No era lo planeado 7
accidentalmente di el siguiente paso con mi cuñadita de casi 8.
Luego de meses en las eventuales ocasiones que logre tener algo de tiempo con Claritza fue mejorando cada vez sus mamadas, su pequeña boquita se había convertido en una extractora de leche y se la tragaba velozmente, ya no estaba el problema de tener cuidado por ensuciar al correrme.
Una vez llegado la semana santa Claritza fue a pasarla en nuestra casa y evidentemente me alegraba mucho, lo malo que no tendría la misma cantidad de tiempo como en diciembre, pero por lo menos tendría cuatro días ya que a mi si me libraban los días feriados mientras que Yaritza no, ella libró lunes y martes, el miércoles la vecina los cuido a todos y desde el jueves iniciaba mi entretenimiento, mientras avanzaba el día a veces deseaba que no haber tenido hijos y estar a solas con Claritza, aunque ella era bien traviesa porque si le mostraba mi verga así sea una chupada ella le daba o se dejaba le metiera el dedo en su conchita, tener así a alguien tan joven era demasiado morboso y divertido a la vez por el nerviosismo de que me vieran mis hijos.
Horas después fui a comprar unos panes dulces para merendaran y se me ocurrió de rellenar uno de los pancitos así que luego que le di uno a cada quien tomé uno, lo abrí y me la jalé en mi habitación hasta venirme, le eché hasta la última gota así que tras haberme limpiado salí y esperé disimuladamente a ver a Claritza. Una vez se llegó a la cocina me vio el pan en la mano.
—¿aún quedaban? —.
—¿lo quieres? —, y ella viene y le da un buen mordisco y veo cómo cambia la cara y abre el pan y me sonríe pícaramente mientras continuaba masticando.
—lo rellenaste—.
—¿te gusta? —.
—sí, está rico. Aunque prefiero comerlo por separado—.
Y le digo al oído, —y yo prefiero que te lo bebas directamente—.
Después repentinamente aparece Marianna (mi hija de casi 6).
—yo también quiero—, y le respondo que ya no había más.
—¿y por qué ella tiene uno? —.
—ese era mío así que deja el berrinche o te pego —.
Aun así, continuo y Claritza le dice que abra la boca y le mete el trozo que tenía en mano, en ese instante quise detenerla, pero no me dio chance entretanto ambos miramos la expresión de Marianna cuando masticaba.
—¿escupiste dentro del pan?, se sentía baboso —, mientras continuaba saboreando.
—no, pero estaba relleno—, le respondió Claritza, —tu papá lo hiso—, lo dijo con una sonrisita de niña mala.
—no me gustó, estaba todo baboso y desabrido—.
—aun estas muy chiquita—, Claritza se lo dice con un tono de superioridad.
—pero tú no eres muy grande tampoco—.
—pe…ro soy más grande que tú y a mi si me gusta—.
Los días siguientes fue casi lo mismo, las veces que había oportunidad jugueteaba con Claritza manoseándola, poniéndola a mamar, masturbándome con sus muslitos y lo mejor que se tragaba mi leche gustosa, apenas era una linda niña que cumpliría 8 dentro de poco y tragaba más leche que adolescente, pero un día tuve un pequeño accidente mientras me masturbaba con los muslitos de ella. Una vez mientras cada quien andaba distraído en lo suyo yo estaba jugueteando con Claritza en mi habitación haciendo lo de siempre y en una de esa hice que se sentara sobre mi dejándose pasar mi verga por su entrepierna a la vez que ella sobaba mi glande y eventualmente la alzaba un poco y ella misma se pasaba mi verga por toda su raja desde el culo hasta el clítoris una y otra vez, la condenadita le había agarrado el gustito bien rápido pero en una de esa mientras mi pene estaba en toda la entrada de su vagina escucho que abren la puerta por lo que la impulsé hacia bajo provocando una brusca penetración en su muy estrecha vagina e instantáneamente Claritza arrancó a llorar.
—perdón, perdón, perdón—, le repetía una y otra vez al oído mientras la abrazaba.
—¿Qué le pasó? —, pregunta Manuel (hijo).
—le pegue muy duro —, mientras mantenía oculto la penetración aprovechando que Claritza tenía faldita y el viene para ver más de cerca a Claritza.
—¿estas bien? —, pregunta inocente e ignorante de lo que sucedía.
—no…, vete—, Claritza lo decía entre llanto.
—no seas así—, se lo digo suave tratando de calmarla a la vez que disfrutaba el cómo me apretaba su desvirgado coño.
—todo es tu culpa, yo no que…—, en ese instante la interrumpí para que no dijera más por si se le escapaba algo.
—anda, fue sin querer—, y le pido a Manuel que nos deje y la deje que se calme, pero apenas se va viene a curiosear Marianita para averiguar el motivo del llanto, pero prácticamente la corrí de la habitación.
Una vez a solas ella trató de bajarse, pero se lo impedí.
—déjame que me duele mucho—.
—si te quedas un poco más se te pasará—.
—sí, creo que sí. Ahorita me duele menos que antes—, lo decía bajito con una voz temblorosa.
—¿Quién pensaría que tendrías tu primera vez así?—, entretanto le acariciaba su pequeño clítoris y miraba que tanto le había entrado, —¡wao!, te entró la mitad—.
—dolió mucho y siento que me estuvieran estirando—.
—sí, me imagino. Yo siento que me estas apretando mucho y a mí me gusta que alguien tan linda como tú lo hagas, pero quedarnos quieto no mejorara nada así que aprovechemos—, la pongo contra la cama si sacársela y muy despacio me empiezo a mover, era difícil darle lento a tan magnifica sensación, pero tampoco quería traumarla solo trataba de que la pasara igual de bien que yo, por lo que le daba besitos y le decía cositas tiernas, su cara de dolor no desaparecía del todo, pero se le veía que cada vez lo aguantaba mejor al punto que parecía gustarle —¿estas bien?—.
—sí, aunque aún me duele—.
—¿Qué tanto? —.
—no sé, es que me gusta al mismo tiempo que me duele—.
Y poco a poco le fui dando más rápido haciendo que gimiera entre lágrimas.
—eres una niña muy buena e inteligente practicando como se hacen los bebes tan temprano—, y le lleno por primera vez su tierno y adolorido coño, —¡si…, así es como se aprieta! —.
—se siente caliente—.
Y así mismo me la llevé al baño y continué descargándome en ella hasta que se me encogió y miré como le salía mi carga acompañada con hilos rojos a la vez que me disculpaba con ella porque nunca tuve la intención de quitarle su primera vez en ese momento, quería esperar que su cuerpo creciera más, aunque tampoco me podía quejar ya que lo disfruté al máximo.
Después de salir del baño le pedí que no usara ropa interior por hoy para que no la manchara y que luego de bañarse más tarde se colocara un pantaloncito de color oscuro y descanso un rato en mi cama ya que sus piernitas temblaban mucho lo cual era motivo de risas para ambos.
Y esa fue la única vez que se lo hice en esas cortas vacaciones porque aún estaba adolorida y mi mujer tuvo libre los días siguientes.
delicioso relato, si gustas platicar, en mi perfil esta mi Telegram
ni siquiera tengo tlf :v
A mi si me gustaria platicar contigo, puedo?
no tengo rollo, la cosa seria ¿por donde?. Y dado que se escoja el medio es mejor que no tengas ningún tipo de expectativas :v
Excelente relato , muy morboso … deberías seguir relatando más , me excita pensar que ese culito ya no es virgen 🥵🥵
El gran paso ya esta👍Dale duro!!!
Que buen relato y esquisito espero el próximo
Muy buena historia
Me gustaría saber si continúa?
si tengo intensión de continuarla, pero últimamente no tengo tiempo para morbosidades. en cuanto a una 8va parte ya está en desarrollo.