Nati, mi nuera, la otra Nati
Yo ya tenía la respuesta. Si bien no las había visto hace tres semanas, con solo este rato con Nati ya la deseaba.
A la fecha de este relato ya han pasado casi 3 semanas de aquella intensa tarde cuando estuve con la Jota, por primera vez a solas.
Aún rondan por mi cabeza y mis sentidos las exquisitas sensaciones que tuve al estar con ella.
Este enredo de relaciones y emociones ha traído sus consecuencias.
Desde esas 3 semanas, además, que no he estado con Nati.
Y hace 3 semanas que no he estado con mi mujer.
Cómo que mi cuerpo no dió más y paró.
Y mi cabeza también.
Pero nada es para siempre. O si?
Soy Isabel, una travesti de closet. No me considera gay, pero me atrae tener sexo con hombres desde mi rol de chica. Y tener sexo con chicas desde mi rol de hombre.
Este relato lo escribo desde mi lado femenino
Me encuentro desde las 09 de la mañana en la terraza de un café, en una localidad de la costa, bebiendo un jugo natural de piña.
Viajé ayer por la noche desde mi ciudad por este fin de semana para visitar a mi familia.
Estoy esperando a Naty.
Viene con la Jota
Necesitamos hablar, dijeron.
Al cabo de hora y media, un capuchino, un jugo de piña y otro capuchino llegaron Nati y la Jota.
A la distancia las diviso, inconfundibles. El fuerte viento hace flamear sus ropas y sus cabellos, y casi detiene su andar.
Pero finalmente llegan. Sonrientes, despeinadas y acaloradas. Hablando entre ellas.
Cómo hace un tiempo que no tenemos mayor contacto, pienso actuar con prudencia. No sé en qué pie sigue nuestra relación. Por eso elegí una ubicación en dónde no hay más mesas y podríamos hablar sin temor a que alguien más nos escuche
La primera en subir es Nati
Chris!!! me dice saludando entusiasta. Me puse de pie y eche mi cuerpo hacia adelante para saludarla, sin saber si besarla en la boca o en la mejilla.
Creo que ella tuvo la misma duda. Finalmente fue un topon de mejillas y nada más.
Atrás venía Josefa, quien me saludó menos entusiasta y definitivamente puso su mejilla al saludar.
Nati pidió un sándwich vegano y un jugo. La Jota solo pidió agua. Yo repetí mi capuchino.
Cómo han estado, pregunté para romper el hielo.
Bien! respondió Nati, entusiasta
Bien, respondió también Josefa, con menos entusiasmo.
Que bueno que pudieron venir, agregue, cómo para romper el persistente silencio, y las miradas a la nada.
Nati inició la conversación
Chris, me dice, fijando sus ojos verdes en mi mirada y sonriendo dulcemente, dame tus manos, y apoya su torso en el borde de la mesa, lo que hace resaltar sus bellos senos.
Le extiendo mis manos
Quiero que sepas que mi amor hacia ti, ese amor especial que nos tenemos, sigue intacto, me dice
Te he echado de menos, oye, dice riendo
La Jota y yo, me dice mientras mira a Josefa y toma su mano, somos amigas especiales desde la U. Hans lo sabe, continúa diciendo
Hay una parte de mi que no conoces, y es esta.
La Jota no te conoce como te conozco yo, por eso ella no estaba de acuerdo en que conversáramos el tema. Pero yo sé que tú eres cero rollo, y que a lo más podrás estar de acuerdo o no, pero no te vas a enredar. Es más, creo que te va a interesar, dice sonriendo pícara.
Lo nuestro es entre nosotras y nadie más. Nunca ha habido un tercero. Bueno, era entre nosotras y nadie más. Ahora estás tú.
A ver. Jamás me imagine serle infiel al Hans, me dice. Pero esto que siento por ti me supera y ni siquiera siento culpa, es como si fuera natural. Y tampoco ha cambiado lo que siento por él y mi deseo de seguir formando familia. Es verdad que me confundí un rato, pero ya paso. Es casi lo mismo que me pasa con la Jota, sólo que, lo de nosotras, Hans lo sabe, me dice
Mientras ella hablaba, como exponiendo en una reunión de negocios, la Jota y yo escuchábamos atentamente y en silencio. La Jota con la mirada baja, mirando de reojo a Nati, y yo mirando a Nati fijamente, mientras recorría las facciones de su rostro y sus gestos al hablar. Cómo movía sus deliciosos labios y su lengua, y el deseo se iba instalando en mi. Era inevitable.
La pregunta es…, me dice, tú querrías seguir con nosotras? Es decir, la diversión de a tres? Qué me dices?
Yo ya tenía la respuesta. Si bien no las había visto hace tres semanas, con solo este rato con Nati ya la deseaba y aunque está mañana casi no me había fijado en Josefa, varias veces fantaseé con la posibilidad de estar con ambas de nuevo, o a solas con ella.
Qué difícil, le respondo. Y qué dice la Jota?
Josefa levantó la vista y fijó sus bellos ojos verdes en mi, y luego miró a Nati.
Sonrió y asomo su lengua entre sus dientes. Bajó su mirada meneando la cabeza para luego volver a levantarla y riendo dijo, Si, y soltó una risotada echando su cabeza hacia atrás. Luego, más serena continuó, Me gustaría que estuviéramos otra vez los tres, y los dos, mirándome coqueta y luego, otra vez, soltando una risotada.
Nos reímos todos
Al escuchar a Josefa, mi miembro se endureció enorme bajo mi shorts.
Uf, les dije, necesitaré calmarme para poder pararme de la mesa.
Y reímos los tres
Chris, me dice Nati, y si vamos ahora a un lugar para estar solos?
A un motel dices tú? le respondo riendo algo nerviosa
No, dice Josefa, al departamento de mis papás, que está acá cerca.
Quede sorprendida, no contaba con que tuvieran todo programado.
Solo atiné a decir, bueno, me encantaría.
Y reímos todos otra vez.
Nati se apresuró a comer su sándwich y pedir la cuenta.
Quiero aprovechar el tiempo, dice Nati, me tengo que volver ahora en la tarde y vuelvo en bus. La Jota se queda, agrega, y me guiña un ojo pícara .
Pagamos la cuenta, nos fuimos hasta nuestros autos, para luego enfilar hacia donde la Jota.
En el camino hacia lo de los papás de Josefa mi mente se desbordó en pensamientos y fantasías.
Después de 5 o 6 minutos por el camino costero, llegamos a un sector de edificios en terraza, justo frente al mar.
Estacionamos en la parte baja y descendimos de nuestros autos, las chicas sacaron algunas compras que habían hecho y luego nos dirigimos hacia un funicular ubicado a un costado del edificio.
Mientras caminábamos, Jota y Nati adelante y yo más atrás, el viento jugueteaba con sus anchas ropas lo que provocaba que a momentos se destacarán sus bellos cuerpos.
Una vez en el carro, Josefa introdujo su tarjeta en el comando del funicular y este nos llevó directamente al tercer departamento.
Una vez dentro fuimos guardando las compras y después nos acomodamos en la terraza, alrededor de una mesa baja con quitasol.
Quieres tomar algo Chris? me preguntó Nati, poniéndose de pie
Algo como qué?, le respondí, mirándola a contraluz
Una cerveza? me responde
Bueno, le respondo
Tu quieres algo Jota?, pregunta Nati
Si, responde la Jota, una cerveza. Pero voy a ir a buscar un picadillo.
Vamos!, le dice Nati, y se van ambas dejándome sola en la terraza.
Al rato aparece Josefa, con una bandeja con un picadillo, vestida con una camisa negra muy sobre su talla que le queda como vestido corto.
Atrás aparece Nati, con unas copas y una hielera con cervezas, también con una camisa muy sobre su talla, de color rojo
La verdad es que no me sorprendí por el cambio de atuendo, pero ver los muslos de Josefa era algo excitante, y descubrir los pezones erectos de Nati bajo la camisa también.
Acomodaron las cosas sobre la mesita, y al agacharse pude ver los senos desnudos de la Jota bajo la ropa
Nati se sentó a mi lado, muy pegada a mi y la Jota al frente.
Abrimos nuestras cervezas y comenzamos a picotear el picadillo
Después del primer sorbo, Nati se agarra de mi brazo y me dice al oído, Te he extrañado mucho mi amor, y me mordisqueo el lóbulo de mi oreja.
Giro mi cara hacia ella y clavo mi mirada en su rostro y comienzo a desearla ardientemente.
Nati acerca sus rostro hacia mí y yo hago lo mismo, y al sentir el aroma y el calor de su respiración, desaparece el mundo a mi alrededor y comienzo a besarla con todas mi ganas.
Nati responde a mi beso también ardientemente y de inmediato lleva su mano a mi entrepiernas. Yo sigo su ejemplo y comienzo a subir con mis manos por sus muslos y descubro que, bajo su camisa, está completamente desnuda.
Mientras nos seguimos besando, Nati comienza a abrir mi pantalón y deja expuesto mi pene erecto, masturbándome suavemente, mientras yo me concentro con mis manos en sus pechos y pezones.
Una milésima de segundo de pausa en nuestros besos y Nati abre sus piernas exhibiendo su pubis completamente depilado. Llevo mi mano a su entrepiernas y comienzo a estimular su vulva, clítoris y vagina. Nati desabotona su camisa y deja a la vista sus pechos y comienzo a besar, lamer y chupar sus pezones. Comienzan los gemidos y jadeos
En eso siento que se acerca la Jota. La miro de reojo y veo su rostro encendido dirigiéndose hacia nosotros con la mirada fija.
Nati suelta mi pene, acaricia mi rostro, mientras nos volvemos a besar y siento las manos de Josefa que agarra mi miembro y luego el calor de su boca en él y su carnosa lengua jugar con mi glande, mientras mete y saca mi pene de su boca.
Mientras está en eso, Josefa me saca completamente el pantalón y Nati aprovecha de desabotonar mi camisa
La Jota abre mis piernas y lubrica sus dedos en su vulva y luego me estimula analmente, y pierdo completamente la noción de realidad y me dejó ir en el placer que me provoca su boca y sus manos, abrazado a Nati gimiendo y jadeando.
Voy a acabar mi amor, voy a acabar, le susurró al rato a Nati al oído.
Si mi amor si, me responde Nati dulcemente.
Me deshago en gemidos, jadeos y espasmos orgasmicos provocados por Josefa, y me siento libre de expresar mi dualidad de género, por lo que abro mis piernas y relajo mi ano de tal manera que Josefa pueda penetrarme libremente con sus dedos. Siento como me dilata con su mano. Comienzo a mover mi pelvis y pongo mis manos sobre su cabeza para guiar su ritmo y me dejó llevar por el placer hasta estallar en un líquido orgasmo, intenso y sonoro. Josefa recibe hábilmente mi semen en su boca y siento como exploto en cada expulsión, y sin poder controlar mi cuerpo, que tiembla y se mueve espontáneamente hasta lograr el relajo total.
Con mi pene aún erecto y algo adolorido por la reciente eyaculación, atraigo a Josefa hacia mi y ella se monta en lo que me va quedando de firmeza e introduce con sus manos mi pene en su vagina y se comienza a mover, frotando su vulva con mi pubis ardorosa y desesperadamente, aun cuando mi miembro va perdiendo su turgencia. Abre su camisa y me ofrece sus firmes senos para mi deleite, los que comienzo a devorar lascivamente.
En un corto rato, Josefa comienza a aumentar su excitación y su lubricación se vuelve más copiosa, lo que me provoca una lenta recuperación de mi erección y logro sentir el roce de mi miembro con sus paredes vaginales y sus violentas contracciones de placer.
Comienzo a acariciar los pechos de la Jota y le ofrezco mis labios, pero aparece Nati por mi espalda y la comienza a besar jugosamente. Verlas besarse de esa manera tan cerca de mi me pone a full. Como juguetean con sus lenguas y su saliva, sus gemidos y sus caricias mutuas, sumado al erotico movimiento de caderas de la Jota estimulando su sexo y el mio, me vuelve a poner duro y a sentir sensaciones de placer.
Nati le ofrece sus pechos a la Jota y ella se los comienza a devorar sobre mi cabeza hasta que ya no puede contener más sus gemidos y jadeos y comienza el ritmo del orgasmo. Su rostro se deforma en expresiones de placer, su vista se pierde en el espacio y sus voz se hace gutural, resoplando a cada envío de su pelvis sobre mi pubis y pene.
De pronto, junto al ritmo descompasado de su cadera, lanza un agudo chillido que termina en un grave resoplar, seguido de espasmos y contracciones vaginales infinitas. Continuó su galope ya más pausado, relajando su cuerpo sobre mi y en ese momento aproveche de besarla dulce y apasionadamente, y ella respondió mi beso con la misma intensidad, para luego, sin separar nuestros sexos, echarse relajadamente sobre mi pecho, riendo contenidamente al principio y sonoramente después, mientras Nati acaricia su pelo
Por su risa y la posición en que quedó Josefa, mi pene se salió de ella y quedó erecto entre sus piernas asomando su cabeza como un suricata en alerta
En eso la Jota se incorpora y se sienta sobre mi bajo abdomen y me mira sonriendo maliciosamente, y me dice, Quiero que te lleves mi olor, y comienza a frotar su sexo en mi torso, con sensuales movimientos de cadera, desde mi abdomen hasta mi cara, riendo juguetonamente.
Estábamos en eso cuando siento que Nati se monta en mi, a la altura de mis caderas y comienza a frotar su sexo con mi pene, y a gemir muy expresivamente, logrando lubricar de tal manera su vulva que en uno de esos movimiento mi miembro se metio dentro de su canal vaginal sin mediar esfuerzo. Esto le provocó deliciosos espasmos y contracciones que me hacían sentir su placer de tenerme dentro.
De pronto, debido a que estábamos los tres en una silla de descanso reclinable. con el peso de Josefa y mío sobre el respaldo, este cedió y quedó en modo camilla, lo que hizo que la Jota saliera abruptamente hacia adelante, y al querer volver a su posición se quedó con su vulva sobre mi cara. Por su lado, Nati resultó impulsada hacia arriba, y luego volvió a ensartarse en mi pene, chocando su sexo con mi pubis, lo que le provocó un intenso gemido, mezcla de sorpresa y placer.
Una vez repuestos del impasse, nos cogió un ataque de risa que nos tiró al suelo a los tres y terminamos abrazados en el piso, apoyados en una maceta gigante, desde la cual emergía una incipiente palmera, y ambas, a cada lado, arropadas con sus camisas, apoyando sus espalda sobre mi y yo acariciándole sus pechos a las dos
Después de unos minutos, Nati me susurró al oído, Amor, me tengo que ir luego, lo que para mí sonó como una alerta de deseo insatisfecho.
Solté a la Jota e invité a Nati a subirse sobre mí.
Nos besamos dulce y apasionadamente y ella comenzó a rozar su vulva con mi pene hasta que recuperamos nuestra excitación y logré penetrarla, o más bien, ella me recibió en su vagina.
Comenzamos a hacernos el amor de tal manera que me emocione hasta las lágrimas, olvidándonos del entorno, besandonos y acariciandonos intensamente, jadeando y gimiendo sin pudor, con el sonido acuoso de nuestros sexos encontrándose en cada movimiento de cadera de Nati y el de nuestros cuerpos chocando sudorosos.
Y estuvimos ahí, con esa sensacion de desesperacion que me llega cuando el placer supera ciertos límites y siento que me voy a morir en el acto, y el rostro desfigurado de Nati embriagada del mismo placer, concentrados en nuestro coito, al punto de no poder controlar ni la mirada, mientras mi pene entra y sale de su vagina que de tanto en tanto se contrae y me lleva a las nubes de éxtasis al sentir tan intensamente el roce de mi sexo erecto y duro, al maximo, con sus paredes vaginales.
Al rato los movimientos de cadera de Nati se vuelven irregulares y violentos espasmos. Su voz se vuelve gutural y sus párpados se entrecierran tapando sus pupilas dejando solo el blanco de sus globos oculares a la vista. Y la miro, y me enloquece mirarla, y siento el hormigueo exquisito del preludio del orgasmo, mientras Nati sigue ensimismada en sus sensaciones.
De pronto, Nati, sin dejar de cabalgar sobre mi, explota en gemidos y jadeos orgásmicos, y su vagina se llena de contracciones, y con voz gutural me dice casi con desesperación, Me voy, me voy, conchesumare, me voy!!!, luego un largo quejido y remata, Puta la wea rica conchesumadre!!! moviendo su pelvis hacia adelante y atrás, frenética, restregando su vulva con mi pubis y mi pene, al límite entre placer y el dolor, y termina echada sobre mi, respirando agitadamente y dejando su sexo expuesto en posicion para que yo pueda seguir penetrandola, cosa que hago casi con desesperacion pues siento que ya casi llego, y en menos de dos minutos logro acabar descargando copiosamente mi esperma dentro de ella, embistiendola varias veces hasta que ya me quedo sin fuerzas.
Ella se queda sobre mí, hasta que mi miembro pierde toda su erección dentro de ella, levantándose y dejándome libre y chorreando todos nuestros fluidos en mi pubis.
Luego de una pausa, nos miramos y comenzamos a reír y a besarnos amorosamente abrazados
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