Mujercita
Antonella nos cuenta como un dia su papa cambio su vida para siempre.
Mi nombre es Antonella y vengo a contarles mi historia con el objetivo de encontrar alguna otra mujer que tenga mis mismos gustos sexuales
ya que en mi vida diaria no puedo hablar de esto por que comprometeria a mucha gente que quiero, encontre este lugar y tengo la esperanza de ser entendida aca.
Yo tenia 12 años cuando todo comenzo. Me considero una joven bonita, siempre lo fui de hecho, tengo piel blanca, ojos marrones, nariz respingada y bonitos
pomulos, soy bastante flaquita (a veces me gustaria ser mas voluptuosa pero no me toco) y alta, tengo piernas largas y pechos pequeños y soy asi desde que
me desarolle a los 11. Mi pelo es largo y enrulado y por lo que me dicen tengo una sonrisa que enamora a todo el que la ve.
Mi papa es el hombre que mas amo en este mundo. Es alto y un poco obeso, con el pasar de los años su abdomen fue creciendo, es morocho y tiene bastante a
bello en el pecho y las piernas, y en otro lugar tambien (pero ya les contare de eso).
Siempre fue muy cariñoso conmigo, desde muy pequeña fui su princesa, me llevaba a todos lados y jugaba conmigo a todo lo que se me ocurriera, inclusive
las muñecas.
Hoy le encuentro sentido a un chiste que siempre me hacia cuando yo tenia hambre por las tardes y le decia:-Papa quiero tomar la leche!-. El me miraba
se sonreia y me decia :- La mia te vas a tomar-. Mientras me acariciaba un pomulo, a el le encantaba hacer eso. En el momento yo me reia por que lo veia reirse a el
pero no entendia mucho el chiste.
Un dia una amiga de la escuela me habia pasado por whats app un enlace de un video. Yo no sabia de que se trataba, por lo que al llegar a casa y estar sola
en mi cuarto me puse a mirarlo. Era una chica, muy bonita rodeada de hombres desnudos, ella estaba vestida en ropa interior, pero se encontraba arrodillada
en el medio de todos ellos, eran muchos, no los conte pero de seguro eran mas de diez. Todos acercaban sus pitos (a esa edad yo le decia asi al pene) a la cara de ella
y empezaban a tirarle en la boca un fluido blanco y elasticoso. Uno y otro, y otro hasta que su boca se llenaba, una vez ahi ella se tragaba toda esa pasta y se
relamia con una sonrisa, despues de eso pasaba otro grupo y hacia lo mismo, y asi durante casi 45 minutos que duraba el video la chica hizo eso.
En el momento me exitó ver tantos pitos, no entendia que era lo que me gustaba, pero algo en su forma me gustaba.
El hecho de que ella se coma toda esa pasata blanca no me provocaba mas que un poquito de asco. Pero aun asi, me gustaba mirar el video cada vez que podia.
Una tarde, nuevamente, me encontraba en mi cuarto mirando ese video, aun no me tocaba, pero sentia cosquillas en mi bajo vientre. De improviso mi papa entra al cuarto
buscandome para saludarme por que recien llegaba del trabajo. Yo largue mi celular y corri a sus brazos como todos los dias. La pantalla quedo hacia arriba por
lo que en medio del abrazo mi padre pudo ver de que se trataba el video.
-Que estas viendo pricesa?-. Pregunto.
-Ahh. Es un video que me paso una amiga del colegio-. Le dije, nunca le mentia a mi papa.
-Entiendo. Y te gusta?-. Me pregunto. Yo me comence a sentir incomoda, tenia miedo de que se enoje con la respuesta, aun asi, siempre con la verdad.
-Algunas cosas si, otras no-. Le dije. El se sento a mi lado en la cama y comenzo a mirarlo conmigo.
-Te gustaria contarme que te gusta y que no?-. Me pregunto, no se lo notaba enojado, eso me alivio.
-Mmm me gusta ver los pitos de los varones papi-. Le dije.
– Es muy normal princesa. Y que cosas no te gustan?-. -Mmmm. Es que no se si no me gusta, solo que ver a la chica comerse esa pasta blanca que sale de los
pitos, me da como una sensacion de asco-. Le dije.
Papa se sonrio, y me dijo -Quizas es normal que te de eso. Aunque todavia no lo probaste, quizas cuando lo pruebes, cambies de opinion-.
Yo siempre lo escuchaba con atencion, pues mi papa era una hombre que sabia mucho de muchas cosas.-Por que? Es rico?-. Le pregunte.
-Mmm yo no lo se-. Respondio.- Lo que si se es que todas las mujeres tienen como deber tragarse ese liquido-. Nuevamente ese hoombre estaba enseñandome
cosas que no sabia. -Pero debo esperar a tener novio para probarlo. O no?-. Pregunte.
-Mmm vos que pensas, que todos esos chicos del video, son los novios de la chica?-. -Claro que no, una chica solo puede tener un novio-. Me alegre de saber la
respuesta. Mi papa sonrio y miro a la sala donde estaba mi mama, quien no prestaba atencion a nuestra conversacion. – Hagamos una cosa-. Dijo.- Tenes ganas de probarlo?-. La realidad es que si, me daba curiosidad probar el sabor de esa pasta, pero tenia miedo de que no me gustara. -Mmmm, no se. Y si no me gusta?-. Respondi-.
-Te va a gustar sabes por que?-. Me dijo.- Por que papa te la va a dar-. La sonrisa se dibujo en mi cara, corazon latia fuerte. No habia nada que papa me de que
no me gustara, y esa no podia ser la excepcion. -Siiii!-. Grite. Papa se puso nervioso y dijo:- No, pero me tenes que prometer que esto va a quedar entre nosotros. Que no le vas a decir nada a nadie. Ni a tu hermana y menos a tu mama. Ok?-. Entendi que ese iba a ser nuestro secreto.-Si papi-. Respondi y pregunte:- Entonces
cuando me vas a dar tu pasta?-. Papa sonrio :- Se llama semen hija. Papa te va a dar de probar su semen. Voy a venir por la noche, asi nadie nos molesta. Y vamos a
tener que hacerlo callados en silencio. Te parece?-. Semen, ok pense. -Si papi. Hoy a la noche entonces.
Toda esa tarde se me hizo interminable. Me encantaba compartir momentos con mi papa a solas, y esa noche iba a ser uno.
Una vez bañada, cenamos todos en la mesa. MI hermana mas chica y yo nos ibamos a dormir juntas. Al levantarnos de la mesa saludamos con un beso de buenas noches
a cada uno de nuestros padres. Mi papa estaba en cueros sentado a la mesa, y despues de darle un beso a mi hermana, me agarra de la cintura suavemente y me dice
al oido:- Te veo en un rato princesa.- Acompañado de un beso en la mejilla muy cerca de la boca. Me encanto.
Habran pasado dos horas en las que me fue imposible dormir y cuando todo en casa estaba en silencio senti la puerta de mi cuarto abrirse. Papa se acerco a mi cama,
mi hermana dormia, y me dijo en silencio:-Veni conmigo princesa.- Yo no lo hice esperar mucho para estar de pie y salir de su mano del cuarto.
Me llevo al baño, prendio la luz y cerro la puerta.
-Ok te recuerdo que esto que vamos a hacer tiene que ser nuestro secreto-. Dijo.- Si papi, respondi. Estaba muy ansiosa.
El estaba con el torso desnudo, su abdomen era grande. Me pidio que me siente sobre la pared de la bañera, yo obedeci sin chistar.
Su panza quedo enfrente a mi cara a unos pocos centimetros de mi nariz.-Que hermosa sos pendejita!-. Me dijo con voz grave, mientras me agarro la cara por la pera
con sus manos duras y rasposas. Por un momento me dio miedo, debo confesar, pero recorde que era mi papa y me amaba como yo a el. Nada malo podia pasarme.
Se bajo su pantalon corto, y por debajo de su prominente abdomen, pude ver su pito, recuerdo que salio un olor agrio. Era pequeño y estaba rodeado de pelos, muchos
pelos, su piel era mas oscura en la zona de su entre pierna.-Lo ves?-. Me pregunto.- Si papi- Respondi mirandolo hacia arriba, directo a sus ojos.
-Acaricialo-. Me ordeno. Mientras se levantaba el abdomen con ambas manos para que pueda ver su pito mejor. Yo comence a tocarlo con mis manos despacio.- Ahhh, asi
pendeja. Asi-. No entendia por que me llamaba «pendeja» pero el podia llamarme como quisiera.
De repente su pito comenzo a ponerse rigido, no cambio mucho su tamaño, pero si su dureza.- Papi, tu pito se pone duro- Le dije. Nuevamente me agarro la cara, pero esta vez con mas fuerza, haciendome doler.-Se llama pene!, putita de mierda! decile pene!- Me miro fijamente, su mirada ya no era tierna, estaba como enojado.
-Si papi-. Conteste rogando que fuera la respuesta correcta.-Decime que te gusta!-. Me dijo, mientras su mano bajo de mi cara a mis pechitos, comenzo a apretarlos.
Me lastimaba pero algo de eso me gustaba. -Me gusta papa!-. Le dije con lagrimas en los ojos. -Que te gusta?!-. -Ayyy…-. Casi se me escapa el grito. -T… tu pene
papaa..!-. -Asi me gusta-. Dijo.- Ahora olfatealo-. Acerque mi nariz, y pude sentir ese olor agrio mas fuerte. Era un feo aroma, pero nuevamente, algo me gustaba, no
entendia que era. -Sabes que es ese olor?-. Me pregunto. Yo lo mire sin decir nada. – Es el flujo de la concha de tu mama. Me acabo de cojer a esa puta, y me lleno
la pija de flujo, agrio y amargo. Y sabes que? Ahora lo vas a probar vos, antes que puedas probar mi semen. Yo no entendia por que estaba enojado, pero de alguna
manera me gustaba como me trataba, de vuelta las cosquillas en mi entrepierna. -Si pap… aghh-. Antes que termine de responder, su pene estaba en mi boca, lo senti
caliente y aspero en mi lengua. No era muy largo, pero yo era chica y mi boca era pequeña, por lo que lograba darme arcadas. En ese instante se empezo a mover, atras y adelante, con fuerza. El gusto era amargo y feo, pero mi vagina se empezo a humedecer como nunca antes en mi corta vida. Me agarro la cabeza con las dos manos, de manera que no pudiera sacarme su pene de la boca por ningun motivo. Y seguia moviendose, yo apenas podia respirar. -Ahh, lo que espere esto-. Le escuche decir. -Aghh
Aghh, aghh,aghh..- Mi garganta hacia sonidos involuntarios. Senti el vomito, subir por mi tracto digestivo. Senti mis ojos llenarse de lagrimas, no podia ver nada, y
apenas respirar, mientras el hacia lo que deseaba con mi cabeza. En mi boca, habia muchos fluidos, que se desbordaban por la comisura de mis labios.
-Agghhh, aghhh, aghhh-. Mi garaganta, no daba mas. Mi cuerpo tampoco y vomite. Con rapidez el saco su pene de mi boca y me movio la cabeza hacia dentro de la bañera.
-Vomita conchuda-. Decia. Yo no podia para de sacar de mis adentros la cena de la noche. Estaba temblando, senti mi cabeza explotar. Despues de unos instantes casi interminables, las arcadas se detuvieron. Y el volvio a lo suyo. Nuevamente, su pene, mi boca, sus manos, mi cabeza. «Que esta haciendome?» me preguntaba. «No lo se
pero me gusta» me contestaba. Estuvo varios minutos haciendomelo por la boca. Vomite una vez mas, pero solo fueron bilis, por que ya no quedaba nada en mi estomago
que pudiera sacar.
De repente. Saco su pene de mi boca. Yo di un respiro grande tratando de meter todo el aire que pudiera a mis pulmones. Mi mandibula temblaba por las arcadas. Mis ojos lagrimeaban, sentia toda la cara humeda.
-Mirame y abri la boca putita-. Me ordeno. Yo obedeci.
Se agarro el pene y comenzo a mover su mano, hacia atras y adelante, con velocidad por unos instantes. En un momento acerco la punta de su pene a mi boca abierta
y ahi lo senti. Un poco salto en mi ojo izquierdo, caliente y elastico, otro poco en mis mejillas. Pero casi todo en mi boca. Salado, amargo, delicioso. Caia hacia
mi paladar. El semen de mi papa.
-Ahhh, ahhh-. Lo escuchaba. La velocidad de su mano bajo, ahora solo era un leve movimiento. Las ultimas gotas eran liquidas, no tan espesas como las primeras.
A los 12 años probe el liquido mas delicioso de mi vida. Mi papa me habia regalado toda su masculinidad, para que yo la lleve conmigo adentro de mi pancita.
Nunca me senti tan llena como esa noche.
Mi papa estaba cansado. Transpirado. – Lo hiciste muy bien princesa-. Me dijo. Habia vuelto a ser mi papi. De un solo movimiento me trague todo su semen. Ahora estaba dentro mio para siempre. El me miro, y con sus dedos comenzo a limpiar los restos que quedaban sobre mi cara llevandolos a mi boca, permitiendome saborear un poco mas.
-Ahora sos mi mujercita-. Dijo.- Pero solo mia. No tenes que hacer esto con nadie mas que yo no autorice-. Yo lo mire, por dentro sentia que no queria saborear el semen de nadie mas que no fuera mi papa. -Si papi-. Respondi. -Soy tu mujercita-. Y le sonrei.
-Muy bien. Ahora anda a acostarte despacito. Sin despertar a tu hermana. Y acordate. Es nuestro secreto-. Yo obedeci, era feliz como nunca antes.
Una vez acostada, seguia saboreando los restos de semen que quedaron en mi boca. En mi lengua quedo un pelo del pene de mi papa. Me lo quede un rato en la boca, significaba mucho para mi. Si yo era su mujercita, el era mi hombre.
Al otro dia. Al desayunar. Yo sabia que no habia que decir nada, y asi me porte, como una mujercita. Nos cruzamos miradas y sonreiamos. Al irme al colegio, me
agarro de la cintura y me dio un beso en la mejilla, muy cerca de la boca:- Te amo princesa-.
-Te amo papi-. Respondi.
Gran relato, después de tiempo regresaste. Espero puedas continuar la historia de Oriana y Epifanía, que también eran muy buenas. Saludos.
Gracias… tengo poco tiempo pero voy a hacer todo lo posible.