Mis pequeñas hijas, claudia se une a las travesuras (cap. III. Resubido)
Vuelvo a subir el tercer capítulo de esta historia incestuosa de un padre que va iniciando a sus hijas pequeñas en el mundo de la perversión .
Seguimos nuestro relato de los juegos entre Alicia y su padre. Con su esposa es más difícil tener esos momentos pero Alicia quiere que su papá siga dándola placer. Además va incluyendo a su hija claudia en sus juegos poco a poco.
Al día siguiente llego mi esposa y todo sucedió normal, como si aquellos momentos de intimidad con Alicia no hubiera sucedido. Tenía que disimular ya que cada vez que veía a mí hija con poca ropa mi Verga crecía y no quería que mi esposa se diera cuenta. Con mi esposa las cosas parecían ir bien, aunque a veces me daba la sensación de que estaba distante. Pasamos el día en familia, comimos fuera, dimos un paseo y volvimos a casa. Por la noche, mientras mi mujer preparaba la cena, me pidió que bañara a las niñas. Fui a preparar la bañera, llame las dos chicas, Alicia se quitó la ropa rápido y se metió al agua, y a la pequeña tuve que ayudarla a quitarse la ropa, no pude evitar mirar su rajita, y la metí a la bañera. Tenía a mis dos tesoros desnuditas y yo empezaba a excitarme, pero tuve que intentar controlarme. Cogí jabón y enjabone primero a Alicia, pasando mis manos por su cuerpo, acaricié sus pezones, le pellizqué un poco y ella soltó un pequeño gemido. Claudia que nos observaba me pide inocentemente que también quiere que le haga eso, a lo que le respondo que ahora en su turno lo hago. Sigo enjabonando a Alicia, bajo hasta sus nalgas, se las masajeo y veo que ya está excitada, le abro sus nalgas y acaricio con mi dedo su ano, claudia no perdía detalle. Cogí más jabón y proseguí con sus piernas hasta llegar a su vagina, la cual voy frotando bien. Yo tenía ya la polla bien dura, e intentaba ocultarla.
Ahora le tocaba el turno de claudia, cogí más jabón y empecé a pasar mis manos por su cuerpo. Fui hacia sus pezones, los acariciaba en círculo, se los pellizqué, ella decía que le daba cosquillas y se reía. Bajo mis manos, voy a su culo, y también se lo abro para acariciar su ano
-¿Que tal cariño? ¿Te gusta?
– Sii papi..se siente bien.
Le abro un poco las piernas y voy a su rajita bien cerrada. La voy acariciando, tocando su clítoris y su rajita. En ese momento escuchamos que mi esposa nos llama para cenar, las aclaró rápido y las saco para secarlas y que se pongan su pijama.
-Escuchad chicas, las dos, estos jueguitos con papi no lo tenéis que contar a nadie, ni a mamá, vale?
-vale papi – dicen ambas
– id a cenar, ahora voy yo.
Las chicas se van corriendo, yo no puedo más de la excitación y sacó mi pene para hacerme una paja.
Esa noche estaba muy caliente, mi esposa estaba a mí lado y me pegué a ella, la fui metiendo mano mientras le besaba el cuello. Al principio no quería pero la fui calentando y terminamos follando. Mientras estábamos en plena faena, con mi esposa contra la pared y yo detrás penetrandola, me fijé en la puerta y descubrí a mí hija Alicia observándonos mientras tenía su mano metida en sus pantalones tocándose. Eso me excitó más y aumenté mis embestidas pensando en mí hija en lugar de mi mujer. Entonces puse a mí esposa a cuatro de espaldas a la pared para que no llegara ver a Alicia y ella pudiera ver mejor como follaba a su madre. Unos minutos después termine corriendome dentro. Cuando terminamos mire la puerta pero Alicia ya no estaba.
Al día siguiente, como ya era lunes, tuve que alistar a las niñas. Mi esposa ya que era su día libre seguía durmiendo .Fui a sus cuartos a despertarlas y que se preparan. Primero fui al de Alicia, me acerqué y le desperté
-Buenos días Princesa, despierta que hay que ir al cole
-No quiero papi…- me dice medio dormida
-Pero hay que ir cariño – le di un beso en la frente
-papi, echo de menos nuestros juegos – me suelta de repente mientras me agarra la mano y la coloca en su entrepierna
– Cariño… yo también -le voy acariciando un poco por encima – pero mami nos puede pillar
-porfa.. lo hacemos rápido, no sé va a enterar
-Pero no hagas ruido
Le bajo sus braguitas y la comienzo a masturbar, comenzando con su clítoris. Ya está muy mojada, me acerco a su boca y nos empezamos a besar, mientras le voy introduciendo un dedo en su coñito, que cada vez entra más, y le meto un segundo dedo. Siento como mi hija mete su mano en mis pantalones buscando mi verga. El morbo venció al miedo de que nos pillarán y me sacó mi pene y se lo dirigí a su boca, ella la abre y fue chupandolo mientras yo le penetraba con mis dedos, cada vez más rápido hasta que se corrió. Como no quedaba mucho tiempo, me empecé a masturbar dejando la punta de la polla en su boquita, cuando fui a correrme le dije que se tragara todo mi semen para no manchar nada y ella toda obediente lo hizo, sin dejar ninguna gota fuera.
-Que rico papi, me gusta este desayuno – me dijo. Tenía una hija muy putita h me encantaba
-Venga cariño, límpiate y prepárate mientras voy a despertar a tu hermana que llegamos tarde.
Después de desayunar las llevé al cole, pero justo recordé que Claudia entraba hoy una hora más tarde, así que Alicia se fue a clase y yo me quedé con Clau. Llame al director para avisar que llegaría más tarde al trabajo y le pregunté a Clau que quería hacer. Justo en ese momento, por moverse, dejo su faldita subida y vi sus braguitas blancas. Mis pensamientos más oscuros e incentuisos se me vinieron a la mente. ¿Y si, comenzaba a jugar con Clau también? Su cuerpo era delicioso, y ya demostró el otro día en la bañera que también se excita y le gustaba.
-Clau, ¿Quieres que vayamos a un sitio tranquilo y juegas con papi?
-vale papi, ¿A qué jugaremos?
-¿Que tal al caballito y cosquillas?
– vale papi
Conduje hasta una explanada donde no había gente, y tras apagar el motor y echar mi asiento para atrás, subí a claudia entre mis piernas, rozando sus partes con las mías.
-muy bien cariño, ahora tienes que mover tus caderas y yo te voy haciendo cosquillas por el cuerpo, vale? – le decía mientras con mis manos le gusta sus caderas para que fuera frotando su vagina con el bulto que se estaba formando ya entre mis piernas. Que rico se sentía.
Le iba haciendo cosquillas y ella se reía inocentemente, de ver en cuando le tocaba sus pezoncitos, el culito.
-¿Te gusta cariño? – tenía los ojos cerrados y una carita de placer, se veía que le gustaba.
– Se siente raro…como unas cosquillitas ahí abajo..
-¿Quieres parar?
-No..un poquito más papi – respondió sin dejar de moverse
-Vale cariño – y le agarro de sus nalguitas
Ella aumento el ritmo, y de su boquita salían pequeños gemidos, parecía que iba a tener un orgasmo. Y siguió así hasta que soltó un gemido y se detuvo, ya tuvo su primer orgasmo.
-Ya papi – me dijo sonrojada bajándose y sentándose en el asiento de al lado
-¿Te gustó jugar con papá?
-Sii, mucho.
-cariño, esto no se lo puedes contar a nadie vale? Ni a mamá. Será nuestro secreto
– Está bien papi, te lo prometo
-Muy bien cariño, te quiero
Noté que me miraba mucho mi bulto y estaba nervioso
-¿Que ocurre cielo?
-oye papi… ¿Que era lo que notaba entre mis piernas?
– ¿Te refieres a esto? – le pregunto señalando mi pene
-si.. estaba muy duro
-Este es mi pene, que cuando está con alguien que quiere mucho se pone contento y se endurece. ¿Quieres verlo?
-ee.. vale
-pero recuerda, no se lo digas a nadie
– si papi
Bajé mi pantalón y saqué mi polla dejándola libre. Mi hija asombrada no dejaba de mirarlo. Estaba muy cachondo, le estaba mostrando mi pene a mi hija pequeña y ella no parecía asustarse.
-¿Quieres tocarlo? – le pregunto mientras cojo su mano y la dejo en mi polla.
-Esta caliente..
Fui guiando su mano de arriba a abajo enseñándole como hacerme una paja. Ufff se sentía delicioso. Estaba tan cachondo que me iba a correr enseguida y así fue, lance cuatro grandes chorros que mancho la mano de mi hijita y uno cayó en su mejilla, ya que se había acercado. Ella asombrada por eso, me preguntó que era
– Eso es la lechita de papá. Sale cuando le das cariño como ahora hiciste. Toma, pruebala, beber está lechita hace que las niñas crezcan más guapas. – haciéndome caso, llevo su mano llena de semen a la boca y se lo tomó
-Ag papi, está salado
-tranquila cariño, te acostumbrarás, y verás como te termina gustando.
Limpie el semen que quedó en su carita y los restos que quedaban, me volví a colocar los pantalones y la llevé de nuevo a la escuela donde la dejé y yo me fui a trabajar, fue un día maravilloso. Ya estaba uniendo a la pequeña a nuestros juegos incestuosos.
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Recuerden que esto es 100% ficticio, nada es real, y esto solo debe quedarse en nuestras fantasías.
Espero que lo hayáis disfrutado y ya sabéis, espero vuestros comentarios para opiniones y si quieren que siga. Tengan buenas pajas amigos!
Uff q morbo, espero con ansias la siguiente parte
Aquí tienes el cuarto capítulo, me alegro de que hayas disfrutado del relato!
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/travesuras-con-mis-pequenas-hijas-iv/
Buena historia… y excitante.
Gracias por tu trabajo 👍