Mis hermanos me iniciaron en el mundo del sexo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Paul y soy de Estados Unidos, mi familia y yo vivimos en California, cerca de la playa.
Tengo dos hermanos mayores Rick (18 años) y Adam (17).
La historia que voy a contar sucedió hace unos años, cuando yo aún tenía 15 recién cumplidos.
Todo empezó una mañana que yo y mis hermanos fuimos al jardín a jugar al baloncesto.
Yo no era muy alto para mi edad y, aunque hacía mucho deporte, no tenía mucho músculo.
Mis hermanos en cambio eran ambos al menos 40 cm.
mas altos que yo y tenían unos bonitos y marcados músculos.
Rick jugaba a football americano y tenía un cuerpo gigantesco y era muy fuerte mientras que Adam, que hacía natación, estaba mas estilizado y se depilaba para las competiciones.
Yo envidiaba los cuerpos de mis hermanos y entrenaba mucho para parecerme a ellos.
Ellos me ayudaban y, desde que tenía 12 años, me llevaban con ellos a hacer deporte, a correr o simplemente a echarnos unas canastas.
Teniamos una relación muy cercana ya que nuestros padres trabajaban mucho y no nos hacían mucho caso.
Aquel día de verano yo me levanté tarde.
Hacía mucho calor así que me puse unos calzoncillos, unas bermudas y una camiseta vieja.
Pensé en coger el bañador e ir a bañarme a la playa cuando Adam entró en la habitación.
Su pelo rubio estaba mojado así que supuse que él ya habría ido a darse un baño:
-Eh Paul! Por fin te despiertas, Rick y yo vamos a echar unos triples y puede que juguemos un partidillo; ¿Te apuntas?
-Ahora no, iba a ir a la playa.
-Ya irás luego cuando haga más calor, vente a jugar con nosotros.
– Lo dijo con un tono muy persuasivo, como si estuviera muy interesado en que fuera a jugar así que pensé que tal vez les apetecía de verdad que fuera.
-Vale, -dije- iré con vosotros.
-Luego habíamos pensado en ir a comer, ok?
-Ok.
Y dicho esto salimos al jardín.
En la parte trasera de la casa había una pequeña cancha de hormigón en la que solo había una canasta y estaba vallada con una red para que no se escaparan las bolas.
Rick ya estaba allí, se había sacado la camiseta y su gran torso, recubierto de un fino vello, brillaba al sol por el sudor.
Adam nada mas llegar a la cancha se quitó también la camiseta así que yo hice lo mismo.
Los tres nos pusimos a jugar.
Adam y Rick no tenían piedad conmigo y a la hora del juego se comportaban como profesionales de la NBA.
Decían que así me ayudaban a mejorar.
Estuvimos tirando unos triples un rato pero en seguida comenzamos un partido amistoso a tres bandas.
Me dio la sensación de que no dejaban de marcarme y que me pasaban expresamente la pelota para pegar sus cuerpos al mío.
Constantemente tenía que sacármelos de encima y entonces ellos se reían cuando les tocaba, como si fuera una especie de broma entre los dos.
El calor me molestaba muchísimo y estaba agotado así que les pedí parar.
-Claro, como quieras hermanito,- me dijo Rick- pero antes de irnos a comer deberíamos darnos una ducha.
Una ducha era lo único que me apetecía en ese momento así que los tres nos fuimos al pequeño vestuario que mi padre había instalado junto a la casa cuando construyó la cancha de baloncesto.
Siempre nos duchábamos juntos después de hacer deporte, eramos hermanos y no había nada que ocultar ni sobre lo que sentirse avergonzado.
En el último año mi cuerpo había experimentado ciertos cambios, síntoma de la pubertad algo tardía en mi caso.
Mi miembro había crecido considerablemente y me había salido un fino vello castaño alrededor de la entrepierna.
Claro que aquello no era nada comparado con los cuerpos de mis hermanos, pensé mientras miraba como se desnudaban.
Sus vergas eran mucho mas grandes y gruesas que la mía y Rick tenía un vello púbico oscuro que le llegaba hasta el ombligo.
Adam se depilaba el cuerpo entero excepto la zona que quedaba oculta por el bañador.
Adam era ligeramente mas alto que Rick y tenía el pelo mas claro de los tres mientras que Rick lo tenia más oscuro y corto.
Nos metimos los tres en la ducha compartida, cada uno debajo de un chorro y yo en el del centro.
Cerré los ojos un momento y dejé que el agua me recorriera el cuerpo y me bajara por la espalda refrescándome.
Cundo volví a abrirlos vi algo que realmente me sorprendió.
Rick se había acercado a mi y estaba completamente empalmado.
Su pene ahora si que parecía enorme, estaba duro y apuntaba directamente hacía mi.
Le miré sorprendido esperando ver en él alguna expresión de vergüenza o bochorno por esa embarazosa situación pero en vez de eso me sonreía.
Cruzó los brazos y se apoyó en la pared de la ducha.
Ahora era yo el que empezaba a sentirse incómodo y, algo más inquietante, excitado.
Aparté la mirada de su miembro, me di la vuelta y me cubrí con una toalla.
Se me ocurrió entonces que tal vez Adam pudiera ayudarme.
Seguro que él no se había dado cuenta de lo que Rick estaba haciendo y le diría que parase.
Entonces me giré hacía él y, para mi sorpresa, no solo estaba mirándome y sonriendo como Rick, sino que se estaba masturbando.
Él también tenía una erección y yo no podía evitarlo, pero a mi también me estaba empezando a crecer una.
-¿Que hacéis? -pregunté intentando hacerme el indiferente aunque me salió una vocecilla que me hacía parecer más bien asustado.
-¿Cuantos años hace que hemos estado ayudándote con los deportes, los deberes y todo lo que has necesitado? -Dijo Rick.
Ahora él también se estaba masturbando.
-¿Desde siempre?
-Si, desde que eras un niño.
-Respondió Adam.
-Pues bien, ya tienes edad para que te enseñemos como va el sexo, es nuestro deber de hermanos mayores.
Nosotros llevamos años haciéndolo entre nosotros pero ahora tu ya tienes edad para unirte; Si quieres te enseñaremos y cuidaremos de ti como hemos hecho siempre, si no, puedes marcharte.
Adam y Rick me miraban los dos mientras yo seguía ocultando mi erección.
¿Era esto real?¿Era una broma? ¿Una novatada? No podía contener mi deseo y estaba mas cachondo de lo que nunca había estado.
Volvía a tener calor y estaba empezando a sudar pero si seguía adelante, ¿que pasaría? ¿Y si alguien se enteraba? ¿No estaba mal hacer eso?
Mientras yo seguía alli plantado, intentando decidir que hacer Rick se tocó la punta del glande y, con un solo dedo, fue bajando a lo largo de su gran pene hasta llegar a la base y entonces se agarró su propio miembro con fuerza.
Me sentí tan excitado que todas mis dudas se desvanecieron al instante y sin decir nada dejé caer la toalla exponiendo mi erección
-Ves, te dije que ya era lo bastante grande.
-dijo Adam.
-Tenias razón- respondió Rick.
Ambos dieron un paso adelante y pasaron sus brazos sobre mis hombros y se empezaron a besar.
Yo los miraba con ojos como platos.
¡Aquello estaba pasando! Adam se separó de Rick y fue él el primero en besarme a mi.
Era dulce y tierno pero apasionado a la vez.
Me metió la lengua en la boca y empezó a recorrer mis dientes y mis labios.
Aquel fue mi primer beso.
No quise dejar a Rick de lado así que me aparté de Adam y comencé con mi otro hermano mayor.
Él era más apasionado, muy impetuoso.
Estaba agachado para poder besarme bien y entonces Adam se juntó con nosotros yo no sabía que tres personas se pudieran besar a la vez pero aquello era glorioso.
No me preocupaba la falta de experiencia, estaba en familia y me sentía confiado.
Rick comenzó entonces a besarme el cuello y a acariciarme los pectorales.
Mis pezones estaban duros y erguidos y cuando Rick me besó uno noté un placer como el que nunca había sentido.
Solté un gemido, lo que convenció a Adam de hacer algo mas.
Se puso detrás de mi y apretó firmemente su erección contra mi espalda.
Entonces comenzó a mordisquearme los lóbulos de las orejas y a acariciarme os brazos.
Rick seguía haciendo un excelente trabajo con mis pezones y, entonces, me toco el pene.
Creí que eyacularía allí mismo.
Aquello era el cielo, mis dos hermanos me estaban dando mas placer de el que creía que podía existir.
Rick siguió masturbándome y otra mano apareció de detrás de mi, era la de Adam, que también quería tocar mi pene.
Aquello fue mas de lo que podía soportar, con un fuerte gemido eyaculé sobre las caderas de mi hermano Rick, que estaba frente a mi.
Al principio me sentí genial.
Aquella había sido la corrida mas placentera de mi vida pero cuando la intensidad de mi orgasmo comenzó a disminuir me di cuenta de que había acabado demasiado rápido.
Me corrí tan pronto que apenas había podido disfrutar de aquella caliente experiencia.
temía que mis hermanos se enfadasen conmigo por haber ido tan rápido pero para mi sorpresa ambos sonreían.
-¡Vaya! ¿Si que estabas caliente no Paul?- Dijo Adam aún a mis espaldas
– Si, ya veo que te hemos puesto a mil, no?- Rick me estaba sonriendo con mucho cariño y parecía que estaba disfrutando tanto como yo.
-Tengo una idea, ¿Por que no me limpias la poya? Hazlo con la boca y a ver si yo me pongo tan cachondo como tu.
Aunque ya me había corrido estaba muy excitado y la idea de hacerle una mamada a mi hermano, que tenía el pene cubierto de mi semen, me pareció genial así que sin decir palabra me puse de rodillas y comencé la tarea que se me había encargado.
Comencé lamiendo el semen que tenia en las caderas y de allí pasé al vello púbico.
Era espeso, rizado y oscuro.
Al acercar tanto mi cara a su cuerpo noté que, a pesar de que acababa de ducharse desprendía un potente y agradable olor a hombre, un olor intenso y embriagante que me hacía sentir aún mas atracción por él.
Cuando ya había limpiado su vello llegó el momento de empezar con su verga.
Esta se movía como con vida propia y era tan grande y gruesa que no sabía como iba a hacerlo para meterme todo eso en la boca.
Puse ambas manos cogiendo la base del pene de mi hermano (Aún así hubiese necesitado al menos dos manos mas para coger todo el tronco.
) y abrí mi boca para introducirme su glande dentro.
Solo este ya era grandioso y me ocupó buena parte de la boca pero estaba decidido a tragármela entera así que hice un esfuerzo, relajé la garganta, y comencé a metermela centímetro a centímetro.
Adam me empujaba la cabeza por detrás y oía a Rick soltar gemidos y exclamaciones de placer.
"Así, Hasta el fondo, Oh joder".
su pene ya estaba en mi garganta y aún solo había llegado a la mitad.
Me ahogaba, no podía respirar, y aún así no quería sacármela de la boca.
Seguí bajando hasta que realmente sentí que me faltaba el aire y la saque de golpe.
Un hilo de saliva y precum iba de mi boca al pene de mi hermano.
Casi lo había conseguido pero no bastaba.
Cogiendo mucho aire lo volví a intentar.
Cuando llegue al punto en el que me había quedado la última vez sentía que ya no podría mas pero Adam siguió empujándome la cabeza hasta que por fin llegué hasta la base del pene.
Rick soltó un alarido de placer y empezó a follarme la boca.
su pene entraba y salía de dentro de mi con mucha fuerza, como si no le importase hacerme daño.
Sacaba su poya justo hasta el glande y la volvía a introducir entera en mi.
Yo me ahogaba pero no me resistí, me encantaba estar dándole tanto placer a mi hermano.
Al final fue Adam el que nos hizo parar- ¿Qué? ¿No hay nada para mi?- Dijo poniéndose al lado de Rick.
Por primera vez podía ver con detalle sus dos penes juntos.
El de Rick era mas grueso y sus bolas colgaban mucho mas y se movían a la vez que su pene.
Adam por el contrario tenia una verga mas fina pero algo mas grande y sus cojones, que no eran tan grandes como los de Rick, estaban contraídos bao su pene.
Inmediatamente empecé a practicarle una felación a el también.
Aunque no era tan gruesa como la de Rick no fue tarea fácil hacerle una buena garganta profunda pero al final lo conseguí.
Mientras se la chupaba a Adam me dediqué a masturbar a Rick con la otra mano.
Ellos se besaban, parando a veces para gemir.
Llegado cierto momento , mientras se la mamaba a Rick, Adam se puso detrás mío y comenzó a lamerme el culo.
Yo me quedé muy sorprendido por que siempre había pensado que los besos negros eran algo que solo se hacía en el porno pero ahora mi hermano me lo estaba haciendo a mi y sentaba genial.
Al sentir sus labios y su lengua acariciando mi ano mi propio cuerpo empezó a reaccionar.
A pesar de que hacía pocos minutos que me había corrido empecé a tener otra erección.
Mi cuerpo se agitaba con cada nuevo movimiento de la lengua de mi hermano y este, al ver que yo me estaba excitando, empezó a masturbarme con una mano mientras con la otra apartaba mis nalgas para tener mejor acceso a mi agujero.
Adam entonces se puso de rodillas detrás mio y comenzó a introducir su bien lubricado de saliva pene en mi interior.
Por un momento pensé que me desmayaría.
Sentí un dolor tan profundo que creí que me iba a partir en dos.
Todos los músculos de mi cuerpo se contrajeron y no pude evitar soltar una exclamación de dolor.
Me agarré con fuerza a Rick y este me cogió de los hombros para evitar que me cayera.
Entonces noté que Adam empezaba a sacar su pene de mi culo.
-Lo siento tío.
Si te duele no es necesario que lo hagamos.
– Me dijo Adam a mi espalda.
Pero eso no era lo que yo quería, no quería parar, quería llegar hasta el final así que cerré lo ojos, apreté los dientes y comencé a mover mis caderas hacia atrás evitando que su poya saliera de mi.
Visto esto mi hermano volvió a intentar introducirse en mi.
Fue muy despacio y cada vez que notaba que mi dolor aumentaba paraba un momento para dejar que mi cuerpo se adaptase a él.
Rick seguía aguantándome y me sonreía.
Adam fue entrando milímetro a milímetro hasta que estuvo por completo dentro de mi.
Yo respiraba con fuerza e intentaba aguantar el dolor que sentía que me iba a romper el cuerpo en mil pedazos.
A medida que mis músculos se relajaban empecé a sentir una nueva sensación que, mezclada con mi intenso dolor, noté como la mas placentera de mi vida.
Mi esfínter se había relajado y noté el calor del cuerpo de mi hermano en mi interior, su verga acariciando mi próstata y al fin me sentí con fuerzas de empezar a moverme.
Moví mis caderas y noté que mi hermano empezaba a moverse al mismo ritmo que yo.
Las expresiones de dolor fueros sustituidas rápidamente por gemidos de placer y ahora que ya volvía a sentirme bien decidí seguir con la felación de Rick aunque a veces me veía obligado a parar para soltar unos profundos gemidos.
Ser follado por mis dos agujeros a la vez y nada menos que por mis hermanos fué la sensación más erótica y excitante que había sentido nunca y que probablemente vuelva a sentir jamás.
Rick se corrió sin avisar, no había podido contenerse y no pudo probar mi culo.
Entonces Adam me cogió y, aún penetrándome, se sentó en uno de los bancos del vestuario, conmigo encima sobre su pene.
así era mas cómodo para mi.
Rick me besó y se tragó su propio semen desde mi cara.
Entonces comenzó a bajar por mi pecho, besando mis pectorales, abdominales hasta llegar a la ingle.
Mi pene ya estaba en su máximo nivel de erección.
Rick comenzó a chupármelo y a masturbarme.
También se metió mis huevos en su boca e incluso bajó un poco mas y lamió mi ano mientras estaba siendo follado.
A Adam el contacro de la lengua de Rick en su pene debió de parecerle muy excitante por que se corrió casi de inmediato.
Descargó por completo sus testículos en mi interior y Rick se dedicó a lamer los hilos de semen que se escapaban de mi ano.
Adam se mantubo en mi interior mientras su erección disminuía y hasta que su verga no estuvo completamente flácida no me la sacó.
Me hizo levantarme y quedarme en pié delante de Rick y entonces se volvió a poner a su lado.
Los dos comenzaron a hacerme una felación mientras me penetraban con sus dedos y recorrían mi cuerpo con sus manos.
No tarde en correrme otra vez en la cara de ambos.
Cuando hube acabado me arrodille y, los tres en el suelo, comenzamos a besarnos.
No sé cuanto tiempo estuvimos así pero acabamos sentándonos y, allí mismo en el suelo, exhaustos después de este caliente polvo nos quedamos los tres dormidos abrazando nuestros cuerpos desnudos.
comos igue