Mis primas II
Desde pequeño me gustaron las nenas… obsesión que sigo teniendo.
Mis primas II
Mi nombre es Daniela, ahora tengo 44 años soy delgada porqué hago deportes todo los día, soy de tez blanca, ojos color miel, una cola bien dura y las tetas un poco caídas no tanto pero se mantienen. Desde chica fui objeto de manoseos constantes por parte de tíos, primos, amigos, vecinos y hombres en general. Crecí con las manos de los hombres sobre mi cuerpo, eso hizo que tenga muchos traumas en mi vida, y que no pueda confiar en ningún hombre, tengos hijos y a cada uno de ellos les hablé sobre los abusos, nunca le conté a nadie sobre esto porque le vez que lo hice con mi madre me dijo que yo buscaba que los hombres me tocaran.
Mis recuerdos de los primeros manoseos vienen desde muy pequeña cuando mi tío Horacio hermano de mi papá me metía siempre la mano debajo de mis polleras o pantalones, me alzaba a sus piernas y comenzaba el manoseo. Yo siempre traté de alejarme porque no me gustaba pero el siempre conseguía que yo esté con él.
La primera vez que comenzó esto ya tenía unos 3 años más o menos y recuerdo que estaba jugando con mi hermana y mis primos cuando mi tío me toma de la mano y me alza a su falda tratando de jugar, me comienza a tocar la cola bajo mi falda, me acariciaba mis nalgas muy fuertes produciéndome algo de dolor, y luego comenzó con su dedo del medio a tocar mi vagina sobre mi bombachita, así estuvo un buen rato hasta que me vinieron a buscar mis primos para seguir jugando, me bajo y al rato me trajo nuevamente a donde estaba el para seguir tocándome, me pellizcaba tanto la conchita sobre la bombacha que me dolía mucho, me tuvo más de una hora haciéndome eso, mientras me pasaba su pene por toda la cola, siempre yo con la bombachita puesta porque el no me la pudo sacar. En cada ocasión que tenía me manoseaba toda, yo siempre estaba con miedo porque el me decía que no tenía que contar nada porque la pasaría muy mal, al pasar los años mi hermana Marcela que era 2 años mayor que yo me confesó que nuestro tío también la había manoseado hasta que se mudo de ciudad.
Al mismo tiempo de los manoseos de mi tío, un vecino Ricardo y su hijo Emilio también aprovechaban cada ocasión que tenían para meterme mano, por separados los dos pero día a día me tocaban toda. El vecino era de la edad de mi papá de unos treinta y dos años y su hijo de doce años. La primera vez del vecino fue cuando mis padres nos dejan a mi hermana y a mí bajo su cuidado porque tenían que llevar al médico a mi hermanito menor, como se tenían que trasladar de una ciudad a otra no estarían en todo el día, razón por la cual aprovechó para manosearnos a mi hermana Marcela y a mí. Recuerdo que jugaba caballito conmigo y aprovechaba para pegarme su pene en colita y con sus manos me toca todo la vagina, así me tenía hasta que sentía húmedo en mi espalda, con el tiempo aprendí que eso era acabar en los hombres, me bajaba a mí y subía a mi hermana que estaba jugando antes con su hijo, cuando me bajo me llevo su hijo a jugar a otro lado, Emilio me decía que íbamos a jugar a los perritos, me hacía poner en cuatro patas y el se colocaba atrás mío y me envestía con su pene, era mucho más pequeño que el de su papá pero también me mojaba las nalgas.
Estos abusos siguieron hasta que un día la mujer de mi vecino lo encontró tocando a mi hermana y lo echó de la casa.
Pero los mayores abusos fueron por parte de nuestros primos, cuando teníamos alguna fiesta era seguro que ellos tocaban a todas las nenas. Mi mamá tenía ocho hermanos y cada uno de ellos tenía hijos, de todos los primos había 4 que eran los más grandes y después había otros donde estoy incluída que teníamos una diferencia de edad de entre 5 y 6 años. Casi siempre ellos organizaban los juegos y nosotros los más chicos debíamos obedecer, uno de los juegos preferidos de ellos era jugar a la escondidas por parejas, seleccionaban a que prima menor tenían como pareja y empezaba el juego.
El juego consistía en que una pareja contaba hasta un número determinado y las otras parejas se escondían para ser encontradas, siempre la pareja que contaba demoraba la búsqueda para que los otros niños hagan sus juegos con las nenas. Casi siempre los primos nos cambiaban con una u otra prima de acuerdo a la conveniencia de ellos, nosotras las más chicas no decíamos nada, así transcurría cada encuentro familiar.
Recuerdo la primera vez que me manoseo unos de mis primos fue Fabián, el era el promotor de todo, y fue además el que más abuso de mí, siempre se las arreglaba para estar conmigo. Esa vez estábamos en el cumpleaños de mi abuela y me llevo a un galpón que tenía mi abuelo bastante lejos de donde estaban los otros, pero como el terreno era amplio tardaban mucho en buscar a todos, me llevo con el me dijo vos ponete en cuatro mirando por la puerta, yo le hice caso y el se puso atrás mío, sacó su pene que para su edad 12 años estaba en desarrollo, lo acomodó en mi cola y comenzó un vaivén de querer penetrar mi cola, así estuvo hasta que se empezó a quejar alto, me salpicó toda la espalda con su leche, yo pensé que habíamos terminado pero no, el siguió muchas veces más, mi primo siempre trató de bajarme la bombacha, yo siempre luchaba pero el casi siempre conseguía su objetivo.
Una vez fue a ver al dentista a la ciudad donde vivo, aprovecho que mi mamá lo cruzo en el colectivo para encargarnos el cuidado de nosotros, de mi hermana y mía. Cuando llego a mi casa aprovecho para manosear y tocar a mi hermana a su antojo, y también hacer lo mismo conmigo, llevo a mi hermana a la escuela y a la vuelta me acostó en la cama, donde me comenzó a manosear, me trataba de sacar la bombachita y no podía, me pellizco muy fuerte los pezones y cuando afloje el cuerpo logro sacármela, me acostó en la cama y comenzó a tratar de chupar mi vagina, yo no lo dejaba porque me movía toda, me pellizco otra vez en la entrepierna logrando que yo las abriera, el empezó a chupar mi vagina, se notaba que no tenía experiencia pero el seguía chupando, después se acomoda arriba mío con su pene, yo le cerraba las piernas pero el me pellizcaba por todo el cuerpo produciéndome mucho dolor, accedí y me lleva las rodillas hasta mi pecho, jugando el con su pene sobre mi vagina, me pasaba el pene una y otra vez sobre la vagina, intenta penetrarme, yo cierro nuevamente las piernas y me vuelve a producir dolor, cuando abro las piernas y sigo peleando para que no haga nada más, en uno de esos forcejeos logra meter la cabeza de su pene en mi vagina, yo cierro automáticamente las piernas dejando la cabeza de su pene adentro, yo trataba de zafarme golpeándolo todo, pero eso hizo que el se pusiera como loco y comenzó un movimiento de querer ponerla más adentro, estuvimos así unos minutos logrando acabar adentro mío, esa fue la primera vez que alguien me penetrara, solo vi como salía algo blanco de mi vagina y corría entre mis piernas, me levanto y me llevo a lavarme, amenazándome que si contaba algo la pasaría muy mal. Después siguieron muchas más….
wow que bonito relato uff ojala contara mas digo si se puede, saludotes.