Mis sobrinas Andrea y Natalia (Novena Parte)
Sexo con mis sobrinas.
Mis sobrinas Andrea y Natalia (Novena Parte)
Estaba desayunando cuando la puerta principal se abrió. Era Natalia Alejandra. Nos habíamos olvidado de ella. Estaba regresando de la disco. Me dijo que tenía hambre y se sentó a comer conmigo. Me conto lo bien que la paso toda la noche con sus amigos. Al terminar de desayunar, Natalia me dijo que tomaría una ducha. Se desnudo y se dirigió a su cuarto en el segundo piso del apartamento. Cuando llego a las escaleras, me miro y dijo:
“Fer, por favor sube, me tomo una ducha y después me coges. Tengo mucha tensión sexual y necesito liberarlas. Puedes cogerme? Andrea dejo algo de semen para mí?“.
Que podía decir. Después de aquella exhibición de resistencia de Matteo, no podía quedarme atrás. Termine de desayunar, y subí a follar a Natalia. El trabajo podía esperar un par de horas.
Por favor, seguirme por Twitter para cualquier inquietud y las fotos de Mis Sobrinas: Fernando Morante @Fernand14355389
Continuación del relato anterior
Termine de tomar mi café. Yo también tenía mucha tensión sexual y sabía que tenía que descargarla porque me sería imposible poder concentrarme para trabajar. Cuando subí a la segunda planta, ya Natalia estaba en la ducha, me desnude rápidamente y cuando entre, ella me atacó, presionando su cuerpo contra el mío.
«Estoy caliente esta mañana. Quiero que me laves todo el cuerpo, tío Fer, ¿de acuerdo?»
«Sera un placer». dije mientras comenzaba a deslizar mis manos por todo su cuerpo desnudo. Ella me dio la espalda y se quedó de pie con las piernas abiertas. A ella le gustó eso porque tenía buen acceso a su coño que lo podía acariciar y sentir mi virilidad en la hendidura de su trasero. Ella deslizó una mano detrás y agarró mi verga, acariciándola lentamente. Natalia se dio la vuelta, y de nuevo frente a mí, hizo algo que nunca había hecho antes con tanta pasión. Ella me rodeó el cuello con los brazos, se estiró y cerró los labios con los míos. El beso de mi sobrina fue eléctrico y nos sorprendió a ambos hasta la médula. Fue lo más erótico que me había pasado con ella y mi verga reacciono vibrando de placer. Debí contenerme en no tener un orgasmo. La verdad que el espectáculo de Andrea con Matteo me había cargado mucho y aquel beso lleno de pasión lo acababa de demostrar.
Natalia dio un paso atrás. Ella miró mi verga súper tensa y se enjabonó las manos y cubrió mi erección para así lavarla. Luego se puso de pie y arqueó la espalda, caminando hacia mí con las piernas abiertas.
«Mi coño necesita ser lavado, tío Fer. Tu verga está toda dura y llena de jabón, así que voy a lavarme el coño con tu verga».
Me quedó quieto mientras ella doblaba mi erección y usaba mi verga cubierta de jabón para frotar todo su montículo y los labios de su vagina. Ella gimió y encorvó su cuerpo hacia mí. Ahora hundió la punta de mi verga en la boca de su coño, frotando. Mi verga eructó unas gotas de liquido preseminal y ella se untó todo su coño. Se puso de puntillas y volvió a rodearme el cuello con los brazos.
Sabía lo que ella quería. Yo también lo quería. Levantó una pierna, abriéndose para mí y yo la levante por los brazos hasta que estuvo por encima de mi virilidad. Luego y para no defraudarla, mi verga jabonosa se deslizó directamente hacia su vagina.
Estaba muy mojada con sus propios jugos y mi verga estaba llena de jabón, y aun así, Natalia como siempre, estaba ajustada y estrecha.
Ella emitió un quejido. Creo que la penetre demasiado pronto. Es que deseaba estar en el interior de su vagina. Mi instinto de macho me domino. Me quede quieto, con mi verga toda dentro de Natalia. Al no moverme, Natalia se relajó y dejó que la plenitud de mi penetración se extendiera por sus entrañas. Aproximadamente en ese momento, la punta de mi verga besó su cuello uterino y ella se apoyo totalmente de mi, y así, empalada, podía sentir su coño revoloteando como un corazón que no puede latir en el momento adecuado.
«Ohhhhh tío Fer» suspiró, levantando la cara.
La bese de nuevo, esta vez deslizando mi lengua en su boca. Doble las rodillas para que ella pudiera poner los dedos de los pies en el suelo de la ducha. Esperaba que ella se levantara, para aliviar la presión y la profundidad de mi penetración. Pero en cambio, usó su agarre para deslizar su coño hacia los lados, y luego hacia atrás, y luego en un pequeño círculo. Se dio cuenta de que la base de su verga estaba soportando gran parte de su peso, y estaba contactando con ella directamente sobre su clítoris aplastado.
Entonces Natalia se vino de golpe. Se estremeció y gimió y luego emitió sonidos, sonidos sin sentido a medida que su voz se hacía cada vez más fuerte. Su coño se apretó con fuerza sobre mi verga. Que divino es sentir un orgasmo de Natalia. Su vagina tiembla, se comprime y suelta, y vuelve a comprimirse. Y esto pasa varias veces en segundos.
Al mismo tiempo, ella me rodeo con sus piernas, poniendo más de su peso en mi, tratando de clavarse tan profundamente mi verga dentro de ella como fuera posible. Ella jadeó y luego me besó salvajemente mientras su coño revoloteaba de nuevo, ordeñando, ordeñando, pidiendo su precioso regalo.
Y mi verga estalló. Yo ni siquiera pensé en retirarme, y Natalia cuando sintió el calor y las salpicaduras húmedas de mi semen en su coño, simplemente se apretó con más fuerza contra mi gimiendo. Mi semilla bañó el interior de su coño, a lo largo de su longitud y se filtró en su útero a través de su cérvix . Fue tanto el semen, que se chorreo alrededor de mi verga y bajó por sus muslos, para ser lavado por el agua que nos golpeaba. Entre los dos, fue un orgasmo de tres minutos. Finalmente trate de sacárselo, pero las manos de Natalia se sujetaron firme de mi trasero para retenerme. Me habló al pecho con los ojos cerrados.
«No quiero que te lo saques nunca. Nunca Fer.»
Yo solo pude sonreír. «Eso es una tontería y lo sabes.» Luego estuve más serio. «No debería haberme corrido dentro de ti. No podemos hacer esto más. No te estás cuidando Natale».
Clavó sus uñas muy afiladas y muy largas en mis nalgas.
«Oh, vamos a hacer esto de nuevo». dijo ella, mirándolo ahora. «De hecho, vamos a hacer esto muchas veces. Me gustó mucho». Ella sonrió y flexionó algunos músculos, apretando mi pene que ya empezaba a encogerse.
Salimos del baño para terminar de secarnos con unas toallas. Mire mi celular. Dos llamadas perdidas. Le devolví la llamada a un ingeniero de la obra. Podía observar a Natalia, mientras hablaba por teléfono. Se estaba colocando unos tacones grises de 10 o 12 cms. Ella sabe que mi fetiche es una mujer con hermosas piernas y tacones. Se acuesta en la cama, dobla sus piernas y las abre. Nuevamente tuve que acordarme de respirar, Natalia tiene la propiedad de cortar mi respiración. Solo pensé: Todavía tengo problemas para aceptar que todo esto está sucediendo y que estoy mirando a una de las mujeres más sexys que conozco acostada aquí conmigo luciendo mejor que cualquier modelo de Playboy.
Yo estaba de pie en la cama, Natalia me miró. «¿Te podrías masturbar para mí?». Yo obedecí, mientras miraba su vagina y el semen que salía todavía. Allí de pie en la cama, me masturbaba para ella. Luego me acosté a su lado. Mi mano comenzó a subir por su pierna hacia su entrepierna. Natalia se movió acercando su entrepierna a mi mano, y abrió sus piernas aún más. Puso una mano detrás de mi cabeza y me atrajo hacia un beso profundo diciendo «Me gusta la forma en que lees mis señales, Fer».
Lentamente deslicé dos dedos entre los labios de su vagina para ver qué tan húmeda estaba realmente, y la respuesta fue que todavía estaba llena de semen. Mi otra mano subió para agarrar su seno derecho y pase a frotar mi pulgar sobre el pezón y acariciando la carne expuesta con el resto de mis dedos. Nuestras lenguas se buscaban entre sí e hicieron su propio baile y caricias en nuestras bocas. Sus labios eran suaves y estaban llenos de deseos. Su mano libre se movió a mi entrepierna y comenzó a acariciar mi verga, buscando lograr una nueva erección.
Separando sus piernas, besé sus muslos y coloque ambas piernas sobre mis hombros y comencé a lamer desde sus labios vaginales hasta su clítoris, que succioné brevemente y luego repetí el proceso. Después de 2 o 3 minutos de esto, comenzó a flexionar las piernas tirando de mí hacia abajo y su entrepierna hacia arriba para aumentar la presión.
Ella comenzó a responder y comenzó a girar sus caderas hacia arriba para que su coño rozara con mi lengua. Como su vagina estaba bastante apretada, quité los dos primeros dedos y los reemplacé con el anular y el meñique y luego volví a colocar mis dos primeros dedos para reanudar la acción estimulante. Procedí a trabajar con mis dos dedos más pequeños alrededor de su coño estimulando la piel antes de introducirlos gradualmente en su trasero. Al mismo tiempo, había continuado alternando entre chupar y hacer girar mi lengua alrededor de su clítoris, a un ritmo similar al de los latidos de su corazón. En unos minutos, sus piernas se tensaron más y sus manos se movieron hacia la parte posterior de mi cabeza, lo que indica el orgasmo inminente. Yo me mantuve firme en mi lugar, con mi lengua acariciando y con mis brazos alrededor de sus muslos para asegurarme de terminar la tarea. De repente, me clavó las puntas de sus tacones en la espalda, lo que me hizo preguntarme si dejarlos puestos era una buena idea y apretó su agarre en mi cabello mientras soltaba un grito ahogado y temblaba durante unos segundos, luego se quedó quieta y empezó a relajarse después de un minuto. Elegí no duplicar su orgasmo porque tenía muchas más actividades en mente y esta vez tenía la intención de obtener mi propia parte de la acción y la gratificación.
Con la libertad de moverme, moví mi boca hacia arriba para besar y lamer la piel recién afeitada de sus hermosos muslos. Dejé mis dedos en sus aberturas, separándolos y juntándolos suavemente. Cuando su respiración volvió a la normalidad, me deslicé hacia atrás besando sus piernas, quitando mis dedos de ella. Con una almohada cercana me limpié la cara, me puse de pie y la senté en la cama. Me incliné hacia delante y le di un beso profundo dejando que nuestras lenguas se volvieran a enamorar.
Tenía una sonrisa perezosa en su rostro, pero parecía alerta para más, así que decidí ver qué haría. Mis manos se movieron automáticamente para acariciar sus pechos tratando de evitar sus pezones por ahora para reducir cualquier distracción. Sus pechos eran aún más magníficos liberados y desafiando la gravedad.
Natalia me movió de espaldas a la cama. Mis dos manos se movieron hacia sus nalgas y agarré firmemente cada una ,masajeando y disfrutando de la sensación. Natalia tomó esto como una señal positiva y se echó hacia atrás y me sonrió de una manera que nunca antes la había visto sonreír. Entre sus labios y sus ojos había una deliciosa mezcla de inocencia y algo diabólico al mismo tiempo.
Me encanta ver sus hermosas piernas con tacones. Ella lo sabe. Se dio la vuelta y agarrando mi verga con una mano y acariciando mis bolas con la otra. Balanceando su cabello hacia un lado, me miró directamente a los ojos y puso su boca sobre la cabeza de mi verga haciendo girar su lengua y chupando al mismo tiempo. No puedo imaginar que el cielo sea mejor que la sensación que tenía en ese momento, pero estaba decidido en sentir mi verga completamente enterrada en aquel canal vaginal.
Mirando más allá de Natalia, noté que podía ver sus piernas abiertas, su trasero y su dulce coño en el espejo de la pared. Ella apartó brevemente su boca de la cabeza de mi verga y sonrió mientras estaba en aquella posición que tanto me complacía. Luego volvió a chupar la cabeza de mi verga y deslizó su mano hacia arriba y hacia abajo con el pulgar aplicando diferentes grados de presión en la parte inferior. Hizo algunos intentos de tomar más de mi verga, pero no tuvo mucho éxito. Rara vez he estado con alguien que pudiera tomar mi verga completamente, tenía que intentar con Andrea, anoche ella se trago toda la verga de Matteo.
Natalia continuó girando su lengua alrededor de la cabeza y se aseguró de llevar la mayor cantidad de sangre posible en la cabeza durante los siguientes minutos. Continuó mirándome a los ojos mientras chupaba mi verga y sus gemidos me dijeron que esto también la emocionaba. Colocando mis manos a ambos lados de su cara, moví suavemente su cabeza lejos de mi verga y me senté dándole un beso profundo ahuecando su barbilla con una mano y moviendo la otra para estimular los pezones de sus hermosos pechos que estaban balanceándose. Me paré y tiré las mantas hacia abajo de la cama y luego la atraje conmigo mientras me sentaba apoyado contra las almohadas con ella a mi lado.
Puse un dedo entre los labios de su vagina para asegurarme de que todavía estaba bien húmeda por mis acciones anteriores y su emoción de chupar mi verga. Estaba bastante bien lubricada. Todavía podía sentir la humedad de mi semen y mi saliva en su coño.
La acerqué y le dije: «Quiero que estés a cargo de tu placer y que controles la entrada a tu propia velocidad». Luego tuvimos un abrazo de cuerpo completo y ella rodó sobre sus rodillas a horcajadas sobre mis caderas con su coño buscando mi verga con sus labios. Ella se deslizó hacia adelante y hacia atrás un par de veces para mojarnos a los dos y luego se levantó agarrando mi verga para tirarla hacia arriba y debajo de ella. Colocó la cabeza de mi verga en sus labios y se movió un poco para centrarla y luego comenzó a aplicar presión hacia abajo. Extendí la mano y acaricié sus caderas para ayudarla a estabilizar su posición y fue solo un breve agarre antes de que la cabeza desapareciera dentro de ella. Estaba bastante cómoda y no me sorprendió que le tomara un tiempo acostumbrarse a estar abierta. La empujé hacia adelante y le di un beso profundo, sondeando su boca con mi lengua y seguí acariciando sus caderas. Lentamente se bajó un par de centímetros y luego se deslizó hacia arriba y hacia abajo durante un minuto, luego se deslizó hacia abajo un par de centímetros más y nuevamente se deslizó hacia arriba y hacia abajo hasta acostumbrarse a la sensación. Cada vez que se movía hacia abajo, soltaba un gemido de satisfacción y continuo este proceso hasta que estuvo casi completamente abajo, pero se contuvo con un poco, se movió hacia arriba hasta que solo la cabeza de mi verga estaba adentro y luego volvió a bajar a la misma altura.
Su cabeza se movió hacia atrás y me miró y gimió: “Oh, Dios mío, Fer. No encuentro palabras para expresar lo bien que se siente y lo bueno que es tener el control ”. Su movimiento fue suave y constante mientras montaba mi verga. Su vagina, a pesar de ya haber sido poseída, estaba estrecha. Eso es una cualidad de Natalia. Tiene orgasmos y su vagina se cierra. Después me entere que solo unos pocos de sus novios la habían dejado estar arriba. Luego controló todo, tirando y empujando sus caderas para buscar obtener la máxima satisfacción con eso.
Me acomodé para chupar sus pezones y apretar sus pechos mientras se movían frente a mi cara. Gradualmente su movimiento aumentó en intensidad y velocidad y su respiración se hizo más fuerte. Moví mis manos a la parte inferior de su trasero y la masajeé y la ayudé a subir y bajar por mi verga. Nada se puede comparar con la sensación de sentir una vagina de una chica de 22 años, es algo maravilloso.
Sus gemidos se incrementaban mientras que ella se levantaba y caía sobre mi pene. Sus gemidos se volvieron un poco más intensos y las contracciones de su vagina se hicieron más fuertes alrededor de mi verga. Entonces vi su cuerpo arquearse, había llegado a conocer cuando comenzaba su orgasmo y metí mis dedos índice y medio en su ano.
“¡Ahhhh, eso es perfecto! Solo necesito un par de caricias más y aaaaahhhghh”, chilló. Su cuerpo se sacudió un poco y vibró con la tensión de sus músculos mientras continuaba cabalgando durante casi un minuto, finalmente colapsando sobre mi pecho. Retiré mis dedos de su trasero y la envolví en mis brazos, acariciando su espalda y costados mientras su respiración se hacía más lenta.
Cuando su respiración se calmó todavía estaba vibrando, «Eso fue increíble Fer, creo que todavía me estoy corriendo», afirmación que fue apoyada por las contracciones de su coño, que estaban disminuyendo, pero aún no habían terminado, y continuaba apretando mi verga. Qué rica sensación provoca el canal vaginal de Natalia, cuando esta excitada, su vagina aprieta y suelta muy fuerte, y al tener un orgasmos, ese movimiento se incrementa, esa es la razón del por qué los hombres que la cogen, llegan tan rápido.
Cuando las contracciones terminaron por completo, la puse de costado y le di un abrazo firme mientras le acariciaba la cara y los hombros. «Estabas muy hermosa allí cabalgándome «.
Saqué mi brazo de debajo de ella y me deslicé fuera de la cama cubriéndola para calentarme mientras me alejaba. Fui al baño un momento. Al regresar pude darme cuenta de que todavía tenía los tacones. Me propuse acariciar cada pierna, amo las piernas de Natalia adornadas con unos tacones.
Me deslicé en la cama y la rodeé con el brazo para acercarla más a mí y poder así relajábamos, ella dijo que se sentía culpable por tener tantos orgasmos y que yo solo tuviera uno. Le hice saber que estas eran sus vacaciones y que realmente estaba disfrutando cada minuto y que tenía la intención de tener mi propio orgasmo a su debido tiempo. También pensé que este era el mejor momento para preguntarle si estaba tomando anticonceptivos, ya que tenía la intención de vaciar mi carga nuevamente dentro de su hermoso cuerpo. Me dijo que sí, que Andrea desde que comenzó tener relaciones, le aconsejo que tomara anticonceptivos.
Le agradecí mucho por usar tacones para hacer el amor. Ya ella sabía que era mi fetiche. Le pregunté cómo se sentía acerca de sus vacaciones hasta ahora y si estaba cumpliendo con sus expectativas.
“Hasta ahora no podría estar más feliz”, dijo. “Realmente no esperaba tener mis primeros orgasmos con un hombre y que fuese contigo. Ha sido una agradable sorpresa y eso me da cierta seguridad como mujer. No estoy segura de lo que estoy buscando, pero sé que tiene que haber más de lo que he estado experimentando. Aunque he estado nerviosa, fue excitante para mí tener unos orgasmos con mi tío favorito”.
Le había estado acariciando el costado y la cadera, pero ahora moví mi mano hacia arriba para apretar suavemente su pecho y frotar mi dedo alrededor de su pezón. Esto tuvo el efecto deseado y hizo que mi verga se tensara. Rodé hacia ella colocando mi mano en su mejilla. Le dije: “Por favor, siéntete libre de hablarme de cualquier cosa, a cualquier hora del día o de la noche. Cualquier cosa que desees hacer o experimentar, por favor confía en mí”.
Le di un beso profundo dejando que nuestras lenguas hablaran y luego me deslicé para que mi rostro estuviera al nivel de sus pechos. Acaricié y chupé sus pezones mientras amasaba cada uno de sus pechos y escuché sus gemidos de placer cuando sus manos se movieron hacia mi cabeza y luego hacia atrás. Moví una mano a su cadera y la rocé suavemente por el frente casi haciéndole cosquillas en la carne y haciéndola retorcerse un poco. Luego deslicé mis dedos entre sus piernas mientras ella los separaba un poco más para darme algo de libertad. Deslicé un dedo entre sus labios y fui recibido con carne cálida y húmeda y haciendo con mis dedos un suave círculo de su clítoris. Me dijo que ella tampoco había terminado y que quería un poco más.
Estaba aprendiendo mucho sobre lo que funcionó para estimularla y pude juzgar bastante bien sus reacciones. Me levanté para otro beso y como quería el beso y para ver qué podía hacer ella por mi cuerpo al mismo tiempo. Como esperaba, una mano fue a la parte posterior de mi cabeza y cuello, mientras que la otra fue directamente a mi rígida verga. Parecía no ser ajena a cómo manejar una erección e hizo una mezcla de apretones en una acción de ordeño entremezclada con frotar sus dedos suaves sobre la cabeza mientras usaba sus uñas largas para rascar ligeramente la parte inferior. Esto estaba teniendo un efecto tremendo en mí en combinación con estar cuerpo a cuerpo con una mujer tan hermosa.
Ahora fue su turno cuando me hizo rodar sobre mi espalda y se deslizó empujando las sábanas a un lado y se detuvo brevemente para chupar cada uno de mis pezones, luego continuó hacia abajo hasta que su cálido aliento estuvo directamente en la parte inferior de mi verga. «Sabes, casi abrí tu cremallera la otra noche para hacerte esto en la disco, pero me dio pena hacerlo delante de Andrea «. Mientras lamía la cabeza y ese punto sensible justo debajo de la cabeza, continuó diciendo: «Siento que mis habilidades no sean muy buenas».
Esta acción me hizo temblar un poco mientras aplicaba la cantidad justa de presión en el área. “Oh, no hay nada de malo en tus habilidades, Natalee. Lo haces muy bien ”.
Esto hizo que se levantara de la cama, “¿De verdad tío? ¿Lo hago bien? »
“Sí, lo haces muy bien, me encanta como lo haces”, dije colocando mi mano en la parte posterior de su cabeza y moviéndola suavemente hacia mi ingle. “Pero por favor, continúe como estaba ahora”, le dije sonriéndole. “Me gustaría seguir evaluando tu técnica”
Se apartó el cabello para darme una visión clara y volvió al uso magistral de su lengua y labios junto con el masaje de mi verga y yo me recosté para disfrutar de la sensación. Después de un par de minutos me di la vuelta para poner mi cara entre sus piernas, permitiéndole al mismo tiempo, acceso completo a mi pene y escroto, que estaba manipulando bastante bien.
Coloqué una serie de besos húmedos en sus muslos mientras acariciaba suavemente con mis dedos sus nalgas. Luego metí mi lengua en su coño, separando los labios suavemente y penetrando hasta donde alcanzaba mi lengua y apliqué presión en su clítoris con mi labio inferior y lo froté de un lado a otro. Esto la hizo saltar un poco mientras chupaba aún más fuerte la cabeza de mi verga.
Quería que su próximo orgasmo fuese conmigo estando dentro de su coño, así que reduje la velocidad de mis acciones, me aparté y usé ambas manos para alejar su cabeza de mi verga. La moví de espaldas al centro de la cama y me moví para estar entre sus muslos. «¿Estás lista para un poco más?»
Ella simplemente asintió con la cabeza mientras yo levantaba sus piernas para poner sus tobillos en mis hombros. Deslizando solo la cabeza de mi verga en su coño, acaricie con ambas manos sus piernas hasta sus pies y comencé a colocar besos húmedos en sus hermosos muslos. Mientras hacía esto, observé su reacción y comencé a entrar y salir de su coño un poco más con cada caricia. Cuando llegué a la mitad del camino, comencé a morder sus muslos mientras empujaba más hacia adentro hasta donde juzgué que se había detenido cuando me estaba montando antes y definitivamente sentí algo de resistencia. Se volvió bastante obvio que le había golpeado el cuello uterino, su cérvix; la entrada a su fábrica de bebés, así que continué empujándola suavemente con cada golpe, lo que hizo que ella soltara un gruñido de satisfacción con cada contacto. Tenía los ojos cerrados, el rostro enrojecido. La expresión de su rostro era de satisfacción y disfrute, así que no penetré más, pero comencé a usar un movimiento de caricias en forma de 8 para ver qué áreas de su vagina le daban la mayor sensación cuando las contactaba. También me aseguré de levantar un poco mi verga con cada golpe para asegurarme de que estaba haciendo un buen contacto con su clítoris.
Una vez que encontré la mejor área de contacto, que me lo indicaban sus gemidos, concentré mis golpes en esta área inclinándome un poco hacia adelante y moviendo mis manos para acariciar sus senos y pezones para mayor estimulación. Durante los siguientes 10 minutos continué con esta acción usando la posición de misionero y dado que el efecto de inclinarse hacia adelante había levantado un poco su trasero de la cama, moví una mano hacia atrás para mojar tres dedos y deslicé uno suavemente en su ano, luego agregué un segundo y usé el tercero para masajear la sección entre la vagina y el ano, para obtener un efecto estimulante.
Los gemidos de Natalia se volvieron más guturales y yo también me estaba acercando a una descarga. Cuando Natalia comenzó a tensarse y su espalda comenzó a arquearse hacia arriba, deslicé el extremo del tercer dedo en su ano y seguí metiéndolos y sacándolos hasta el segundo nudillo. Sus manos estaban agarrando la sábana cada vez más fuerte mientras su orgasmo aumentaba y su cabeza comenzaba a moverse de lado a lado con sus gemidos. Aceleré un poco mi ritmo y cuando su orgasmo alcanzó su punto máximo, disparé mi carga completa y profundamente en su coño justo en la entrada de su útero tocando con la cabeza de mi verga su cérvix. Natalia podía sentir cada ráfaga de semen dentro de ella, emitiendo un pequeño chillido mientras su orgasmo continuaba. Cuando empezó a bajar y relajarse, recordé sus dobles orgasmos de noche pasadas y pensé que era impactante para ella y muy placentero. Ella había producido una gran cantidad de lubricante que había estado corriendo por la raja de su trasero y alrededor de su ano, que había estado mojando un poco con mis dedos.
Moví un pulgar para hacer movimientos circulares para estimular su clítoris y de un solo golpe saqué mis dedos de su ano y asomé la cabeza de mi verga todavía dura por la abertura. Al mismo tiempo, inserté dos dedos en su vagina y comencé a masajear su punto G.
Esta acción requirió aplicar suficiente presión contra la abertura de su ano, para que ella fuera consciente de lo que estaba haciendo y con la estimulación de su clítoris y el punto G la llevó al límite a un segundo orgasmo y me hizo bombear un par de veces en su trasero. Estuve lamiendo, chupando y besando todo lo que pude alcanzar con mi boca todo el tiempo que estuve dentro de ella y continué esta estimulación hasta que su cuerpo se relajó con la cabeza de mi verga aún atrapada dentro de su trasero. Podía sentir las contracciones de su culo y coño alrededor de mi verga y los dedos empezaron a ralentizarse y cuando terminaron, saqué la cabeza de mi verga de su culo.
Deslizándome hacia un lado, acomode sus piernas y levanté su cuerpo inerte para que su cabeza estuviera sobre las almohadas. Le quite sus tacones grises y la arrope con una manta, no había signos de estrés o daño, por lo que estaba feliz y el rostro de Natalia denotaba que estaba muy satisfecha mientras estaba acostada con los ojos cerrados. Mire el reloj de mi móvil y ahora eran las 8:55 a.m. Tenía múltiples llamadas perdidas. Fui al baño para tomar otra ducha. Al salir ya Natalia ya estaba durmiendo profundamente.
Me fui a la obra en la que trabajaba, y entre reuniones, consultas y toma de decisiones, no dejaba de pensar en Andrea y en lo que junto a ella había experimentado en las dos noches pasadas. Pensaba en sus confesiones y su propuesta. En cierta forma Andrea tenía toda la razón, yo no era un hombre de serle fiel a una mujer. En la universidad y en la calle, habían muchas tentaciones, para aquel entonces, podía estar como veinte años más en la universidad como catedrático. Eso significaba que podía tener a varias chicas, con suerte, unas veinte universitarias, y unas veinte posibilidades de ser infiel a cualquier pareja que yo tuviese. Ya una universitaria (Lourdes S, nombre real e inicial de su apellido, un día voy a escribir sobre las universitarias y colocare los nombres reales, sin apellidos, pero nombres reales con historias reales) había provocado mi reciente divorcio y en caso de tener una “pareja normal” también estaría condenado a un nuevo divorcio, a menos que yo cambiase. Quería yo cambiar? Noooo. No quería cambiar. La vida es una sola, no hay vida después de esta vida, y si la hay, y si se vuelve a renacer, se es otra persona. Así que pensaba disfrutar al máximo, eso sí, también deseaba tener una compañía, una mujer esperando en casa y tener otros hijos. Quien no tiene hijos no sabe lo que es la vida. Y ya mis hijos estaban grandes, además de estar distanciados.
Así que la propuesta de Andrea no era una locura. Una relación abierta. Yo podía salir con quien yo quisiera. Andrea podría salir con quien ella quisiera. Sin mentiras. Sin engaños. Lo único que me detenía era la edad. Entre Andrea y yo habían 18 años de diferencia. Eso para mí era una limitante. Yo deseaba otra pareja, no en este instante, pero en algún momento me gustaría tener otra pareja. Pero una mujer por encima de los 30 años, y no una chica de 23 años. Si deseara una chica de 23, me abría comprometido con Lourdes. Pero intente salvar mi matrimonio, sin éxito. Claro, ahora no tenía un matrimonio que salvar y estaba una chica de 23 años que me gustaba mucho. Ustedes amigos lectores, han visto las fotos de Andrea. Como decirle que no a mi sobrina? Buen cuerpo, excelente estudiante de medicina ( se graduó Cum Laude), buena en la cama y con su proyecto de vida, donde ella me quería incluir. Decidí pensar como un inversionista. Ganancias y Pérdidas. Que podía ganar? Sexo con dos chicas espectaculares. Compañía sin mayores recriminaciones. Tener mi libertad, poder salir con quien desees sin tener que dar explicaciones.
Perdidas. Que me enamorase de Andrea o de Natalia y estas decidan terminar conmigo. Ok, pero el acuerdo con Andrea de una relación abierta establece que yo puedo tener otras relaciones. Si aparece una mujer que llene mis expectativas, puedo dar por terminada mi relación con mi sobrina o mis sobrinas. Así que sería un riesgo para todos.
Perdida. Que la familia de Andrea y Natalia se entere de nuestra relación. Una explosión atómica. Pero aquello seria una perdida? Parte de esa familia piensa lo peor de mi. Ahora sería toda esa familia quien pensaría que yo soy un hijo de puta. Podría vivir sin aquella familia? Claro que sí. Pase más de treinta años de mi vida sin esa familia, así que no tendría problemas con distanciarme de ellos. En definitiva, no sería una gran pérdida. Lo podría superar.
Costo. El costo es entrar en un tipo de relación nueva para mí. Y esto sería compartir a Andrea. Por ahora, Andrea y yo tendremos una relación oculta. Y ella definió sus otras relaciones donde obtenía sexo como “noviazgo amistosos”. Pero yo sería un novio cuckold. Ambos lo seriamos.
La desventaja es que cuando la mujer obtiene tanto placer sexual con el otro hombre, puede desarrollar sentimientos y emociones hacia él, que van más allá del deseo físico. Esto podría afectar su relación con su pareja a nivel emocional. El lado positivo es que cuckolding puede ser una experiencia excitante. Ver durante dos noches seguidas a Andrea teniendo sexo con Matteo fue excitante. Estar dormido y despertarme con los gemidos de placer de Andrea, fue excitante. Es difícil confesar esos sentimientos. Pero eso fue lo que sentí. Es complicado comprender que lo que podría ser humillante al imaginar a una pareja teniendo relaciones sexuales con otro hombre, pueda transformarse en algo que no es humillante en absoluto, sino en algo tremendamente erótico. Yo no sentí humillación por parte de Andrea. Fue excitante. Por supuesto, yo no tenía nada que perder. Que era Andrea para mí?: Una amante oculta. Y era por eso que me había excitado al no tener derecho a reclamar nada? Hay que aceptar que el ser protagonistas del cuckolding tiene como objetivo conseguir niveles altos de excitación con otras personas, pero para nada deben aparecer celos, reproches ni ningún otro reclamo. Siempre queda establecer que si la práctica trae más problemas que beneficios, ambos deberíamos hablar y decidir cómo avanzar o terminar con el cuckolding o terminar con nuestra relación de amantes.
Para mí era un poco fuerte pensar que Andrea pueda tener citas con otro hombre¸ que chatee por WhatsApp con otros hombres, que se suba al auto de otros hombres, que se depile y se maquille y vista para otros hombres. Era eso lo que realmente yo quería? Que me costaba experimentar. Si no funcionaba, simplemente era decir chao, se acabo. Sufriría? Quizás me faltaría la compañía de Andrea o de Natalia. Y esto me lleva a otra pregunta. Que siento por Andrea? La amo?. La respuesta es No, todavía. Me excita mucho. Tanto ella como Natalia me excitan mucho. Recuerdo una vez que vi a Andrea en la piscina de mi casa con un micro mini pequeñito bikini color azul cielo de la marca Wicked Weasel. Que espectáculo. Me corto la respiración. Creo que Andrea tendría unos 16 o 17 años. Parte de su concha sobresalía del bikini. Tuve una fuerte erección. Voy a confesar algo. Me fui a mi habitación en el primer piso de mi casa. Desde la ventana se puede observar la piscina. Y desde la ventana podía observar a Andrea acostada: Me masturbe por ella. Y desde que la observe con ese micro bikini, supe que Andrea sería capaz de cualquier cosa.
Mi decisión fue continuar adelante, no tenía mucho que perder y unas experiencias que ganar. Para tener una mujer como Andrea, y así lo comprendí, uno debe estar preparado para esto. Andrea es el tipo de mujer que no va a estar satisfecha con un solo hombre. Además que para satisfacer a Andrea, hay que hacer lo que Matteo hizo anoche: Sexo toda la noche. Y tampoco creo que eso sería suficiente. Andrea quería variedad. Algo que yo también busco con mis chicas en la vida y en la universidad. Mi esposa no comprendió, ni tenía porque comprender, que yo estaba enamorado de ella, pero que al mismo tiempo tenia la necesidad de estar con otras mujeres, y no con cualquier mujer, con mujeres atractivas para descargar mi tensión sexual. Andrea era igual a mí. Solo que ella quería sincerar nuestra relación. Hay mujeres que son infieles pero jamás tendrían una pareja cuckold, es decir, jamás lo serían en forma consentida. Solo lo hacen a escondidas. Conozco muchos casos de mujeres solteras con novios y casadas que han estado conmigo, a escondidas de sus parejas.
Eso eran mis pensamientos en ese día. Y a pesar de haber sido descargado por Natalia, deseaba tener sexo con Andrea. Apenas si podía concentrarme en el trabajo. Que rabia es tener que trabajar teniendo el coño de una mujer en la mente. A eso de las 3 de la tarde, sonó mi móvil. Era Andrea.
“Hola mi bella, buenas tardes. Usted se olvido de mi”- le dije.
“Hola amor, buenas tardes. No amor, apenas me estoy levantando, tome una ducha y voy a almorzar. Me desperté porque tenía hambre, sino duermo hasta la noche jajaja “
“Que vida tan dura la tuya, el comunismo te está matando”
“Jajaja estoy de vacaciones y vacaciones pagas jajaja”
“Como te sientes después de una noche ajetreada?”
“Me duele todo el cuerpo, menos el coño jajaja. Ese hombre es incansable. No parece por su edad, pero me cogió como ocho veces. Y tuve muchos orgasmos. Por eso te digo que me duele todo el cuerpo. Me cogió divino, debo confesarlo”
“Claro que te cogió divino, cada vez que abría los ojos estabas gritando de placer”
“Si amor. Fue divino. Estar a tu lado mientras otro hombre me coge es para mí lo máximo en excitación. Pero necesito estar contigo. Cuando regresas al hotel?”
“Creo que dentro de 3 o 4 horas mi amor. Yo también necesito estar dentro de ti”
“Ok amor, te espero, estoy todavía muy caliente, necesito sentir tu semen dentro de mi”
Hablar con Andrea no alivio mis ganas de cogerla, por el contrario, tenía unas ganas inmensas por estar dentro de su vagina. Por eso la tarde fue bastante larga. Casi no me podía concentrar en mis actividades. Tenía la vagina de Andrea en mi mente. Y aún así solo pude regresar alrededor de las 7 de la tarde.
Al entrar al apartamento pude notar que Andrea llevaba un top naranja con una chaqueta negra y una falda corta de color negro que le favorecía mucho, resaltaba su figura, la prominencia de sus senos y perfilaba sus preciosas caderas. Se había vestido para la ocasión. Acababa de salir del baño porque todavía se podía oler en su cara y manos el gel de baño. Al verla me acerqué a darle un par de besos. Estaba radiante. La falda negra era complementada con medias negras. Me fui a tomar una ducha. Ella había pedido la cena la habitación. Pregunte por Natalia y había salido con sus amigos. Esta noche teníamos el apartamento para nosotros dos. Me duche y me vestí en unos 20 minutos. Era difícil esconder mis ganas, casi siempre tenía mi verga semi erecta. Cuando salí de la habitación, ya la comida la habían traído los mesoneros. Me acerque a ella para ayudarla a sentarse en la mesa y eso permitió, que sin darme cuenta, nuestros cuerpos se rozaran más de una vez. Creo que notaba que yo me acercaba de más y que tenía una significativa erección.
No podía más así que puse mis manos delicadamente en sus caderas y la acaricié mientras acercaba mis labios a su espalda. Comencé a besarle el cuello y seguía moviendo mis manos por encima de su vestido. Dijo “Amor vamos a comer, tengo mucha hambre. Es mejor que lo dejemos por un momento”. Yo no le hice mucho caso y seguí acariciándola, mientras me daba la vuelta, ahora frente a frente la abracé y le di un beso profundo. Le decía que tranquila, vamos a comer, pero mis manos hacían lo contrario, le tocaba el culo en círculos, ella estaba excitada también, creo que podía sentir mi bulto en su falda. Me dijo que nos sentáramos en el sofá. Ella se sentó y pensó que conversaríamos, pero yo insistí, quería un beso, me tumbé hacia su lado. Logré meter la mano por una abertura que tenía su top naranja y llegar a su sujetador, que era negro. Introduje mis dedos hasta llegar a su pecho, alcancé su pezón izquierdo. Estaba duro y erecto, como un centímetro, seguía forcejeando excitada.
Mi mano seguía acariciando su pecho y mi boca seguía consiguiendo algunos besos. Me dijo que de acuerdo, que ella misma se quitaría un momento el sujetador, que no quería que se rompiese. Entonces pude contemplar aquel espectáculo por el que había esperado todo el día. Andrea se quitó la chaqueta y el top color naranja y luego el sujetador negro, sus pechos se balanceaban libres ante mí. La verdad que los senos de Andrea son bellos y cortan el aliento.
Mis manos no podían más, se lanzaron a acariciar esas maravillas. Noté como cerraba los ojos con pasión y que respondía a mis caricias y se mordía el labio inferior. Aproveche para acercar mi boca a sus labios y nos besamos con pasión. Nuestras lenguas se mordían y acariciaban, y nuestra saliva se mezclaba. Mis manos habían tomado posesión de sus pechos y pellizcaban sus pezones. Acerqué mi boca al pecho más cercano, lo besé con ternura, lamí su pezón en círculos. Podía escuchar sus jadeos levemente, como suspiros. Todavía tenía puesta la falda. Mis manos ahora buscaban algo mas, mis dedos se introdujeron por debajo del elástico de la falda y pude palpar sus braguitas de seda negra. Al girar la mano por el contorno de su muslo pude alcanzar las gomas del liguero que sujetaban las medias negras que llevaba. Seguí acariciando sus muslos con mis dos manos. Poco a poco, Andrea se iba abandonando, gemía arrítmicamente, de modo variado según le venían espasmos y diversas sensaciones. Mis manos fueron bajando su falda, quedando al aire su precioso trasero solo oculto por una bonitas bragas, compradas para la ocasión.
Mi boca estaba ya en su ombligo, ella seguía con los ojos cerrados. Bajé su falta hasta sus
tobillos. Aún tenía las bragas y las medias sujetas por los ligueros. Estos últimos se los quite, quedando con sus bragas negras y las medias. Seguí acariciando mientras observaba con detenimiento aquel hermoso paisaje. Sus bragas eran pequeñas y podía observar que su monte de Venus estaba recién rasurado. Con una mano acariciaba su trasero y con la otra su entrepierna. Aparté un poco las bragas y le introduce acariciando mi dedo en sus labios vaginales. Ella seguía jadeando y ahora noté que había cambiada su prioridad. Se había olvidado de la comida. “Amor, me estás volviendo loca, loca de pasión, ahhhh”- Y lanzó un grito de placer.
Yo ya no me podía controlar, estaba desnudando a Andrea. Uno de mis dedos estaba metido en su vagina y se movía a su antojo, buscaba su punto G, subía hacia arriba y por fin lo encontré. Seguí acariciando en ese punto, estaba muy mojada. Mi mano estaba llena de su flujo. Andrea no podía más, gemía, gritaba y clamaba de placer, “Ahh, me muero de gusto, me corrrroooo, ahhh”. Estaba explotando en mis manos.
Seguí acariciando con dos dedos cada vez más rápido, noté como una eyaculación en mi mano. Mi otra mano seguía acariciando su culo e introduciéndose en la raja y acariciando en esa parte. Bajé mi boca a su coño y le metí la lengua poco a poco. Bebí todo el liquido que había por allí. Me encantó su sabor que se mezclaba con mi saliva. Mis manos bajaron sus braguitas, a estas alturas ya empapadas y poco a poco fui acariciando sus bellas piernas, fui besándolas mientras bajaba sus bragas hasta los tobillos. Andrea ya no decía nada, se dejaba hacer, estaba enloquecida. Estaba en esa placidez semiconsciente que dejan los orgasmos repetidos en las mujeres. Mis manos se perdían en caricias por todo su cuerpo, cara, pelo, cuello, pechos, pezones, ombligo, caderas, coño, clítoris, piernas y sus riquísimo muslos, que pude besar y chupar repetidamente. Yo me había quitado la camisa pero ahora me quité los pantalones y calzoncillos. Mi verga estaba chorreando de líquido pre seminal.
Estaba completamente erecto y duro como una roca y con testículos también afeitados. Andrea no podía estar más lubricadas tras mis acciones anteriores y su pasión incontrolable, me metí en medio de sus piernas, y no me resultó difícil ensartarle mi verga hasta las bolas de un solo golpe, para después arremeter bombeando, meter y sacar, una y otra vez. Yo intentaba pensar en otras cosas para evitar eyacular tan rápido.. Todavía quería que ella gozara más y de paso yo mismo. Ella recomenzó sus jadeos y exclamaciones afirmativas
“Sí, sí, así me gusta, Amor te quiero, sigue más, soy la mujer más feliz del mundo”.
“Eres una puta, eres una puta…”
“Si amor, quiero ser tu puta, quiero que seas mi cabrón?”
“Y tú serás mi cabrona?”
“Si mi amor, yo seré tu cabrona. Sin mentiras y sin engaños”
Yo seguí empujando una y otra vez y cuando estaba a punto de llegar, ella me dijo al oído:
“Ese hombre me cogió divino, mi cabrón, pero nadie como tú para entender y complacer mi cuerpo y mi mente”
No puede aguantar más, y tuve una corrida tan abundante, ya que toda la espera del día para coger con Andrea, se habían cargado mis bolas de semen. El sofá negro de cuero resplandecía y brillaba con el espeso material acuoso, mezclado con el líquido que expulsaba Andrea. Caí en sus senos, exhausto, cansado, feliz y satisfecho. Andrea abrió levemente los ojos y me miró pensativa y dijo: “Te amo Fer, te amo”.
Esa noches nos toco comer una comida fría…pero otra caliente, bien caliente. Después de eso, pude dormir con tranquilidad pensando que todo estaba aclarado y despejado. Que cada día las cosas eran menos complicadas. Me equivocaba. En unas semanas todo estaría más enredado.
Personalmente, el rumbo que esta tomando esta historia es triste. Dejando un lado el morbo, lo de Andrea NO es amor. Simplemente es una ninfomana que trata de justificar su condicion. Hasta Natali fue mas decente cuando confeso que evito lanzarse sobre Fer por la presencia de Andrea. Cosa contraria a Andrea, que no le importo nada y se entrego a Matteo en presencia de Fer, bajo la excusa ridicula de que eso la excita mas. Si bien el Cuckold esta planteado, seria bueno que Andrea reconozca que no siente amor por Fer, mas aun por lo que paso en la segunda noche. Lo que hizo y dijo en su presencia no es propio de alguien que dice amarle, mas alla de que sea una relacion abierta, lo que paso y el mismo Fer lo dijo le desgarro el corazon. AMOR aqui no existe.