MONICA, LA MAS PEQUEÑA DE MIS HERMANAS…UNA FAMILIA ATÍPICA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por PEDROVL.
Es excitante el inicio de mi primera relación con Mónica, le encanta el sexo oral, recibir y dar, pero lento, despacio, sentir recorrer cada milímetro de ella una y otra vez, sentir como se bebe uno cada gota de su néctar íntimo.
Sentir como mi lengua traviesa explora hasta el más profundo de su cueva virginal.
Así mismo le gusta y goza chupar, lamer y succionar ese trozo de carne que se le invita para conocerlo y saber el que abrirá esos pequeños y cerrados labios virginales por primera vez.
Que como tierna borreguita bebe cada gota de leche, pero que no tiene la capacidad aun de beberla toda, y que aun así la busca y se la lame.
Al amanecer de ese día, no puedo decir que cambio su actitud hacia mí, sino que si ya de por si mi hermanita era cariñosa conmigo y me buscaba, ahora parecía como una gatita melosa enredada entre las patas de un león.
Sandy, Betty y Andrea dibujaban sonrisas picaras en sus rostros cuando notaron la melosa actitud de Mony, mi madre y mi abuela, solo una sonrisa y un pestañeo de aprobación a lo que ya presentían y aceptaban.
Por nuestros horarios y actividades, no había mucha oportunidad de estar solos Mony y yo, había más con Sandy, Betty o Andrea, pero en el poco o escaso tiempo y oportunidad que había, Mony no dejaba de mostrar su deseo por estar sentada en mis piernas o acostarse sobre mi pecho, acariciarme o darme de besos en las mejillas muy cerca de los labios, pero siempre fuera de la vista de mi padre.
Para la conmemoración de la expropiación petrolera y del natalicio de Juárez, Sandy fue elegida para participar, por lo que tuvieron que comprarle ropa, calzado y otras cosas, a lo que se encargó mi madre, aparte de que tenía que ir a ensayos.
Uno de esos días tuvieron que salir de compras mi madre con Sandy, mi abuela se quedó en casa, Betty estaba ocupada con unas investigaciones y exposiciones escolares, Andrea por igual con sus clases extras de inglés y de su licenciatura, por lo que Mónica y yo nos quedamos en casa.
Después de comer mi madre y Sandy se fueron de compras y mi abuela a su recamara, ya que deseaba dormir la siesta.
Antes de retirarme nos miramos mi hermanita y yo, nos sonreímos y con los ojos nos hicimos señas.
Unos minutos más tarde, cuando ya estaba en mi cuarto y después de haberme bañado debido al calor y estar acostado con solo un short puesto, llega mi hermanita con muestras de haberse bañado también, puesto que traía el cabello aun húmedo, su blusa amarilla de tirantes también la delataban, junto con un shortcito del mismo color, el cual le ajustaba y mostraba su rica frutita.
-¡Hola manito!- Me dice mientras se tumba sobre mi cama y muy cerca de mí.
Acostada sobre su abdomen y con sus rodillas dobladas, sus pies juguetean de lado a lado.
Una pose muy sexy y sugestiva.
-¿Qué haces?- Me pregunta con una suave y bella sonrisa.
-Nada, solo esperándote- Le contesto.
-¿Para qué?- Contesta.
-Para comerte.
– Le contesto al tiempo que me acerco a ella y comienzo a acariciar sus bellas y duras nalguitas.
Mony solo sonríe y se deja hacer, no dice nada.
Meto mi mano derecha entre el elástico de su shortcito y me doy cuenta que no trae pantaleta, ella me mira y me sonríe pícaramente.
-¡¡Que ricas nalguitas tienes hermanita!!- Le digo mientras le acaricio toda su nalguita izquierda.
-¿Te gusta?- Pregunta ella.
-¡¡Me encanta y más así como vienes!!- Le contesto.
-¿Te gusta que no traiga pantaleta?- Me pregunta con un brillo perverso y lujurioso en sus ojos.
Solo asiento con la cabeza y con una sonrisa.
-¿Quieres que ande así?- Pregunta ella con una carita picara.
-¡¡Me encantaría, pero solo cuando vengas a verme o que yo me duerma contigo!!- Le conteste.
-¡¡Ok!! Entonces así andaré de hoy en adelante.
– Me contesta con su bella sonrisa.
–Pero dijiste que querías comerme.
– Me cuestiona ella
-¡¡Si y me voy a comerme toda, tu boquita, tus chichitas, tus nalguitas, tu conchita que esta riquísima!!- Le digo mientras la jalo hacia mí y ella rápido se acerca más.
Le doy un beso en sus labios al que ella corresponde entreabriéndolos, me abraza y yo a ella con más fuerza mientras acaricio sus ricas nalguitas.
-¿Me vas chupar mi conchita como lo hiciste el otro día?- Pregunta ella.
-¿Te gusto?- Le pregunto.
-Sí, mucho y quiero que lo vuelvas hacer.
– Contesta ella.
Le doy un fuerte beso en sus labios y luego me separo de ella, tomo su short y se lo quito, luego su blusita, quedando completamente desnuda frente a mí, se recuesta sobre mi cama boca arriba y me sonríe.
No espero más y me abalanzo sobre sus pequeñas tetitas chupándolas una a una, lamiéndolas y chupando sus pequeños pezoncitos, pero ella me frena.
-¡¡Más despacio!!- Me dice ella.
Obedezco y lamo más despacio sus pechitos, despacio, saboreando cada milímetro de su piel, de sus aureolas, de sus pezones.
No una, ni dos veces, más de las que pueda acordarme recorrí una y otra vez sus tetitas arrancándole una mil veces más suspiros de satisfacción.
Bajo por su abdomen, despacio, lamo, chupo y mordisqueo su piel hasta llegar a su vientre, ahí Mony levanta con suave violencia sus caderas, toma mi cabeza con sus manos y la empuja hacia ella, hacia más debajo de su vientre, pero no, desvió mis labios y voy hacia sus caderas, las beso una y otra vez una a una, luego bajo por su muslo izquierdo, voy lamiéndolo, chupándolo haciéndola enloquecer.
-¡¡Más manito, más!!- Me dice entre jadeos.
Ahora no hay nadie que pueda escuchar e interrumpir, no hay nadie que se moleste o nos descubra.
Bajo por la parte externa de su muslo, lamiéndolo y besándolo, llego a su rodilla, luego a su pierna llegando hasta su tobillo, luego subo por la parte interna y antes de llegar a su concha que se nota veo esta empapada de sus deliciosas mieles, paso a su muslo derecho, al cual le hago lo mismo bajo, lamiendo y besándolo.
No solo Mony goza, yo estoy al full de excitado y deseo penetrarla, pero antes deseo conocer cada milímetro de su tierno y virginal cuerpo.
La hago girar boca abajo y desde la parte posterior de sus rodillas comienzo a lamerle, primero con la izquierda, subo por su muslo, lamo y beso su dura y aterciopelada nalguita, luego sus caderas, su espalda, bajo y devoro de igual forma su nalga derecha y muslo.
Luego, con mis manos separo despacio sus nalguitas y paso mi lengua por toda su raya haciéndola gemir con fuerza, una y otra vez para luego presionar con la punta el agujero de su cola.
Que delicioso es hacerla gemir y jadear, que delicioso es escucharla.
Bajo un poco más y lengüeteo su empapada concha.
¡¡Guau!! Que rica la miel de su virginal concha.
Mónica se gira y queda boca arriba, con sus manos agarra mi cabeza y la empuja contra su concha la cual chupo con hambrienta pasión, entonces de sus labios escapa un fuerte gemido que tal vez hasta mi abuela escuchó.
Con mi boca chupo toda su tierna concha, la succiono, luego meto mi lengua en su apretada cuevita una y otra vez.
Las piernas de Mony se abren al máximo para luego cerrarse con mi cabeza y presionarla.
Luego las afloja y con ellas rodea mi cuello para atraerme más a ella.
Succiono su rica miel, presiono una y otra vez con mi lengua su diminuto clítoris, meto toda mi lengua en su cuevita ¡¡¡Guau!!! Que manjar, que delicia.
Paso mis manos por debajo de sus caderas y las subo hasta sus pequeños pechitos que acaricio con ternura, pero enseguida siento las manos de Mony que aprisiona las mías y las estruja contra sus pechitos.
Meto mi lengua en la cuevita de su vagina una y otra vez, ese caminito que ya una vez explore y saboreé, ahora con más calma, pero con más ansias.
No tarda mucho en que Mony explota en su primer y sublime orgasmo.
Sus caderas se agitan, se sacuden con violencia y sus manos aprietan mi cabeza contra su empapada concha, me tomo toda su rica miel, saboreándola gota a gota.
Pero no dejo de lamerle su caliente concha, de meter mi lengua y presionar su clítoris, y ella no suelta mi cabeza de sus piernas.
Mónica está bien caliente, es notable ya que esta vez no tardó mucho en tener su primer orgasmo.
Tal vez en su mente revolotea lo mismo que en la mía.
Sus manos intentan jalar las mías, intenta hacerme subir, pero no dejo de chupar mientras sus piernas sueltan mi cabeza y apoya sus pies sobre la cama con las piernas bien abiertas.
Explota en un segundo orgasmo, gime y jadea con fuerza, su respiración esta acelerada, puedo oír las fuertes pulsaciones de su cuerpo…¡¡Ya está lista!! Suelta mis manos y me despojo de short, quedando desnudo frente a mi hermanita y con la verga completamente erecta y dura que ya gotea líquido seminal.
Mónica no levanta la cabeza, trata de recuperar el aliento y solo sus ojos miran los míos con lujuria.
Me voy subiendo sobre ella que para nada cierra las piernas, al contrario hace el esfuerzo por abrirlas más, hasta que nuestros labios ya cerca se funden en un apasionado beso, la punta de mi verga golpea la concha de Mony, sus jugos y mis líquidos se mezclan, por lo que con la cadera hago que la punta se talle por toda su concha, presionándola poco a poco.
Entre nuestros besos se oye el gemir de mi hermanita.
Bajo mi mano entre nuestros cuerpos, agarro mi verga y se la tallo a lo largo de su concha, mi hermanita separa sus labios de los míos para exclamar un fuerte gemido, al tiempo que me abraza con fuerza.
Ya está lista, así lo deduzco, sus fuertes gemidos y su empapada concha, por lo que centro la punta de mi verga y despacio comienzo a presionarla, poco a poco comienzo a penetrarla.
Las manos de mi hermanita me sujetan con más fuerza, al grado que siento sus uñas penetrar mi espalda.
Despacio, lentamente se la voy metiendo en esas cerrada concha, pero empapada y caliente.
Sus labios íntimos poco a poco se van abriendo, cediendo ante el empuje de mi carne gruesa y dura.
Siento como entra la cabeza y poco a poco el tronco en su apretada cuevita, entonces algo impide seguir, empujo con más fuerza y siento como se rompe su tierna virginidad.
No me detengo sigo empujando con más fuerza, así como las uñas de Mony entran en mi carne y me excita a lo máximo.
La respiración de Mony es fuerte pero pausada.
Sigo empujando y siento como las paredes de su concha aprietan el tronco de mi verga ¡¡Guau!! Riquísimo.
-¡¡Que rica estas manita!! ¡¡Y que rico es ser el primer macho que te coge y eres solo mía!! – Le expreso mientras siento como la punta de mi verga toca el fondo de su tierna matriz.
Era la última de mis hermanas en ser desvirgada por mí y eso me hacía enloquecer y hasta perder cierta compostura.
No llora, ni suplica, esta callada, con su respiración poco a poco calmándose y sus manos relajándose de mi espalda.
Me quedo quieto por unos instantes para que su conchita se acostumbre a mi verga, luego la saco un poco y se la vuelvo a meter despacio una y otra vez, a ritmo lento pero firme, hasta el fondo de su útero que golpea la punta de mi verga.
Poco a poco voy arreciendo mis embestidas…
-¡¡No manito, despacio, despacio!!- Me pide Mony.
Me quedo quieto y la miro, la contemplo por unos instantes…es, tan bella mi hermanita, tan delicada, que es increíble que ni una lagrima o un quejido haya emitido.
Accedo y despacio comienzo a bombearla, despacio le concedo el ritmo para que tenga un hermoso momento de su desfloración por mí, por su hermano.
Despacio saco casi toda la verga de su rica y apretada concha, para metérsela una y otra vez, así despacio como ella desea.
Gime y jadea con dulzura, sus manos suaves acarician mi espalda, mi cabeza, así, despacio como la estoy penetrando.
Sus suaves piernas las dobla y estira una y otra vez a cada gemido que de sus labios ha hecho ya una dulce melodía.
Al mismo tiempo que beso sus hombros, su cuello, sus mejillas…nuestros labios se encuentran y nos fundimos en un apasionado beso, como dos novios que se han entregado al fin.
No dejo de penetrarla, de bombear su deliciosa, apretada y caliente concha…despacio, despacio.
Llega el momento que incluso la verga se me entume, esta dura y firme como tronco, pero estoy lejos de sentir deseos de venirme.
Los gemidos de Mony son un dulce de tan exquisito que es, no deseas acabártelo y lo prolongas, así son sus gemidos, suaves y prolongados.
Miro sus ojos cerrados, sus labios entreabiertos, sus mejillas rosadas, su pechito suave y sudoroso, es un exquisito bocado para cualquiera, pero no, ese bocado es solo mío.
De apoco arrecio mis embestidas mientras sus piernas rodean mi cintura con fuerza y sus jadeos aumentan.
Me detengo por un instante y saco la verga de su caliente concha, me bajo de la cama y la jalo de sus piernas, le digo que acomode sus caderas a la orilla y ella obedece rápido, le levanto las piernas y se las separo, miro su empapada y roja concha, con finos hilos escurriendo, totalmente abierta…¡¡Guau!! Es excitante verla así.
Despacio le vuelvo a meter la verga y sigo bombeando con un poco de mayor intensidad.
Sus piernas bien rectas, separadas y sujetas firmemente con mis manos mientras miro como entra mi verga en su apretada concha, me provoca, inconscientemente imaginarme a mi padre cogiéndose a Andrea ¿desde cuándo? ¿Qué edad tendría mi media hermana Andrea cuando se la cogió mi padre por primera vez? Ese pensamiento me excita aún más y mi verga se endurece más y siento como palpita, miro la carita de Mony y ella me mira con ojos llenos de lujuria.
Mony, mi hermanita pequeña, me siento como mi padre cogiéndose a su pequeña hija.
Mis embestidas son más fuertes y firmes, llegan hasta el fondo de su concha, sus pequeños pechitos tiemblan a cada golpe de mis caderas contra las de ella.
-¡¡Ya manito, ya!!- Me dice al momento que cierra sus ojitos y sus caderas se agitan con fuerza en el aire.
Me quedo quieto por unos instantes, observando cómo se agita, como explota en su orgasmo.
Una, dos, tres sacudidas hasta que deja quietas sus caderas sobre la orilla de la cama y vuelvo a bombearla con fuerza.
Ya estoy cerca de venirme y bombeo más fuerte, la sujeto de sus suaves y firmes muslos, mientras la punta de mi verga golpea el fondo de ella, hasta que ¡¡puf!! Exploto dentro de su concha, una, dos, tres exquisitas erupciones de caliente leche le llenan su pequeña matriz.
Con la verga metida hasta el fondo de su concha, miro como empieza a brotar mi leche, primero del lado izquierdo, luego del derecho.
Le voy sacando despacio mi trozo de carne y va brotando más y más de mi leche, hasta que por fin se la saco toda y una buena cantidad brota de ella, que esta bellamente abierta, roja e hinchada.
Miro su carita tierna y delicada, su respiración aun agitada, su pecho y abdomen sudorosos, sus piernas se van relajando poco a poco y despacio abre sus ojitos que me miran con cariño.
-¡¡Te amo manito, te amo!!- Me dice con su dulce voz, mientras me lanza varios besos, a los cuales correspondo.
Bajo despacio sus piernas para que cuelguen de la cama, me recuesto a su lado y nos subimos un poco más para abrazarnos, mientras besos su carita, sus mejillas, sus ojos, su nariz…Mony es una completa ternurita y es mía.
Luego de un rato cuando nos levantamos para bañarnos mi hermanita se levantó aun adolorida de sus caderas y piernas, mientras yo realmente contento y satisfecho…había desvirgado a la última de mis hermanas, primero Betty, luego Sandy y por ultimo a Mónica y aunque ya no era virgen, también había tenido sexo con Andrea, mi hermana mayor.
Había dicho y reclamado que todas las conchas y colas de esa familia serian mías y bueno, a excepción de mi abuela y mi madre, las de mis hermanas eran mías, aun cuando sabía que mi padre se había hecho de Andrea, pero ella me había dado su cola y era al primero y al único que se la daría, aun después de casada.
Nos bañamos uno al otro, nos besamos y seguimos acariciando dentro del baño.
Cuando terminamos, me dice Mony que aun sangraba un poquito, por lo que agarro papel de baño y se lo puso como si fuera toalla dentro del short, se terminó de vestir con su blusita de tirantes y su cabello mojado y salió de mi cuarto no sin antes besarnos.
Una media hora después llego mi madre con Sandy.
Más tarde cenamos mi madre, mi abuela, Sandy, Betty, Andrea y Mony, quien se veía cansada.
Mi abuela la miro con ojos de ternura, se levantó y fue a la cocina, unos minutos después regreso con un té y se lo dio, todo ante las miradas de mis hermanas, quienes solo dibujaron una sonrisa pícara y se miraron unas a otras con ojos de complicidad.
Ya serian como las diez de la noche, cuando ya todos estábamos en nuestros respectivos cuartos, tocaron a mi puerta, baje y era Betty, quien venía con un camisón blanco de tirantes.
-¡¡Hola manito!! ¿Me puedo dormir contigo?- Me dice dándome un beso en los labios.
Subimos, ella delante de mí que al llegar, mira mi cama y comienza a quitar las sabanas, la miro y me mira con una sonrisa, entonces me enseña las sabanas manchadas de lo que había sucedido unas horas antes…no me reclama ni cuestiona nada, solo sonríe y pone sabanas limpias.
Cuando termina, me recuesto mientras ella apaga la luz, cuando llega a mi lado, me abraza y besa, me doy cuenta que ya está completamente desnuda, me despoja del short que traigo, agarra mi verga y me la comienza a chupar, rápido me la pone bien dura y erecta.
Engulle todo lo que más puede para luego sacarla y volverla engullir una y otra vez, luego lame mis huevos y todo el tronco.
Luego se levanta, se acomoda sobre mí y se mete toda mi verga en su caliente y ya empapada concha.
Comienza a cabalgarme con fuerza, gime despacio mientras sus manos se posan sobre mi pecho.
-¿La hiciste gozar?- Me pregunta mientras me cabalga.
-¡¡Si!!- Le contesto.
-¿La hiciste gemir de placer como a mí?- Sigue.
-¡¡Si, también!!- Le contesto.
-¿La trataste con cariño?- Me pregunta mientras se queda quieta y siento como su concha muerde mi verga.
-¡¡Si!! La trate con cariño, chupe su concha despacio y cuando se la metí lo hice despacio, para que gozara.
– Le conteste.
Me pidió entre gemidos que le contara más, que le contara como la había desvirgado a Mony, que le dijera si había gemido o llorado cuando la desvirgue.
Con forme le contaba más se excitaba Betty, cabalgaba con fuerza por momentos y en otros lo hacía suave.
No supe cuántas veces se vino mi hermana, hasta que ella mismo se bajó de mí, pidiendo que le ayudara, se acostó a mi lado, separo las piernas, me acomode entre ellas y se la metí, bombeándola despacio.
Sus uñas arañaban mi espalda mientras nuestros labios se fundían en uno solo.
-¿Cómo la pusiste para desvirgarla?- Me pregunta.
-Así, en esta posición.
– Le contesto.
-¿Solo así se la metiste?- Me vuelve a preguntar entre gemidos.
-¡¡No!! También así.
– Le contesto mientras se la saco, me levanto de la cama y la jalo hacia la orilla, tal como le hice a Mony.
Entonces se la meto mientras le separo sus piernas bien rectas, la comienzo a bombear despacio, pero poco a poco arrecio mis embestidas golpeando con la punta de mi verga el fondo de ella.
-Quiero que me la chupes, quiero venirme en tu boca.
– Le digo.
-¡¡Si, si!!- Me contesta ella.
Estoy cerca de venirme, entonces se la saco y me tumbo sobre la cama mientras ella se abalanza sobre mi verga, la toma y engulle, chupándola con ansias hasta hacerme venir.
Cada erupción ella se la toma, no rehúye.
Una, dos, tres, cuatro, todas se las toma, luego comienza a chupármela hasta dejármela completamente limpia.
Entonces se tumba a mi lado, me abraza y así nos quedamos, desnudos durmiendo.
No sé qué horas serian cuando me despierto al sentir unos cálidos labios chupar mi verga que ya estaba dura y erecta, levanto mi cara y veo a Betty golosamente chupándomela.
-Dame más.
– Me pide.
Entonces, ella se sube sobre mí y comienza a cabalgar de nuevo.
La tomo de sus duras y suaves nalgas y le ayudo en sus movimientos, luego de un rato, ella se baja y se acuesta, pero esta vez, la hago que se pinga de lado, me acomodo sobre su pierna derecha, le levanto la izquierda hacia el frente y se la meto, bombeándola una y otra vez.
Con la mano derecha acaricio sus nalgas, luego chupo mi dedo medio y con él le picoteo su cola, despacio se lo voy metiendo hasta la mita, entonces con él la bombeo, mientras con la verga bombeo su concha.
Luego le meto también el dedo índice y ahora con ambos sigo.
Saco la verga de su concha y se la apunto a su cola, despacio le empiezo a presionar, metiéndosela poco a poco.
De sus labios escapa un chillido como si se hubiera enchilado.
Ya cuando se la metí toda, entonces comencé a bombearla despacio.
Su mano izquierda jalaba su nalga, separándose aún más, facilitándome las embestidas.
¡¡Guau!! Que rica la cola de Betty, que rico apretaba.
Le bombeaba con más y más fuerza, luego se la saque y la acomode boca abajo, poniéndole una almohada debajo de sus caderas.
Separo sus piernas y me coloque entre medio de ellas, luego le meto la verga de nuevo en su cola, apoye las manos a los costados de sus hombros y seguí bombeándola con fuerza.
Ya ahí no tarde mucho, me vine dentro de su cola, dos, tres erupciones.
Cuando ya no sentí que saliera más leche, me salí de ella, me levante y nos fuimos a bañar, luego nos acostamos de nuevo así desnudos a dormir.
Cuando sonó el despertador, Betty se levantó, se puso su bata, agarro las sabanas sucias y se las llevo.
Ahora tenía que hacer feliz a cada una.
Mónica cada vez que iba a mi cuarto iba sin ropa interior, o cuando me pedía “dormir” con ella, así estaba.
Sandy y Betty me buscaban más después de tener sexo con nuestra pequeña hermanita.
Me pidieron varias veces que no me bañara para saborear la miel de la pequeña.
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