mis relatos 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de haber iniciado mis relaciones incestuosas con mi hermanita, era común que la cocina fuera el lugar de reunión para poder disfrutar de nuestra pasión.
Ella era muy especial, no sé si por la edad o por lo delicado de nuestra relación. Había veces que se entregaba con mucho ardor y otras veces, como que lo hacía por compromiso. De cualquier forma, yo me limitaba a hacer lo que ella decidía, no era, ni fue mi intención forzarla para nada.
Lo que hacíamos normalmente, era frotar nuestros sexos, siempre de frente y cuando ella traía falda, alguna ocasión quise hacerlo cuando ella tenía puesto un pantalón y no me dejo.
Una tarde de sábado, estando mi madre en el cuarto de lavado y saliendo al patio trasero a tender la ropa, mi hermanita estaba leyendo una revista y yo me encontraba recostado en la sala, mirándola sin hacer nada. cada día que pasaba, ella se ponía más bonita y su pequeño cuerpecito iba agarrando formas más sensuales. Recuerdo que era tiempo de calor y aun andábamos con piyama. Cuidando los movimientos de mi madre, mi hermanita me pidió que me acercara, ella estaba arrodillada recargando sus brazos y pecho en el asiento del sofá, haciendo como que leia la revista, por lo que el respaldo de dicho sofá, nos cubría un poco, me coloque a su lado derecho y me pregunto: “¿quieres que nos frotemos?” le conteste que era peligroso porque nuestra madre podía acercarse a la sala y nos podría descubrir. Ello solo me dijo: “¡saca tu pene!” lo hice y ella con su manita derecha, lo acaricio, haciéndolo crecer, la suavidad y lo caliente de su mano, provocaron una gran erección, comentándome:”me gusta sentirlo así de duro, ¿te gusta como lo hago? No le conteste, nada mas moví mi cabeza afirmativamente, volteando hacia la puerta del cuarto de lavado, cuando su manita comenzó a llenarse de mi liquido pre seminal, ella se limpio en el pantalón de su piyama y bajándoselo hasta la rodilla, me dijo: “frótame con tu pene” me coloque detrás de ella y colocando mi miembro entre sus piernas, ella se enderezo un poco, logrando que mi pene se pudiera deslizar libremente, ella, coloco su manita derecho debajo del tronco y la empujaba hacia arriba, logrando mayor contacto con su rajadita, así como su clítoris, le indique que no tardaría en “venirme” y ella me contesto que no lo hiciera, porque íbamos a salpicar el sofá, en mi calentura, le dije que subiera su calzón y piyama por la parte delantera para que mi semen quedara en su ropa, ella lo hizo y comenzó mi eyaculación, la cual fue muy abundante, porque ya no me masturbaba muy seguido, con la esperanzo de poder gozar con mi hermanita. En ese momento mi mamá le llamo a mi hermanita para que le llevara una ropa que faltaba para lavarse, con rapidez, guarde mi miembro aun duro y le dije a mi mamá que yo le llevaría la ropa. Mi hermana como pudo se coloco su piyama toda mojada y se subió a bañar, fue una situación muy riesgosa y después de esto, le dije a mi hermana que fuéramos mas precavidos.
Seguimos teniendo relaciones (si se pueden llamar asi a las frotaciones de nuestros sexos), cada vez más intensas, en una ocasión ella acepto sentarse sobre mi miembro, estando yo acostado en el piso de la cocina, fue otra etapa que nos gusto, ya que ella llevaba el control del frotamiento y mi semen, quedaba en medio de nuestros sexos.
Les aclaro que no pasábamos de estas frotaciones, ya que mi hermanita no era muy afecta a dejarse acariciar, solo quería frotarse, pocas veces me masturbaba con la mano, del sexo oral, no permitía que yo lo sé lo hiciera y menos intentarlo para mí.
Cuando cumplimos 9 y 15 años respectivamente, mi pene ya media 23 cms, ya estaba completamente cubierto de vello púbico, a mi hermanita le empezaban a crecer sus senos y a ensancharse sus caderitas. Estando en la época navideña, nos fuimos de visita al rancho de nuestros abuelos en el interior de la republica, dicho rancho era muy grande, tenían muchos animales, pero principalmente vacas y caballos, extensos terrenos para la agricultura, en fin, podíamos perdernos en el rancho y nadie se daría cuenta.
Pero no fuimos los únicos que llegamos de visita, llegaron muchos tíos, con sus hijos y la casa quedo llena a reventar. Por tal motivo, nos asignaron una recamara por familia, a nosotros nos tocaron 2 camas tamaño matrimonial, una para nuestros padres y otra para nosotros. Todo era ambiente de fiesta, después de la noche buena, los adultos se quedaron a tomar, los primos mayores, se fueron a la fogata y los chiquillos poco a poco, se fueron a dormir. Cuando vi que mi hermanita se despedía, deje que se retirara, esperando unos quince minutos y también les dije a todos que ya tenía mucho sueño.
Al llegar a la recamara, mi hermanita estaba apenas tapándose con la cobija, preguntándome porque no me había quedado con los demás. Le conteste que si no tenia ganas de que nos frotáramos un ratito, ella solo pregunto:”¿no vendrá nadie?” le dije nuestros padres estaban muy contentos tomando con los demás y que nuestro hermano mayor, estaba muy entusiasmado con una prima, por lo cual nos daría tiempo a disfrutar un rato. “¡apúrate!” me dijo, solo me quite los zapatos, apague la luz y me metí a la cama con ella. Puse mi brazo izquierdo sobre las almohadas y ella se coloco encima de él abrazándome. Comenzamos a besarnos, aumentando nuestra excitación poco a poco, sin pensarlo mucho, saque mi pene del pantalón y tomando sus manitas, las coloque encima para que me acariciara, ella lo hizo suavemente logrando una erección casi de inmediato, era la primera vez que lo acariciaba a dos manos y para no quedarme atrás, la abrace y coloque mis manos en sus nalguitas, por el frio, ella traía una mallas muy apretadas, pero sin importarme, tome el elástico y comencé a bajárselas poco a poco, ella dejando de besarme, me pregunto: “¿Qué haces?””¿y si viene alguien?” no le conteste, volví a besarla al momento en que acariciaba sus bellas nalguitas, fue la primera vez que mis dedos abrían su rayita trasera y acariciaban su pequeño ano. Siguiendo su canalito trasero, mis dedos llegaron a sus labios vaginales y también por primera vez, se los separaba, acariciando su clítoris, tratando de introducir un poco la punta de mi dedo, ella solo apretó un poco sus piernas, pero dejo acariciarse poco a poco, mi pene estaba muy erecto y duro, dejando de besarla le pedí que se diera vuelta, al hacerlo me dijo: “no vayas a lastimarme”, le conteste que si sentía alguna molestia, me dijera y de inmediato me detendría, “ok” contesto y termino de darse la vuelta.
Coloque mi pene entre sus nalguitas y empuje un poco, pero al sentir muy seco, tome saliva con mis dedos, tratando de lubricar mi pene, cuando me volví a acercar, le dije al oído: “¿me ayudas un poco?” ella pregunto: “¿Cómo?” “abre tus nalguitas con las manos” “¿así?” me contesto, al momento que separa sus nalguitas.
Tomando mi pene con la mano derecha, lo acerque y sentí lo calientito de su ano, empecé a empujar y a frotarlo, tratando de introducirlo un poco, le susurre: “por favor, abre un poco más” ella separo mas sus nalguitas y se inclino un poco hacia el frente, esto logro que la cabeza de mi pene entrara un poco, pero en esos momentos, se abrió la puerta y nos hicimos los dormidos, cuando se prendió la luz, supimos que era nuestra madre, que había ido a buscar un paquete de cigarros que traían de reserva.
No sé si sentía molestia en su culito mi pequeña hermanita, pero empezó a apretarlo y aflojarlo, tratando de sacar mi miembro de su anito, yo no me movía, pero todo el placer hasta la fecha había vivido con mi hermanita, no se compara a ese momento, sentir vibrar su anito en la cabeza de mi verga, provoco que llegara el tan anhelado orgasmo, yo lo trataba de evitar, pero mi pequeña hermana, lograba hacerme excitar a tal grado, que cada día, yo quería mas y mas.
Cuando mi madre cerraba la puerta, volviéndonos a dejar solos y a obscuras, abrace muy fuerte a mi hermanita y sin empujar ni nada, comencé a llenar su intestino con mi incestuoso esperma, ella solo apretó mi pierna derecha con su manita, enterrándome sus uñas, al estar derramándome, mi pene poco a poco se fue introduciendo hasta que mis 23 centímetros, quedaron completamente dentro de mi pequeña hermana.
Cuando al fin reaccione de tan bello orgasmo, aun tenia las uñas de mi hermanita en mi pierna y mi verga estaba completamente dentro de ella, le pedí disculpas y le pregunte si la había lastimado, ella contesto: “no te muevas, sentí muy rico, pero también siento molestia en mi colita, me arde” mi pene, a pesar de haber descargado mucho semen, continuaba duro, podría decir que muy erecto, era la primera vez que estaba en el interior de mi hermanita y se sentía delicioso, bese a mi hermanita en el cuello, en sus orejas, en sus mejillas, seguíamos unidos, muy unidos, mi mano derecha se deslizo a la vagina de me hermanita e inicie mis caricias a su clítoris, ella separo un poco sus piernas y empezó a moverse con mi miembro dentro de ella, buscando mayor contacto a las caricias sobre su pequeña y húmeda vagina.
Esto provoco que yo también empujara mi cadera hacia adelante y hacia atrás, empezando por primera vez y de forma definitiva nuestro inicio en el sexo anal. Ahora sé que sí, mi hermanita logro alcanzar dos o tres orgasmos antes de que volviera a inundar su pequeña cavidad anal, fue una bonita y tierna iniciación para los dos. Casi nos acabamos un rollo de papel sanitario, para limpiarnos de las secreciones que tuvimos y que afortunadamente, no tuvimos accidente alguno de manchar las sabanas con semen, o en el peor de los casos con excremento de mi hermanita.
Para los que han seguido mis relatos, les recuerdo que mi primita Bertha, tenía la característica de que siempre que hacíamos el sexo anal, a ella si se le salía su mierdita y me dejaba todo lleno en miembro. (relato: “un dia especial”)
Hasta aquí les dejo mis relatos, próximamente, les contare como siguieron mis relaciones con mi pequeña hermanita y las otras ocasiones, en que por nuestra calentura, casi, casi, nos descubrían. Saludos a todos y vuelvo a pedirles disculpas, es que me extiendo mucho, pero al escribir y recordar, hace que vuelva a vivir y sentir lo vivido con mi pequeña hermana.
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