Mis primos (varoncitos de 13 y 8 años) y yo (hembrita de 5 años).
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, mi nombre es María Antonieta, pero todos me dicen Tony (¡si! se que suena a hombre, pero es mejor que Mari).
Antes de comenzar deben saber un poco de mi familia, cuando todo inicio, en mi familia solo existíamos 7 primos, el mayor llamado Carlos me lleva 8 años, el siguiente es Alejandro el me lleva 3 Años, Después sigue Dulce que es 2 años mayor que yo, luego estoy yo y al último dos hermanos (cuates) y mi hermana, Alma ellos 3 son de la misma edad menores que yo por 3 años.
Empezó cuando tenia 5 años.
Convivía más con Carlos, Alejandro y Dulce que con mis primos menores.
Eramos inseparables y todo estaba bien, nos reuníamos todos los sábados en casa de mi abuela.
Uno de esos días, estábamos jugando mi primo Alejandro y yo en el nintendo cuando mis papas me hablan para irnos, entonces mi primo dice:
-Oye Tony, y ¿Si te quedas a dormir?-
-¿A dormir? no se si me dejen.
–
-Ándale vamos a ver las chicas superpoderosas.
Yo te ayudo a convencer a mi tío-
En ese momento yo no tenia ningún pensamiento lascivo así que pensé que se refería a la caricatura, y como me gustaba, accedí.
al final me dejaron quedar, y para ese momento ya había llegado mi otro primo, Carlos, ellos dos compartían recamara (la única ocupada en el segundo piso), donde estaba una litera en la que muchas veces jugamos luchitas.
Cenamos y nos subimos a su cuarto, seguimos jugando (ellos, yo solo veía) super mario bros 3.
Y entonces cuando ya era una hora considerablemente tarde, más de las 12 seguro, mis primos aseguraron la puerta y mi primo Alejandro saco una película de su ropero, en la portada estaba una chica desnuda, abierta de piernas y con las tetas descubiertas.
Alejandro me dijo
-Estas son las chicas super poderosas.
– Estaba sonriendo mientras Carlos se acomodaba en el sillón con nada mas que el calzoncillo puesto.
Debo decir que no me asusto en absoluto todo eso, confiaba en ellos y sabia que no harían nada que me pusiera triste, Después Alejandro puso la película y comenzamos a verla, yo tenia una sensación extraña, sin duda sabia que no era correcto, pero me gustaba lo que estaba viendo.
Un par de mujeres voluptuosas besándose mientras un hombre le lamia la vagina a una de ellas, y mientras, en el cuarto Carlos agarrándose el pene.
-¿Quieres ver algo increíble?- me dice Carlos, mientras observaba como lo veía.
-Si muestrale eso.
– nos animaba Alejandro.
–
-Si.
– acepte
Yo no había visto ningún otro pene aparte del de mi papá.
Mi primo Carlos se bajo los calzones y entonces lo vi, tan duro y grande con un liquido escurriéndole.
SI pudiera haberme visto diría que mis ojos se abrieron muchísimo.
-Eso no es lo increíble, ¡es esto!-
Y comenzó a jalarlo de arriba hacia abajo, muy rápido, fuerte, muy fuerte, creí que le dolía por la cara que hacia pero cuando terminó un liquido salió disparado, blanco, espeso.
Mis primos me animaron a probarlo, decían que eso era la leche del hombre, que la probara haber si me gustaba.
Así que si, lo hice, me hinqué le tome el pene con las manos y me lo lleve a la boca y comencé a succionar como si fuera un refresco con un popote.
Me supo muy extraño, no diría que me desagrado pero tampoco me encanto, fue extraño, pensé que seria un sabor que podría probar cada tanto tiempo sin aficionarme a el.
Y seguí chupando, lamiendo, succionando hasta que todo quedo limpio y no salio más.
Después hicimos lo mismo mi primo Alejandro y yo pero el liquido que le salio a el no fue tanto ni tan espeso como el de Carlos.
Después Carlos coloco de frente a la puerta, inclinada como si la estuviera empujando ya con los calzoncillos abajo, y colocó su pene entre mis piernas frotándolo son mi vagina.
Sentí frió y calor al mismo tiempo, miedo y osadía, fue sorprendente, lo hacia tan suave y luego tan rápido, eso si me encanto tanto que comencé a sacar mis propios líquidos, y cuando lo hice, Alejandro y Carlos me recostaron sobre la cama y comenzaron a lamerme ahí abajo, toda hasta que no quedo rastro de nada.
Yo estaba cansada, de repente mis fuerzas se habían ido, pero no la felicidad.
Mis primos me advirtieron que no tenia que decirle a nadie de lo que acababa de pasar, y que podría hacerlo siempre y cuando ellos vigilarán.
Ese momento fue el punto clave de mi vida.
Después de eso empece mirar las cosas diferentes, detalles insignificantes tomaron rumbo al sexo.
Comenzó mi vida sexual, una que cabe que casi cualquier categoría sexual.
Con ese relato me presento, espero les guste y opinen si les gustó, y claro que se aceptan retroalimentaciones.
Regular. No se me puso