Mis sobrinas Andrea y Natalia (Séptima Parte)
Sexo con mis sobrinas.
Mis sobrinas Andrea y Natalia (Séptima Parte)
Natalia y yo habíamos dejado el Jet Ski y nos dirigíamos hacia las instalaciones del hotel. Con mi móvil llame a Andrea para saber donde estaba. Me respondió, y dijo que estaba en el bar tomando unos tragos. Le dije que iríamos hasta el bar.
Cuando llegamos al bar, esperaba que Andrea estuviese con el chico que de acuerdo a Natalia, les había gustado. Al principio, no pude verla, ya que había una multitud de personas, apiñándose alrededor del bar. Llegamos la barra y vi a Andrea sentada en el otro extremo dándonos la espalda. Andrea nuevamente me sorprendió, estaba hablando con un hombre maduro, y no con un joven.
Estaba tan sorprendido que quería asegurarme de que realmente estaban hablando y que ella no le había dado la espalda. A Natalia y a mí se nos dificulto acercarnos, hasta que llegué a una posición en la que podía verlos claramente a los dos. Efectivamente, estaban hablando y, lo que es más, parecía que Andrea estaba disfrutando de su compañía y comenzó a reírse de algo que él había dicho.
El hombre tendría como cincuenta a cincuenta y cinco años, era algo calvo, con sienes grises y vestía una camisa playera y unos pantalones cortos. Andrea estaba sentada en un taburete de la barra, mientras que su nuevo amigo estaba de pie frente a ella con un vaso medio lleno en la mano. Lo que más note es que cada vez que Andrea apartaba la mirada, él miraba sus piernas. Fue entonces cuando me di cuenta de que su faldita se había subido a lo grande. Supongo que debido a que era una falda muy corta, que apenas cubría sus desnudas piernas y la parte inferior del micro bikini negro que había usado en la playa.
Nos acercamos a ellos justo cuando Andrea echó la cabeza hacia atrás con una carcajada. El hombre maduro obviamente le había contado otro chiste y, una vez más, miró sus piernas. Cuando me acerqué al lado de Andrea, miré hacia abajo para encontrar sus piernas ligeramente separadas y que probablemente él estaba mirando su entrepierna cubierta por su hilo dental negro.
Toqué a Andrea en el hombro, ella me miró y sonrió. La mirada que obtuve del hombre maduro fue depredadora; claramente estaba pensando que yo era la pareja de Andrea.
«Hola, Fer, hola Naty «, nos dimos unos besos en las mejillas, miró al hombre maduro, «Este es mi tío, Fernando y mi hermana Natalia, este es Matteo, está en la construcción al igual que tú».
«Hola, Matteo, es un placer conocerte». Dijimos Natalia y yo.
Matteo estaba cabizbajo cuando me miró, «Encantado Fernando», respondió tomando mi mano y me dio uno de los apretones de manos más suaves que jamás había tenido.
Bajé la mirada a las piernas de Andrea, ella me vio, inmediatamente se dio cuenta de que necesitaba bajar la falda y lo hizo muy rápido.
«Bueno, gracias por cuidar de mi sobrina, Matteo. Parece que se están divirtiendo, pero ahora debemos bañarnos e ir cenar», miré a Andrea, «¿Nos vamos?»
«Sí, por supuesto. Gracias por un buen rato, Matteo» Andrea le dijo con una agradable sonrisa cálida. Salimos para entrar al lobby del hotel dejando a Matteo bastante desinflado.
“Que paso con el chico, Andrea?” Pregunto Natalia desconcertada.
“Era un bobo aburrido, así que hablamos un rato y para cortar la conversación con él, le dije que me iría a mi habitación tomar una ducha. Pase por el bar y como estaba animado, decidí tomarme un trago, y allí conocí a Matteo. No quería quedarme sola en la habitación, mientras ustedes llegaban de disfrutar su paseo” dijo soltando una sonrisa con picardía. Era obvio que ella sabía que habíamos follado.
Así que subimos al apartamento, creo que eran cerca de las seis de la tarde. Dormimos un poco los tres. Cerca de las 8 de la noche, me desperté y me bañe. Las chicas se estaban arreglando. Yo tenía mucha hambre, así que les pedí que se apuraran en medio de sus protestas. Andrea tenia puesto un pantalón blanco transparente que sin mayor esfuerzo se podía detallar su hilo dental blanco y un top blanco también transparente con mangas. Natalia tenía un pantalón blanco a la cadera, y sobresalía parte de su hilo dental, también tenía un top blanco. Andrea tenía unos tacones de 15 cms y Natalia unos de 10 cms. Andrea se veía más alta por la diferencia de alturas de los tacones. Me provoco cancelar la cena y follar con las dos. Pero deseche la idea porque las chicas querían ir a una de las discos del complejo hotelero. Acto seguido tomamos el ascensor, bajamos al lobby del hotel y fuimos a unos de los restaurantes.
Una vez en nuestra mesa, pedí una botella de vino. Y la carta para la comida. Mientras tomábamos algo de vino y decidíamos que comer, Natalia y Andrea hablaban de Matteo.
«Veo que te la estabas pasando bien, con Matteo.» Le dije.
«Estuvo bien. Pero ustedes pasaron mucho tiempo y estaba aburrida. Espero que lo hayan disfrutado jajaja” Dijo Andrea mirando con picardía a Natalia, mientras esta se cubría la cara con la carta y se reía con fingida vergüenza.
«¿Vi al Matteo llenarse de ojos contigo?»
Andrea me miró desconcertada, «¿Qué quieres decir?»
«Bueno, él ciertamente estaba mirando tus piernas y tu entrepierna. No es que lo culpe que tengas piernas hermosas aún más cuando estás usando una falda corta y debajo un micro bikini.»
» ¡Por favor Fer! El se me acerco porque me había visto hacer topples en la playa, y a ti te preocupa que estaba mirando las piernas”
«¿Quieres decir que te abordo porque te vio en la playa con los senos al aire y con tu micro bikini negro”
“Si tonto, así fue” sonriendo.
“Cualquiera reaccionaria así. Yo veo a una hermosa mujer en la playa con sus hermosos senos al aire y luego la encuentro sola en el bar, claro que la abordo”
“Si vale. Me dijo que mis senos y mi cuerpo eran hermosos. Así que me sentí muy halagada”
Nos interrumpió la camarera para tomar nuestro pedido.
“Supongo que Matteo pensó que tenía una oportunidad conmigo». Agrego Natalia
«Tuve ese pensamiento. Lo vi mirándome con ojos de deseo. Con ganas de tocar los senos que había observado en la playa jajaja. Creo que cuando ustedes aparecieron, estaba a punto de decirme para irnos a otro lado”
“Sí, creo que frustramos todos sus planes para esta noche».
«Debe pensar que soy fácil, y tu sabes que no soy una chica fácil», añadió Andrea con picardía.
«No te preocupes por eso, Andrea” le dije
Tuvimos nuestra comida charlando todo el tiempo. Natalia estuvo contando de nuestra aventura en la playa solitaria, así que el ambiente se lleno de una fuerte carga erótica. Le conto a Andrea sobre los orgasmos y yo las miraba con aires de grandeza. Andrea nos hizo saber que tenía unas ganas de coger y que esta noche yo era para ella sola. Natalia le dijo: “Difícilmente encontraras semen en ese cuerpo jajaja. Lo exprimí todo”
Al terminar la comida, fuimos a una discoteca que está en el mismo complejo. Desde afuera se podía escuchare la música. Las chicas y yo entramos en la disco. Algunas personas ya estaban bailando y encontramos una mesa no muy lejos de la pista de baile. Conseguí otra botella de vino y nos sentamos a mirar a los bailarines.
Mis sobrinas son unas chicas a quienes les encantaba bailar. Incluso ahora, la música las hacía vibrar suavemente en sus asientos. Le pedí a Andrea bailar un poco al lado de la mesa, y después fue el turno de Natalia. Pasado un rato Andrea se nos unió y después las deje a las dos solas bailando cerca de nuestra mesa, y solo regresaban para tomar un trago.
Después de un rato las llevé a la pista y bailamos al son de una melodía y luego volví a nuestra mesa con Natalia, Andrea se quedó en la pista bailando sin ninguna preocupación por el mundo. Por mi parte, me encanta verla, y ahora que estaba bien vestida y luciendo súper mega sexy con aquellos pantalones y su top transparente, verla bailar fue un placer. La velada continuó y Andrea iba y venía bebiendo su vino, en algún momento Natalia se le unía. Una se sentaba y la otra seguía bailando, y a veces las dos bailaban al mismo tiempo, mientras que yo las miraba en silencio. En ese instante, Matteo apareció. El hombre se acercó a nuestra mesa.
«Hola», dijo con una sonrisa tentativa, «¿Alguna posibilidad de que pueda unirme a ustedes?» Hablo por encima de la música. Le indiqué que se sentara, pero antes de que lo hiciera, volvió a llamar a un mesonero y me dijo que conseguiría más vino.
El mesonero regresó unos minutos más tarde con otra botella de vino y Matteo se sentó a mi lado. Andrea y Natalia estaban bailando en medio de la pista. Pensé que podría haber pasado de largo, pero no tenía ninguna excusa para no permitirle sentarse con nosotros. Matteo, sin embargo, no le prestó mucha atención ni a Andrea ni a Natalia cuando empezó a hablarme de negocios y de las cosas que estaba haciendo. De hecho, estaba tratando de obtener información sobre mi empresa. Hablamos durante una buena hora y en ese tiempo; Andrea y Natalia, estaban pasando el mejor momento de su vida en la pista de baile. Debo decir que les encanta bailar con pasión.
Después de eso, Matteo fue al baño. El vino se había acabado, así que pedí otra botella. Cuando miré de nuevo, vi a Matteo en la pista de baile con las chicas. Estaba pavoneándose con la música. En realidad, no estaba bailando con las chicas, pero se mantenía cerca. El tempo de la música cambió y Andrea se acercó a la mesa por más vino, mientras que Matteo se acerco a Natalia para bailar. Y Natalia es una de esas bailarinas natas.
» Matteo bailando con Natalia. Le va a provocar un infarto» Le dije riéndome a Andrea
Ella volvió a mirar al hombre maduro que aún bailaba. «Sí, Natalia se lo va a comer «, respondió ella y luego volvió a la pista.
Fue el turno de Matteo para volver a la mesa y se bebió la mitad de su copa. Sudaba profusamente y se sentó respirando con dificultad.
«Hace mucho calor aquí». Comentó
Luego se escuchó una melodía lenta y esa fue mi señal. Me levanté y me uní a Andrea en la pista y comenzamos a bailar juntos. La abracé sintiendo sus pechos contra mi pecho. Realmente me sentí genial sosteniendo a mi sobrina súper sexy. Nos movimos por la pista empujándonos con los otros bailarines mientras nos movíamos y luchábamos por nuestro pequeño lugar. La música continuó y creo que ambos nos fuimos a nuestra propia pequeña zona de confort cuando sentimos el calor de nuestros cuerpos el uno contra el otro. No recuerdo cuánto tiempo estuvimos juntos, pero yo estaba en el cielo. Pude mirar que Matteo y Natalia también estaban bailando, aunque menos pegados.
Había olvidado lo que era bailar con Andrea mientras se aferraba a mí, sentir su respiración y dónde había estado bailando durante tanto tiempo, su corazón latiendo. La sensación era tan embriagadora que realmente no quería dejarla ir nunca. Sin embargo, mi ensueño terminó muy rápidamente.
Sentí que alguien me tocaba el hombro y miré a mi alrededor para encontrar a Matteo parado allí sonriendo. «¿Podemos cambiar de pareja, Fernando?»
Supongo que me tomó con la guardia baja. Realmente no sabía lo que estaba haciendo y me alejé de Andrea y él tomó mi lugar. Tampoco quería despreciar a Natalia.
Me quedé allí y vi cómo él le rodeaba la cintura con el brazo y la acercaba. La acogedora calidez de nuestra unión desapareció de repente cuando empezó a moverla por el suelo. Vi la cara de Andrea pintada de desesperación y me pregunta por qué. Baile un rato con Natalia y ella me pidió ir a sentarnos, los tacones nuevos le estaban maltratando los pies.
Al regresar a nuestra mesa, bebí una buena porción de mi copa de vino. El alcohol me quemó a medida que bajaba, pero terminé la copa de todos modos y vertí el resto de la botella para volver a llenarlo. Me senté como si hiciera frío y miré a mi sobrina con Matteo.
Los dos parecen estar en una batalla de ingenio. Matteo le había puesto las manos en el culo y Andrea se las quitó. La atrajo hacia él apretándola contra su cuerpo. Ella a su vez trató de apartarlo, tratando de retenerlo con el brazo extendido. Continuó la música suave.
Una pareja a nuestro lado se sentó y tomó un trago, la mujer habló con su pareja y le dijo: «Me gusta este DJ, toca baladas suaves durante una buena media hora o más», sorbió su bebida mientras su compañero bebía de su vaso de pinta. «¿Regresamos?» Él asintió con la cabeza y volvieron a la pista de baile.
Dios mío, pensé mirando mi reloj, Andrea podría tener otros quince o treinta minutos con Matteo. Miré hacia atrás y descubrí que habían desaparecido entre la multitud de cuerpos que bailaban y que luchaban por un espacio en la pista de baile. Miré alrededor de la barra para percatarme que casi todos estaban bailando.
Luego reaparecieron y esta vez Andrea todavía lo mantenía a raya. Sin embargo, sus manos habían regresado a su trasero y ella no se había molestado en quitarlas. Yo observaba como Matteo acariciaba el trasero de Andrea, apenas cubierto por el pantalón blanco transparente y su hilo dental. También tenía su pierna entre las de ella y estaba tratando de forzar su entrepierna contra ella. Natalia me dijo que necesitaba ir al baño, que ya regresaba, que no seguiría esperando por Andrea para que la acompañara.
El rostro de Andrea estaba más relajado cuando de repente la música se detuvo y luego cambió a otra melodía. Lo siguiente fue una repentina prisa por salir de la pista de baile y Andrea logró liberarse de sus garras del madurito y regresó a nuestra mesa.
Pude ver que estaba algo enojada. Se dejó caer en el asiento y terminó su copa de vino en una. Matteo había desaparecido.
Observé a Andrea de cerca; sus ojos bailaban con su ira, su rostro aún se sonrojaba.
Andrea me miró, «¿Qué pasó? Estábamos bailando, ¿me dejaste con Matteo por qué?»
“Lo siento, no pensé que te podía molestar, además no podía despreciar a Natalia.”.
«Bueno, ese hombre tiene más manos que un pulpo». Miró hacia la pista de baile como si la llamara, apuró el vino que quedaba en su copa y se fue a bailar un poco más, cuando Natalia regreso, se le unió. Matteo retorno y se sentó frente a mí, «¿Dónde está Andrea?» preguntó.
«Bailando», respondí gritando por encima de la música, que parecía ser más fuerte ahora.
Él miró, la vio bailando, y luego me miró, «¿Te importa si yo …?»
«No lo haría si fuera tú.»
Se veía avergonzado, «Oh, lo siento por eso».
«Será mejor que te disculpes con Andrea, no conmigo.»
«Ah, vale.» Cogió su copa y bebió un poco de vino.
Pasaron unos buenos diez minutos antes de que Andrea regresara a la mesa. Ya Natalia había regresado de su tour por el baño.
Miré mi reloj y pensé que era hora de regresar a nuestra habitación. Andrea y Natalia habían regresado de a pista de baile. Andrea no miraba a Matteo. Este se le acerco y comenzó a hablarle. Por el sonido fuerte de la música no pude escuchar que le decía.
«¿Supongo que será mejor que nos vayamos a dormir chicas, o nos quedamos un rato más?»
La música había comenzaba a disminuir y la multitud se estaba reduciendo, así que pensé que era ese momento. Entonces Natalia habló: «¿Por qué no subimos hasta el jacuzzi a tomar una copa?». Ella sonrió cálidamente, y, aunque era tarde, no tuve objeciones, pero pensé que era mejor ver qué pensaba Andrea.
«¿Te parece bien, Andrea?»
«Está bien, pero no por mucho tiempo, anoche casi no dormimos y hoy casi nada. Así que necesito dormir unas horas”
Me volví hacia Natalia y Matteo y le dije: «Ok, vamos a nuestro apartamento, tenemos un jacuzzi al aire libre».
Matteo nos dijo que iría hasta su habitación a cambiarse y que después iría hasta nuestro apartamento. Me fui con las chicas, nos cambiamos y nos pusimos unos trajes de baño. Las chicas se adelantaron hasta el jacuzzi, no sin antes Andrea modelarme su micro bikini rojo. Me quede a esperar a Matteo. Al llegar, subimos. Dejamos caer nuestras batas y nos metimos en la bañera lentamente, el agua estaba bastante caliente. Siempre me sorprende ver lo natural que pueden actuar mis sobrinas en una situación como esta, al estar en micro bikinis en un jacuzzi y con un extraño. Yo traje unas botellas pequeñas de vino. Los serví en unas copas y se los pase a todos. Andrea estaba en un extremo del jacuzzi. Ella tomó el vino y lo bebió mientras Matteo la observaba. Natalia se acerco a mí y me dio un abrazo, diciendo que a pesar del agua caliente, sentía algo de frio. Eso lo aprovecho Matteo y se sentó junto a Andrea y empezaron a charlar.
Andrea y Natalia comenzaron a relajarse mientras hablábamos sobre la familia y nuestros hijos, su educación y política. Hasta ahora, el tiempo que pasamos con Matteo fue interesante y cuando hablo de su familia, de cosas que le habían pasado, muchas de ellas graciosas y logro que Andrea y Natalia se relajaran un poco. Esta vez fue Natalia la atrevida, quien se quito la parte superior del bikini, con el pretexto de que le estorbaba. De momento, Andrea no la imito. Y Matteo no dejo de mirar los hermosos senos de mi sobrina Natalia. Fue poco después de la una de la madrugada cuando Andrea bostezó un poco, se recostó del borde del jacuzzi con los ojos cerrados, casi dormida logrando con esto, que sus senos sobresalieran aun mas. Natalia se puso encima de mí, busco mi boca y me beso con pasión. Me dijo que era un beso de buenas noches. Natalia salió del jacuzzi, nos dijo que deseaba ir a su cuarto, que tenía mucho sueño. Así que quedamos solos con Andrea. Seguí conversando con Matteo, hasta que Andrea abrió los ojos y se levanto, y de lo más natural, se quito la parte inferior de su micro bikini rojo, y se acostó en un borde del jacuzzi y me dijo: “Tómame una foto”. Yo busque mi móvil que estaba cerca y le tome una foto, allí recostada. Después se levanto y se quito la parte inferior del micro bikini, acción que me puso nervioso y que al mismo tiempo me excito.
Andrea se metió de nuevo en el jacuzzi y se sentó completamente desnuda cerca de Matteo, quien se inclinó sobre su costado. Seguíamos hablando, charlando sobre el Medio Oriente y de todos los lugares que hemos visitado. Entonces lo vi. No tenía ni idea de cuánto tiempo lo había estado haciendo, pero me sorprendió la audacia de la misma; allí estaba pasando un dedo por uno de los muslos de Andrea, quien se mantenía con los ojos cerrados. Luego volvió a bajar lentamente el dedo. No hubo respuesta de Andrea, así que asumí que se había quedado dormida o que aceptaba las caricias de aquel madurito.
Matteo luego pasó el dedo por su muslo haciendo pequeños círculos mientras hablábamos. Era como si estuviera garabateando con el dedo como si fuera un bolígrafo. Sin respuesta de Andrea, Matteo pareció ignorarme y continuó acariciando a mi sobrina mientras hablábamos. Al principio, estaba enojado de que se tomara esa libertad. Quería decirle que dejara a Andrea en paz y se fuese, pero la verdad, yo no tenía ningún derecho sobre mi sobrina. Si la acción de un hombre la molestaba, ella debía detenerlo. Si el hombre no se detenía, allí sí tendría que actuar. Pero ella no lo paraba. Además, era ella quien lo estaba provocando al quitarse el micro bikini rojo y meterse en el jacuzzi completamente desnuda y sentarse a su lado. Yo también haría lo mismo.
Matteo había pasado el dedo varias veces hacia arriba y hacia abajo por el cuerpo de Andrea. Luego, en la siguiente pasada, acerco sus dedos al pubis de Andrea, que estaba completamente afeitado. Andrea reacciono y saco parte de su cuerpo del agua exponiendo la mayor parte de pubis recién afeitado.
Desde donde estaba sentado, podía ver como poco a poco, Matteo acariciaba el pubis de Andrea. Lo que de repente me golpeó fue el hecho de que habíamos dejado de hablar y que yo esperaba alguna reacción por parte de Andrea.
Matteo tampoco se lo iba a perder, se dedico a mirar el montículo de Venus parcialmente expuesto por Andrea. Sus hermosas piernas estaban ligeramente abiertas, por lo que tenía una buena vista. Pude ver que no iba a dejar pasar una oportunidad cuando abrió gentilmente las piernas de Andrea y miró claramente a su raja al descubierto.
Nunca pensé en compartir a Andrea con un extraño. Aunque en realidad si la compartía con su novio, pero nunca con un casi desconocido. Sé que algunos hombres lo hacen y he leído una o dos historias sobre el intercambio de parejas, pero nunca estuvo en mi mente. Pero tampoco debía considerar que Andrea era de mi propiedad y mucho menos, mi pareja.
Quizás fue culpa de las bebidas, pero Andrea realmente no quería detenerle. Luego, sin más preámbulos, como si yo no estuviera allí, él estaba de rodillas abriendo más sus piernas. Luego se arrastró un poco más hacia adelante para quedar bien colocado entre las piernas de Andrea. Y comenzó a chupar sus hermosos senos. Andrea solo rodeo con una de sus manos, la nuca de Matteo y lo dejo proseguir, quedando mi bella sobrina completamente desnuda y a merced de aquel madurito.
Mierda, se va a follar a Andrea. Me puse de pie y cerca de ellos. Mi corazón latía tan fuerte que dolía. ¿Qué debo hacer? Podía ver a Matteo sosteniendo su polla erecta en su mano derecha y estaba a solo unos centímetros de su coño. Nada se interponía en su camino. Sin embargo, él tenía el control. Suavemente abrió mas las piernas hacia un lado, revelando sus labios carnosos. Su polla estaba dura como una roca y de tamaño similar al mío. Luego se inclinó hacia adelante y frotó la cabeza de su polla varias veces a lo largo de la raja de Andrea hasta que vi su excitación en su polla.
¿Qué debo hacer? Por que Andrea no reaccionaba? Entonces escuché mi voz, «¿Qué está pasando Matteo?»
«Tengo que tener a tu sobrina Fernando, está increíblemente cachonda y me dijo que quería ser follada». Me miró con la cara enrojecida y los ojos muy abiertos por la lujuria.
«Lo sé, pero yo sólo…» El no se detuvo¸ y empujó hacia adelante la cabeza de su polla desapareciendo entre los labios sexuales de Andrea. Se echó hacia atrás solo una fracción y luego empujó de nuevo y me encontré mirando a este hombre maduro, un extraño, deslizando su polla dentro del cuerpo de Andrea.
“Por favor, métela toda”, escuche decir a Andrea y su barriga descansó sobre su montículo, supe que estaba casi completamente dentro de ella. Entonces escuché nuevamente a Andrea dar un gruñido bajo, seguido de un largo suspiro. Miré a Andrea, seguía con los ojos cerrados y la boca ligeramente abierta.
Matteo luego puso sus brazos debajo de sus piernas y empujó hacia arriba mientras avanzaba, pudo ponerse de pie, lo que obligó a Andrea a doblarse por la cintura levantando su culo del jacuzzi. Sus piernas ahora estaban completamente abiertas, con sus hermosos senos al aire. La posición permitió que su polla penetrara aún más en su cuerpo. Me quedé allí como un mirón con la erección más dura que jamás haya tenido.
«Mierda, se siente tan bien», exclamó Matteo mientras seguía saboreando el coño de Andrea.
Con el movimiento y la posición, Andrea abrió los ojos. Al principio, pude ver que no estaba registrando lo que le estaba pasando hasta que la vi mirar a Matteo por encima de ella. Sus ojos se abrieron en estado de shock. Al mismo tiempo que Matteo empezó a follar con ella, vi que su polla salía y volvía a entrar.
«¡Aaaah!» Andrea me miró. Su rostro de repente se puso carmesí. Andrea ya no era una inocente sobrina que follaba con su tio. Era una hembra en celo que necesitaba tomar la verga de otro hombre y no hizo nada para evitar que se la follara, mas bien, había provocado la situación. Ella me miro con ojos llenos de lujuria y deseo. Y los cerro, abriendo sus labios y emitiendo unos gemidos.
Matteo tomó embestidas largas y lentas en su coño, saboreando la sensación de su sexo caliente a lo largo de su eje y la increíble sensación de los labios carnosos de su coño besando la base de su polla ,mientras que él aplastaba su pubis contra el de ella. Siguió así durante varios minutos hasta que Andrea le dijo que quería ir hasta una cama. Matteo se detuvo. Salió de su vagina. Le tendió la mano y salieron de la tina del jacuzzi. Andrea se voltio a mirarme y me dijo: “Por favor, acompáñanos, quiero que veas cómo me coge otro hombre, por favor, si?”
Y se fue, completamente desnuda de la mano de aquel hombre, que hasta hacia pocas horas, era un completo extraño. Como un autómata los seguí. Llegaron hasta mi habitación y Andrea se acostó en la cama dejando las piernas por fuera y sus pies tocando el suelo. Matteo luego le puso el brazo debajo de la espalda, la levantó y la penetro nuevamente. Sus piernas llegaron automáticamente a la cama y, mientras mantenía su polla metida en su coño, la movió por la cama hasta que ella estuvo acostada en la posición del misionero y él acostado encima de ella.
Fue ahora que realmente comenzó a follarla. Andrea no respondió y me alegré de alguna manera. Matteo empujaba a un ritmo constante, mientras que Andrea se quedaba allí con las piernas abiertas, lo suficiente para que él se acostara entre ellas. Su ritmo no era demasiado rápido ni demasiado lento. Él estaba besando su cuello y chupándole el lóbulo de la oreja y chupando sus senos. Intentó besarle la boca pero ella se apartó. Me acerqué mirando a Andrea tumbada allí con los ojos cerrados, pero disfrutando de aquella penetración. Era como ver una película pornográfica pero en vivo. Realmente no sabía qué hacer ahora. Sí, sé que algunos de ustedes estarían destrozando a este tipo, pero ustedes no son yo y no están en esta situación. Decidí sentarme en una silla, cuando noté que las piernas de Andrea se abrían un poco más. Luego vi que sus caderas se levantaban para encontrarse con las embestidas del macho que la poseía.
Dios mío, está empezando a disfrutarlo. Yo conozco esos movimientos de Andrea.
Hasta ahora solo había observado partes del cuerpo de Andrea mientras hacíamos el amor, pero era la primera vez que la miraba haciendo el amor con otro hombre y podía observar su hermoso cuerpo. Matteo mantuvo el ritmo constante y luego Andrea suspiró, «¡Oh Dios, que ricooo!» Sus brazos lo rodearon mientras abría más las piernas y las doblaba por la rodilla, abriéndose completamente a este hombre que la follaba. Con sus piernas en esa posición, pude ver su pene deslizándose hacia adentro y hacia afuera como un pistón. Su longitud reluciente de lubricación; sus fluidos empapaban sus labios sexuales.
Matteo sin duda le estaba dando a Andrea una buena cogida y, ella respondía a sus movimientos con los suyos.
Matteo soltó un gruñido y le chupó el cuello. Ella se aferró a él mientras aceleraba el ritmo y al mismo tiempo empujaba más fuerte. Andrea volvió a gemir de placer cuando su amante la golpeó, pero esta vez con más intensidad. Luego vi completamente hipnotizado como Andrea arqueó la espalda, sus caderas todavía se movían al compás de los empujes de Matteo. Entonces, de repente, vi que sus muslos comenzaban a temblar y al mismo tiempo que se levantaba. Y así, gimiendo fuerte, empujó sus caderas varias veces mientras un fuerte orgasmo atravesaba su cuerpo; mientras se sostenía, su cabeza subía y bajaba al mismo tiempo que sus caderas. «¡Que rico, que rico!» siseó con los dientes apretados.
Después de eso le pidió a Matteo salir de ella y que se acostara en la cama. Aquella verga estaba apuntando hacia el techo. Ella acerco su cara hacia Matteo y empezaba a decir algo, cuando el presionó sus labios sobre los de ella, podía yo adivinar que la lengua de él se deslizó en la boca de Andrea. La vi entrecerrar los ojos, sujetarlo del antebrazo con su mano izquierda y devolverle el beso. Se estaban besando apasionadamente, podía ver que él exploraba con la lengua la boca de ella que sacaba su lengua al encuentro de la de él. En un rato mas era ella la que succionaba suavemente la lengua de él, que bajó su mano y empezó a pellizcarle suavemente un pezón.
Andrea separó su boca de la de él y viéndolo con cierta pasión, supongo que le decía que no deberían estar haciendo esto. Podía yo verla sacudir suavemente la cabeza. Pero no se le veía molesta o intolerante. Él le acarició la mejilla y tomándola por la nuca se inclinó nuevamente hacia ella y pasó su lengua sobre los labios de ella repetidas veces hasta que logró que abriera nuevamente la boca y volvieron a juguetearse mutuamente con sus lenguas.
Él se enderezó y le mostro la dura verga a Andrea, la sostuvo con una mano y lo acercó a los adorables labios de Andrea. Ella se echó atrás sorprendida, deteniéndole apoyando sus manos en la pelvis del maduro y por un momento pensé que el devaneo había terminado. Pero habilidosamente Matteo se agachó nuevamente a besarla y nuevamente Andrea aceptó la caricia, levantando la cara y abriendo la boquita, aceptando la lengua de él y brindándole la suya, ambos con la misma fruición que anteriormente habían manifestado.
Después de no mucho rato de estos menesteres, él empezó a masajearle los senos, mientras que las manos de Andrea dejaron de detener al intrépido galán y se fueron acercando al enhiesto miembro. Primero la yema de sus dedos lo tocaron tímidamente, después recorrieron toda la longitud de la misma manera, hasta que finalmente sujetándola con la diestra empezó automáticamente a pajear la endurecida verga, mientras que con la izquierda le acariciaba los huevos.
El beso continuó durante varios minutos, mientras ella se acostumbraba al bulto en sus manos, rompieron el beso y al bajar la cabeza Andrea se encontró frente a sus ojos el glande enrojecido mirándola fijamente, él simplemente moviendo sus caderas lo acercó hasta que empezó a pasarlo suavemente sobre los carnosos labios. La vi sacar la lengua y limpiar con ella la punta enrojecida, movió entonces la cabeza y dejó que todo el largo reposara junto a su mejilla. La vi que tenía los ojos cerrados y estaba hablando con él, quien mientras le contestaba también le restregaba la punta del glande en la mejilla.
¡Qué caliente estaba esto, mejor que cualquier película porno de la TV o en el cine! Era del mismo largo que la mía y pero aparentemente más gruesa también, con el glande en forma de hongo descomunal.
Volteó hacia arriba, viéndolo y él se movió guiando nuevamente su glande hacia los suaves labios. Esta vez ella cerró los ojos sacó la lengua para que apoyara en ella el instrumento y cerró sus labios sobre el borde del glande.
¡Yo estaba en choque! Aquí estaba mi sobrinita bella, chupando la verga de este hombre y yo conocía lo bien que ella sabe hacerlo. Ella adora mamar vergas.
Mientras estaba remolinando su cabeza y moviendo sus labios arriba y debajo de la endurecida verga, estiró la mano hacia arriba y empezó a acariciarle los huevos.
Cuando él no estaba volteando hacia abajo viendo como le sorbían y lamían el pedazo de carne, echaba la cabeza hacia atrás y suavemente se mecía introduciendo y retirando la verga de la hermosa boca, sosteniéndola de la cabeza, acariciando sus rizos dorados. Veía yo que ella estaba verdaderamente inmersa en ello.
Estaba totalmente poseída. Moviendo rápido adentro y afuera la verga, retorciendo su lengua sobre el glande y luego introduciéndose toda la verga hasta la raíz, o por lo menos tratando de hacerlo. Él le tomó pronto el ritmo y empezó a empujar y retirar al mismo tiempo que ella haciendo cada vez más profundos los empujones de su enorme aparato y pronto ella pudo aceptarlo completamente. Sosteniéndola de la cabeza él empezó a cogérsela por su garganta. La vi que abrió enormemente los ojos y trató de echarse hacia atrás, pero él la sostuvo y empujó su verga en la garganta de Andrea, así que ella debió chupar toda aquella verga que invadía su garganta.
El maduro Matteo la sostuvo así un buen rato, luego saco el pene de la boca de Andrea y después de un sin fin de caricias y besos vi como Andrea se montaba encima del madurito, cogía la verga con una de sus manos y se la coloco entre sus labios vaginales. Mientras me miraba fijamente, vi como la verga de Matteo iba entrando en su interior. Andrea se fue penetrando poco a poco, y una vez metida la verga comenzó a moverse. No tardo en coger el ritmo y su vagina subía y bajaba a través de esa enorme verga mientras que sus pechos rebotaban, fruto de las contundentes embestidas. Ella me miraba llena de placer, y empezó a subir y bajar con más fuerza a la vez que sus orgasmos se repetían, hasta que hizo que Matteo se corriese. Yo sabía que le estaba inundando el coño por las caras que ponía ella. Una vez que acabó Matteo, se dejó caer en la cama y Andrea se dirigió al baño. Cuando se incorporó de la misma, pude ver como un hilillo de esperma le caía por entre las piernas; al entrar en el baño me dirigió un beso y entró a lavarse. Al poco tiempo, volvió a la cama donde Matteo estaba descansando. Él se hincó frente a ella, hablándole, diciéndole lo buena que era cogiendo y podía verle la verga aún tiesa y goteando. El la volvió a acostar y comenzó a acarició tiernamente sus primorosas piernas, luego le levantó las piernas y tomándola por debajo de las rodillas, virtualmente se sumergió en su vagina con su lengua y labios.
Ella echó la cabeza hacia atrás y sujetó sus dedos sobre los hombros de él, mientras él movía su cara dentro del caliente sexo. Él estaba succionando y lamiendo furiosamente, podía yo verlo encajando su lengua en la vulva de Andrea llena de su propio semen.
Ella ya no pudo soportarlo y empezó a venirse convulsivamente. Conozco bien cuando Andrea está a punto de explotar. Sus senos parecen hincharse y sus pezones crecen y se endurecen. Su cabeza se meció hacia atrás y abrió la boca, ante el empuje de la lengua de él, que continuó lamiendo y lamiendo mientras ella se venía, hasta que ella lo forzó a retirar la cara de su sexo.
Así como se retiró, se levantó aún sosteniéndola por las piernas y sin hacer pausa se dejó caer sobre de ella y le encajó la totalidad de su verga profundamente en la estrecha vagina. Podía observar como aquel madurito enterraba de nuevo su verga en el abierto coño de Andrea. La estaba cogiendo completamente, fuerte, rápido, y bien profundamente. No le tomó mucho tiempo, él empujó las piernas de ella hasta atrás e incorporándose apalancó su verga dentro de ella hasta el último centímetro. Vi como los músculos del trasero de Matteo y los de sus piernas se tensaron y empujó más profundamente hasta que su vello púbico estaba aplastado contra los labios de Andrea. Entonces Matteo empujó violentamente hacia adelante enterrando su polla profundamente en el coño de Andrea y comenzó a hacerla trizas. Lo vi sacudirse con cada latido de su polla. Un fuerte gemido de puro placer brotó de su boca cuando inundó nuevamente el cuello uterino de Andrea con su esperma.
Acababa de ver a Andrea mamarle la verga a otro hombre y ahora él acababa de cogérsela a conciencia y llenar su vagina de semen en dos oportunidades. Se quedaron ahí yaciendo abrazados sin moverse.
Luego Matteo se derrumbó sobre ella, jadeando por respirar. Andrea también estaba jadeando por el orgasmo que él le acababa de dar. Ahora yo estaba parado al pie de la cama exaltado por lo que acababa de presenciar. La verga de Matteo se deslizó de su coño caliente y húmedo y se levantó lentamente.
Miré a Matteo y él a mí. Pude ver el sudor en su rostro cuando se volvió para mirar a Andrea y luego a mí.
Tímidamente dijo: «Mira, lo siento, Fernando, desde que vi a tu sobrina en la playa, quería cogerla». Luego se fue al baño. A los pocos minutos salió, busco su bata y se marcho sin despedirse. Al rato, y después de calmarse un poco, Andrea se sentó, su rostro estaba sonrojado con esa mirada de jodida y estaba un poco desorientada. Cuando se bajó de la cama, me miró y me dio una sonrisa a medias y me dijo: “Ese espectáculo era para ti, espero que lo hayas disfrutado. Tu mujer acaba de ser follada por otro hombre”
La tomé del brazo y la ayudé a ponerse de pie, y la bese. Todo esto se hizo en completo silencio. Después de besarla, ella se acostó sin decir nada. Me senté en la cama a observar a Andrea en silencio. Lo primero que noté fue el chupetón en la parte inferior del cuello, luego observe su intimidad todavía muy húmeda. No podía apartar los ojos. Pude observar fascinado cómo la esperma comenzaba a correr desde su coño y bajando por sus muslos.
Me metí en la cama. Eran poco más de las tres de la mañana. Todavía podía ver, en mi mente, a Andrea y Matteo juntos en la cama y mi verga creció casi instantáneamente. Toqué el muslo de Andrea y me acerqué a ella. Abrió las piernas sin preámbulos y solo dijo: “Cógeme, deseo tener el semen de dos hombres dentro de mí, cógeme duro, por favor”. Obedecí y la monté.
Mi verga dura se deslizó en su sexo con facilidad. Estaba extremadamente caliente y húmeda del semen de otro macho. La follé tomando una lección de la actuación de Matteo. Mi cuerpo me decía que tenía que venirme rápido, pero estaba decidido a asegurarme en lograr un orgasmo en Andrea. Luchando contra los sentimientos de querer eyacular, bombeé dentro de ella y después de una buena media docena de veces ella se aferró a mí y se corrió muy rápidamente. Su cuerpo se estremeció debajo de mí, «¡Oh, sí!, te amo, te amo, te amo” ella grito varias veces. Ella me besó profundamente, me puse rígido y bombeé mi esperma en su útero para mezclarlo con el depositado por Matteo. La fuerza de mi eyaculación fue tal que sentí como si era lava saliendo de mi verga. Con un gemido, caí sobre Andrea y luego lentamente rodé fuera de ella. Nos acostamos en silencio hasta que nos quedamos dormidos.
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Excelente muy excitante tiene morbo y la historia se pone interesante.
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