Mis hijastros 14
Anita y Camilo.
Cuando salí de casa supuse que Camilo se daría un festín con Javiercito, al fin tenían semanas sin estar cerca, aunque pude notar que Javiercito estaba un poco distante de Camilo, pero verga en verga y Javiercito se había convertido en una goloso de pito.
Lo inusual fue que Camilo no buscó a Javiercito sino a Anita. Subió a la recamara y se acostó a su lado, Anita se acurrucó en su pecho y vieron la TV un par de minutos, hasta que Camilo empezó a acariciarla de las piernitas, en cada caricia subía más hasta llegar a sus nalgas. Anita se dejaba consentir.
Camilo puso en la orilla de la cama a Anita y él se colocó de rodillas. Lo vi sacarle sus pantaleticas, le abrió las piernas y dejó a la vista la vaginita rosadita y ultrajada de Anita. Vi su cara de desconcierto y cuestionó a Anita. Esta no contestó nada y solo seguía con su vagina a la vista de Camilo.
Vi a Camilo revisar detenidamente la vagina de Anita, y aunque se veía su cara de incertidumbre, no le duró mucho y comenzó a mamarle la puchita, con tanta pasión como cuando lo hacía en las madrugadas en la sala de la casa, pero esta vez noté que era mas intenso y despreocupado, como si el saber que ya había sido usaba esa puchita le daba el derecho de tratarla de otra forma, más intensa.
Vi a Camilo desnudarse por completo, su verga se veía muy dura y ya estaba lubricando. Se colocó crema en el glande y acercarse a la entrada de la vagina de Anita. Esta se quedo quieta y le dijo que le ardía un poquito. El la volteo a ver y sin decir palabras le dejo ir toda la verga hasta el fondo. La nena dio un grito y el le tapo la boca. Se quedó quieto por unos momentos, hasta que Anita dejo de lloriquear y le dijo: como ya comes verga, te voy a enseñar lo que es bueno.
Dicho esto se la cogió salvajemente, no cambio de posición, la penetro una y otra vez, mientras le decía, eres toda una puta come verga, que tal sientes mi verga dentro, te encanta la verga verdad putita, te encantan también los mecos hasta el fondo. Ufff putita que rica tienes la pucha, es estrecha y caliente, me encanta y quiero llenarte de mi leche.
A Anita se le veía un poco sufrir con las embestidas de Camilo, pero a este no le importo. Lo escuché gemir fuerte -cuando se vino dentro de la puchita de Anita- saco su verga de la vagina que le había dado tanto gozo. Se puso de nuevo su ropa y mando a la nena a limpiarse.
Ese día Anita comió verga de dos machos, y sacó leche como nunca antes.
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