Mis primos gemelos en el verano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por getaway11.
Antes platicaba mucho con un muchacho sueco, su nickname era Hercules321 y en su foto se podía ver que le gustaba mucho el gimnasio, estaba con un pequeño calzón de esos de concurso de culturismo y un cuerpo musculoso de espalda ancha, brazos y piernas gruesos y cintura pequeña.
Tenía 21 años cuando me contó esta historia:
En un verano mi madre me mandó de vacaciones a casa de mis primos gemelos Pedro y Pablo.
Ellos tienen una casa de campo alejada del pueblo más cercano y está casi a la orilla de un río, así que está muy tranquilo, hay mucho campo y cuando hace calor se antoja meterse a nadar al riachuelo.
Yo casi no conocía a mis primos en realidad pero si había jugado con ellos más de niño en las fiestas de la familia.
Me pareció que podría ser divertido ya que somos casi de la misma edad, en ese entonces ellos tenían 17 años y yo 16.
Además debo confesar que a esa edad yo ya sabía que me gustaban los hombres y me daba un poco de morbo ver a mis primos en traje de baño y sobre todo esperaba tener la oportunidad de verlos desnudos en algún momento, bañarnos juntos o algo así.
Los primeros tres días de las vacaciones fueron un total desastre para mí.
Mis tíos se iban casi el día entero porque tenían que comprar varias cosas y vigilar negocios en la región, ellos no estaban realmente de vacaciones.
Y mis primos se desaparecían por horas, yo no conocía bien los alrededores y no quería perderme, la verdad yo había vivido todo el tiempo en la ciudad y tenía algo de miedo de los animales, insectos y en general todo lo que no conocía del campo.
Para colmo la señal del internet era muy mala y tardad mucho tiempo en cargar, así que mayormente tenía la colección de películas de mis tíos y algunos juegos de mesa que me parecían aburridos.
Me instalaron en una habitación de visitas pero compartía el baño con mis primos, ellos dos dormían en la misma habitación.
Entre el ocio, el aburrimiento y el morbo aproveché que mis primos se habían vuelto a desaparecer para entrar en su cuarto y ver un poco sus cosas.
Al principio solamente miré por encima y tenían colgadas fotos y algunos premios que habían ganado, había juguetes de cuando eran más chicos y algunas cosas de colección, revistas, libros y una televisión que también tenía mala señal.
En general todo parecía muy normal y aburrido, yo me imaginé que estaba así porque casi no pasaban tiempo en esa casa y todo era más impersonal.
Pero de pronto saltó a mi vista un trapo que salía por debajo de la cama, era como de color rojo con lentejuelas y al principio pensé que era algún tipo de adorno navideño pero al sacarlo me sorprendió ver una tanga de hilo dental como tipo de stripper.
Volví a colocar la tanga justo como la encontré y ya con más curiosidad me fui a abrir los cajones de ropa y ver si había alguna otra curiosidad del estilo.
Me daba miedo revolver su ropa y también sabía que podían regresar en cualquier momento así que solamente miré por encima y me volvía salir, no encontré nada más extraño que la tanga roja de brillitos.
Yo ya sabía que mis primos tenían un tipo de "código secreto" y siempre habíamos pensado en la familia que se debía a que son gemelos y tienen un lazo especial.
Y también empecé a creer que por eso iba a ser difícil que me aceptaran como parte de su grupito.
Pero ya harto de estar aburrido en casa, de que me dejaran solo y con la confianza de que conocía el pequeño secreto de su tanguita, me decidí a que me aceptaran.
Entonces al otro día, mientras desayunábamos todos juntos les pregunté el frente de mis tíos a dónde iban todo el día porque quería ir con ellos.
Ambos se miraron uno al otro y mi tía les dijo que no me dejaran solo en la casa, entonces ellos se miraron a los ojos, se encogieron de hombros y dijeron al mismo tiempo: "está bien, hoy nos vamos con mi primo".
Como de costumbre, mis tíos se fueron y nos dejaron solos, mis primos me dijeron que los siguiera y fuimos caminando por la orilla del río hasta que nos alejamos unos kilómetros de la casa.
Hasta que llegamos hasta un lugar donde había una casa de campaña, mis primos habían montado su propio campamento privado lejos de la casa para hacer lo que quisieran sin que hubiera nadie cerca para observarlos.
Lo primero que me dijeron es que ese era un escondite privado y que mis tíos nunca podrían enterarse de ello y me hicieron jurarlo con saliva.
Pero obviamente eso no era suficiente para asegurarse de que yo guardaría el secreto y me dijeron que tenía que pasar por una serie de 5 pruebas.
Lo primero que me dijeron es que tenía que meterme a bañar desnudo al río.
Se me hizo un poco extraño pero ya que estábamos ahí y no había nadie al rededor me dio confianza para quitarme la ropa y meterme al río.
El agua estaba fría así que decidí brincar de una vez haciendo un bomba de agua y luego salí corriendo.
Mis primos se rieron pero Pablo dijo que tenía que quedarme adentro del agua y sumergirme, entonces Pedro se ofreció a acompañarme y ambos primos se quitaron toda la ropa y saltaron al río tal como yo lo había hecho.
Entre la situación mi verga empezó a ponerse medio erecta así que decidí correr a meterme al agua antes de tener una erección justo en frente de mis primos.
Por fin me estaba divirtiendo en mis vacaciones, ya sentía yo un poco de tensión sexual jugando con mis primos a aventarnos agua y empujarnos hacia adentro del agua, nuestros cuerpos desnudos se tocaban y la piel se rozaba, de hecho estoy seguro de que accidentalmente nos tocamos las nalgas y las vergas unos a otros.
Yo ya empezaba a darme cuenta del giro que esto estaba tomando pero nunca me imaginé qué tan lejos podría llegar, así que decidí seguirle la corriente a mis primos.
Después de un rato nos salimos del agua y yo me puse mi calzón pero me dijeron que la segunda prueba era permanecer desnudo todo el tiempo que estuviéramos ahí.
Me pareció obvio pedirles que los tres nos quedáramos sin ropa y ellos dijeron al mismo tiempo: "por supuesto, de eso se trata".
Yo pensé que estaba Ok pero nuestros cuerpos reaccionaron entre el cambio de temperatura, la desnudez y el ambiente que se estaba tornando sexoso y nuestros penes se pusieron duros como piedra, así que primero con un poco de timidez miraba sus cuerpos y no podía compararlos con el mío, además trataba inútilmente de ocultar mi pito con cualquier cosa que se atravesara a la vista.
Después de un rato era como si los tres hubiéramos ignorado el hecho de estar desnudos y erectos unos en frente de otros, ya ni si quiera nos mirábamos con morbo y terminamos acostados en el piso buscando figuras en las nubes.
Mis primos no solamente eran gemelos, sino que eran idénticos, se vestían igual, se peinaban igual y hasta completaban sus frases o hablaban al mismo tiempo, así que siempre se me hizo un poco confuso diferenciarlos.
Ahora que estábamos desnudos, ellos eran delgados, de piel blanca, con sus brazos y piernas largas, unas nalgas medio rosas muy redonditas y sus vergas rasuradas largas, delgadas y cabezonas, con la cabecita rosa.
Después de un rato, Pablo me dijo que era hora de la tercera tarea y me dijo que tenía que contarles mis experiencias sexuales y responder todas sus preguntas al respecto y como parte del pacto que estábamos formando ellos también me contarían las suyas.
Mi vida sexual era un gran secreto que no había querido contarle a nadie cara a cara, a veces entraba a chats en internet de forma anónima y contaba mi historia con otros desconocidos pero nunca me había arriesgado a decírselo a alguien conocido.
Sin embargo, la excitación y toda la situación me dieron la confianza para empezar a contar y ver la reacción de mis primos.
Para hacer la historia corta, les conté que cuando yo tenía 14 años me quedé dormido en una fiesta de unos amigos de mis papás y el dueño de la casa subió en la noche y empezó a tocarme.
A mí me gustó y me dejé mientras me hacía el dormido, entonces el señor me empezó a chupar el pito y en unos segundos me vine en su boca.
Yo sabía que eso estaba "mal" porque el señor estaba casado y era amigo de mis papás pero él de verdad me gustaba porque era muy guapo y varonil, entonces me sentí alagado por lo que pasó.
Después de eso, yo pensaba que solamente había sido un momento extraño en mi vida hasta que un mes después se separó de su esposa y se mudó a nuestro mismo edificio.
Yo me obsesioné un poco con este hombre, una cosa llevó a otra y yo solito fui a buscarlo a su casa cuando mis padres no estaban, él me dijo que sabía por qué estaba yo ahí y me metió a su habitación donde hicimos de todo y terminé perdiendo mi virginidad.
Obviamente esa relación había seguido con el tiempo y ahora teníamos los números celulares uno del otro y teníamos pláticas calientes, nos mandábamos fotos y yo iba a su casa cuando mis padres no se daban cuenta.
Mis primos estuvieron oyendo la historia muy tranquilos y me sentí muy bien al final, porque pude desahogarme y contarle esa historia a alguien que no me estaba juzgando.
Hubo un silencio largo, pero no era incómodo, era como una nueva atmósfera relajada entre nosotros.
Después, Pedro dijo, "nosotros nos masturbamos uno al otro desde que teníamos 11 años, todo empezó en la regadera y ese mismo año empezamos a hacernos sexo oral y cuando teníamos 13 años empezamos a meternos cosas en el culo uno al otro, cosas que encontrábamos en la casa.
Pero no sé como explicarlo, nosotros no estamos enamorados uno del otro, nos queremos mucho pero solamente nos gusta complacernos, así que nunca nos besamos".
Y luego siguió Pablo, "pero es realmente una tentación ver tu misma cara, tu mismo cuerpo, incluso tus mismas nalgas y pito y no sentir la necesidad de tocarlos y complacerlos.
Así que a los 15 años nos dimos nuestro primer beso en la boca y ahora no tenemos límites en nuestros placeres, una cosa lleva a la otra y no tenemos asco de hacer nada uno al otro".
Yo quise tomar esta noticia tan tranquila como mis primos había escuchado mi historia pero al final mi verga no solamente estaba dura como piedra sino que además estaba chorreando líquido transparente y yo no podía ocultar el hilo espeso y transparente que escurría desde el ojo de mi pito hasta el suelo.
Me levanté para mirar a mis primos y ellos hicieron lo mismo, estábamos los tres sentado desnudos haciendo un círculo y creo que los tres nos sentíamos de la misma manera.
En verdad habíamos logrado unirnos a través de decirnos la verdad y contarnos nuestros secretos sexuales y además yo entendía ahora mejor sus "tentaciones" porque a pesar de ser mis primos comprendí ese deseo de complacer a través del sexo.
Dije en voz alta: aún me faltan dos pruebas y estoy empezando a sospechar cuáles son.
Mis primos se miraron a los ojos, se encogieron de hombros y empezaron a pajearse uno al otro mientras estiraban su mano libre para tocarme.
Y así de fácil empezamos a tocarnos entre los tres.
Era la primera vez que tocaba dos vergas al mismo tiempo y aunque fueran idénticas pero sentía "las manos llenas" no sé como explicarlo era como demasiado bueno y super excitante.
Luego mis primos empezaron a besarse en frente de mí, mientras yo los pajeaba, yo los miraba como bobo, era un espectáculo hermoso y a la vez morboso.
Como parte de un proceso que se sintió natural se voltearon y empecé a besarme primero con Pablo y luego con Pedro, pasaba mis labios y mi lengua de la boca de uno al otro, mientras no acariciábamos y tocábamos todo el cuerpo, sus manos apretaban mi cuello, mi pecho, mis nalgas y mi verga.
Nuestras pieles un poco sudorosas por el sol del verano se deslizaban de una forma muy sensual.
Yo estaba muy nervioso, incluso estaba temblando y ya no sabía si era por el agua fría del río, por la calentura del faje o por los nervios de estar traspasando una regla moral.
Los labios y las caricias se volvieron un frenesí que terminaron con los tres acostados sobre le hierba haciendo un círculo y chupándonos los pitos unos a otros.
Primero yo se lo chupaba a Pablo, él a Pedro y Pedro a mí.
Fuimos cambiando turnos y en un momento ellos quedaron de pié besándose y yo con sus dos pitos metidos en mi boca.
Esa sensación que describí antes de "manos llenas" se volvió una sensación de "boca llena" y una calentura animal se iba apoderando de mí.
Yo quería sentir esa dos vergas dentro de mi boca, sobre mis labios, golpeado mi cara, rozándose contra mi espalda y mi pecho.
rozándose con mi verga, metiéndose entre mis nalgas y finalmente dentro de mi culo.
Pedro se levantó por un momento mientras Pablo y yo nos besábamos acostados, mi primo se metió en la casa de campaña y salió con una bolsa llena de condones gratuitos de esos que regalan en los centros de salud y un tubo de lubricante.
Para ser sincero, cuando cogía con el amigo de mis papás, muchas veces lo hacíamos a pelo pero a veces también con condón, lo cual no era nuevo para mí, pero nunca había usado lubricante porque este señor me chupaba el culo hasta llenarlo de saliva y ya con eso resbalaba suficiente para destrozar mi culo cogiendo.
Pablo y yo hacíamos un 69 y yo estaba arriba, abriendo mis nalgas, lo cual facilitó que Pedro me pusiera lubricante y empezara a dedearme.
Primero no me di cuenta pero Pedro y Pablo tomaban turnos para meterme los dedos y a veces los metían al mismo tiempo.
Yo estaba extasiado, ahora con una sensación de "culo lleno" que de alguna forma solamente me hacía desear abrirme más y dejarlos hacer lo que fuera con mi cuerpo.
Pedro empezó a deslizarme su pito entre mis nalgas, pero como ya les había descrito antes, su verga era larga, delgada y cabezona, y yo ya tenía un culito tragón a esa esas, así que su cabecita se atoró ligeramente en la entrada de mi culo y solamente empujó suavemente para irme abriendo el interior.
Empezó a cogerme suavemente pero la sensación de su cabeza entrando y saliendo de mi ano me puso como loco y yo empecé a mamarle la verga a Pablo como si quisiera tragármela entera.
A la vez Pablo me respondió el 69 con la misma intensidad.
Después de unos minutos, Pedro sacó su verga de mi interior y Pablo se puso un condón.
Yo ya estaba dilatado y lubricando por lo que se me hizo natural sentarme sobre la verga de mi primo que seguía acostado.
Empecé a cabalgar la verga de Pablo y debo confesar que se metió en mi interior como mantequilla, empecé a darme sentones hasta lo más profundo de mí.
Pedro se quitó el condón y me puso su verga en la boca, la cual empecé a chupar como si mi vida dependiera de ello.
Nunca me había puesto tan caliente, mi cuerpo cooperaba con todo, estaba dilatado, excitado y pedía más.
Al sentir la facilidad con que entraba y salía la verga de mi primo de mi culo me dio la confianza de decirles que me metieran las dos vergas.
Noté que se sorprendieron un poco pero no dijeron que no, yo seguía montado sobre Pablo y Pedro corrió a colocarse detrás de mí.
La posición no era nada cómoda pero los tres estábamos igual de calientes y decididos a lograrlo, así que hicimos varios intentos donde la verga de Pablo empezaba dentro y luego Pedro intentaba meter la suya, hasta que finalmente pude sentirlos a ambos abriendo mi culo al máximo que se pudo estirar.
Una vez más no sé como describir esta sensación pero creo que ahora si tenía el "culo lleno" y por fin mi calentura había logrado su objetivo.
La verdad es que esa posición fue más un logro que un placer, no pudimos estar mucho tiempo así y nos tuvimos que desacoplar.
Yo no me había dado cuenta pero Pedro me preguntó si ya me había venido y yo le dije que no, pero mi verga tenía gotitas de semen en la punta, supongo que en algún momento tuve un pequeño orgasmo pero no me había satisfecho, yo seguía teniendo ganas de coger.
Pedro ya me había metido el pito a pelo, así que me agarró acostado boca abajo y me la dejó ir así sin más.
Empezó a cogerme y de pronto empezó a moverse más lento cuando Pablo se puso dentrás de él y también empezó a penetrarlo.
Nos conectamos en un trenecito donde yo estaba al principio, Pedro en medio y Pablo hasta arriba.
Yo podía sentir como los movimientos de Pablo básicamente nos movían a los tres.
En eso Pedro me agarró fuerte de los hombros y solamente empezó a gemir: "ya, ya, ya" y empecé a sentir como descargó calientes chorros de semen dentro de mi culo.
Nos detuvimos por un momento para dejar que Pedro terminara su orgasmo y vaciara su semilla dentro de mí.
Yo estaba más allá de cualquier límite y le pedí a Pablo que también se viniera dentro de mí.
Entonces me di cuenta de que Pablo se estaba cogiendo a su hermano sin condón y sin más me agarró con las piernas al hombro y también me la dejó ir.
Era la primera vez que se venía alguien adentro de mí.
Debo confesar que me daba un poco de miedo que mi vecino me contagiara con algo, además de que se había vuelto como una rutina que me tirara los mecos en la cara.
Pero esta vez quise complacer a mis sentidos y dejé que mis dos primos apagaran el fuego en mi interior con sus leches.
Yo trataba de apretar pero la verdad es que ya no tenía control de mi culo.
Por suerte Pablo no tardó mucho en venirse, me metió la verga hasta adentro de un golpe y casi se desmaya con mis piernas al hombro mientras me llenaba con su leche.
Finalmente mis primos se volvieron a tirar al piso, totalmente cansados y satisfechos, yo todavía tenía las ganas de venirme, así que empecé a masturbarme hasta que finalmente también tuve un orgasmo profundo y largo, no me salió tanta leche como esperaba pero pude sentir como mi culo se abría y cerraba con cada contracción de las eyaculaciones.
Estuvimos un rato sin hablar, solamente contemplando las nubes y el cielo hasta que Pedro se levantó y le extendió la mano a Pablo y luego los dos a mí.
Nos fuimos a bañar al río para quitarnos todos los mecos, el sudor, lubricante y todas esas cosas que quedan regadas después del sexo intenso.
Yo estaba relajado como nunca, no solamente había contado mi más profundo secreto, sino que hice un vínculo de confianza con mis primos y habíamos traspasado a darnos placer entre los tres hasta quedar totalmente satisfechos.
Y todas las cosas se fueron dando de forma natural.
Dentro del río, yo sentía que mi culo había quedado todo estirado, sentía la sensación de que todavía tenía algo atravesado y me estaba violando pero más con placer que con dolor.
Además se me estaba escurriendo el semen de mis primos y tuve que hacer un poco de esfuerzo para expulsarlo todo.
Finalmente quedamos limpios de nuevo los tres.
Pablo me dijo: "pues ya cumpliste con los números cuatro y cinco, así que ya eres formalmente parte del clan".
Yo me reí y no pregunté en ese momento pero después supe que su plan original era simplemente dejarme masturbar por ellos y pajearlos, aunque todo resultó mucho más intenso para bien.
De ahí nos hicimos inseparables todo el verano.
Regresábamos casi todas las tardes al campamento a desvestirnos y hacer cualquier cosa que nos viniera en gana, totalmente fuera de tabúes, esas semanas pude experimentar con mi sexualidad lo que no había hecho en dos años de sexo con el amigo de mis papás.
Después de ese verano, mis primos y yo empezamos a visitarnos más seguido en la ciudad.
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