MIS INICIOS SEXUALES
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Este es mi segundo relato. En mi anterior relato titulado "TIO, QUE ES UN BESO NEGRO?" les revelo mi relación con mi sobrino. Ahora me decidí a escribir como fueron mis inicios.
Debo aclarar que lo que cuento son acontecimientos verdaderos de mi vida. Jamás he escrito relatos, no tengo idea como hacerlos, solo hablo de las cosas que me han pasado tal como se me vienen a la mente.
Es curioso como uno olvida muchas cosas de la infancia, pero definitivamente hay otras que se quedan retratadas en la mente y nos marcan de alguna manera. Especialmente aquellas cosas que tienen que ver con los juegos sexuales que experimentamos de niños.
No dije mi nombre en mi relato anterior pero me llamo Renato. Desde muy pequeño tuve excesiva curiosidad por las cosas del sexo y ahora puedo decir que siempre he sido un adicto a la pornografía… de niño a través de revistas que encontré por ahí o que algunos chicos me mostraron y más tarde a través de películas porno y finalmente el internet.
Soy un hombre que siempre me he considerado bisexual porque he tenido relaciones con mujeres… de hecho en una ocasión a las 8 años estuve encerrado con tres niñas encuerados todos en un baño. Mi prima de 12 y su amiga y una amiguita que era de mi edad. Tal vez en otra ocasión platique sobre esto.
La cosa es que el sexo siempre me siguió desde pequeño, yo era muy fisgón y en muchas ocasiones pude ver hombres y chicos denudos lo que me provocaba que el corazón me latiera muy aprisa.
MI PRIMERA VERGUITA:
El primero en la lista fue Tato, un amiguito un año menor que yo. Yo traía en mi naturaleza la cosa sexual, nadie me dijo la primera vez lo que había que hacer, simplemente lo hice por impulso. Tato y yo jugábamos a diario juntos, a veces peleábamos pero siempre volvíamos a juntarnos. Eramos vecinos, íbamos a la misma escuela, aunque él un grado más abajo que el mío. Siempre jugábamos en puro short, nada de camisas ni zapatos. Cuando nos daban ganas de orinar lo hacíamos juntos y cruzábamos nuestros orines diciendo que era un avioncito. Una tarde que jugábamos en el patio de mi casa le dije a Tato que se la quería mamar y que él me la mamara a mi.
Tato no puso ninguna objeción. Me arrodillé y se la empecé a chupar, me enloqueció el hecho de estarle mamando la verguita. Me levanté y él se arrodilló me la chupo a mi. Así seguimos varias ocasiones. Un día cuando estábamos los dos solos en el patio le dije: "Vamos a jugar a que tú eras un vaquero y yo era tu novia. Yo estaba encuerada en mi cuarto vistiéndome. Tú entrabas, me veías encuerada y me cogías". Y así pasó… nos encueramos y él me puso su verga en mi culito… claro que no nos penetramos pero nos gustaba mucho jugar los dos así. Yo la verdad era un niño muy morboso y siempre que estaba solo con él solo quería estar hablando de coger y de mamar. Tiempo después, él se fue de ahí porque su mamá se separó y no lo volví a ver.
MI SEGUNDA VERGA:
A la vuelta de mi casa había una tienda de un señor vecino, ahí trabajaba Oscar un muchacho como de 16 años del que todos decían que era muy cabrón y que había cogido a muchas viejas. Yo frecuentaba mucho la tienda, y en las tardes que Oscar se quedaba solo, pasaba mucho tiempo platicando con él. Una tarde, se metió al baño y yo me quedé sentado al frente del local. Una cortina y una pared falsa separaban la tienda de la parte trasera donde guardaban bultos y había un baño. escuché la voz de Oscar llamándome y cuando me metí a la parte trasera lo vi con los pantalones en los tobillos y con la verga bien parada.
Creanme que fue la cosa más hermosa que hasta ese momento mis ojos habían visto. Tenía una vergota…esa es la palabra correcta…una VERGOTA hermosa. Una cabezota y el tronco era bien gordo. Oscar me dijo: "Agárrala y dale un besito"… yo obedecí, se la comencé a sobar un buen rato y le daba besitos por la parte del tronco. Oscar me acariciaba el pelo y me dijo: "Dale unos besitos a la cabeza"… yo me quedé callado pero él insistió, diciendo: "Ya la has besado mucho rato por los lados, besame la cabecita, te va a gustar". Le empecé a besar la cabeza y rápidamente le comenzó a salir líquido blanco. Yo me separé pero Oscar me dijo: "Qué no te de miedo, lame la "agüita" que le sale. Yo la probé. El sabor era diferente, muy diferente a lo que había probado con Tato. La verga de Oscar era muy caliente, muy dura y su olor era mas fuerte pero nada desagradable. Le estuve lamiendo y besando en la verga largo rato, hasta que escuchamos ruido y me salí al frente. Llegó una persona y sin decir más me retiré del lugar, pero con el corazón latiendo acelerado por lo que me acaba de pasar. Al día siguiente esperé a que dieran las 5 de la tarde y volví a ir. Oscar se metió a la parte de atrás y me volvió a llamar.
Yo bien sabía a lo que iba y cuando entré estaba todo encuerado. Yo le dije que se vistiera, que si llegaba gente que iba a hacer. El me respondió que si llegaba alguien, saliera yo y que él mientras se metía al baño, que eso dijera, que estaba en el baño. Le di unos besos a su rica verga y Oscar me dijo que se la mamara bien. Comencé a mamarla como él me decía… abría grande la boca para que entrara lo que alcanzaba a entrar. Oscar gemía y me apretaba la cabeza… me decía: "Te gusta mucho la verga güerito, se ve que al rato solito la vas a andar buscando"… yo segía chupando el miembro y cuando se aceleró más, me zafé. Oscar se me quedó viendo y me dijo: "Ya mero me vengo, te los quiero echar en la boca" Yo nunca había probado esperma; ni a mi,ni al tato nos salía nada, así que dije que no. Oscar dijo: "Lo que me sale es la lechita, cuando ando bien caliente se sale, pruébala".
Yo volví a decir que no. Fue entonces que me dijo: "Te doy dinero si te tomas la leche". Entonces continué mamando su verga. Cuando se aceleró el ritmo me apretó fuerte y le salió la leche. No me la tragué, solo escupí. Oscar me dijo: "te la hubieras tomado es nutritiva". Yo me limpié la boca con las manos y vi que tenía embarrada leche en la cabeza de su verga. Me dijo: "Cómo no te tomaste la leche, ahora tendrás que chuparme la que se me quedó embarrada".
Y lo hice… me metí la verga en mi boca y le limpie el miembro con mis labios y con mi lengua.
Oscar sacó de la caja un billete de 10 pesos y me lo dió. Me salí corriendo, pero casi al llegar a mi casa se me vinieron pensamientos a mi cabeza. Qué tal que decía que me los había robado y me metía en broncas…. de modo que me regresé corriendo, le devolví el billete y me salí. En dos ocasiones más se la volví a mamar. Cuando lo hacía, Oscar siempre me miraba y me hablaba de una forma diferente a lo que comúnmente hablaba. En esos momentos su voz era suave, con cierto grado de morbo… y me decía que se veía que me encantaba la verga, que al rato me iban a coger los hombres y que me volvería bien joto. … y tuvo razón. Me volví adicto a la verga de chicos y grandes.
Pero mi tercera verga fue a los 8 años…. cuando estaba por cumplir mis nueve años. Fue en una de mis tantas vacaciones a la ciudad de Monterrey. Ahí pude satisfacer los apetitos de Carlos, un primo de 17 años bastante caliente y lujurioso.
pero eso será tema para un siguiente relato. Hasta pronto y si alguien leyó mi relato, espero no haberle aburrido.
saludos!!
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!