No era lo planeado 8
el regalo inesperado por parte de mi cuñadita.
Tras lo sucedido no quiso hacer más nada conmigo y fue así por un tiempo, básicamente fue como reiniciar todo, pero paulatinamente me la gané otra vez y comencé a disfrutarme nuevamente su boquita, pero estaba reacia para mostrarme su conchita, fueron pocas la veces que estuvo dormida que me la saboreé. Meses después una noche en la que Yaritza luego de hacer sus qué haceres, fatigada se tomó una pastilla para dormir y se acostó temprano mientras que los niños andaban en lo suyo y yo veía una película, poco después los regaño ya que estaban haciendo mucho ruido por una pequeña pelita que tenían, al parecer Manuel quería que Marianna le prestara algo, pero no le había dado importancia solo les dije que hicieran silencio porque su madre dormía y continué viendo mi película, una vez terminada fui al baño a lavarme la boca y de casualidad miro a ver que hacían los niños y ambos parecían estar jugando a ser perros, dicha escena me dio un tanto de gracia ya que me hiso acordarme un poco de mi infancia, uno jugaba cosas que hoy en día los consideraría sumamente estúpido al punto que incluso darían vergüenza, en fin continué mi camino al baño a lavarme los dientes y de regreso les iba a decir que ya se acostaran, pero quedo inmutado por lo que estaba viendo, Marianna en cuatro patas con la cara de manuela clavada en su trasero lamiéndole su conchita, Marianna reía silenciosamente. Por la manera que lo hacía Manuel era claro que no era la primera ni segunda vez, ya llevaban un tiempo haciendo eso aun así en vez de interrumpir y regañarlo me quedé mirando en silencio a ver hasta donde llegaban y como que al cansarse de lamer Marianna se levanta por lo que pensé que habían terminado, pero Manuel se queja con su pequeña pija al aire y tras una pequeña insistencia Marianna se acomoda en cuatro en la cama y Manuel le empieza a coger de perrito mientras reposaba sobre ella, evidentemente su pequeña pija no llegaba a ningún lado, pero mis hijos de apenas 6 años ya estaban experimentando con su sexualidad y yo estaba muy excitado por verlos así que fui a mi habitación y meneé el hombro a la vez que llamaba suavemente a Yaritza pero esta no decía ni hacia nada por lo que me quite la ropa, me ensalive la verga y tras hacerle un lado la tanga a Yaritza se la clavo y comienzo a darle mientras me imaginaba a mis hijos cogiendo a la vez que me imaginaba cogiéndome a Claritza, al final me termine viniendo dos veces dentro de su coño.
A la mañana siguiendo me recibió enojada por haberme corrido dentro de ella, días posteriores no logre mirar más de lo que hacían ambos hermanos, pero solo imaginar que hacían mientras no los veía era bastante excitante, pero si vi quien era la que le ensañaba esas cosas y pues tampoco habría que ser un detective para eso con lo puta que era su pequeña tía, una vez en casa de mis suegros logre mire a Claritza disfrutando la lengüita de Marianna entre sus piernas así que lo hable con Claritza y me dijo que básicamente desde que lo empecé a hacer con ella, ella lo empezó a hacer con Marianna y esta con su hermano por lo que algunas veces terminaron haciendo tríos. Estaba bastante asombrado y tampoco era algo que les pudiera reprochar, no tenía la moral para poder hacerlo tampoco le podía decir a alguien ya que yo estaba en una posición peor, era algo preocupante pero cuando Claritza lo chupaba como que la preocupación se me iba por la verga. algo más alucinante fue cuando ya Claritza tenía sus 9 años y mis hijos 7.
En el tiempo transcurrido el coño de Claritza ya había adquirido mucha experiencia al punto que me aguantaba las embestidas, había veces que me avisaba que la maltrataba porque disfrutaba golpearle el fondo con la verga, pero eran solo ocasiones también le fui entrenando su culito con mis dedos, aunque sentía que ese progreso era más acelerado ya que me aceptó rápido dos dedos a la vez, un par de veces intenté meterle la verga, pero aún estaba muy estrecho entretanto Yaritza me había convertido en un cabron porque el mismo tipo la tenía como su puta privada y era comprensible que la quisiera solo para coger ya que en eso Yaritza sí que destacaba.
El día que cumplí los 22 fuimos a casa de mis padres para hacer una pequeña celebración, la idea era solo cantar cumpleaños y picar la torta o eso pensaba yo hasta que noté que la casa estaba sola así que supuse que mis padres también estarían en la casa de mis suegros por lo que me dispuse a ir, en el momento que iba a salir llega Claritza corriendo.
—¿Qué sucede? —, le pregunté.
—me dijeron que no subieras aún—.
—¿qué están haciendo? —.
—no vi mucho, pero olía rico. Ya me estaba dando hambre—.
—si quieres te doy de comer—, y con mi lengua pulse mi mejilla dándole a entender lo que quería.
—no tengo ganas de comer eso —, lo dice con su habitual traviesa sonrisa.
—entonces velo como un regalo para mi—.
—¿en serio?, si siempre lo hacemos—.
—¿entonces que dices, me das ese regalito? —.
—ok…, pero ya vuelvo—.
Le pregunté ¿para qué?, pero solo me respondió que le esperara así que mientras la esperaba continué viendo la televisión, después fui al baño para lavarme la verga y escucho que cierran la puerta de la entrada, me asomo y era Claritza.
—¿y que fuiste a hacer? —, le pregunto.
—a lavarme o ¿me querías toda cochina? —.
Una vez se me acerco como de costumbre le pido un beso y me lo da con la típica ternura e intensidad en la que se habituó, iniciando suave y dejando que le metiera la lengua, después medio entraba la suya y de vez en cuando me chupaba solo la lengua.
—¿y qué tal el noviecito? —.
—¿Qué hay con él? —.
—¿lo besas así de rico? —.
—lo intento, pero él no sabe—.
—¿y ya probó tu conchita? —.
—no…—, lo dijo con un tono gracioso y ligeramente sonrojada, —solo lo veo en la escuela—.
—¿entonces si fuera de aquí lo haces? —.
—no es eso—.
—¿y en la escuela no lo has hecho ni una vez? —, y me responde nuevamente que no, pero siendo sincero no le creía del todo. Alguien tan pervertida como ella por lo menos lo habrá echo una vez con una amiguita en el baño y era algo muy morboso el solo pensarlo. Esa breve conversación transcurrió desde el comedor hasta mi habitación cuando ella se montó sobre mi entra lanzando sus piernitas en mi cintura mientras una mano recorrió su muslito colándose entre su corto pantaloncito y luego entre su ropa interior hasta mojarme mis dedos en su vagina y continué haciendo eso hasta que me senté en la cama, —eres muy buena, el novio que tengas estará feliz solo con lo rico que besas—, ella solo me sonrió y se bajó para sacar mi verga entre mi pantalón.
La pequeña experta lo admira un poco mientras mueve lentamente sus manos de arriba abajo, la tuya es muy grande, (“la tuya”) reaccioné rápido antes esa frase, pero antes que le fuera a preguntar algo sentí su boquita engulléndome la verga por lo que mi cerebro tuvo un pequeño reseteo y continuó dándome esa rica mamada como ella siempre lo hacía y de pronto se detiene y busca algo para vendarme los ojos, yo le pregunté para qué, pero fue tan insistente que simplemente me dejé, que me hiciera eso me emocionó bastante, no ver nada y solo sentir cualquier parte de su cuerpecito era algo extremadamente estimulante, aunque fue algo raro ya que una vez me vendé no inicio de inmediato, pero como era la primera vez que lo hacía de esta manera estaba emocionado por lo que haría así que no dije nada esperando y siento que se montan en la cama, siento que una pequeña mano toma mi verga y abruptamente me chupan la cabeza de la verga, supe de inmediato de que no se trataba de Claritza, tanto sus mano como su boca eran más pequeña y la manera de como inicio chupándola no era muy inexperta, pero precisamente eso provocó que me viniera. En ese instante me quito la venda de los ojos y la que estaba en ese instante bebiéndose mi corrida era mi pequeña hija Marianna, estaba en shock y tartamudeando el que mi pequeña hija se haya tomado gran parte de mi leche, cuando por fin culmino el éxtasis de haberme corrido me levanto aun con mi verga medio erecta.
—¿Qué haces aquí? —, Marianna se queda callada toda nerviosa sin saber que responder y le pregunto lo mismo a Claritza.
—un regalo de cumpleaños—.
—pero es mi hija—.
—aun así, te viniste—.
—eh, e.… ya estaba por venirme y otra cosa no es la primera vez que lo hace, nadie se lo bebe a la primera, ¿con quién más lo han hecho? —, pero ninguna de las dos me dio una respuesta clara, —¿y por qué lo hiciste conmigo Marianna? —.
—siempre vi que lo hacías con la tía yo también quería probar—, lo dijo titubeante.
—pero Marianna esto no es para niñas pequeñas, cuando este más grande lo podrás hacer las veces que quieras—.
—yo también era chiquita y aun así me lo hiciste, no sabía de esas cosas y tú me tocaste haciéndome sentir muy rico—.
—no me vengas tú, ya habías iniciado con alguien. Quizás no hayan llegado a hacer mucho pero ya no eras totalmente inocente, más bien tu fuiste la que me incitó—.
—pero me quitaste mi primera vez—.
—eso fue sin querer—
—si como no, sin querer y no me lo sacaste en ningún momento cuando lloraba hasta que te viniste. Sabes que yo no juego más, me voy—.
—no, no… tú no te vas—, y la tomo del brazo mientras que esta trata de soltarse. —suéltame que no juego más—, aun así, no la suelto y más bien la tomo del otro brazo y la llevo hasta la cama, —gritaré—, y antes que fuera a gritar le tapó la boca y le pido a Marianna que me pasara una almohada esta obediente toma la almohada. —pónsela sobre la cabeza y presiona un poco—.
—¿Qué le vas a hacer? —, me pregunta Marianita mientras presionaba la cabeza ahogando los gritos de Claritza.
—algo que ella le gusta mucho—, descubro su trasero dejándole su ropa hasta las rodillas y acomodo mi verga en su coño y se lo hundo hasta el fondo y comienzo con vaivén tocándole una y otra vez el fondo sintiendo como sus paredes apretaban mi verga entretanto yo jadeaba con los ojos medio cerrados.
—cómo le puede caber algo tan grande—, mientras veía como gran parte de mi verga se hundía repetidas veces en el coño de su tía. Al poco tiempo Claritza también se le escuchaban sus jadeos entre la almohada por lo que le sugerí que le quitara lentamente la almohada, —¿te gusta tía? — y esta besa a Marianna, no era la gran cosa, pero estaba extremadamente excitado por lo que yo también puse mi cara cerca esperando un beso en la boca y Marianna me sorprende metiendo su lengüita al besarme, poco después le suelto tremenda carga en el fondo de Claritza. Me despego y le pido a Marianna que venga hacia mí.
—¿le limpias el coño a tu tía?, a ella le gustará —, el semen empezaba a escurrir, —si te lo tomaste desde mi verga supongo que también puedes dé allí—, Marianna se arrodilla y comienza a lamer y a absorber, Claritza apretaba las sábanas y veía su carita de placer mientras Marianna hacia lo suyo. Cuando por fin acabaron las mandé a que se lavaran y como siempre Claritza les temblaban las piernas al caminar.
—jajaja… ¿Por qué caminas así?—, le pregunta Marianna a Claritza.
—siempre sucede cuando juego con ella—, le respondo yo a Marianna y en ese momento le susurro algo Marianna a Claritza y entraron al baño.
Minutos después de que ellas salieron del baño y yo también quise preguntar lo que murmuraron dentro más ellas lo mantuvieron en secreto y luego mi suegra llama a la puerta, al abrir me avisó que ya podía ir a su casa y le aviso a las niñas. Cuando miro a Claritza aun la pendeja se le iban las piernas.
—¿Qué te sucede nené?—, pregunta Mariela a su hija.
—jajaja, solo me caí—.
—ay, no me asuste así—.
Como aún no se levantó rápidamente dije, —ay si es floja, solo quiere que la lleve de caballito—, en ese instante sentí una mirada rara por parte de mi suegra, pero fue breve.
Una vez en casa de mis suegros habían montado una pequeña fiesta y me mostraron la torta, una gran torta casera, la pequeña celebración transcurrió con normalidad hasta la noche finalizando con un pequeño revolcón con Yaritza.
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