Mis sobrinas Andrea y Natalia (Octava Parte)
Sexo con mis sobrinas.
Mis sobrinas Andrea y Natalia (Octava Parte)
Me desperté sobresaltado y me acosté en la cama desorientado. El teléfono móvil no paraba de vibrar. Conteste. Era de la obra. Me hacían una consulta. Salí de la habitación e indique las opciones al ingeniero que me llamaba. Después de colgar el móvil, me dirigí a la habitación. Tenía una necesidad urgente de ir al baño y orinar. Mientras estaba en el baño, me preparé para afeitarme y bañarme. Apenas eran las 7 de la mañana, había dormido menos de cuatro horas. Me bañe y regresé al dormitorio para vestirme.
Andrea todavía dormía, estaba acostada de lado. Su cabello rubio oscuro cayendo sobre la almohada la hacía lucir sexy. Tenía esta cosa en mi mente que realmente no quería enfrentarla en ese momento, así que bajé a desayunar.
En el restaurante, me senté y reflexioné sobre los eventos de anoche. Nunca he tenido fantasías realmente fuertes sobre compartir a una mujer, esposa, novia o amante con otro hombre o incluso en un trío; he leído las historias y se me presentaron situaciones en la vida, pero nunca quise hacerlo ni participar. En cualquier caso, siempre pensé que las historias eran solo eso, historias escritas por personas para excitar.
Sin embargo, anoche fue una completa revelación. ¿Cómo y por qué sucedió? ¿Qué me paso para permitir que un completo extraño usara a Andrea y no hiciera nada para evitarlo?
Habiendo dicho eso, por qué Andrea lo permitió?. Fue una acción deliberada de ella. Se desnudo al lado de Matteo en el jacuzzi. Cualquier hombre habría actuado igual.
Me sentí disgustado conmigo mismo, Andrea no me pertenecía, y de hecho, yo era su amante, al menos uno de ellos y a quien realmente le estaba siendo infiel era a su novio oficial. Ayer ella le fue infiel dos veces y eso no debía ser un problema para mí. Lo era?
Me intrigaba el porqué Andrea me había hecho participar en todo aquello. Le excitaba que la vieran follar? Era la impresión que tenia. La verdad fue muy excitante observar aquella “película pornográfica” en vivo. Una imagen permaneció en mi cabeza, que no desaparecería de la escena de Andrea y la forma en que ella había alcanzado sus orgasmos, la forma en que su cuerpo respondió a ser poseída por otro hombre en mi presencia. La escena fue electrizante y quedó impresa para siempre en mi cerebro.
Entonces se me ocurrió que podría toparme con Matteo. Podría estar en el restaurante. Presa del pánico, me levanté y miré alrededor, pero él no estaba allí. Tuve este repentino temor de tener que enfrentarme a él sabiendo que había tenido a Andrea, la idea de decir, «¿Te gustó observa a tú sobrina anoche?» Hizo una sensación repugnante en mi estómago. Terminé mi desayuno completo y me tragué el café.
Me fui al estacionamiento del hotel y salí en mi auto alquilado, rumbo a la obra que estaba supervisando. De repente sonó mi celular. Era Andrea. Las mariposas bailaban en mi estómago, estaba tan aprensivo cuando conteste; sin saber cuál iba a ser la respuesta de Andrea.
«Buenos días,» dije tratando de sonar mejor. Ella todavía medio dormida me dijo:
«¿Estás bien?»
«Sí, estoy bien», respondí dócilmente,.
«Quería verte antes de que te fueras a la obra».
«Oh, todavía estabas durmiendo y como nos acostamos tarde anoche pensé que te gustaría seguir durmiendo, de hecho, no me gusta levantarte, lo siento.»
Andrea hizo una pausa.
«¿A qué hora volverás?». Podía sentir la atmósfera construyéndose entre nosotros.
«Alrededor del mediodía, me gustaría almorzar con ustedes, pero en la obra nunca se sabe. Pero eso, almorzar e ir a la playa un rato”
«Amor, hoy es domingo. La gente normal no trabaja.”
“Lo sé cielo, pero estoy en una obra que no es normal, estamos atrasados, así que trabajamos día y noche”
“Está bien, volveré a dormir y te esperare para almorzar.»
Yo estaba enojado. Enfadado conmigo mismo sobre todo, trataba de entender lo que había pasado. Celos??? Tenía celos??? Celos de que un completo extraño le había provocado unos buenos orgasmos a Andrea??? Un casi anciano!!!. Por Dios. Andrea no es de mi propiedad, no debo tener celos. Creo que lo que no me terminaba de cuadrar era la situación, ya fuera intencionalmente o no. También estaba enojado con Matteo, por su participación, por ponernos en esta posición.
El trabajo en la obra me alejo de esos pensamientos. Amo mi trabajo, que no es un trabajo. Dirigir una obra es para mí una pasión que disfruto profundamente. Hacer cambios sobre la marcha, solucionar detalles que escapan a los planos. Es darle forma a las ideas que tengo en mi mente. Y eso me alejaba un poco de Andrea y de la situación.
De vez en cuando, durante el día pensé en ella y en lo que permitimos que sucediera anoche. El recordar pronto me dio una leve erección, que se quedó conmigo durante el resto del día. Además, a medida que avanzaba el día, poco a poco me calenté con la idea de lo que sucedió anoche, encontrándolo realmente emocionante; el efecto en mí fue más de lo que jamás creí posible.
Pero sentía ciertos celos. Me estaba enamorando de Andrea? Me estaba enamorando de una chiquilla de 22 años, próxima a cumplir 23? Creo que tendría que pensar en ello detenidamente.
La actividades en la obra se complicaron, así que llame a mis sobrinas para cancelar el almuerzo, cosas que entristeció a las dos. Pero entendieron perfectamente. Les prometí que las compensaría en la cena. Ellas bajarían a almorzar, harían unas compras y después tomarían sol en la playa del hotel.
De regreso, a eso de las siete de la noche, decidí llevar a Andrea y a Natalia fuera del hotel, a cenar y bailar a otro sitio, para evitar volvernos a reunir con Matteo. Realmente no pensé que fuera una buena idea permitir que sucediera de nuevo.
Entré a nuestra habitación para encontrar a Andrea y Natalia hurgando en las bolsas de la compra que estaban esparcidas por la cama; algunos incluso se habían caído al suelo. Natalia estaba vestida con algunas de sus ropas nuevas y se veía increíble.
«Hola, chicas parece que han hecho muchas compras hoy, ¿Esas tarjeta de crédito debe estar casi al límite?»
«Hola, Amor, ¿has tenido un buen día?» preguntó Andrea todavía hurgando en las bolsas.
«Mira, son poco más de las siete. ¿Cenaremos temprano y luego nos vamos a una disco fuera del hotel?»
Natalia se me quedo mirando y me dijo: “Encontré a unos amigos que se están alojados en el hotel, y quedamos para cenar e ir a una de las discos del hotel, así que vayan ustedes, a menos que quieran unirse a nosotros”
Andrea detuvo lo que estaba haciendo y me miró horrorizada, luego sonrió, «No Naty, mejor comparte con tus amigos, Fer y yo cenaremos juntos y ya veremos que hacemos”
«Vamos, entonces pongámonos en marcha. Iré a darme una ducha».- Solo agregue.
Quince minutos más tarde estaba fuera de la ducha, afeitado y parcialmente vestido cuando salí del baño. Ya Natalia se había marchado y solo Andrea estaba de pie junto a la cama; acababa de ponerse un vestido negro y se lo estaba subiendo por las piernas cuando vi su ropa interior. Llevaba como de costumbre un micro hilo dental solo que de color negro, con un sostén del mismo color, que resaltaban aún más sus poderosas dos razones.
Entonces tuve la sorpresa de mi vida cuando vi los dos chupones en su pecho derecho. Andrea se bajó el vestido con la palma de la mano y le hizo pequeños ajustes antes de llegar hacia atrás y subió la cremallera que hizo que el vestido se apretara levemente sobre sus pechos. Esto hizo que el material se formara alrededor de los contornos de la parte superior de su cuerpo de una manera bastante sexy y delicada.
«Te ves hermosa con ese vestido que compraste, Andrea.» Solté.
«Gracias. En realidad no lo compre, tú me lo regalaste, use una de tus tarjetas de crédito «, dijo agitando el brazo sobre la cama y soltando una risa.
“No puedes negar que tengo buen gusto para escoger un vestido para ti”
Se alejó de la cama con su bolsa de maquillaje y se dirigió al baño cuando tuve otro susto. Cuando pasó a mi lado, vi que tenía otros dos chupetones en el cuello muy abajo. Mientras me ponía la camiseta, sentí que mi verga crecía al darme cuenta de que Matteo realmente había disfrutado follándose a Andrea. Diez minutos más tarde, estábamos caminando por el hotel, podía ver a los hombres mirando a Andrea; estaba en mi viaje de ego que atravesó la barrera del sonido.
En el restaurante nos encontramos con la misma camarera de la noche anterior. Nos mostró la misma mesa que tenía una vista parcial hacia la playa, y la vi mirando a Andrea. Ella sonrió y dijo: «¿Parece que usted ha estado comprando?»
Andrea mostró su nuevo vestido, «¿Qué te parece?» Ella giró y nos miró con una sonrisa infantil. Andrea había rematado su atuendo con un pañuelo de seda gris con negro alrededor de su cuello, una adición para ocultar las marcas obvias.
«Se ve usted tan bien, tan sexy.»- dijo la mesonera
«Gracias, lo compre esta tarde, no tengo ni idea de dónde estaba, así que no preguntes».
«¿Parece caro?» preguntó la camarera mirándome.
«Para mí no fue caro, de hecho muy barato, no me costó nada, fue un regalo.» Ambos se rieron y la camarera tomó nuestro pedido.
Después de un minuto o dos de silencio dije: «Mira, Andrea, me gustaría hablar de lo que paso anoche «. Andrea miró su bebida y se quedó callada, «No sé qué más decir, solo que no entendí lo que querías hacer» – Agregué.
Andrea me miró y dijo: “Era una fantasía que tenia. Deseaba que una persona a quien amo, me viese cogiendo con otro hombre…y disfrutarlo”
«¿Cómo dices? Que un hombre al cual tu amas te viese cogiendo!. No entiendo?”- le dije genuinamente, «Puedo entender la fantasía, pero no de eso de alguien a quien tu amas!»
«Si Fernando, estoy enamorada de ti. No desde ahora, no por lo pasado en estos últimos meses. Desde hace mucho tiempo. Desde que eras el esposo de mi tía. Siempre te he admirado y deseado, y ahora que hemos estado junto, debo decirte que me he enamorado de ti”.
“Guao, no sé qué decirte. De hecho, esta mañana y esta tarde me hice esa pregunta, que sentía por ti? Si me estaba enamorando de ti?”
«Y llegaste a alguna conclusión?.»
“Creo que ese sentimiento lo tengo bloqueado contigo Andrea. Tu tía, hermana de tu padre, hasta hace poco era mi esposa. No me quiero imaginar el escándalo que se armaría, si nuestras familias descubren que ando cogiendo contigo y con Natalia. Por eso bloqueo el sentimiento y lucho con eso de enamorarme de ti. No te niego que siento algo muy especial por ti, pero amarte, hasta ahora no llego a eso”
«Sí, lo sé, lo entiendo. Sé que se armaría un escándalo. Pero no me importaría. Si tu quieres, intentemos dejar y dar rienda sueltas a nuestros sentimientos y ver qué pasa”
“No es tan fácil Andrea. He pasado por un divorcio muy triste, pase por un escándalo y no creo tener fuerzas para otro escándalo en la familia”
“Es cierto Fernando, y no te critico. Solo te propongo un par de cosas. Vamos a darnos tiempo, pero dejando libres nuestros sentimientos. Estar contigo y desear vivir contigo no es algo que debe pasar mañana. Me faltan unos meses para terminar la carrera de medicina. Después deseo hacer una especialización en Pediatría. Sabes que me encantan los niños. A continuación deseo hacer una maestría y un doctorado en Neurología Pediátrica. Esos son ocho años. Fernando., cuando termine eso, tendré treinta años, y en ese momento y después de todo eso, me gustaría, si me enamoro de ti, vivir contigo”
Yo solo me quede mirándola. Andrea tenía todo planeado. Al menos parte de su vida. Y me preguntaba, me podre enamorar de esta chica?
“Andrea, dentro de ocho años yo tendré cuarenta y nueve. Te casarías con un hombre de esa edad?”
“Si me enamoro finalmente de ti, claro que me casaría contigo. Aparte de la medicina, me gusta la arqueología, las cosas viejas. Eso sí, ciertas condiciones aplican y están escritas en letras pequeñas”- y se reía a carcajadas mientras decía esto último.
“Ciertas condiciones aplican!!! Explícate por favor”- dije yo todo serio.
“Fernando Morante, tú no puedes serle fiel a ninguna mujer. Eso lo entiendo. Sé que por tus trabajos tienes muchas tentaciones, sobre todo en la universidad. Eso lo veo en la facultad de Medicina. Muchos de mis profesores se han divorciado y han terminado casadas con sus alumnas. Amén de que tu no naciste para ser fiel”
“Te agradezco tu comprensión. Ahora bien, que dicen las letras pequeñas?”
“Es muy fácil: Yo tampoco le puedo serle fiel a ningún hombre. Ayer te lo demostré. Así que las letras pequeñas dicen lo siguiente: Si decidimos estar juntos en pareja, y eso dentro de ocho largooos años, mi propuesta es tener un Matrimonio Abierto”
“Un Matrimonio Abierto?”
“Si un matrimonio abierto. Tu sales con quien desees, y yo salgo con quien yo desee. Ambos de mutuo acuerdo, nos compartimos. Cero infidelidad. Eso de anoche fue el inicio”
“Y crees que un matrimonio abierto pueda ser la solución?”
“Bueno Fernando, te has divorciado dos veces, y como no vas a cambiar, iras de divorcio en divorcio, así que mi propuesta es la mejor opción que puedes tomar”
La verdad que para ese entonces, la propuesta y la madurez de Andrea me sorprendía. Era cierto, ya tenía dos divorcios. No le podía ser fiel a nadie. Y las chicas de la universidad eran una tentación (Pienso escribir unos relatos titulados: Las Universitarias o algo así).
“Ok Andrea, y que hacemos ahora?”
“Sencillo, vamos a darnos ese tiempo, ver si podemos enamorarnos, dejar fluir los sentimientos. Y si nos enamoramos, vamos a enfrentar juntos a nuestras familias”
“Y si en ese tiempo no me enamoro de ti? Que tal y si aparece alguien?”
“Lo asumimos. Ambos lo asumimos, y seguimos adelante y cada quien pasa la pagina o se lee otro libro, pero al menos lo intentamos”
“Y ayer. Te gusto la experiencia de ayer?”
“Si me gusto. Estar con un hombre que me coge divino, mientras el hombre por el que siento todas estas cosas me observa, fue divino”
La única pregunta que me había estado atormentando todo el día de repente salió a la luz. Mi garganta se secó y solté: «¿Lo disfrutaste entonces?». Andrea se sonrojó escarlata. La expresión de su rostro era de total vergüenza. No sabía dónde poner la cara.
«Sé honesta conmigo, Andrea», agregué instándola.
» Si los disfrute mucho Fer, y tu también. Sé que no lo esperabas, pero cuando me penetraste después que Matteo me había cogido, no duraste ni tres minutos jajaja”
Después su voz se apagó y miró su comida. Nos quedamos callados. No supe qué más decirle. Comimos nuestra comida en ese silencio y no fue hasta que ella empujó su plato prácticamente vacío que habló.
«¿Ahora que sabes que soy una puta ya no me querrás?» Ella pronunció las palabras en voz baja llena de ansiedad. Vi sus ojos llorar. Eso dolió. Nunca lo había visto así y me puse a la defensiva.
«Eso no es cierto, Andrea. He estado pensando en ello todo el día. Eres Andrea; te quiero igual que antes de anoche. En lo que a mí respecta, será un episodio en nuestras vidas y necesito tiempo para pensar. Muchas de las cosas que dices suenan lógicas, pero no estoy al cien por ciento preparado para compartir a una persona que pueda amar”
.»Eso lo puedo entender «, se obligó Andrea a decir. Luego preguntó: «¿Pero qué hay de ti? ¿Cuáles son tus sentimientos acerca de todo lo que paso allí, lo viste todo?»
«Sí, lo hice. Para ser brutalmente honesto, fue la cosa más erótica que he visto en mi vida. Era como mirar una película porno donde la principal actriz es una persona por la que tengo y siento muchos hermosos sentimientos”
Andrea me miró y dijo: «Sé que suena extraño pero lo disfrute, y estaba segura que tu entenderías que deseaba ser follada por otro hombre y que no actuarias de manera agresiva, y la sensación de tenerte inmediatamente después de ese hombre, fue simplemente increíble».
Andrea agrego a manera de afirmación y pregunta: «Pero eso fue pervertido, ¿disfrutaste viendo cómo se follaban a tu sobrina?»
«Sí, no, no fue así. El disfrute proviene de tu placer. Sabiendo que la persona te estaba provocando, mirando tus expresiones, eras hermosa».
«¡Yo era una puta! jajaja»
«Si así es como quieres llamarlo, pero eres mi puta.» Hice una pausa tomando un sorbo de mi vino, «Andrea, no importa lo que hicimos anoche o lo que creas que eres, creo que te puedo amar tal y como eres, solo dame tiempo, por favor”
«De verdad?» Andrea pareció sorprendida por eso.
«Hemos hecho algo que con mis anteriores parejas nunca había hecho. Demuestra que nuestra confianza mutua pueden soportar muchas cosas. Si uno de nosotros hubiera engañado al otro, obviamente, significaría una ruptura de esa confianza. Anoche lo hicimos juntos y debemos salir con nuestra relación intacta «.
Con nuestra comida terminada y la mesa despejada, Andrea rompió el mini silencio que había caído entre nosotros, «No cambia nada, Fernando. Solo piénsalo bien, tienes unos años para pensarlo»
«Bueno, déjame repetir la pregunta, ¿tu expectativa fue cubierta?»
«Me cogió y me hizo llegar al clímax, si eso es lo que quieres decir».
«En parte, pero ¿te gustó que te follara?»
«Tenía una técnica ligeramente diferente a la tuya que lo hacía emocionante, su pene es muy similar al tuyo, pero más grueso».
«No estás respondiendo la pregunta, Andrea», le dije terminando el último trago de mi vino, «¿Lo disfrutaste?»
Tímidamente me miró, su cara se sonrojó, «Supongo que si lo pones en conjunto, toda la experiencia fue muy placentera», se miró las manos, «Sí, lo hice». Esas últimas palabras fueron en un susurro.
«Vamos, bebe vamos al bar», sugerí.
Andrea terminó su bebida y ambos entramos en el bar para encontrar a un viejo tocando el piano. El bar estaba bastante tranquilo en comparación con la noche anterior, y estaba relativamente vacío con muchas mesas solas. Busque al mesonero y le pedí una botella de vino y volví a la mesa para sentarme frente a Andrea.
«¿Lo harás otra vez?» Yo le pregunte a ella.
Sus ojos brillaron hacia mí, «Si, y deseo que puedas mirar», respondió con fuerza.
Con eso, la llevé a la pista de baile y comenzamos a bailar. La noche anterior obviamente había tenido un efecto sobre nosotros y nuestro futuro. Mis propios pensamientos sobre lo que me decía Andrea era una mezcla de pura emoción con verdades. Nunca antes había soñado con compartir a Andrea ni a ninguna pareja con nadie, pero anoche lo hice sin remordimientos. Y tenía razón, yo no era un hombre que nació para serle fiel a ninguna mujer. Habían demasiado mujeres hermosas en las calles. Y cuando descubrí, que era más fácil conquistar a una mujer hermosa antes de una que no lo era, se abrió un universo para mí. En la universidad, con todas las chicas con las que me acosté, eran de las más hermosas. Y eso me impedía ser fiel. Y allí estaba Andrea, con una propuesta diferente. Una propuesta madura de una chica de 22 años. Pensé que toda la conversación fue brillante. No lo sabía, pero aquella noche cambio el rumbo de mi vida.
Por otra parte, ver a Andrea actuar así era algo fuera de este planeta. Nunca olvidaré la expresión de Andrea cuando Matteo se la llevó. Sí, supongo que Andrea tiene razón, es una puta, pero creo que podría enamorarme de ella. Durante las siguientes momentos, Andrea y yo continuamos disfrutando el uno del otro bailando y con una conversación suave en la mesa. Pasamos otra botella de vino blanco y comenzamos otra. Estábamos bailando de nuevo, moviéndonos lentamente por la pista con algunas otras parejas que parecían disfrutar de la velada tanto como nosotros. Andrea me abrazaba muy fuerte y la velada resultó ser algo romántica. Ambos estábamos disfrutando de la compañía del otro, algo que no habíamos hecho durante bastante tiempo.
Mientras bailábamos, Andrea puso su cabeza en mi pecho, fue una sensación agradable y de repente recuerdo que la iba a llevar a una disco fuera del hotel o algo así. Miré mi reloj para descubrir que eran poco más de las nueve y me di cuenta de que todavía era temprano para ir a otro sitio. Fui a susurrarle al oído a Andrea para hacerle saber cuando Matteo apareció de repente a nuestro lado.
«Hola, Fernando, ¿te importa si entro aquí y llevo a Andrea a la pista?»
Miré al hombre maduro. Maduro? Casi un anciano con la cabeza calva. No había notado que su estómago de cerveza se había agrandado desde anoche.
«Seas mi invitado», respondí y me aparté del camino. Andrea me miró rápidamente y luego se volvió hacia Matteo. Ella no dijo nada mientras él la tomaba en sus brazos y comenzaba a bailar. Regresé a nuestra mesa, tomé un gran trago de vino y luego me senté a verlos bailar.
Matteo la abrazaba con fuerza; sus manos parecían estar por todas partes subiendo y bajando por su espalda acariciándola.
Verlos bailar con melodías más lentas me hizo preguntarme si Andrea iba a permitir que sucediera algo de nuevo. Andrea de repente se separó de él y regresó a nuestra mesa. Se sentó deslizándose a lo largo del asiento para quedar en medio de nosotros.
Matteo la había seguido y se sentó frente a mí. «Entonces, ¿ustedes dos tuvieron un buen día?» Matteo preguntó.
«No está mal», le respondí, «¿Qué hay de ti?»
«Sí, está bien, no podía esperar para encontrarme con ustedes de nuevo».
Andrea se quedó callada. Matteo y yo hablamos de negocios durante unos minutos. Sin embargo, el tema se secó muy rápidamente y nos quedamos en silencio. Matteo estaba ansioso por decir algo; estaba jugueteando con sus manos como un niño que quisiera su nuevo juguete pero no sabía muy bien cómo pedirlo.
El pianista dejó de tocar y le dijo a su audiencia que se estaba tomando un descanso de veinte minutos. Eran poco más de las diez cuando Matteo de repente se volvió hacia nosotros y nos preguntó: «¿Entonces ustedes quieren subir a tomar una copa?» Sonreí interiormente ante sus expectativas.
Andrea me miró con los ojos centelleantes.
«No estoy seguro de que sea una buena idea, Matteo.»
«Vamos, es mi última noche aquí. Mañana debo tomar un vuelo a primera hora y ustedes han sido una buena compañía, ¿qué dicen?»
«Bueno, supongo que podríamos subir a nuestra apartamento y tomar una copa, como noche de despedida”- Dijo Andrea
«Bien por mí», respondió Matteo, en su afán por salir del bar extremadamente evidente, mientras que su actitud mostraba que sus expectativas habían crecido enormemente de repente. Matteo sonrió y se levantó ansiosamente de la mesa. Era descaradamente obvio que quería volver a coger con Andrea; pero ¿qué pasa con Andrea y sus pensamientos? Cuando me levanté para dejar salir a Andrea, tomé su mano y observé su expresión para no encontrar nada.
Caminamos hacia el ascensor en silencio. La atmósfera entre nosotros era tensa. Podía sentir la expectativa sexual de Matteo mientras miraba cómo cambiaban los números del piso. El silencio permaneció con nosotros hasta que entramos en nuestra habitación y luego Matteo vio todas las bolsas de la compra, «¡Caramba, alguien ha estado comprando!»
Andrea fue directamente al baño.
«Sí, ¿Andrea ha estado agregando a su guardarropa mientras estamos aquí, cerveza o vino, Matteo?»
«Cerveza, por favor», respondió Matteo.
Abriendo la nevera, le pasé una lata, saqué dos botellas pequeñas de vino tinto y las serví para Andrea y para mí. Tomando la silla, me senté y esperé. Ambos estábamos sexualmente excitados; por mi parte, tuve una semi erección en mis pantalones.
Esperamos a que Andrea regresara y, mientras lo hacíamos, ninguno de los dos comenzamos a conversar, pero uno podía sentir que la tensión sexual aumentaba a cada segundo. Entonces Andrea salió del baño. Parecía una eternidad antes de que reapareciera. Cuando lo hizo, Matteo la miro con su pequeño vestido negro y zapatos de tacones negros..
Matteo bebió un poco de cerveza y luego colocó la lata en la cómoda frente a él.
«Bueno, creo que sabemos por qué estamos aquí, ¿de acuerdo?» Dijo levantándose y parándose frente a ella.
«¿Andrea?» – Yo pregunté.
Matteo la miró. Andrea me miró con sus grandes ojos llenos de deseo
Matteo se quedó allí esperando. Andrea tomo a Matteo de la mano y lo llevo a la habitación. Le pidió que se sentara en el borde de la cama. Luego, sin previo aviso, alcanzó la cremallera de su vestido y la bajó dejando que el vestido cayera al suelo. Ahora estaba de pie frente a este anciano en su ropa interior color negro. Sus pechos se sentaron cómodamente en su sostén de plataforma, con los pezones erectos. Su hilo dental negro se hundía en su trasero. Y Andrea comenzó a modelarle a aquel hombre maduro, quien sentado en la cama, casi no podía creer su buena suerte.
Matteo la estaba mirando con esa mirada de pura lujuria. De eso, deduje que mi encantadora sobrina iba a obtener mucho más esta vez.
Se movió para pararse frente a ella. «Entonces, ¿en qué te has convertido, Andrea?» Preguntó.
Andrea lo miró, «Una puta», respondió en voz baja.
«Sí, es cierto. Pero eres un poco más que una puta, ¿no es así?»
Ella pensó en su pregunta por unos segundos, «Sí, lo soy».
«¿Y qué podría ser eso, Andrea?»
Ella vaciló. Pude ver que sabía la respuesta, pero algo en su interior le impedía decir las palabras. Tragó saliva y luego dijo: «Me gusta ser una sobrina puta».
«Me alegra que lo entiendas, Andrea, así que veamos qué tan puta eres en realidad. Ahora saca mi verga y chúpame».
Andrea obedeció. Ella le desabrochó el cinturón y luego le bajó los pantalones. Sus bóxers fueron los siguientes y su verga apareció a la vista. Tomándolo en su mano, tiró de su carne hacia atrás y hacia adelante, luego sacó la lengua y lamió la cabeza, girándola sobre la carne rosada hasta que finalmente la tomó en su boca y de inmediato comenzó a mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo. Sus mejillas se ahuecan mientras chupa su verga.
Matteo jadeó ante el placer que le estaba dando Andrea. Se inclinó, agarró su teta derecha y le acarició el pezón. Andrea ahora estaba tomando una buena parte de su verga en su boca. Fue una vista asombrosa. Allí estaba Andrea, ahora siendo una verdadera zorra.
Seguí mirando el espectáculo frente a mí. Andrea ahora la estaba meneando con fuerza mientras lo masturbaba. Matteo ahora respiraba con bastante dificultad cuando comenzó a empujar suavemente sus caderas hacia adelante al compás de los movimientos de Andrea. Segundos después, le agarró la cabeza y empezó a follarle la boca. Luego, aproximadamente un minuto después, dijo: «Mírame, Andrea».
Andrea lo miró mientras su verga se deslizaba entre sus labios.
“ Quítate el sostén -le ordenó – te quiero comer entera”- Andrea se alejo un poco para quitarse el sostén negro y hacer que Matteo pudiera apreciar sus hermosos senos.
“ Acércate más”- Andrea se acercó bamboleando su culo y con los pechos al aire; se colocó entre sus piernas y él comenzó a chuparle las tetas.
Mi pene no podía estar más duro, mi sobrina era una puta, iba hacer cogida por un extraño, por un viejo barrigón y yo lo estaba disfrutando, increíble!!!.
“ Que ricos pechos, me imagino cómo estará el resto” – dijo Matteo
“ Por favor no te lo imagines, chúpame todo el cuerpo, me encanta tu lengua caliente en mi piel, me enloquece.”
“Quiero saber cómo está el sabor allí abajo” – Empezó a bajarle la tanguita negra
“Siii, cómeme entera.”- Suplicaba Andrea.
“Quieres que siga, estás segura que te gusta? “
“Sii,sii por favor no pares, sigue, sigue…” –
Matteo le empezó a hacer una mamada increíble, mi sobrina Andrea no paraba de jadear como una perra y se contoneaba, le cogía con las caderas y las manos, para que no separara la boca de su vagina.
“Tu concha sabe exquisita”
“Sigue, sigue, no aguanto más, me gusta, me gusta”
Aquí se separo de su concha, se paro y se bajó los pantalones.
“Mira lo que tengo para ti ”. Se saco los calzoncillos y dejó su verga afuera, era más gruesa que la mía, tal y como dijo Andrea.
“Soy solamente puta para ti mi vida, soy tu puta. Quiero tu lechita, esta puta quiere leche calentita, soy tuya dámela, hago lo que me pidas pero dame tu semen”
“Súbete a la cama y ponte en cuatro, como buena perra que eres”
“Si por supuesto, quiero que me metas tu verga, no aguanto más la calentura”
En eso veo que Matteo me mira y se sonríe
“Te voy a chupar el ano puta, te gusta?”
“Sii!!! Cógeme! Por favor quiero sentirte concha, no puedo más. Quiero tu verga adentro!!”
“Pero que puta resultaste ser”
Mirándome le dice: “Vas a ver lo que es sentir una verga de verdad”
“Siii!! Quiero tu verga!!!! Quiero tu verga!!! Soy toda para ti, toda tuya”
Y dicho esto, se la metió entera sin más, y mi hermosa sobrinita dio un grito que me puso los pelos de punta, gritaba sin parar como nunca la escuche, jadeaba como una perra.
“Te gusta puta, ¿Quieres más?”
“Sii!!siii!! máss, mas fuerte, más fuerte”
“ Te voy a hacer llorar de placer prepárate” – y le metió un dedo en el culo y luego otro mas y los empezó a meter y sacar.
“Ufff!! Eres un hijo de puta ufff!! Por favor que rico siii”
Desde que conocía a Andrea y estaba cogiendo con ella, nunca la había visto así. Y pude entender que mi hermosa sobrina se excitaba muchísimo si sabía que yo la estaba mirando.
“Te partieron el culo alguna vez?”
“Siii, mi tío me estreno”
“Quieres sentir otra verga en tu trasero?”
“Noo!!! Por favor me va a doler, tu verga es más gruesa que la de mi tío”
Se la saco de la vagina y me pregunto si tenía lubricante. Yo como un autómata le busque un lubricante anal que tenía en mi maleta. El se coloco lubricante en su verga, en los dedos y en la entrada del ano de Andrea. Metió primero un dedo, después dos dedos y luego le acaricio con la punta del pene la entrada del ano y con la otra mano le frotaba el clítoris. Se acostó en la cama y le dijo: “Ven aquí, te lo vas a meter tu solita, siéntate aquí arriba, clávatelo tu como la buena puta que eres”
“Si, lo que tú quieras, soy tuya mi macho, ordéname lo que quieras’
Andrea se sentó arriba de Matteo y se trago con el culo toda la verga. Se puso a cabalgar desaforadamente, gritaba y bufaba.
“Sii!! Sii!!! Así está bien hijo de puta!!! Soy tu mujer ufff!!aaaahhhhy”-Mientras Andrea gemía, me miraba a los ojos con deseo. Andrea era otra mujer, era una Puta. Era Mi Puta.
“Si sigue, sigue, másss, cabálgame más fuerte yegua” ,decía Matteo.
“Sii!!!!!! Aahhyy, que hijo de puta!! hijo de puta!!! acaboooo aahhyyy!” –
Al mismo tiempo que Andrea estaba teniendo su orgasmo, Metteo también lo experimentaba, llenándole su orificio anal de semen caliente.
Ambos cayeron derrumbados, Andrea encima de Matteo. De vez en cuando, ella gemía, imagino que eran las ondas de aquellos orgasmos que sacudían su hermoso cuerpo. Me fui hasta la sala y saque dos cervezas de la nevera, las destape y las lleve a la habitación donde estaban aquellos dos amantes. Andrea y Matteo yacían boca arriba. Le alcance una botella a Matteo y este tomo casi la mitad de la cerveza. Descanso el tiempo que le tomo finalizar su cerveza. Matteo parecía estar tomando el control nuevamente, cuando le abrió las piernas y se arrodilló entre sus piernas. Su coño recién afeitado ahora estaba totalmente a la vista de este hombre. Con sus dedos, abrió sus labios y sonrió, «Bueno, mira esto, Fernando, tu adorable sobrina es un hembra mojada, muy mojada».
Miré por encima de su hombro para ver sus labios internos en exhibición cubiertos con una baba cremosa mientras su agujero del coño rezumaba jugo. La vista hizo que mi verga se contrajera y sentí que comenzaba a crecer. Matteo luego se sumergió. Pasó su lengua por su raja llevándose su baba con él y probándola. Luego procedió a chupar su clítoris y luego bajar a su agujero para follarla con su lengua. Alternó de uno a otro hasta que Andrea comenzó a retorcerse. Sus caderas se levantaron dándole un mejor acceso, agarró las sábanas con los puños y gimió, «¡Oh Dios, oh Dios!»
Vi que estaba a punto de correrse nuevamente en su lengua. Qué espectáculo, Andrea se veía tan hermosa entonces. Con los ojos cerrados y la boca abierta, su respiración se hacía más pesada y el cuello y el pecho enrojecían. Andrea iba a venirse y venirse con fuerza. Luego arqueó la espalda, empujando su coño contra su cara y con un gemido llegó en su lengua, su cuerpo se sacudió con las contracciones de su orgasmo. Dos, tres, cuatro veces su cuerpo se retorció y convulsionó en la lengua de Matteo y luego se relajó jadeando por la liberación sexual.
En ese momento, pensé que mi amada sobrina era la mujer más hermosa del mundo. Ella había cedido a Matteo permitiéndole que la tomara, que se la llevara y lo estaba disfrutando.
Descubrí que estaba erecto de nuevo y vi que Matteo estaba en la misma condición. No perdió el tiempo, levantó a Andrea, que todavía estaba en un estado de felicidad sexual, y la montó. Apuntó su verga a su sexo y vi cómo se deslizaba hacia adentro y tocaba fondo con un movimiento resbaladizo.
Andrea jadeó ante la penetración repentina y abrió más las piernas para permitirle el acceso que quería. La barriga de Matteo ahora era más evidente, colgaba grotescamente más que antes, mientras se apoyaba sobre ella. Luego se acostó sobre ella, presionando a mi pequeña sobrina. Matteo comenzó a empujar en el coño de Andrea. Mientras la follaba, me quité la ropa. Observé, no queriendo perderme nada que Matteo pudiera hacer mientras la golpeaba. El cuerpo de Andrea se sacudía con cada embestida haciendo que sus tetas temblaran. De vez en cuando, veía su verga aparecer de sus profundidades y su humedad cubría su carne dura y caliente.
«¡Dios, eres tan bueno! Siiii! Aahhyy!! » Andrea exclamó.
Andrea yacía allí, su cuerpo estaba sonrojado por la emoción. Matteo cambió ligeramente de posición. Movió los brazos sobre su cabeza permitiendo que todo su peso descansara sobre su cuerpo, su barriga aplastando, su barriga oscureciendo mi vista. Todo lo que podía ver ahora eran sus nalgas metiéndose en el coño de Andrea.
No supe que hacer. Me quedé allí con una erección furiosa mirándolos; parecía que le estaba dando un buen servicio. Imágenes de películas porno antiguas pasaron por mi mente mientras miraba. Me subí a la cama y Andrea abrió los ojos para mirarme. Dentro de sus ojos vi el placer, pero en lo profundo, mucho más profundo, podía ver crecer la lujuria nuevamente. Noté una pequeña película de sudor en su labio superior cuando tuvo otro orgasmo.
Toqué el brazo de Matteo y de inmediato lo apartó de su cabeza y se incorporó. Atacó sus tetas moldeándolas con los dedos. Empujando hacia adelante le ofrecí mi verga a Andrea para que la chupara. Matteo continuó follándose a Andrea a un ritmo constante. Con mi verga, toqué sus labios y una vez más abrió los ojos. Se sonrojó aún más de lo que ya estaba y abrió la boca.
Mi verga se deslizó entre sus labios y sentí su lengua cálida y húmeda deslizarse sobre mi extremo. Debido a que había estado en un alto estado de excitación sexual durante bastante tiempo, las sensaciones de mi verga eran increíbles. Nunca antes había sentido algo así en toda mi vida. Fue tan exquisito que casi disparado el semen allí mismo.
Se requirió una cantidad considerable de esfuerzo y determinación para evitar vaciarme pronto. Mis caderas comenzaron a empujar suavemente hacia su boca, hacia atrás y hacia adelante. Mientras follo la boca de Andrea, otro hombre le atiende el coño. La lujuria tomó el control cuando comencé a empujar más en su boca. Matteo miró durante unos segundos y luego comenzó a empujar con más fuerza mientras enterraba la cara en su cuello; ahora, con cada embestida dentro de ella, emitía un gruñido.
En segundos, Andrea se arqueó y obligó a Matteo a levantarse con ella, su cuerpo se puso rígido y, a través de las sensaciones en mi verga, la sentí temblar cuando llegó al clímax en la verga de este anciano. Dejé de empujar en su boca mientras la veía alcanzar su punto máximo. Nunca antes la había visto tener unos orgasmos tan poderoso.
Andrea permaneció así durante varios segundos mientras hacía un chillido agudo sobre mi verga. Luego, cuando bajó de su altura, dejó que mi verga se deslizara de su boca y jadeó, «¡Dios mío!» Ella estaba jadeando, tragando aire mientras ola tras ola de placer todavía barrían su cuerpo en un torrente.
Empujé hacia adelante, Andrea, de puta volvió a meter mi verga en su boca y seguí follándola.
Verla venir fue tan erótico. La expresión de su rostro era tan hermosa que supe que la amaba mucho. Una vez más, la culpa me inundó cuando pensé que yo me odiaría después de que todo esto terminara. Creo que no estaba preparado para todo ello. Había sido tan rápido.
Matteo continuó arando el coño de Andrea, de donde obtuvo la resistencia?. Nunca lo sabré. Un hombre de su edad ciertamente estaba avergonzando a muchos hombres más jóvenes. Se me pasó por la cabeza la idea de que era porque Andrea era una hembra que nada tenía que envidiar a esas mujeres de cuerpos famosos. Andrea era una chica Playboy.
Andrea comenzaba a moverse mucho más debajo de él. Obviamente, Matteo era un Macho Alfa y sabía lo que estaba haciendo. Noté que Andrea empujaba sus caderas hacia arriba para encontrarse con los lomos de Matteo y luego correrse otra vez sobre su verga. Mi verga se deslizó de su boca y jadeó, «¡Oh, mierda!» ella estaba jadeando de placer, pero Matteo continuó golpeando su coño.
Rodé sobre mi espalda, luego me senté para ver la escena de Andrea confirmar que en el fondo ella realmente era una puta. Andrea ahora lo estaba follando, disfrutando de su verga mientras entraba y salía de su coño afeitado. La vi levantar las rodillas y abrir más los muslos, lo que le permitió profundizar más. Sus brazos lo rodearon y lo acercaron a él.
Se besaron profundamente. Podía ver el intercambio de lengua. Andrea se estaba entregando totalmente y sin reservas a aquel hombre. Eso duele; hasta ahora, no lo habían hecho. Parecía como si fueran amantes en el verdadero sentido de la palabra, no solo dos personas teniendo sexo. Inesperadamente, sentí celos y por un terrible momento pensé que había perdido a Andrea por culpa de Matteo. Sin embargo, empeoró.
Matteo le susurró al oído, pero no escuché lo que había dicho. Andrea lo abrazó amorosamente; ella lo estaba mirando a los ojos mientras la follaba. Ella sonrió y dijo: «Oh, sí, Matteo, me encanta tu verga dentro de mí». Se volvieron a besar más suaves, más amorosos.
Mi corazón se hundió, qué está pasando, pensé, la he perdido para siempre.
«¿Vas a venir otra vez, Andrea?» Él susurró.
«Eh, eh», respondió ella con una sonrisa aún mirándolo a los ojos.
«¿Qué te hace venir, Andrea?»
«Oh, Matteo, tienes una verga divina «, respondió sonriendo. Su sonrisa cambió a una mueca sexual cuando una vez más se arqueó hacia él viniéndose sobre su verga.
«Oh, sí», gritó, «Oh, eso es tan bueno», jadeó, su respiración era entrecortada, «Dios, nunca pensé que follar mientras me observan, podría ser tan bueno.”
Matteo obedeció y siguió follándose a mi encantadora sobrina, dándole lo que quería.
Mi propia verga estaba dura, así que volví a colocarme en posición y la puse en sus labios. Sus ojos de repente se abrieron de golpe y vi la sorpresa en su rostro.
“Te sientes bien? Lo puedes soportar amor?” – Me pregunto.
Andrea se puso roja y estaba a punto de decir agregar algo, cuando empujé mi verga en su boca. Ella me chupó mirándome con sus ojos suplicantes. Mientras la miraba, vi sus ojos rodar en sus órbitas mientras Matteo se la sacaba por cuarta vez con su verga.
Fue entonces cuando decidí que quería estar dentro de ella. Matteo había estado usando su coño durante demasiado tiempo y yo quería un poco. Tomando mi verga de la boca de Andrea, me levanté de la cama. Andrea me miró mientras Matteo seguía follándola.
Tocando a Matteo en el hombro, le dije – «Vamos, Matteo, quiero su coño».
Matteo me miró y luego se bajó de ella, «Claro, Fernando «. Él se alejó rodando y me arrastré entre sus piernas y me subí encima de ella, mi verga se deslizó en su coño extremadamente húmedo y sin oposición hasta la empuñadura en un movimiento largo. Un gemido inesperado escapó de mis labios cuando toqué fondo. Dios, se sentía bien, pensé, mientras comenzaba a deslizarme dentro y fuera de ella.
Apoyándome en mis manos, miré a Andrea para descubrir los chupones, uno en el otro lado de su cuello y dos en su teta izquierda, uno estaba muy cerca de su pezón. Matteo subió a la cama, sin perder tiempo en presentar su viscosa verga a la boca de Andrea. Sin dudarlo, se abrió y lo acogió. De inmediato, él comenzó a follarle la boca. Los sentimientos alrededor de mi verga estaban fuera de este mundo. Entrar a una mujer que acababa de follar fue electrizante y me alegré de haber venido ya para poder disfrutar de estas sensaciones. Nuestro trío continuó. Matteo le folló suavemente la boca mientras yo le follaba el coño.
Matteo habló, «Eso es chica, limpia mi verga con crema de tu coño «.
Mantuve un ritmo constante de embestir en el cuerpo de Andrea y ella se encontró con cada uno de ellos con un empujón propio hacia arriba.
«¿Está mi verga bonita y limpia ahora, Andrea. Te gusta el sabor de tu propio coño de puta en tu lengua?”- No hubo respuesta.
Matteo empujó profundamente en su boca y Andrea se atragantó. Se echó hacia atrás y luego volvió a entrar, más profundo de nuevo. Sentí su cuerpo amordazado, pero esta vez Matteo no retrocedió, empujó y su verga se movió unos centímetros más. Andrea trató de apartarse, pero Matteo la agarró por la cabeza y se hundió aún más, esta vez con una mirada decidida en su rostro.
De repente me di cuenta de que había dejado de follar con Andrea y estaba observando con atención lo que Matteo estaba tratando de hacer. De nuevo, Matteo se echó hacia atrás, pero solo un poco, y luego empujó hacia adentro. Su verga se deslizó entre los labios de Andrea tan suave como la seda en su boca, más profunda, cuatro cinco pulgadas.
Andrea se atragantó de nuevo, pero Matteo no retrocedió en absoluto, en su lugar, siguió empujando y vi su verga deslizarse en su garganta. Asombrado, vi sus labios besar su ingle.
De repente solté, «Buena chica», y seguí follándola.
Matteo empezó a follar su garganta, debe estar dentro, pensé. Por instinto, bajé y comencé a besar su oreja y bajé sobre su cuello cubierto de chupetones. Mientras hacía esto, de repente me di cuenta de que podía sentir los movimientos de la verga de Matteo en su garganta.
Realmente le estaban jodiendo la garganta.
Con un gruñido, «Eso es fantástico, Andrea», jadeó Matteo. Empezó a moverse más rápido y luego gritó jadeando: «Aquí viene, Andrea». Empujó y apretó su cabeza contra él aplastando su nariz contra su barriga peluda. «¡Uf!». Luego fui testigo de la verga de Matteo palpitar varias veces, mientras bombeaba su esperma en la garganta de mi encantadora sobrina. Al mismo tiempo, Andrea estaba tratando de tragar mientras su esperma se disparaba directamente hacia su garganta. Pareció una eternidad antes de que él la soltara, sacando su verga de su boca. Andrea apartó la cabeza jadeando en busca de aire, lamentaba sacar esperma de su garganta donde parecía hacerla rodar en su lengua antes de tragarla de nuevo.
Mi corazón latía como loco. Mi mente estaba llena de lujuria por lo que acababa de presenciar. Andrea acababa de hacerle una garganta profunda a este extraño, algo que nunca habíamos hecho antes o que ni siquiera habíamos querido intentarlo. Mi lujuria tomó el control, comencé a follarla, y me refiero a follarla de verdad, duro y rápido.
Sentí que Andrea respondía. Me rodeó con los brazos y me sostuvo. Golpeé con fuerza apretando mi pubis contra el de ella. En ese momento, Matteo ni siquiera existía.
Entonces Andrea soltó un gruñido, su cuerpo se encogió, «Sí, eso es, joderme. Dios, voy a venir. ¡Sí! Sii!!!!!!!! Te amo, te amo, te amo!!! aahhyyy”
Su cuerpo luego se sacudió varias veces; luego, desde lo más profundo de su garganta, llegó un gruñido largo y bajo que lo llevó a un chillido de puro placer. Entonces me vine. Le di una corrida a Andrea, chorro tras chorro de esperma caliente en su coño bien usado. Gimiendo de placer, colapsamos en la cama jadeando. Unos minutos más tarde, me aparté de Andrea y me acosté en la cama.
Andrea yacía a mi lado jadeando, tratando de recuperar el aliento. Entonces vi a Matteo salir del baño. Andrea rodó sobre su costado y puso un brazo sobre mi pecho. Matteo se subió a la cama y se acostó detrás de ella. Muy rápidamente, todos nos quedamos dormidos.
Me despertaron un par de horas después. Aún estaba oscuro. La cama se balanceaba. Me di la vuelta para ver a Matteo tendido entre los muslos de Andrea jodiendo su coño. Tenía las piernas abiertas de par en par, las manos sosteniendo su trasero mientras él bombeaba dentro de ella. Andrea gruñía y gemía. Luego, de repente, la empujó, empujando su verga hacia su sexo mientras gemía con el orgasmo descargando varios chorros calientes de esperma en su útero dispuesto.
Matteo rodó y ambos se quedaron tumbados durante varios minutos mientras trataban de recuperar el aliento. Entonces Andrea se dio la vuelta y se abrazó a mí y de nuevo nos quedamos dormidos.
No tenía idea de qué hora era, pero me desperté de nuevo y me di cuenta de que Andrea ya no me abrazó, así que me volví a medias y miré detrás de mí.
Desnudos, Andrea y Matteo se abrazaban y se movían rítmicamente. Matteo arriba de Andrea. Y luego Andrea arriba de Matteo. Rodaban hacia un lado. Hacia el otro. Andrea sentía venirse con aquella verga dura que le recorría todo el coño. Rodaron sin parar de un lado a otro. Fue lo que se dice una revolcada. “Espérate, no aguanto más”, le dijo Matteo. Y pararon un momento Quedaron quietos. Andrea se veía encantadora encima de Matteo, luciendo ese magnífico culo que es todo un portento. Recuperadas las fuerzas, Matteo se quitó a Andrea y la recostó boca arriba a su lado. Se levantó y enfrente de ella le flexionó las piernas. Se arrodilló y tomando juntas las rodillas de Andrea las besó y las mordisqueó.
Enseguida las empujó hacia arriba, las separó y por unos instantes se detuvo a gozar un coño húmedo, palpitante, que a gritos pedía que lo atacaran. Con las piernas abiertas y encogidas hacia su cuerpo, Andrea sintió como Matteo se inclinaba y le dejaba ir toda la fuerza de su verga. Sintió cómo su cabeza se hundía poco a poco y de inmediato, el resto del miembro llegándole hasta quién sabe dónde por la posición que guardaba. Arremetió Matteo y Andrea se contoneó frenética, con vigoroso movimientos de caderas. El aullido de los dos quedó en uno solo. Fueron nuevamente unos orgasmos esplendorosa. Y por mi parte, no podía aguantar más el cansancio de días de poco dormir, así que cerré los ojos y me sumergí en la profundidad de mi sueño.
Desperté nuevamente con los movimientos en la cama. Allí estaba Andrea, de nuevo tumbada boca arriba, con las piernas bien abiertas y la rodilla doblada con Matteo entre ellas. Debía ser cerca del amanecer, la luz del sol brillaba muy suave, a través del hueco de las cortinas.
Obviamente Matteo estaba enterrado profundamente dentro de ella. Él estaba chupando un pezón y al mismo tiempo susurrándole.
«¿Te gusta mi verga, Andrea?»
«Mm,siii, eres mi macho. Nadie me había cogido así. Eres insaciable. Me duele todo el cuerpo, menos la concha”- Respondió Andrea. Sus caderas se ondulaban suavemente mientras él empujaba hacia adentro y hacia afuera muy lentamente.
«¿Te gusta como lleno tu coño?»
«Mm se siente bien, tienes la verga más gruesa que he probado.»
«Dime, Andrea, dime lo que te gusta?»
«Me gusta lo que estamos haciendo, ser tu puta, tu hembra».
«No, Andrea háblame sucio, di esas palabras desagradables.»
Se quedaron en silencio. Me pregunté si Andrea obedecería. Ambos continuaron follándose suavemente, mientras Matteo mantenía la boca pegada a su pezón izquierdo. Andrea luego soltó un largo y bajo gemido de felicidad. «Oh, Matteo, me encanta tu verga. Me encanta meterla en mi coño, me encanta sentir tu leche de macho», susurró Andrea.
Mierda, me sorprendía escuchar a Andrea hablar. Todo lo de esa madrugada, me sorprendía
«Sabía que lo harías, Andrea. Cuando te vi por primera vez en el bar supe que eras una puta».
«Sí, soy una puta. Matteo. Me hiciste puta, me gusta ser tu puta».
«¿Y tu tío qué hay de él?» – Preguntó empujándola un poco más fuerte.
Andrea gimió.
Empujó aún más fuerte, «Vamos, dime, ¿qué hay de tu tío?» Se echó hacia atrás y volvió a empujar con fuerza.
«Oh Dios, Ufff!! Eres un hijo de puta ufff!! que rico sii, mass masss »
Matteo aceleró Andrea se encontró con sus estocadas.
«Vamos, Andrea dile» Matteo susurró con urgencia.
«Yo … um … él es mi amor, tú eres mi amante. Yo lo amo solo a él».
Matteo empezó a follarla con poderosos golpes. Dejó de chupar su teta y se movió hacia arriba para encontrar su cuello.
«¿Y vas a dejarme atender tu coño cuando quiera?» Matteo preguntó acelerando el paso y ajustando su posición, se acostó encima de ella con todo su peso; brazos arriba y alrededor de su cabeza con su cabeza en su cuello. Pude ver claramente las expresiones en el rostro de Andrea mientras su cabeza se balanceaba con cada embestida.
«¿Bien?» -Lo escuché murmurar algo
Andrea levantó las piernas y las cruzó sobre la espalda baja de Matteo. Ella gimió en voz alta, «Sí, puedes tener mi coño cuando quieras, ohhh Ufff!!!! Que rico sii”
Andrea comenzó a gruñir de nuevo. Matteo era un macho que no se cansaba para ser sincero y estaba decidido a hacer cantar a mi encantadora sobrina.
«Fóllame Matteo, amo tu verga dentro de mí. Fóllame, me voy a correr, Matteo haz que me corra. Oh, Dios, me follas tan bien».- Matteo ahora la estaba golpeando y Andrea se lo llevó todo.
«¿Vas a correrte con mi verga de nuevo, Andrea?»
«Sí, sí, haz que me corra», exclamó Andrea mientras se aferraba a él, «Oh, sí, voy a ir, hijo de puta, sii, masss «.
«¿Quieres que te eche leche caliente, Andrea?
» Sí, ven, llégame adentro de nuevo, preña mi útero, lo quiero «.- Ella tenía su rostro cerca de su oído mientras él yacía sobre ella. Sus embestidas eran ahora más cortas pero más contundentes. Luego levantó la cabeza y gruñó en voz alta, «Aquí viene”
“Andrea, te voy a golpear», volvió a gemir, «¿Quieres que te golpee?»
«Matteo, hazlo, prepárame, Matteo.»
«Eres tan jodidamente bueno aquí viene.» Matteo se estrelló contra ella y se apretó contra ella, su verga profundamente dentro de su coño. Al mismo tiempo, los muslos de Andrea comenzaron a temblar.
Andrea gritó: «Ya voy, Ufff!! Ahhhh!!! ufff!! que rico sii, que ricooo!!!” Su voz era como un gruñido, su cuerpo estaba teniendo espasmos, sacudiéndose debajo de Matteo mientras el orgasmo atravesaba su cuerpo. Matteo seguía empujando dentro de su coño tratando de profundizar, sus nalgas se apretaban al mismo tiempo que el latido de su verga que bombeaba chorro tras chorro de esperma caliente en el útero de Andrea salpicando sobre su cuello uterino.
Fue una escena increíble de ver, y en lugar de unirme, me volví a dormir.
Una vez más, me desperté para descubrir que Andrea ahora estaba dormida y acostada cerca de Matteo. Su brazo estaba sobre su cuerpo acurrucándose contra él. Los celos golpearon como un ladrillo en la cara. Verlos así me hizo preguntarme si habíamos ido demasiado lejos. Nunca antes habíamos hecho algo así. Ahora mi mente estaba confusa y realmente no sabía qué hacer. La forma en que Andrea se acurrucó con él y la expresión de satisfacción en sus rostros me desgarró el corazón. Las últimas dos noches habían demostrado lo receptiva que era ella con él. Parecía que Andrea estaba totalmente en sintonía con él sexualmente y el sexo que le daba estaba fuera de este mundo. Me tocaba comprender que aquella mujer disfrutaba siendo follada en mi presencia.
De todos modos, era hora de levantarme, así que me dirigí al baño para ducharme y afeitarme. Era lunes y debía trabajar. Llame al restaurante para pedir desayuno para tres personas y que lo subieran a la habitación.
Volví de nuevo a mis pensamientos. Sin duda, todo aquello iba a ser un punto de inflexión importante en nuestro relación. Mis sentimientos esa mañana fueron confusos. Por un lado, disfruté viendo a Matteo follándose a Andrea esa primera noche, y fue una completa revelación. La segunda noche fue aún mejor. Andrea fue asombrosa. Deliberadamente permití que esa segunda noche tuviera lugar solo para ver qué pasaba y cuanto Andrea podría disfrutar siendo observada por el hombre, que de acuerdo a ella, amaba. Ella me amaba!!!
Por otro lado, no esperaba que Andrea realmente lo hiciera esa segunda noche. Supongo que estaba esperando a que Andrea dijera que ya era suficiente, pero nunca lo hizo. Lo que sucedió ese fin de semana fue que a Andrea le gustó y las ramificaciones de todo fue que nuestra relación nunca sería la misma.
Después de ducharme y afeitarme, regresé a la habitación principal y descubrí que Matteo se había ido. Esa noche era la última de Matteo y tenía que salir del hotel esa mañana.
Andrea todavía dormía. Se había puesto de costado, con el pelo sobre la cara. Me vestí listo para ir a trabajar. Luego me acerqué a ella y le besé el cuello expuesto. Andrea soltó un suave gemido. Olía a sexo, pero no olía igual. Estaba algo rancio o viejo. Y ella llena de moretones, semen en su piel y chupones por varios sitios. La dejé en la cama. Sonó la puerta, era un mesonero que traía los desayunos. Los dejo y se marcho, después que le di una propina.
No podía despertar a Andrea para desayunar, aunque lo deseaba. Quería comentare con ella lo vivido en la noche y aquella madrugada. Pero no era buena idea. Matteo era un hombre insaciable y estuvo cogiendo con Andrea toda la noche. Era difícil entender la energía que tenia aquel ser.
Estaba desayunando cuando la puerta principal se abrió. Era Natalia. Nos habíamos olvidado de ella. Estaba regresando de la disco. Me dijo que tenía hambre y se sentó a comer conmigo. Me conto lo bien que la paso toda la noche con sus amigos. Al terminar de desayunar, Natalia me dijo que tomaría una ducha. Se desnudo y se dirigió a su cuarto en el segundo piso del apartamento. Cuando llego a las escaleras, me miro y dijo:
“Fer, por favor sube, me tomo una ducha y después me coges. Tengo mucha tensión sexual y necesito liberarlas. Puedes cogerme? Andrea dejo algo de semen para mí?“.
Que podía decir. Después de aquella exhibición de resistencia de Matteo, no podía quedarme atrás. Termine de desayunar, y subí a follar a Natalia. El trabajo podía esperar un par de horas.
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