escena no vería nada raro slo a una tia bañándose con su sobrino pequeño pero había algo en le ambiente que me excitaba, Diana se dio cuenta que estaba oculto en la puerta y puso su dedo en la boca en señal de silencio, entendí el mensaje, era un invitado a ver mas no participar al menos no por ahora.
La actitud juguetona de Diana cambio a una mas coqueta, cerro el grifo de agua, tomo el jabón líquido, y empezó ha hacer espuma entre la manos, se arrodillo para estar a la altura de Sebas y empezó a enjabonar los hombres, brazos y la espalda.
Diana lo veía directamente a los ojos como una depredadora que no quería que se le escape la presa.
Sebas simplemente sonreía inocente de las intenciones de su tia.
Las manos de Diana empezaron a masajear suavemente el pecho de su sobrino, pasando los pulgares por sus rosados pezoncitos, cambiaba hábilmente entre el pecho y la espalda y siempre con una maliciosa sonrisa en los labios.
Como era obvio empezó a bajar primero por su espalda hasta llegar a su culito y nuevamente subía, repitió varias veces ese movimiento cada vez haciendo mas énfasis a sus nalguitas habiendo veces que metía sus dedos dentro de la rayita del traserito de su sobrino
.
Mi pene empezó a reaccionar al espectáculo creciendo dentro de mi pantalón de pijama, metí la mano para ayudarlo a tomar forma mientras veía las hábiles manos de mi cuñada empezaban rozar la entrepierna de Sebastian.
El momento llego y la mano derecha de Diana hizo un recorrido lento desde el cuello, pasando por el pecho bajando por el vientre y siguiendo hacia abajo evitando la ingle y pasando directo hasta el muslo, pero luego suvio aun más lento y sin ningún tapujo cogió el pene y escroto de sus sobrino.
Veia con morbo como con una sola mano bastaba para masajear tanto el falo como los huevos de Sebastián, que solo atinaba a estar quieto como piedra con una tímida sonrisa, sorprendido seguro por el atrevimiento de su tia.
-Tranquilo mi amor, tu tia te va a bañar muy bien- Escuche
Sebastian solo atino con la cabeza, mientras su pequeño pene empezó a crecer en obvia respuesta a los masajes sexuales de su tia.
Por mi parte yo ya había sacado mi verga semi dura del pantalón y me hacia una lenta y franca paja mirando el show.
Diana se percató de esto y dio el siguiente paso.
– Sabes que yo, tu tía Claudia, Lucy y tu tío Ricardo te quieren mucho no?- a lo que el niño respondió:
– Si tía, yo también los quiero mucho-
– Muy bien mi amor entonces lo que hagamos ahora será porque te queremos y será nuestro secreto ok?-
– Si tia- contesto.
Acto seguido Diana beso a Sebastián tiernamente en los labios, primero un piquito, luego se ve su reacción y al ver que es de felicidad procede a darle un beso más largo, labio con labio puedo apreciar como la lengua de Diana entra a la boca de su sobrino, todo esto sin dejar de masturbar su pequeño órgano genital, que ya estaba al máximo de sus medidas, calculando la verga de mi sobrino en su estado mas duro debía llegar a los 9 o 10 cm, supongo que un considerable tamaño para un niño de su edad.
Veía como Diana lo masturbaba con experiencia solamente con los dedos índice y pulgar sin dejar de besarlo y acariciar su cuerpito con la mano izquierda.
Luego del beso largo y profundo Diana se paro dejando al niño con ganas de mas, supongo que algo tenia en mente, asi que abrió la llave del agua y ambos se enjuagaron lo más rápido posible.
Diana con instinto maternal, salió tomo una toalla y procedió a secar a su sobrino lo envolvió con ella y tomo otra toalla para secarse el cuerpo.
Una vez que estaban secos, dejo la toalla, tomo de la mano a Sebastian y le dijo:
-Vamos al cuarto de tu tio, vamos a jugar un rato-
Ya cuando iba a salir del baño me hace una señal de que me aparte, asi que ágilmente retrocedo y me meto al cuarto del costado, para que el niño no me vea parado en la puerta, al parecer el juego de exhibir le gustaba a Diana y yo quería seguirlo.
Mi cuñada como toda una experta lleva a Sebastián a mi cuarto, seguro por que tenia la cama mas grande le quita la toalla que lo cubría y ambos exhiben su desnudes una vez mas, yo de nuevo me paro oculto en el umbral de la cama, mientras veo la acción pasar frente a mi ojos.
Diana con mucho amor se sienta en la cama y toma de la mano a Sebas guiándolo a su costado, lo toma de la cabeza hace que el niño se apoye en sus piernas mirando hacia el techo aunque lo único que el miraba eran las tetas de su tía que se mostraban desafiantes a la gravedad y el tiempo.
-Vas a ser mi bebe- le dijo Diana y acto seguido y con suma gentileza tomo la cabeza de Sebastian y la subió hasta su pezón, acción que el niño no tomo por sorpresa pues abrió la boca y recibió la preciosa teta de su tia.
El acto ficticio de amamantar me tenia como loco y para mejorar las cosas Diana empieza a masturbar a Sebas con mas fuerza e intensidad que antes.
El empezaba moverse en respuesta al placer que su tia le provocaba y ella gemía despacio por la succión que su sobrino le provocaba.
Siguieron asi por unos minutos, cambiando de teta de vez en cuando para repartir el placer.
Yo estaba con la verga dura, durísima, nunca había imaginado tal grado de perversión de parte de mi cuñada, supongo que ya nada debería impresionarme pero aun asi lo lograba.
Diana alejo a Sebas de su pecho y lo echo en la cama con las piernas colgando.
– Ahora tu tia te hará algo muy rico- le dijo coquetamente.
Mi cuñada se arrodillo entre las piernas de su sobrino y sin pensarlo ni un segundo engullo el pene infantil hasta la base.
Sebas no podía creer lo que pasaba, ni en sus mejores sueños hubiera imaginado tal placer, Diana quería hacerle sentir que sabía lo que hacía, asi que empezó a mamar de arriba abajo sin ninguna dificultad, notaba la fuerza de succión que hacia cuando subía y se sacaba el pequeño pene de la boca, en una de esas Diana bajo hasta la base del pene y abriendo aun mas la boca pude ver como engullía los pequeños testículos de Sebastian, una movida que solo seria posible con un niño.
Estuvo asi por varios minutos hasta que tomo las delgadas piernas y las subió hasta que las rodillas tocaran el pecho delicado del niño, dejándolo en una mas que vulnerable posición.
Diana no tenia ni el mas diminuto remordimiento y empezó a lamer el ano de su sobrino sin ninguna duda, era placer y morbo en su estado mas puro.
Los lengüetazos subían por el ano y se detenían en los huevos y subían por el falo hasta terminar en la cabeza circuncidada del pequeño.
Yo estaba desnudo pajeandome de lo mas gustoso, era una show increíble, pero esto daba para mas, así que escuche:
– Ricardo ven a jugar con nosotros-
Sebastian se reincorporo como un resorte asustado, pero Diana lo reconforto al instante:
– No te preocupes mi amor, tu tio también juega conmigo y con Lucy, pronto veras.
Yo simplemente obedecí no había espacio para dilemas morales en mi cabeza solo morbo y lujuria.
Camine hasta la cama y me pare junto a mi arrodillada cuñada que sin dudarlo se metio mi verga en la boca a darme una mamada de adulto, me miraba cuando me la daba, como anticipando el placer que tendríamos.
Diana hábilmente alternaba entre mi verga y el culo y pene de Sebastian, era un trio bizarro pero demasiado excitante como no participar en el, seguimos así por varios minutos disfrutando del sexo oral que mi cuñada me proveía y al parecer por los gestos en su cara Sebas también los disfrutaba.
En un momento Diana se paro y nos dijo bueno es hora que yo también disfrute asi que subió a la cama y se puso en cuatro, poniendo su contundente culo al borde de ella, obviamente invitándome a que la penetre como en otras ocasiones, pero tenia otra idea.
Tome de la mano a Sebas y lo lleve hasta detrás de su tia, ella me miro con cierta desconfianza pero lo que hice fue tomar del cabello a Sebas y empujar su carita hacia el culo de su tia.
-Pásale la lengua- le ordene, desde abajo hasta arriba.
El obedeció, empezó a lamer tímidamente desde su vagina hasta su ano, parecía un pequeño perrito jugando con su comida, hazlo mas fuerte le ordene, sujetándolo ahora si con mas autoridad y hundiendo su cabeza entre las nalgas de su tia.
– Lamele el ano, a tu tia le encanta eso- le dije, cosa que obedecio muy bien pues Diana empezó a gemir mas fuerte en respuesta a las lamidas anales que su sobrino le daba.
Creo que me pasaba de brusco pues de cuando en cuando quitaba la cara del niño del culo de Diana y el tomaba aire como si saliera del agua, pero acto seguido volvia a empujarlo contra las nalgas que tanto me placer me habían dado.
– Sigue, sigue- empezaba a pedir Diana, parece que el inexperto niño estaba a punto de provocar su primer orgasmo a una mujer, asi que ayude un poco.
Me arrodille junto a el y tome su pequeña mano e hice que la cerrara formando un puño, el cual apunte a la entrada de vagina rosa y mojada de mi cuñada, le dije mételo hasta el fondo, hasta que no puedas mas.
El niño como siempre, obedeció, y el puño se deslizo como mantequilla dentro de la concha de Diana, haciendo que gritara como poseída.
– Aaaaahhhh- se escuchó por todo el cuarto.
– Mierda que rico, no pares carajo, no pareeeeeees-
Nos decía mientras el el pequeño puño ya había desaparecido dentro de Diana, Sebas seguía empujando despacio , paso la muñeca y unos 5 centímetros mas paro.
– Siento el fondo- me dijo inocentemente
– Bien entonces sácalo casi todo y vuelve a meterlo- le dije
Empezó así un movimiento de penetración con su puño lento y profundo, Diana se agarraba de las sabanas extasiada por el placer que su sobrino le daba.
Cada vez era mas rápido y los gritos mas fuertes, por un momento pensé que los vecinos la oirían, así que tuve que solucionar el asunto.
Me subía a la cama me puse enfrente de ella y le metí la verga en la boca, no quería que me lo chupara, era hora de cogérmela por la boca.
– Te hacías la muy puta con el pene de un niño no?, ahora que tal con uno de verdad-
Le dije mientras le metía la verga hasta la base.
Ella reacciono queriendo escapar pero no la deje, sus movimientos eran de una persona que necesitaba aire, lo sabia, pero esta vez no la dejaría, la tome del cabello y empecé a sacar y meter mi pene siempre hasta la base siempre hasta que mi cabeza tocara su garganta, siempre sacándolo lleno de saliva.
Ella respiraba con dificultad y mi sobrino la penetraba con su brazo con mayor velocidad, una sonrisa media perversa se esbozaba en el, la perversión será genética?, me pregunte, pero el placer de la cogida oral a Diana me regreso al mundo.
Ella me empezó a mirar fijamente a querer decirme algo, lo entendí y le saque el pene de la boca.
– Me vengo , me vengo- dijo jadeante
– Sebas, dale duro, no pares tu tia se va a venir- le dije a mi sobrino.
El no entendió y es lógico pues no había metido nunca el brazo dentro de la concha de nadie, pero si entendió el dale duro y empezó a taladrar a su tia rápido y fuerte, las gotas de fluido vaginal empezaron a caer como cascada empando la cama, el suelo y el brazo de Sebas, no había tiempo para mas, Diana estallo en un orgasmo que retumbo todo el departamento.
– Aaaaah ahhhh aahhhhhhh- gritaba mientras su cuerpo se estremecía de placer.
Poco a poco fue disminuyendo y yo me pare al costado del niño para indicarle la fuerza y como debía aminorar las embestidas dándole mas prioridad al placer de ella, una lección que aprendió rápido pues al terminar el orgasmo de su tia saco su mojadizimo brazo de la concha de Diana y se lo llevo a la boca.
– Que es esto tio?- me pregunto, mi tia se hizo pipi?
– No, mi amor le conteste, es o pasa cuando las mujeres tienen un orgasmo, el punto de máximo de placer que pueden tener, eso quiere decir que lo hiciste muy bien.
El sonrió como un niño inocente que ha hecho bien su tarea.
– Y los hombres también se mojan asi?
– Jajaja no, nosotros hacemos otra cosa.
Le dije
– ¿ Qué cosa tío? – me pregunto
Todo esto lo hablamos mientras le acariciaba la cabeza en señal de aprobación, pero el instinto pudo más y lo sujete del cabello acerque mi verga a su cara y le dije:
– Abre la boca lo vas a saber-
De nuevo el obedeció y le gentilmente le metí el pene a la boca, una sensación tibia me recibió, no era distinta o menos placentera que las bocas de Diana, Lucy o Claudia pero el morbo de ser un niño hacia diferente la situación.
Lo penetre varias veces cada vez mas profundo, el aguantaba y su tia me veía de reojo desde la cama, mis huevos empezaron a cosquillear el orgasmo se avecinaba, rápido y sin obstáculos, pensé en llenarle la boca pero Diana me dijo:
– Vaceate en su verguita, Ricardo, hazlo por favor-
No podía negarme a tal perversa idea, le saque el pene de su boca y rápidamente lo eche en la cama, no tenía mucho tiempo abrí sus piernas y empecé a masturbarme encima de el, la electricidad del orgasmo empezó a fluir al igual que mi semen y apunte directamente a sus genitales, Diana volvió a interrumpir.
– Golpéalo con tu pene-
Que genio tenía para el sexo, agarre mi verga como un garrote y empecé a golpear suavemente el pene y el escroto de mi sobrino, el solo miraba maravillado y yo no pude contener mas el roce con los huevos de Sebastián hicieron que eyacule a mares en sus bolitas y en su verga.
Los gemidos que daba eran de auténtico placer, no importaba si era ella o el eran familia y eso hacía que todo sea más rico.
Luego que las oleadas de placer terminaran, Diana se movio como un ave de carroña y se abalanzo directamente a los genitales de Sebastián, ese era su plan la muy perra quería que eyaculara encima de el para que pudiera tomarse todo el semen ella, que bendita mente retorcida tenia, lo chupo hasta dejarlo limpio y me miro:
– Esto no acaba acá me dijo- sonriéndome.
– Claro que no le conteste, claro que no.
CONTINUARA
De esta saga me he venido inumerables veces, soy fan de este relato, si alguien conoce o sabe del autor, diganle que continúe la saga…o bien si alguien tiene la creatividad de escribir, que la continúe. Le estare muy agradecido
Hola soy el autor gracias x tus comentarios
Comenta si publclaras mas relatos de esta saga o si tienes algún otro relato xD
una de las mejores sagas que he leído por lejos, ojalá algún día puedas continuarla.