Neverland parte 3
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
— qué haces Papi– escuche a mi hijo parado a un lado del camastro tomado de la mano del velludo Samuel, mientras mi cabeza daba vueltas y mi miembro aún seguía dando sus últimos espasmos dentro de las entrañas del pequeño Orfeo.
Me lava te rápido lo cual solo incremento mis mareos, senté al borde del camastro al tiempo que Orfeo bajaba por el otro lado y salía caminado como si nada hubiera pasado, por su culo vi que escurría mi leche bajando por sus piernas.
L– ven acá mi amor– tome a mi pequeño y lo levanté hasta sentarlo rn una de mis piernas y pude sentir la suavidad de sus glúteos y la frescura de su piel.
— estábamos jugando al caballito mi amor–
D– y por qué gritaste tanto?–
L– esteeeee.
— no sabía que contestarle
S– así relinchan de fuerte los caballos cuando los montan los niños lindos– me ayudó Samuel al diciendole eso a mi hijo.
D– ahhh.
Oye Papi tengo hambre.
—
L– si bebe!?, Ahorita te buscamos algo!–
D– por acá está la cocina, hay comida ya lista para servirse–
Samuel nos guío hacia el patio y llegamos a una habitación con puerta de madera dentro había un comedor tipo buffet con variada comida.
S–lo que gusten comer–
En el comedor ví abla mayoría de los hombres como se le quedaban viendo a mi hijo David.
Rafael estaba en una mesa y con él nos dirigimos, él solo sonreía.
Comimos suficiente y volvimos a afuera.
En una de las albercas estaba el hombre con tatuajes cogiéndose al niño de siete años, mi hijo se es quedó viendo y ne pregunta — que le está haciendo ese hombre papá?– yo con la verga dura nuevamente le dije — le está enseñando a nadar bebe– mi hijo seguía mirándolos — me enseñas a mí también a nadar?–
Eso fue lo más bello que escuché, nos metimos a la alberca lo suficiente para que mi hijo pudiera mandar a mi sólo me llegaba a a cintura
— bueno para que puedas nadar necesito que te estires y habrás tus piernas bebe– le dije
Mi pequeño David se estiró en el agua mientras yo lo sostenía con mis grandes manos por la cintura, al abrir sus piernas me acomode justo en medio de ellas con lo cual mi pene erecto quedó justo entre sus nalgüitas.
–te voy a empujar para que solo muevas los brazos, ok? — mi hijo acento con la cabeza y comenzo a mover sus pequeños brazos mientras yo detrás de él hiba dandole pequeños empujones con los cuales mi verga se movía entre sus nalgas.
Podía sentir su mirada de aquél hombre todo tatuado mientras escuchaba el chapotear del agua en cada embestidas que le daba a su pequeño.
Por mi parte yo seguía empujando Ami hijo cuidando de que su cabeza no se hundiera y no perder lo mucho que había avanzado.
— mira papi– estoy nadando– me decía muy contento –bien bebé más muy bien–
Mi pene estaba que reventaba de la excitación que tenia, tan así que poco a poco fui apuntalando mi glande en el culo de mi hijo.
–papi tu pipí me esta empujando– lo escuché decir y sl tiempo y gracias al agua de a alberca pude sentir como mi glande se fue abriendo paso dentro del culo de mi propio hijo.
–ayyy Papi me duele, ya no papi, ya no quiero nadar– me decía mi pequeño.
–tranquilo bebé, Papi te quiere mucho– le decía yo para calmarlo y seguía empujando mi pene más adentro.
— ya Papi, ya, me duele– me decia.
Me detuve un poco para que se acostumbre a mi miembro dentro de él.
Yo le besaba la espalda y le hacía cosquillas para que no se asustara.
Mi miembro entró hasta la mitad y me di por bien servido, podía sentir como su calor me abrazaba y como su culo era tan estrechó y tan excitante.
— no mames cabrón ya te lo estás cogiendo?– me preguntó mi amigo Rafael desde a orilla de la alberca mientras que con su mano sobaba su pene casi erecto.
— se ve precioso–
Mi hijo no se movía y yo tampoco pero seguíamos dando vueltas dentro de a alberca.
Mi pene duro estaba al borde del orgasmo cuando mire a 5 hombres a mi alrededor, dos de ellos estaban tumbados en camastros mientras dos niños los cabalgaban profiriendo gemidos de placer y dolor.
Mi amigo Rafael al borde de la alberca se masturbaba con ahínco casi parecía que quisiera arrancarse el pene.
El hombre tatuado estaba al otro extremo de a alberca mientras sostenía por las piernas a su pequeño al tiempo que le dejan ir todo su miembro por el culito.
Uno más estaba de pie a la sombra mientras un el pequeño Diego le chupaba el pene erecto por completo.
Fue en ese instante que mire a mi amigo Rafael y en una sincronía tal él eyaculaba y mi orgasmo se depositaba dentro de mi hijo.
Yo bufaba, resoplaba por completo por lo fuerza del segundo orgasmo propinado por el culo de mi pequeño.
Excelentes relatos, estaría genial que siguieran con los relatos….