mis relatos 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por exitbear2010.
Gracias a todos los que han comentado mis relatos, son un impulso para seguir escribiendo, porque nos damos cuenta que son de su agrado.
Siguiendo las vivencias junto con mi hermanita, le platicare que ella tiene un carácter muy especial. Cuando estaba de humor (más bien excitada) podía acariciarla, besarla, tener sexo anal, en fin todo lo que yo quisiera, menos sexo oral o vaginal, pero cuando no estaba de “humor”, ni siquiera un roce, mucho menos una caricia, hasta la fecha en que ya esta casada y con 4 hijos, su carácter sigue siendo su distinción.
Como muestra, es que una vez que en diciembre tuvimos nuestra primera y completa relación anal, al día siguiente, aprovechando la extensión del rancho de nuestros abuelos, la lleve a la orilla de un rio que pasaba en medio del rancho, y cuando quise repetir lo de la noche anterior, ella no permitió que ni siquiera la besara, diciéndome que no la molestara.
En otra ocasión, un sábado en la tarde, nuestros padres fueron a una fiesta, quedándonos mi hermanita porque no quiso asistir, mi madre para evitar un enojo mayor y conociendo el carácter de mi hermanita, no insistió y como yo tenía mucha tarea, le pareció bueno dejarla conmigo. Mi madre me pidió de favor que vigilara que mi hermanita se bañara y se acostara temprano, que cualquier novedad, le avisara al teléfono de la casa de unos tíos, en donde seria la reunión.
Recuerdo que mis manos empezaron a sudar de la emoción, creía que mi hermanita se había quedado porque tal vez quería tener relaciones conmigo. Así que ya obscureciendo, le dije a mi hermana que se metiera a bañar para que después cenara y se acostara. Después de que salió, se puso una piyama blanca, de tela muy delgada, dándome cuenta que no traía ropa interior. Ceno un cereal y cuando se iba a despedir para irse a su habitación, la abrace y comencé a acariciarle su bellas nalgas, ella se molesto y me grito que la dejara. Conociéndola, no dije nada y me despedí.
Termine de hacer mi tarea como a las diez de la noche y molesto por la actitud de mi hermanita, me retire a mi recamara, no sin antes observar las estrellas en la terraza, en donde al fondo de ella, estaba mi recamara. Me bañe, solo me puse mi trusa, pensando en masturbarme, ya que mi hermanita no estaba de “humor”, cuando apague la luz, vi una sombra en mi puerta que era de vidrio opaco, sabia que era mi hermana, quien toco la puerta, diciéndome: “¿me dejas entrar?” le abrí y ella me dijo que si la deja ver la televisión conmigo, en lo que le llegaba el sueño. Le conteste que ya estaba durmiendo, pero que no había problema, que prendiera la tele, para verla junto.
Sonrió y acostándose a mi lado, empezamos a ver una película que ya estaba empezada. Ella se acostó sobre su lado izquierdo pidiéndome que la abrazara, quedamos muy juntos y mi pene, al sentir lo tibio de sus nalguitas, comenzó a erectarse, ella lo sintió y me pregunto: “¿desde cuándo no eyaculas?” le dije que tenía una semana, pero ella me contesto que tenía más de 15 días que habíamos tenido nuestra última cogida. Le conteste que a mi edad, si podía eyacular diario, era mejor, y que el sábado pasado me había masturbado pensando en ella.
“¿en serio?” me pregunto, le conteste que si. Me volvió a preguntar: “¿quieres cogerme ahorita?” le dije que era lo que yo estaba esperando desde la semana pasada. “Ok, pero con una condición” me dijo. ¿Cuál? Le pregunte. “¿que sabes del sexo oral?” me pregunto.
“¿Quieres que te mame tu panochita?” le dije. ¡ Siiiiiiiiii ¡
Entonces comencé a besarle el cuello, le acariciaba sus pequeñas tetitas, su vagina y sus nalguitas, hasta ahorita por encima de su piyama, la luz de la televisión nos iluminaba tenuemente y ella me sorprendió al estirar sus brazos para poder acariciar mi verga con sus manitas.
Me bajo la trusa y tomando mis testículos y mi pene, me dio una acariciada que nunca me había hecho, casi me vengo en sus manos, ella poniéndose boca arriba, se bajo el pantalón de su piyama a medio muslo, esperando que le mamara su cosita. Era la primera vez que yo se lo haría y era una nueva experiencia para los dos, comencé en su estomago, dándole pequeños y húmedos besitos, fue bajando hasta llegar a su pubis, el cual estaba mas hinchadito de cuando se lo vi por primera vez, podría decirse que hasta gordita se le veía la panochita.
Con mi lengua separe sus labios vaginales, succionándolos después suavemente, hasta que hice contacto con su pequeño clítoris, mismo que se encontraba muy duro, lo succione hasta que ella, tomando mi cabeza con sus manitas, me trataba de incrustar en su panochita, llegando un orgasmo muy fuerte, cuando se relajo, volví a empezar, besando sus piernas, bajando mi lengua hasta su pequeño ano, cuando ella sintió mi lengua en su culito, se sobresalto, pero la trate de tranquilizar, diciéndole que no se preocupara, que también le gustaría que le mamara su culito. Le pedí que levantara su pierna y las sujetara con sus manos, ella lo hizo dejándome a mi disposición su panochita y culito, deslizaba mi lengua, alternando las lamidas, trate de meter mi lengua en su ano, ella apretó y no me dejo, seguí mamando, ahora trate de introducir mi lengua en su pequeña panochita y ahora si lo permito, no entro mucho mi lengua, solo lo suficiente para lograr arrancarle otros dos orgasmos.
Para ese momento ya tenía la sabana húmeda de las secreciones de mi pene, queriendo entrar en alguna cavidad de mi hermanita, me imaginaba que tal vez me correspondería con una mamada, pero conociéndola, mejor le pregunte que como me ayudaría a eyacular (como ella le decía)
No me contesto, solo se coloco boca abajo y levantando un poco sus nalguitas, me dijo: “cógeme por mi culito”, aproveche para darle otro mamadita pero nada más a su ano. Cuando estaba a más no poder, me coloque atrás de ella, dirigiendo mi verga al traserito de mi hermana, cuando sintió la punta de mi pene, ella solita, separo sus nalguitas aflojando su esfínter, mi cabeza, entro sin ningún problema, cuando iba a la mitad del tronco, ella se quejo de que le dolía, le pedí que me ayudara, abriéndose un poco mas las nalguitas y poniéndose flojita, total que entre quejas y enojos por parte de ella, mi varga que alojada en fondo del culito de mi hermanita, comenzamos a coger suavemente, yo la abrazaba y recargando mi peso en mis codos, le susurraba al oído, que la adoraba, que era todo para mí y que ojala nunca se aburriera de todo lo que hacíamos, ella me contestaba que también me quería mucho y entre platica y platica, metida y sacada de verga, ella levantaba sus nalgas hacia mí.
Se puso tensa, apretándome la verga con su culito, llegándole otro orgasmo, que yo disfrute mucho, ya que la presión de su ano, provoco que me derramara en el fondo de ella. Nos quedamos abrazados, aun derramando nuestras secreciones, no intentamos movernos, ella hacia presión con su culito apretándome el pene y gracias a esto, volví a recuperar mi erección, ella, meneaba suavemente su colita y de nuevo estábamos cogiendo muy rico, con mi esperma en el fondo, pude penetrar a mi hermanita de una manera suave y profunda, ella se quejo de que la estaba apachurrando mucho, pues yo al sentir tan delicioso estar en el fondo de mi hermanita, se me olvido que estaba encima de ella, nos rodamos quedando ella sentada en mi miembro, acostada sobre mi pecho, en ese momento, sentí que la cabeza de mi verga topaba con algo en el fondo del culito de mi hermanita, ella al sentirlo, también se quejo, diciéndome: “ya no empujes, ya no entra mas” le dije que ya no lo haría, pero necesitaba que ella se moviera para poder eyacular, inicio un movimiento hacia adelante y hacia atrás, pero también topo mi reata con su intestino, entonces le explique que se moviera sus caderas en forma circular, al principio batallo un poco, pero cuando agarro su ritmo, no tardamos mucho y nos venimos juntos, fue un orgasmo delicioso.
Quedamos acostados por un buen rato, yo ni siquiera me di cuenta de cuando mi pene salió del ano de mi hermanita, solo sentí una gran humedad en mis piernas, era mi semen que poco a poco salía de mi pequeña.
Su piyama también quedo humedad de nuestras secreciones, la acompañe a su recamara para ver que se cambiara y se aseara un poco. Me pregunto que por qué eyaculaba mucho semen, le conteste que entre más días me tardara en venirme, se acumulaban mis espermas, por eso la cantidad que había dejado en su culito. Ella sonrió y me dijo: “voy a tratar de que no se te junten mucho”
Cuando se acostó, me dio un tierno y excitante beso, al tiempo que me decía: hoy me hiciste gozar mucho, también me llegaste muy adentro y me gusto mucho. Te adoro a ti y a tu verga.
Dormí muy a gusto, en mi cama quedo el aroma de mi hermanita y el saber que cada cogida que nos dábamos, era mejor me hacia desear que mi hermanita no tardara mucho para volver a amarnos.
Hasta aquí esta entrega, espero les guste, no les aburra ni se les haga muy extensa, pero les repito, al escribirlo, hace que vuelva a vivir y a sentir esta etapa de mi vida, la cual vivi muy intensamente. En próximas entregas, explicare como se dio la relación con mis primitas y otras personitas a las que en la fecha aun quiero mucho.
Si les gustan estos relatos, le agradecería que comentaran. Saludos
Mi correo para cualquier contacto o petición exitbear@yahoo.com.mx
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