Mis relaciones Taboo – parte 2 – Los Celos de Diana
Mi relación con Leila fue avanzando hasta el punto de no regreso, Diana decidió mostrar sus verdaderos colores..
Hola que tal ya es tiempo de la última vez que entre, muuuuuucho tiempo, pero estaba ocupado algunos problemas con algunos familiares y demás pues mis abuelos fallecieron hace medio año pero hasta el día de hoy recién se arregló el tema de herencias, también el trabajo me mantuvo ocupado.
Bueno continuamos dónde lo deje, mi primera experiencia de Sexo coital con mi hermana mayor Leila, después de esa noche Leila y yo seríamos más unidos que nunca, hacíamos muchas cosas juntos más de lo normal a mis padres no les parecía extraño pero a Diana le pareció muy raro que de la noche a la mañana, literalmente, ambos Leila y yo nos habíamos vuelto muy unidos, al principio Diana encaró a Leila para saber que pasaba pero simplemente le dijo que era amor fraternal, obviamente Diana no se trago el cuento.
Un día en nuestro descuido de no cerrar las puertas de las habitaciones mientras volvíamos a tener sexo, Diana entró a mi habitación y me vió sobre Leila ambos desnudos y besándonos, cuando nos fuimos cuenta al menos yo quedé congelado en el lugar, Diana nos regaño a ambos pero parecía solo afectar me a mi lo que decía, Leila prefirió responderle.
— Lo que pasa que estás celosa… Desde que ese patán y zorra te traicionaron y ahora que vez que te quitaron a tu Hermanito estás celosa de ver cómo nos llevamos bien —
Diana se quedó sin palabras, quería decir algo pero Leila no me dejó me jalo y me agarró con sus piernas.
— Robin, por favor sigue cogiendome como siempre, demuéstrale cuánto me amas —
No pude con la tentación e hice caso a Leila la penetre con mi pene erecto y comencé a embestir sin parar aún si me estaban mirándo, eyacule dentro de Leila una vez más cuando termine mire en dirección a Diana que lloraba y salía de mi habitación quise detenerla pero no me atrevia a dar excusas y seguir lastimando a mi hermana.
Nuestra relación siguió pero me seguía molestando que Diana no me dirigiera la palabra, pasó el tiempo para entonces ya era mi segundo cumpleaños desde que todo había empezado tendría 18 el día siguiente, ese día había un matrimonio de un familiar, al que no fui porque chocaba con mi horario de clase y gimnasio cuando llegue a casa pensé que estaba solo pero me di la sorpresa que estaba Diana en la Sala mirando la televisión pero su rostro estaba triste, me senté en uno de los sofas y pensaba en que decir, al final no pude decir nada y simplemente comencé a ver lo que había puesto en la televisión, hasta que ella hablo-
—Robin… Lo siento mucho, realmente pensé que te perdí pero siempre fuiste tú todo este tiempo… Saludando y sonriendo para mí, solo yo pensé que… Era estúpido tener celos de su relación entre Leila y tú, está mal pero… Hasta yo quiero tener esa relación contigo, Yo también te a…—
Le di un beso como lo haría con Leila, como haría con una amante, pareja o novia, duró unos segundos haya que me alejé de Diana y ella se quedó callada y susurró
—Otra vez—
Cumplí con su pedido varias veces y cada vez que me separaba de ella ella volvía a decir «Otra vez» o «una vez más» así hasta que no aguanté más la tome en mis brazos y la lleve a mi habitación la dejé en mi cama y me puse encima de ella, empecé a tocarla ella no mostraba signos de querer parar, así que continúe hasta llegar a su entrepierna donde ella ya sé mostraba dudosa de seguir.
— Robin no… Esto está mal —
— Pero quiero ser igual de cercano contigo… No quiero verte llorar otra vez no quiero que nadie más te toqué, no me importa si no podemos volver a ser hermanos normales —
Recuerdo muy bien esas palabras, pues fue cuando me di cuenta de que realmente estaba mal, ese dulce Taboo del incesto, me senté en la cama y me quedé en silencio, escuché como mi hermana se movía en mi cama y recuerdo que Diana me guío para volver a besarla, pero estaba en ropa interior se había quitado todas las demás prendas.
— Sabes que tienes que tomar la responsabilidad por lo que pase ¿verdad? Si Roger, Tadeo o peor nuestros padres se enteran estaremos en serios problemas —
— Lo se, pero no quiero verte llorar otra vez, tu me cuidaste y amaste más que papá o mamá y se que el amor que siento por ambas no es fraternal es romántico —
Tras eso me beso nuevamente y seguimos de la misma manera por varios minutos, pero luego llegaría el momento, ella respirando agitada por la falta de aire causada por los prolongados besos se abrió de piernas invitando me a que siguiera con lo que había comenzado, ya estaba muy mojada por lo que tome mi miembro y la penetre lentamente era muy diferente a Leila, la sentía más apretada y sentía algo duro en cierto lugar cada vez que daba una embestida, estuvimos pegados el uno al otro unos minutos, hasta que escuché la puerta y me asusté no había puesto el seguro a mi puerta y Diana no paraba de gemir, comencé a besarla mientras continuaba embistiendo su vagina con mi pene, termine eyaculando dentro, peligrosamente pues según ella era uno de sus días peligrosos, pero no pensaba en nada más que en como la sensación de su interior era diferente a Leila y seguí embistiendo ya sin importarme quien había llegado, Diana estaba dominada por el placer y me pidió más, gemía con cada embestida, hasta que mi corazón se salió por la boca pues sentí como Leila me abrazaba por atrás desnuda.
— ¿Divirtiéndose sin mi? Eres un mal hermano menor dejándome fuera de la diversión —
— maldita sea Leila… Casi me da un infarto —
Diana estaba más concentrada en intentar seguir sintiendo placer moviendo sus caderas por su cuenta, por la reacción o la poca reacción a la presencia de Leila seguía en medio Orgasmo y Leila me jalo para que saliera de Diana.
— Me dejaste sola hoy, es mi turno de recibir cariño también —
— viste demasiadas películas o demasiado Porno —
Repliqué mientras ahora penetraban a Leila y comenzaba el movimiento de pistón, Leila parecía comerse mi pene pues en cada embestida ella apretaba como no queriendo que dejara su interior y la sentía más caliente que Diana pero seguí hasta que estuvo satisfecha, Diana igualmente se quedó pero ella hacía más drama que Leila.
— No puedo creer que deje que me cogieras, además eyaculaste dentro hoy es uno de mis días peligrosos —
— tranquila Diana, acaso no disfrutaste, además¿no crees que es más excitante pensar en que quedarás embarazada de tu Hermanito? —
Estaba agotado pues satisfacer a dos chicas, para mí en ese entonces era peor que el gimnasio, siguieron discutiendo hasta el cansancio esa noches, no dejaron mi cama, pero a la mañana siguiente casi nos descubren, pues ninguna tenía ropa al final simplemente Leila y Diana fueron regañadas por beber en exceso, al parecer mis padres también bebieron mucho y no recuerdan bien que Diana se quedó y no fue a ese matrimonio al que los invitaron.
Wooooooowww! qué excitante!